La ceremonia no había salido tal y como yo había previsto.

Con la aparición de la Diosa y su enfrentamiento con Selene todo se había ido al traste.

Había tantas preguntas en mi mente y tantas dudas que era imposible centrarme en una sola.

¿Qué significa todo lo que se habían dicho entre ellas?

¿Qué era Selene y como era posible que hubiera podido enfrentarse a la criatura más poderosa que conocía?

Todo lo que creía saber de ella se desmoronaba por momentos, riéndose de mí por haber creído por un momento que podía controlarla.

Observé el contorno de su rostro en la penumbra, intentando adivinar la respuesta a todas las preguntas que tenía.

Después de la pelea se había desmayado y la cargué hasta mi habitación para que descansara.

Acerqué mis dedos a su rostro y dibujé el contorno de su pómulo y mandíbula.

–¿Realmente te interesa esa mujer como pareja de vida? —la voz de la Diosa me sobresaltó y di un pequeño respingo, apartando los dedos del rostro de Selene.

Me mantuve sereno y cubrí disimuladamente a Selene con mi cuerpo, bloqueando la vista sobre ella.

–Tranquilo —rió fríamente ella al ver mi intento de protegerla—. No tengo intención de hacerla daño, no más del que le has hecho tú, al menos —terminó con una sonrisa y comenzó a pasearse por la habitación.

Apreté los dientes ante el recordatorio de lo que había descubierto Selene durante la ceremonia y un nudo de culpa y remordimientos se instalaron en mi estómago.

–¿Sabes que no eres su pareja natural? Todo esto no ha sido más que otra alteración por parte de mi hermano para molestarme —su tono de voz adquirió un tono irritado y una mueca de rabia deformó su inexpresivo rostro.

–¿Qué quieres decir con que no soy su pareja natural? —pregunté confuso y sin entender a donde quería llegar.

Ella giró su rostro hacia mí y me miró fijamente.

El verde de sus ojos se acentuó ligeramente al clavarse en los míos y aparté la mirada, incómodo.

–Lo que quiero decir es exactamente eso. No eres su pareja, pero la intervención de mi hermano interrumpió cualquier tipo de vínculo que pudieron llegar a establecer entre ellos —dijo pensativa mirando a algún punto de la habitación.

Me quedé totalmente sorprendido por unos momentos.

¿Eso significaba que Selene tenía a su pareja en algún punto del mundo aún?

¿Y... yo tenía la mía?

– Volveré a repetir la pregunta Nathan, ¿quieres a esta mujer como tu mate? –preguntó con una nota de curiosidad en su voz.

Desvío la mirada de nuevo hacia Selene y la observo dormir plácidamente mientras pienso en la respuesta.

Desde el principio me rehusé al hecho de que yo pudiera llegar a quererla de algún modo, pero una vez acepté que ella era mi mate todo fué diferente.

Cometí tantos errores en el proceso de aceptarla que me avergüenzo de mi comportamiento.

La herí, la humillé y jugué con ella de una manera que no se merecía y estropeé las pocas oportunidades que podría haber tenido para ganarla.

Restrego mi cara con las manos en un gesto de frustración y confusión porque no sabía que respuesta darla a esa pregunta.

Si la decía que sí estaba no sólo firmando mi destino, si no también el de ella.

¿Si lo hacía podría llegar a perdonarme algún día o tendría que pasar la eternidad con una persona que de por sí ya me odia?

Tomo una bocanada de aire y la miro a los ojos, decidido.

–Quiero saber exactamente a lo que me enfrento y para eso, necesito saber la verdad —respondí seguro de mí mismo y dejando claro que era lo que quería saber.

Ella se quedó inmóvil unos instantes y sonrió lentamente, mostrándome una sonrisa tan frágil y falsa que tuve que contener el escalofrío que amenazaba con delatarme.

