Noto como una corriente de electricidad me recorre de la cabeza a los pies y las mil excusas que se habían formado en mi cabeza se evaporan ante el contacto de su piel contra la mía.

Me quedo quieta sin saber que hacer, sintiendo el peligro en cada poro de mi piel y no queriendo hacer ningún movimiento brusco que le altere más.
Le clavo superficialmente las uñas, deseando que reaccione y se aleje.

Tiene la cara oculta en el hueco de mi cuello cuando siento que lo muerde al intentar empujarle y emite un gruñido de advertencia que retumba por todo mi cuerpo.

Siento su aliento en mi cuello aspirando mi aroma con fuerza y una leve punzada de dolor hace su aparición cuando aprieta aún más sus dientes, empujándome contra la puerta del coche y sujetando mis hombros contra ella.

Comienzo a desesperarme y una corriente de temor y miedo sacude mi cuerpo.Sé que forcejear con él sería una clara invitación a que su presa aumente, pero no puedo evitar revolverme y un quejido escapa de mi boca cuando lo que temía sucede.

Su cuerpo en tensión debería haber sido  una señal suficiente para desistir y rendirme, pero con el pánico empezando a apoderarse de mí, no me dí cuenta cuando se rompió el frágil control que mantenía sobre su lobo.

Un segundo antes de saber lo que estaba pasando, hunde profundamente sus colmillos en mi hombro haciéndome sentir un dolor atroz y lacerante.

De mis cuerdas vocales escapa un grito espeluznante, más animal que humano mientras mis ojos se cristalizan de lágrimas de dolor.

Con rapidez engancho cada mano a un lado de la camioneta, encojo mis piernas y doy una patada frontal con toda la fuerza de la que soy capaz.

Noto como me desgarra el hombro al lanzarle contra el suelo tan brúscamente, que no le da tiempo a liberarme antes de caer hacia atrás.

Caigo de golpe contra el suelo y automáticamente me llevo una mano al hombro herido que ya empieza a sangrar.
Me levanto lentamente contrayendo la cara en una mueca de sufrimiento por lo que estoy sintiendo.

¿Por qué me atacó de esta manera?

No le había hecho nada, de hecho fuí lo bastante cuidadosa como para no provocarle.

–¡Qué diablos te pasa! —grito a pleno pulmón mientras él levanta la cabeza sorprendido y el desconcierto bailando en el fondo de sus ojos oscuros.
Puedo asegurar que en este momento mi mirada es salvaje y mi respiración entrecortada.

Valoro rápidamente el daño, la profundidad del mordisco y me quedo helada al darme cuenta de lo que significa.

–¿Me acabas de marcar? —el temblor de mi voz delata que estoy más alterada de lo que quiero aparentar y una corriente de furia eriza cada cabello de mi cuerpo, apunto de estallar.

Cuando un cambiante marca deja su propio olor en el de esa persona, asegurándose de que el resto de machos o hembras se den cuenta de que pertenece a alguien, pero yo no pertenezco a nadie y mucho menos a un chucho con pulgas.

Voy a tener que aguantar llevar su olor por al menos 5 días, no ha sido lo suficientemente profundo como para que dure más tiempo.
Le veo retroceder con miedo, más a las consecuencias de sus actos que a mi propia furia.

–No... no, no,no —su rostro se descompone mientras va perdiendo el color con la vista clavada en los hilos de sangre que empiezan a surgir de la herida.

–¡Haberlo pensado antes! ¡Me has echo daño,animal ! —mis ojos se llenan de lágrimas y se deslizan por mis mejillas.

Lágrimas de rabia contenida.

Mantengo un frágil control sobre la bestia que araña las profundidades de mi ser, exigiendo salir y hacerle pagar por tal atrevimiento.

–Esto es por tu culpa —escupe con la voz cargada de odio—Tú culpa, por haberme provocado.

Parpadeo sorprendida y me quedo paralizada al escucharle.

En ese momento las cadenas de mi autocontrol se rompen y le sonrío con maldad.

El jaguar ha decidido salir a jugar.

–Corre —le susurro con una sonrisa macabra dibujándose en mi rostro.

No sé que es lo que vió en mi mirada en ese momento, pero se levantó y comenzó a correr en dirección al bosque.
Le dejo un par de minutos de ventaja para que la captura sea más gratificante y con rabia y ansias de sangre, emprendo la carrera a toda velocidad.
Sigo su rastro por el bosque, esperando a internarme más en él para dejar al jaguar libre.

Soy consciente de todo lo que hago cuando cambio de forma, pero los instintos son más crudos, más fieros y más salvajes, no me gustaría cruzarme con algún humano por error.

Diez minutos más tarde, comienzo el cambio sin detenerme.

Noto un cosquilleo por toda mi piel, mis dientes y uñas se alargan hasta formar un morro y unas poderosas patas. Mi vista y olfato se agudizan y termino la conversión.

El aspecto de mi segunda piel, una enorme e imponente jaguar negra como la noche, ojos amarillos y poderosos colmillos, ruge de alegría al liberarla.
Disfruto del sentimiento de libertad que me ofrece mi segunda naturaleza, la agilidad de mis patas y la sensación de la tierra debajo de ellas.

Suelto un rugido de felicidad y cobro velocidad, zigzagueando entre los árboles y aproximándome a mi presa.
Cuando le diviso, puedo observar que él sigue en su forma humana, más débil y vulnerable y comienzo a acecharle ralentizando mi paso.

–Tranquilízate Selene —dice mientras nos movemos en círculos y adopta una postura defensiva.
No sé por qué no ha cambiado de forma y prefiere enfrentarme en su estado humano, pero a la jaguar la dá igual y a mí, aún más.

Le contesto con un bufido y enseñándole los dientes. Puedo captar su aroma, el sudor que recorre su piel y un toque especiado, masculino.

Ese olor enloquece a mi jaguar y se prepara divertida por la situación.

Sigo atentamente cada uno de sus movimientos mientras retrocede y en ese momento, me agazapo y me lanzo sobre él con toda la rabia y fiereza que siento en mi interior.

Éste capítulo está editado.

Anteriormente era ligeramente diferente y para los que ya lo habéis leído antes, necesitaba hacer este cambio porque había muchas incoherencias en él.

La trama se desarrollará según lo previsto, pero con alguna que otra corrección.

Gracias por leerme y espero que disfrutéis!! 🥰❤️