01 ⏐ Azul
Jungkook miraba su celular tranquilamente en espera de que lograse distraerlo lo suficiente mientras esperaba a su mejor amigo. Se reprendió mentalmente el llegar tan temprano aun sabiendo que Hoseok no se caracterizaba por su puntualidad. Sus ojos recorrieron rápidamente la pantalla, atento al nuevo libro que había descargado, perdiéndose entre las páginas y dejándose llevar por los versos. Porque sí, Jungkook amaba la poesía.
Tan pronto como las palabras comienzan a envolverlo, es interrumpido y sacado cruelmente de su ensoñación por una gruesa voz.
—¿Kook? —el mencionado alza la mirada, topándose con los ojos incrédulos de su viejo amigo.
—Hyung —la confusión comienza a quedar en segundo plano cuando una sonrisa invade sus labios, rápidamente se pone de pie para abrazarlo, Yoongi lo aprieta con fuerza—. No sabía que trabajaba aquí.
—Y también es mi jefe. —añadió Hoseok caminando hacia sus mejores amigos, arreglando sutilmente su traje.
—¿Por qué no me lo habías dicho? —inquirió Jungkook separándose finalmente de su mayor.
—¡Quería que fuera una sorpresa! ¿No es cierto, comisario Min? —Hoseok pasó un brazo por los hombros de Yoongi.
—Voy a despedirte —amenazó el pelinegro.
—No lo harás, me amas demasiado —se codeó el castaño.
—¿Quieres apostar? —Hoseok instantáneamente retiró sus brazos, siguiendo la broma con una risa nerviosa.
—No gracias —se acercó ahora a Jungkook—. ¿Listo para tu primer día, Jungkookie?
—Siempre.
—¡Así se habla! —lo estrechó con más fuerza—. Ven, vamos por un bonito uniforme para ti.
—No necesito uno para estar en una oficina.
—Pero sí para patrullar las calles, o qué, ¿Piensas salir por ahí impartiendo justicia vestido de civil?
Los ojos de Jungkook brillaron de emoción mientras Hoseok lo arrastraba por los largos pasillos de la comisaría luego de despedirse del comisario Min.
...
—¿Y bien, te gusta? —Jungkook se observó de cuerpo completo en el espejo frente a él, acomodando algunos mechones de cabello debajo de la gorra y sonriendo en grande al verse como siempre soñó.
—Me encanta. —suspiró, casi enamorándose de sí mismo.
—Contigo de policía yo sí me vuelvo criminal —bromeó el mayor echándose aire con ambas manos.
—¿Qué cosas dices hyung? —rio ante las falsas insinuaciones de su amigo.
—¡Arrésteme oficial! —Hoseok se arrojó a sus brazos fingiendo desmayarse.
—Hyung, basta —el menor no podía contener la risa—. Al menos espera a que lleguemos a casa.
El aludido abrió los ojos, aún en los brazos de Jungkook, la picardía adueñándose de cada una de sus facciones.
—Uy kookie sucio —rio—. Has dejado de ser un niño para convertirte en todo un hombre.
—Desde hace mucho que dejé de ser un niño, hyung —y le guiñó un ojo coquetamente.
—¡Cielos! ¿Es acaso una indirecta? Sí a todo.
—¿No tenemos trabajo que hacer? —lo apartó.
—Claro, cámbiame de tema. Sólo ilusionas —llevó una de sus manos a su corazón, dolido—. De todas formas siempre serás mi bebé.
Le dio una nalgada y salió de la habitación.
El par de hombres uniformados atravesaron la comisaría, Jungkook estaba ansioso por subir a la patrulla y Hoseok se sentía sumamente feliz de tener como pareja a su mejor amigo, el castaño se adelantó entrando a la oficina de Yoongi con un eufórico saludo.
—¿Es que jamás aprendes a tocar? —el pelinegro escuchó que Yoongi lo regañaba desde dentro, con curiosidad Jungkook asomó la cabeza dentro del despacho, apenándose al ver que su hyung no se encontraba solo.
—Perdonen la interrupción —sintió la obligación de decir, con los profundos ojos color madera del otro hombre sobre él.
—Me alegra que tú sí tengas valores, adelante Jungkook —el mencionado entró como se le solicitó—. Dije Jungkook.
Yoongi remarcó con firmeza. Hoseok, quién sigilosamente había entrado tras el menor hizo un mohín pero acató la orden, dejando a Jungkook con dos pares de ojos encima.
—Buenas tardes —hizo una venia.
—Buenas tardes —respondió el hombre, no dejando de mirarlo nunca.
—Jungkook, él es Kim Namjoon, el inspector general de esta comisaría. Namjoon éste es Jeon Jungkook, es su primer día aquí.
—Un placer, Jungkook. —Namjoon le extendió una mano que no tardó en estrechar, admirando cómo al moreno se le formaban unos lindos hoyuelos al sonreír. Le fue imposible no pensar en lo atractivo que era y se avergonzó tras descubrirse pensando aquello de una persona que acababa de conocer.
—El gusto es mío —apartó la mirada para no ruborizarse—. Comisario, Hoseok y yo veníamos a informarle de nuestra partida. Patrullaremos las calles dado que quiere enseñarme vías de salida más rápidas en caso de emergencia.
—Adelante —concedió—. y dile a Hoseok que si enciende las sirenas para evitar el tráfico voy a despedirlo.
—Entendido —respondió y miró una última vez a Namjoon antes de retirarse—, permiso.