–Verás Nathan, ella no es la criatura indefensa que aparenta ser. Es un error que jamás debió existir, pero hubo una persona que rompió toda las reglas conocidas y se aventuró hacia una vida oscura y marginada —comentó pensativa y con la vista perdida.

Me sumergí en su historia mientras comenzaba a conocer a Selene.

Su vida, sus orígenes, su pasado y sobre todo, sus capacidades.

–Hubo una época en la que vosotros, todos los cambiantes, no existíais. Los dioses rara vez podemos procrear, básicamente por que la naturaleza es sabia y no podría haber tantos dioses como hay humanos, porque habría un desequilibrio de poder. Decidimos crear una raza diferente a partir de ellos y cada una de las especies tiene algo nuestro en su interior. Se decidió que bajo ningún concepto podíamos tener descendencia con nuestras creaciones. Primero, porque no sabíamos qué clase de poder o criatura surgiría de esa unión y segundo, porque sería algo completamente inmoral juntarnos con seres inferiores y quienes además, podrían considerarse nuestros hijos.

–¿ Y Selene es el resultado de la unión de un Dios y de una de sus creaciones? —pregunté sorprendido.

No podía imaginar que alguien con una apariencia tan frágil fuera tan poderosa y yo ni siquiera me hubiera dado cuenta.

–Sí, lo es y créeme, hemos intentado solucionar este... error, pero no se nos ha permitido—comenta tras un suspiro sentándose a un lado de la cama —Verás, el curso de la vida y el destino van ligados por un hilo muy fino, pero consistente. Cualquier cambio, por pequeño que sea, afectará al futuro inmediato y eso es algo que puede ser bueno, o terriblemente catastrófico. Ella es la primera y única criatura con esta descendencia y al parecer, tiene un papel clave en no sé qué futuro, guerra o lo que sea.

Con cada palabra que escucho mi sorprensa aumenta junto con un sentimiento amargo y desconocido al que no quiero dar nombre.

Todo lo que me ha contado hasta ahora me sirve para conocerla mejor, pero aún no sé nada sobre su pasado ni sobre el porqué llegó hasta aquí.

–¿Porqué vino aquí, porqué tu... hermano tiene interés en que ella y yo seamos mate? —logré preguntar a pesar de la confusión en la que estaba sumergido.

Un pesado silencio invadió la habitación durante unos instantes, permitiéndome recomponer poco a poco el puzzle en mi cabeza.

–No estoy del todo segura de las razones que hay detrás del comportamiento de mi hermano, pero puedo asegurarte que no es al azar. Eres uno de los licántropos más poderosos hasta la fecha, por lo que tiene sentido que te empareje con ella —comentó pensativa.

Su silueta recortada por la luz de la luna creó una de las estampas más bellas y escalofriantes que había visto nunca.

Nunca había visto a la Diosa, claro que nos habíamos comunicado, pero siempre a través de sueños confusos y en los que nunca había vislumbrado su rostro.

Tenía que admitir que era una criatura profundamente fascinante y que poseía un aura tan poderosa que no sabías si querías acercarte o salir corriendo.

–Va a despertar y tendrás que estar preparado, no te va a gustar lo que vas a encontrar lobo.

Y dicho esto, desapareció dejando tras ella una pequeña nube brillante, como si de diamantes se tratase, sobre el lugar en el que hasta hacía dos segundos estaba.

Un quejido retumbó por la habitación y me apresuré a acercarme a la cama donde estaba Selene, con el corazón latiéndome desenfrenado en el pecho y un nudo en la garganta.

* * *

Holaaaa!!!!
Lo sé, lo sé, he tardado muchísimo tiempo en subir este capítulo y os pido perdón de corazón, he tenido una sequía de imaginación y no lograba terminarlo.

Espero que podáis perdonarme y disfrutéis de él, he vuelto y empezaré a subir nuevos capítulos muy pronto!! Gracias por estar aquí y os agradezco de corazón todos los comentarios y estrellitas❤️❤️❤️🙏🏻