Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 8 - Lágrimas de sangre

Mi sangre se convierte en lava hirviendo y una corriente de electricidad me tensaba constantemente el estómago.

Siguió torturándome con esas ligeras caricias, mis brazos, mi cuello, mi pierna de nuevo... pero nunca llegaba a tocarme realmente, sólo se recreaba tocando mi piel superficialmente.

En un momento se inclinó y comencé a respirar más rápido cuando sentí su aliento en mi cuello, se mantenía estático sin alejarse, pero tampoco se acercaba.

Sus labios se posaron suavemente justo detrás del lóbulo de mi oreja, arrastrándolos hasta mi cuello para luego volver a subir hacia arriba.

La voz de mi consciencia gritaba y clamaba que parara, que esto estaba mal y que me arrepentiría más tarde, pero la naturaleza era más fuerte.

Empezó a depositar esporádicos besos en sentido descendente por mi cuello, provocando que esa pequeña voz se apagara y miles de estremecimientos recorrieron mi cuerpo mientras reverenciaba la marca que él mismo imprimió.

—Dijiste que nunca te aparearías con un lobo, pero aquí estás, dejando que uno te toque —susurró divertido en mi oído mientras mordía el lóbulo de mi oreja y su cálido aliento me producía infinidad de cosquillas.

Su comentario me crispa y me enfada ligeramente, como si fuera un experimento para él en este momento, viendo como temblaba y reaccionaba mientras él no parecía alterado en absoluto por ello.

–Vas a ser mi perdición —me pareció oírle susurrar por lo bajo, aunque no estaba del todo segura.

Nuestros ojos se encuentran y la frialdad que normalmente acompaña su mirada parece derretirse un poco cuando pasa un dedo por mis enrojecidos labios.

De repente y sin esperarlo, la puerta se abre con la fuerza suficiente para abrir un agujero en la pared, rompiendo la burbuja que nos aislaba del resto del mundo.

Nathan se colocó delante mía gruñendo y enseñando los dientes con furia ante el intruso. Me sorprendió esa reacción de su parte, me arropó rápidamente con la sábana hasta el cuello y escucho la voz de quien había entrado.

—Aléjate de ella —oigo una voz helada cargada de advertencia.

–¿Qué mierda crees que haces entrando en mi casa, mestizo? —ruge con fuerza Nathan en respuesta.

Me bloquea por completo la vista y no podía saber quien era el que abrió la puerta, pero a la misma vez esa voz penetró en la neblina en la que estoy sumergida.

En ese mismo momento, Nathan se movió un poco y pude distinguir quién era.

Me empezaron a temblar las manos y mis mejillas estaban furiosamente calientes.

—¿Matt? —susurré con un hilo de voz.

El desvió sus duros ojos hacia mí y comenzaron a brillar peligrosamente mientras volvía la mirada hacia Nathan y empezaba a resonar un gruñido bajo en su garganta.

—Sabes que no está en condiciones de elegir nada y aún así la has puesto en esta situación —escupió con asco Matt mientras daba un paso para acercarse a mí.

—No.la.toques.Matt —advirtió lentamente Nathan.

Matt se giró sorprendido hacia él al igual que yo por su amenaza y veo como enarca una oscura ceja en su dirección.

—Plantéate esto lobo, ¿la proteges a ella o a la hembra que está en celo y tu bestia ansía reclamar por sus hormonas?—observó objetivo Matt.

Levanta una ceja divertido ante lo que ha dicho y un bufido escapa de sus labios.

–Si no la he hecho nada, apenas la he rozado. Ni que fuera a violarla tarado —escupió con asco.

En ese momento, mi caja torácica empezó a retumbar con fuerza y yo me tapo la boca inmediatamente con los ojos como platos y completamente avergonzada.

Los dos se giraron la cabeza rápidamente con una mirada de incredulidad y sorpresa y sus bocas abiertas.

—¿Acabas de ronronear mujer ? —soltó con una carcajada Nathan—. ¿Lo ves Matt? Ella está agusto conmigo. Aunque he de admitir que eso sonó...
—su voz bajó una octava y su pícara sonrisa calientan mis mejillas al instante.

«¡Qué demonios te pasa!» Grité interiormente a mi jaguar.