Cuando su silueta desapareció, Namjoon habló.
—¿Qué tanto le conoces? —quiso indagar, jugando con una pluma entre los dedos.
—¿Por qué el repentino interés? —Yoongi llevó la taza de café a sus labios dando un largo trago.
—Parecías acostumbrado a su presencia a pesar de ser su primer día y mencionó que patrullaría con Hoseok, según tengo entendido los novatos no suelen tener pareja tan rápido.
—Deberías ser así de observador para los operativos —dio un segundo trago y dejó la taza sobre su escritorio—. Somos buenos amigos desde hace varios años, estaba en Busan haciendo la carrera, hace como tres días llegó a Seúl. Y sobre Hoseok, es su mejor amigo y la razón principal por la que ingresó a esta comisaría y no a una en Busan.
—Luce prometedor, si ocupa un instructor estoy disponible—. Yoongi lo miró con sorna, su expresión cubriéndose de cansancio tras escuchar el característico ruido de las sirenas alejarse.
—Será idiota —susurró sosteniendo el puente de su nariz, irritado.
...
Hoseok reía estruendosamente dentro del auto mientras Jungkook seguía contándole anécdotas de los viejos tiempos, rememorando especialmente aquella ocasión en la que los tres habían salido a cenar al aire libre y heces de paloma aterrizaron sobre el plato del mayor. Yoongi casi demandaba al lugar por colocar dicho restaurante justo donde se agrupaban cientos de palomas.
Cuando su risa cesó y dio su total atención a la carretera, Jungkook aprovechó esos momentos de silencio para ver tras la ventana. El cielo estaba limpio, sin una sola nube que tapara el brillante azul. Se sintió en paz. Justo cuando pensaba contarle otra historia a Hoseok, éste habló por la radio.
—Parece que tenemos un código púrpura, ¿Sabes lo que significa kookie?
—Por supuesto. Están vandalizando la vía pública.
Hoseok asintió satisfecho y dio vuelta en una calle poco transitada.
...
—Ahí está —murmuró Hoseok estacionando la patrulla a varios metros de distancia como medida preventiva para evitar que el chico huyera luego de verles. Hoseok bajó y Jungkook lo siguió.
Conforme más se acercaban el mural frente a ellos crecía igualmente y Jungkook no podía creer que alguien llamara vandalismo a esa obra de arte. Sus pasos los delataron y el artista callejero se dio la vuelta, mirando con cansancio y una pizca de aburrimiento a los hombres uniformados que se le acercaban, como si fuera escena de todos los días.
—¿Vandalizando tan temprano? —le dijo Hoseok sacando una pequeña libreta y comenzando a redactar una multa.
—Buenas tardes para usted también, oficial Jung —respondió sonriendo arrogante y clavando repentinamente la mirada en un oficial que jamás había visto—. ¿Quién es usted?
—Nadie que deba importarte, Kim —Hoseok había hablado antes de que Jungkook tuviese oportunidad de replicar, entregándole la respectiva multa—. La próxima vez que hagas tus dibujos en muros públicos tendré que arrestarte.
—Si tu amigo viene contigo cuando eso pase no tendré problema con entregarme —alzó una ceja sugerente, mirando descaradamente a Jungkook de arriba abajo quién, incómodo, carraspeó.
—Vamos, largo de aquí si no quieres cargos por disturbio —la mirada gélida de Hoseok le pareció intimidante, pues nunca lo había visto tan serio.
—Es aburrido, oficial Jung. Como sea, nos vemos nadie que deba importarme —le guiñó un ojo, tomó sus latas de pintura y les dio la espalda comenzando a marcharse. Jungkook oró a todos los dioses existentes no sonrojarse y tener la fuerza interior para apartar la mirada de la estrecha cintura del pelirrojo y sus largas piernas.
—Sea lo que sea que estés pensando, olvídalo Kook —la voz de Hoseok lo hizo apartar la vista, avergonzado por ver al chico más tiempo del necesario, sintiéndose cohibido tras ser descubierto—. No con él. No con Kim Taehyung.
—Pensaba en cómo podría existir alguien tan sinvergüenza como ese chico, ¿Por quién me tomas hyung, y por qué sabes su nombre? —trató de excusarse.
—No hay una sola persona en la comisaría que no sepa su nombre, bienvenido al club. Y se le conoce especialmente por cosas como éstas: pintar y no conocer el pudor. Conozco su historial, así que créeme cuando te digo que no te conviene relacionarte con él. De ninguna manera —advirtió con firmeza—. Regresemos antes de que Yoongi hyung nos dé por desaparecidos.
Jungkook subió al auto levemente decepcionado de su primera intervención en patrullaje, pues había durado muy poco y ni siquiera había podido pronunciar palabra. Mientras, Hoseok manejó tratando de no pensar en la forma que vio cómo los ojos de su mejor amigo habían brillado al ver a Taehyung y el cómo enrojeció tras haber sido atrapado mirándole.
Hoseok trató con todas sus fuerzas no prestarle demasiada importancia al malestar en su pecho, obligándose a poner atención a la carretera y no al presentimiento de que aquello terminaría catastróficamente.
[...]
"Como el cielo en libertad y la inexplorada profundidad del mar, como la lluvia al caer en los días tristes, soy azul.
Pues quien ha gozado de la soledad y llanto sabe también disfrutar aquellos días con el cielo despejado y sonrisas en los labios."
AL FIN PUBLICO ESTO QUE EMOCIÓN NINHYRCDGYBN
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