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◝ं⇴ Sai y Kiba se miraron el uno al otro, el primero estaba inexpresivo como solía estarlo y el segundo con el ceño fruncido sin poder ocultar cierta molestia, el ambiente era extraño. Todos los presentes sabían sobre el triángulo amoroso que se había formado entre esos tres y cuanto habían sufrido aquellos dos en la repentina ida de la kunoichi. Janna soltó unas pequeñas carcajadas, sonrojandose levemente y llamando la atención de ambos, que la miraron atónitos. Antes de que alguno de esos dos pudiera acercarse a ella, los otros comenzaron rodearla nuevamente y hablar con la recién llegada.
Al parecer Sakura había llorado desde el momento que volvió a verla, ahora la regañaba y abrazaba con más fuerza de la que precisaba. Hinata también la recibía felizmente junto a los otros chicos.
Kiba y Akamaru habían retrocedido hasta una esquina, algo apartados mientras esperaban su turno. El muchacho recorría a Janna, mirando cada detalle de ella para comprobar que realmente se trataba de la Janna que él conocía. La que él amaba desde hace tiempo.

Sai también estaba apartado, algo sorprendido pero infinitamente feliz, esperando el momento para ir a saludarla y quizás hablar. La miró tratando de descifrar todos sus cambios. Su cabello estaba más corto, hasta los hombros. Tenía una sonrisa resplandeciente y en su cuello había un pequeño tatuaje que parecía ser un perrito. Le pareció adorable.

La muchacha que ellos conocían se veía y se percibía diferente, dos años atrás no imaginarian ver a Janna riendo frente a tantas personas, aún si eran sus amigos. Algo en ella emanaba tranquilidad y frescura, su aura era radiante.

- ¿Qué haces aquí otra vez Janna-chan?.- preguntó TenTen con una sonrisita cruzando sus labios y contagiandola.

- Tenía un trabajo que hacer.. Además estaba cerca y supongo que extrañé a mi familia.- explicó con simpleza, haciendo sonreír a todos.

- ¡Ya no dejaré que te vayas otra vez!.- vociferó Sakura, como madre gritándole a sus niños.- ¡Mucho menos sin despedirte!.- Janna rascaba su mejilla sin saber qué decir mientras la pelirosa la señalaba amenazante.

- ¡Sakura-chan lloró por mucho tiempo cuando te fuiste!.- Naruto se metió, aprovechando su diferencia de altura y apoyándose en la cabeza de Janna mientras reía.- Debías verla, parecía una pequeña niñita.- Sakura golpeó al rubio en el hombro haciendo que este gimotee.

- ¡Claro tonto!.- gruño la pelirosa.- Janna era una de mis mejores amigas.. y no fui solo yo la que se sintió mal, tú también lloriqueaste.- ella abrazaba a Janna con mucho cariño y fuerza, sin querer dejar a su amiga nuevamente.

- ¡Eso no es verdad!.- gritó Naruto, ruborizándose. Janna rió junto a sus amigos y luego cuando Sakura se separó, hizo una reverencia.

- Pido mil disculpas por mis comportamientos tan infantiles, jamás debí ser tan inmadura, es sólo que.. creí que debía acomodar mis pensamientos y sentimientos, no quería seguir hiriendo a nadie.- dijo, disculpándose con todos los presentes allí. Kiba y Sai sintieron algunos sentimientos diferentes en ese instante. Kiba sintió nostalgia y algo de decepción al recordar como no fue capaz de ayudar a su amiga en ese entonces, Sai sintió tristeza y cierta ira, porque sabía que él fue responsable del malestar de Janna.- Pero prometo reparar mis acciones.. con todos.- Kiba sintió su corazón estrujarse un poco, él creía que Janna no había sido culpable de nada, solo fue castigada por el amor. Sai suspiró al escuchar lo que había dicho, su amiga era una inocente muchacha y la entendía completamente.

- No necesitas reparar nada Janna-chan.- Hinata tomó una de sus manos y le regaló una gran sonrisa como solía hacerlo antes, cuando estaban en el mismo equipo y trataba de reconfortarla. La pelimorada sintió una alegría inmensa en su corazón al recordar la dulzura de la Hyuga.

