único.
desde los 18 he buscado ver los colores. tantas caras que he visto, ojos grises viéndome con angustia al no provocarme nada y sobretodo; intentos fallidos que han terminado en lo mismo. gris.
a los 25 años ya no buscas a tu alma gemela, buscas poder seguir tu vida con alguien que se asemeje a el amor de tu vida. a veces son dos cosas totalmente diferentes.
por ejemplo, namjoon, mi hermano, habria encontrado a su alma gemela en su mejor amigo, yoongi. y al amor de su vida en su esposo, hoseok. y yoongi habría encontrado el amor de su vida en su novio, seokjin.
pero había personas como jungkook, quien habría encontrado a el amor de su vida y alma gemela en aquella chica, jieun. una chica hermosa tanto por dentro como por fuera, que hacía que mi mejor amigo viera los colores.
luego estaba yo. en medio de 3 relaciones hermosas que solo me hacían recordar lo solo que estaba. y justo ahora estaba en una fiesta, en ese punto donde todos están terriblemente románticos con sus parejas y, las pocas personas solitarias, nos quedamos viéndolos bailar, envidiándolos. no había perdido de vista a mis amigos por los tennis amarillo chillón de hoseok que brillaban con intensidad gracias a la luz ultravioleta.
oh. ¿por qué los veía amarillos? hacía ya unos 4 o 3 años se habian inventado estos lentes que funcionaban con personas como yo para conocer los colores. ¿cómo combinaba la ropa antes? que vergüenza.
una sonrisa divertida se instaló en mis labios; que salvación habían sido estos lentes.
entonces, en mi viaje astral de casi cinco minutos, sentí a alguien sentarse a mi lado por la leve inclinación del viejo sofá, voltee encontrándome una rubia cabellera, un perfil con nariz pequeña, labios pomposos rosados, y ojos pequeños. y vaya, unas tiernas mejillas abultadas.
— ¿te gusta lo que ves? —el chico rió al sentir mi mirada, volteando hacia mi dejandome ver la otra mitad de su hermoso y rechoncho y sonrojado rostro con una sonrisa que sus ojos parecían líneas.
— lo siento, solo... bueno no tengo excusa. — dije rápidamente de manera nerviosa al sentirme atrapado, virando mi cabeza hacia el frente perdiendo de vista los peculiares tennis.
— no te preocupes, solo bromeo. —escuché su risa por segunda vez y pude asegurar que era hermosa. — ¿no quieres bailar? ha cambiado el ritmo y ya no me es vergonzoso pedirte bailar the night we met como si fuéramos pareja.
tal vez habrá sido el poco alcohol que había digerido, mis ganas inexistentes de bailar o los hipnotizantes ojos café del chico a mi lado. por que ahora, casi media hora después me encontraba bailando una canción popular de Got7 con aquel chico rubio, del que aun no conocía su nombre, entre mis brazos. nuestros movimientos eran descoordinados, algo vergonzosos y, después de unos minutos, hoseok, namjoon, jin, yoongi, jungkook y jieun se habrían unido a nosotros.
sentía la mirada del rubio calar en mis huesos y mi corazon martillear en mi pecho. dios, lo que daría por ver los colores sin necesidad de mis estupidos lentes con él.
su sonrisa me hacía quedarme estático, admirando como había encajado con mia amigos y ahora estaban bailando él y mi cuñado como si se conocieran de toda la vida.
¿era muy rápido para querer verlo sin los lentes ilusionandome?
casi dos horas después, a las 3;40 de la madrugada, el rubio me pidió que lo acompañara pues afuera estaba esperándolo su hermano para irse. caminamos con las manos tomadas entre la gente. la diferencia mi hizo querer tomarlo así toda la vida.
al llegar fuera, se cubrió con sus brazos pues la camisa rosa no cubría nada el frío. lo abracé con confianza sintiendo como relajaba sus músculos y buscaba a su hermano. al encontrarlo volteó a mi.
—por cierto, me llamo jimin. —me regaló una sonrisa antes de besar mi mejilla.— el rojo te queda muy bien. —mencionó antes de sonreírme, con una mano en mi bolsillo. soltó una risa al ver mi cara desconcertada y salió corriendo en dirección a su hermano.
cuando se fue, regresé aún algo confundido. encontré a mis amigos en el viejo sofá de antes y me senté. notando en uno de mis bolisillos un papel que no estaba ahí antes.
—hey, tae. —namjoon sonrió cuando lo volteé a ver.— los has dejado en el sofá cuando viniste a bailar con jimin —estiró su mano donde traía mis lentes para ver colores, con una pata rota.
— oh, gracias —sonreí tomándolos, notando una mancha de color en su mano.
mancha de color a lado de mis lentes.
no traía puesto los lentes.
con cuidado saqué el papel de mi bolsillo y lo leí.
"me encantaría creer que los viste al sentir los lentes caer de tu rostro al momento que te atrapé viendome. que notaste mis mejillas rojas al verte o que notaste mis ojos café brillando por ti. porque yo admiré cada color que mostrabas."
al lado un número telefónico que empezaría nuestro historia.
y vaya que los tennis de hoseok eran amarillo chillón.
lo hice hace un año, pueden criticarme KAJSKA
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro