naranja.

miré silenciosamente el cielo nocturno,

me uní al cielo azul del día,

lanzando una mezcla de amarillo y naranja,

sobre el mundo,

en una deslumbrante colección,

de hermosa luz.

las puestas del sol siempre han sido algo que llaman mi atención,

algo que siempre había visto contigo,

pero hoy,

después de mi alta del hospital,

lo estoy viendo solo.

parece que estoy haciendo muchas cosas solo en estos días,

pero de alguna manera todavía se siente como si estuvieras conmigo,

tal vez no físicamente,

pero en esencia.

sin embargo,

cierto tipo de soledad se ha instalado en mi corazón,

y siento como si ya no quisiera estar solo.

hay un enfermero en el hospital,

él es amable,

su nombre,

bueno, no entendí su nombre.

por extraño que parezca,

se parece a ti,

pero tiene el cabello anaranjado,

o tal vez me estoy volviendo loco por extrañarte,

porque tal vez es el momento,

para dejarte ir,

porque parece que estuve llorando tu muerte por demasiado tiempo.

porque tal vez solo recordé las cosas buenas sobre ti,

una cosa que los humanos comúnmente hacen,

cuando alguien ha muerto,

es recordar los aspectos buenos,

y de alguna manera todos los negativos salen por la puerta,

como si nunca hubieran existido.

mirando la puesta de sol,

me recordó algo,

no estoy seguro si era un sueño o no,

porque me parecía tan surrealista,

porque nunca harías algo así,

pero cuando le pregunté a mi mamá,

una mirada de terror pasó por sus características normalmente tranquilas,

y más tarde escuché que le decía a mi papá que finalmente estaba sucediendo,

que lo que siempre habían temido,

había comenzado,

y todo lo que quería hacer era preguntarles:

¿qué está pasando?

o más exactamente,

¿qué pasó contigo, jimin?

¿realmente prendiste fuego a mi habitación?

¿realmente escribiste esa nota,

deseándome una despedida pacífica cuando me fundiera con el resplandor naranja del fuego,

justo cuando el cielo nocturno y el cielo del día se fusionaran en una pasión ardiente?

nunca recibí una respuesta de mi madre,

pero su reacción fue suficiente para confirmar que había sucedido,

que aquel a quien había amado tanto tiempo,

había intentado matarme,

con los zarcillos anaranjados del odio llameante.