- Créeme que si necesito hacerlo Hina-chan...- Janna también sonrió, apretando un poquito la mano de su amiga y suspiró para luego ver a su alrededor.- Por cierto... ¿Donde esta Shino-kun? El equipo Kurenai debería tener una reunión con mucha barbacoa para festejar nuestro reencuentro, ¿no creen?.- propuso. Hinata asintió.

- Oye ¡¿nosotros qué?!.- se quejó Choji, siendo apoyado por los otros shinobis que también reclamaban. Janna alzó las manos pidiendo calma.

- Tranquilos, tenemos muchos días para reunirnos todos..- habló entre carcajadas.- Pero creo que.. mi equipo merecen una gran disculpa de mi parte por abandonarlos tan cobardemente.- su expresión cambió. Se veía seria y avergonzada, como solía estarlo hace dos años atrás. De repente su mirada fue directamente hacia la mirada de alguien en especial. Ella y Kiba habian conectado sus ojos de repente, manteniendo su vista el uno del otro.
Sai lo notó y sintió una punzada en en medio de su pecho. ¿Qué significaba aquello?

- Ninguno de nosotros esta enojado contigo.- el castaño afirmó, ocasionando que los demás también lo miren, acercándose junto a su canino. Akamaru llegó a ella para frotarse sobre su pierna y lamer su mano. Los ojos de la chica se cristalizaron mirando al perrito y se agachó hasta su altura para acariciarlo.

- ¿En verdad.. es así?.- murmuró apenada. Cierto miedo cubría su voz pero al escuchar unas pequeñas risillas del Inuzuka, su vista volvió a él.

- Tenlo por seguro.- afirmó con mucha seguridad y sonrió de lado. Se pudo notar un destello de luz sobre los ojos de la chica pero antes de que Kiba pueda decir otra palabra, otra voz sonó.

- Janna.- Sai la llamó, consiguiendo toda su atención. La sonrisa de Janna volvió a ampliarse cuando cruzaron miradas, sus ojos brillaban con intensidad. Kiba cambió su expresión con cierto rencor recorriendo su ser.- Creo que nosotros también tenemos mucho de lo que hablar.- aseguró, curvando sus labios y achinando sus ojos. Rápidamente obtuvo un firme asentimiento de parte de la pelimorada.

- Estoy de acuerdo con ello.- sostuvo.- Supongo que las cosas cambiaron desde que me fui.- aquello había sonado algo extraño para los oídos de Sai que pronto borró su sonrisa y la miró con cierta curiosidad pero ella solo sonreía. Aquella sonrisa se veía particularmente singular.- ¡Todos aquí se ven muy bien!.- exclamó, cambiando rotundamente de tema. No había visto a sus amigos por dos años y la verdad es que la vida los seguía favoreciendo.

- Creo que tú fuiste quien mas cambio aquí, no solo físicamente sino que tu personalidad también lo hizo...- opinó vagamente Shikamaru, los otros asintieron mostrando su acuerdo con ello, desconcertandola y haciendo que ladee su cabeza un poco.

- ¿Tú crees?.- musitó, frunciendo un poco el ceño y Sakura la empujó suavemente.

- ¡Obvio! ¡ahora brillas Janna!.- aseguró su amiga y las dos rieron alegremente.

Era bonito reencontrarse con sus amigos, las personas que le demostraron que el mundo era un poco menos pesado si habían personas que otorgaban su ayuda.
Se sintió en casa, su corazón se sintió aliviado y estaba verdaderamente feliz.
Mientras disfrutaban u poquito de tiempo más otro ninja llegó de repente.

- Lamento arruinar el momento pero Janna-san, el hokage te necesita.- anunció este, recibiendo un asentimiento de su parte.

- ¿Huh?.- Naruto la miró como pidiendo explicacion. Ciertamente preocupados.

- ¿Olvidé mencionar que hago algunas entregas?.- dijo intentando tranquilizarlos al ver sus inquietas miradas y comenzando a marcharse.- ¡Tomemos algo luego!.- exclamó y los saludó para luego comenzar a correr.

Akamaru fue con Kiba y lloró un poco mientras veía como Janna se iba, Kiba suspiró.
Sai tenía un presentimiento extraño luego de su breve charla con la muchacha.
Lo cierto es que Janna se veía bien y en calma. Janna se veía feliz.

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Sigo decidiendo cómo van a ir las cosas de ahora en más pero creo que va a ser algo desesperante. ¡Ojalá les guste!