Ella no me contestó, pero pude comprender retazos de sus pensamientos.

Está extasiada de que dos machos estén disputándose el derecho a estar con ella.
Pongo los ojos en blanco ante esto y la escucho claramente.

«Sólo míralos» ronroneó

«No se están disputando el derecho a nada, enferma» la contesto con fastidio.

En ese momento levanto la vista y observo a los dos hombres que se han quedado estáticos en su sitio mirándome sin parpadear.

Donde Matt parecer ser todo cariño y dulzura, Nathan es todo lo contrario.

Con su piel y cabello oscuro, su ropa negra y sus fríos ojos haría temblar hasta el más valiente de los jaguares.

Podía ver como el negro de sus ojos cambiaba de forma intermitente con el amarillo de su lobo.

Fruncí el ceño y observé más de cerca a Matt intentando comprender cómo era posible que comprendiera toda esta situación.

Con su cabello castaño y ondulado, sus ojos de un avellana claro, las mejillas y el puente de su perfecta nariz salpicada de pecas, daba la sensación de ser un chico terriblemente dulce, pero había un borde de dureza que hasta ahora no había visto.

Me desvié de nuevo a Nathan que me miraba con una expresión seria y neutra en la cara, sin dejar entrever nada de lo que podía estar pensando.

—¿Se puede saber que os pasa? —inquirí con fastidio en mi voz y ladeando la cabeza ligeramente.

Mi voz pareció sacarles del trance en el que estaban y Matt me dirigió una mirada cargada de...¿esperanza?.

—Es sólo... que nunca pensé que te verías así —susurró mientras se acercaba a mí con sus sonrojadas mejillas.

Escuché un gruñido de advertencia mientras Matt se paraba a mi lado, pero él lo ignoró.

Cerré la boca al observar de cerca esos ojos con pequeñas motitas verdes mientras se arrodillaba al pie de la cama y me observaba. Me miraba fijamente como si quisiera saber exactamente qué era lo que estaba pensando.

Nathan me confundía por sus cambios extraños de humor y porque no sabía qué era exactamente lo que pretendía, pero Matt... Matt parecía ser transparente y sin nada que ocultar.

¿Podría confiar en él? Apenas lo conocía, pero me daba la sensación de que sí.
No criticaba, sólo había aceptación y cariño en las profundidades de sus ojos.

Fruncí el ceño recordando como lo había llamado Nathan momentos antes.

—¿Mestizo? —pregunté con confusión.

Exhaló un largo suspiro mientras recogía un mechón rebelde y lo colocaba detrás de mi oreja.

Sentí una descarga de electricidad ante su toque y me sorprendí siguiendo con mi rostro aquella mano, mientras apoyaba mi mejilla en ella para apartarme al instante en el que me dí cuenta de lo que hacía.

«¡Para ya Irinea!» la grité.

«No he echo nada» contestó ella inocentemente.

Sí y una mierda nada —pensé para mí misma.

—Es una larga historia —dice ignorante de mí pelea interna mientras me observaba con esas increíbles pestañas enmarcando sus ojos.

Nos quedamos en silencio observándonos mutuamente unos segundos cuando un carraspeo llamó mi atención y aparté la mirada de Matt.

Nathan estaba de pie mirándonos con la mandíbula apretada y los ojos cargados de una emoción oscura que no logré identificar.

Se pasó una mano por el pelo y soltó una maldición mientras se dirigía hacia Matt.

—Llévatela de aquí —gruñó lleno de rabia—.De todas maneras ya obtuve de ella todo lo que quería —terminó con una mirada altanera mientras pasaba por el umbral de la puerta y daba un portazo.

Abrí la boca de golpe y me encogí al comprender el significado de lo que acababa de decir, mis ojos se llenaron de lágrimas de arrepentimiento.

¿Cómo había podido ser tan estúpida de olvidar con quién estaba tratando?.
Matt me ayudó a levantarme y pasó una mano por mi cintura sujetándome contra él.

–Vamos pequeña, te sacaré de aquí —la dulzura en su voz caló en mis huesos y supe que si yo quisiera, sería mi compañero ideal.

Sólo acerté a asentir y me apoyé en su cálido cuerpo mientras me arrastraba al exterior.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro