En este capítulo he decidido introducir una canción que me encanta y a la vez creo que explica y describe muy bien a nuestro Nathan. Os recomiendo que la escuchéis y la leías !!!
Que disfrutéis de esta actualización. ❤️

Nathan

Camino por las calles solitarias a altas horas de la madrugada con una gata cargada en mi hombro y que no deja de darme puñetazos.

¿Qué se supone que he hecho en mi vida para merecer esto ?

–Estáte quieta de una puta vez —gruño desesperado y haciendo una mueca cuando me clava las uñas en la cadera.

–¡Suéltame!¿ Vas a volver a secuestrarme ? ¡ Eres lo peor ! —grita con todas sus fuerzas.

Abro la boca para contestarla cuando noto un pinchazo de dolor y como sus dientes perforan la carne de mi espalda.

Aprieto la mandíbula con fuerza y me obligo a tomar una bocanada de aire.

–¿Quieres jugar de nuevo a los mordiscos Selene? Porque no sabes las ganas que tengo de darte uno ahora mismo —sonrío abiertamente con la idea que se me acaba de ocurrir al decir eso.

Giro el rostro y sin pensármelo dos veces la doy un mordisco en una nalga sin llegar a atravesar la tela del pantalón.

Ahoga un grito cuando finalmente se queda quieta y deja de darme esos molestos golpes.

–¿Lo ves? No era tan difícil princesa de hielo —la digo riéndome y adentrándome por fin en el bosque.

Camino alrededor de veinte minutos hasta llegar a donde me dirigía, sabiendo que las preguntas estaban por llegar.

–¿Qué hacemos en mi casa Nathan? —escucho el timbre de rabia en su voz y esbozo una sonrisa.

–Si lo prefieres podemos ir de nuevo a los túneles.Tengo buenos recuerdos de aquella vez en la que yo metí mi mano bajo... —

–¡Cállate! —sonrío triunfante al notar el nerviosismo en su voz y avanzo hasta el porche.

Esta mujer me tiene loco y no puedo dejar de pensar en la primera vez que tuve su cuerpo debajo del mío. Sus gemidos, sus sonrojadas mejillas...me cautivó hasta un punto que no quiero reconocer y ese sutil aroma floral que desprende su piel me tuvo noches enteras en vela desde que se fué.

Tiene un cuerpo que cualquier hombre desearía, unos penetrantes ojos color miel ligeramente achinados y unos pómulos bien definidos. Su boca es una de mis mayores perdiciones, labios rellenos y que me hacen estremecer al imaginármelos alrededor de mi miembro.

Hago una mueca al notar como mis vaqueros comienzan a apretarme más de la cuenta a la altura de la ingle y suelto una maldición por dentro.

La bajo al suelo en el porche de la entrada, es realmente difícil para mí mantener la compostura de indiferencia cuando siento como resbala su cuerpo contra el mío.

Cuando ya está de pie me alejo y extiendo mi mano pidiéndola las llaves.

Veo divertido como me fulmina con la mirada y con una lengua tan afilada como la de un camionero comienza a soltar todo tipo de insultos.

Selene

Mi cabeza da vueltas cuando Nathan me deposita en el suelo.

Tengo unas náuseas terribles y el paseito por el bosque cargada sobre su hombro ha revuelto mi estómago.

Veo como sus ojos recorren mi cuerpo antes de extender su mano hacia mí con la palma abierta.

–Es mi casa, yo la abriré gracias —refunfuño cogiendo las llaves y colocándome delante de la puerta.

Lo que normalmente era sencillo, esa noche terminó siendo misión imposible el meter la llave dentro de la cerradura después de varios intentos.

–Trae —le escucho decir antes de arrebatarme las llaves y abrir la puerta, haciendo un gesto teatral con la mano para que pasara primero.

Ruedo los ojos y dándole un empujón con el hombro me adentro en la casa tropezándome con mis propios pies.

Su brazo atrapa mi cintura antes de estrellar la cara contra el suelo por segunda vez esta noche y ese olor tan característico de él inunda mis fosas nasales.

Vainilla y canela.

Contengo un estremecimiento cuando le siento oler mi cabello y escucho un suave gemido escapar de sus labios.

–Tienes un olor que me enloquece —su voz es ronca y noto su aliento en mi oreja, acariciándola con sus labios—.¿Cómo huelo para tí? —susurra apretándome contra su cuerpo y después de dos meses, siento ese familiar cosquilleo en mi vientre al sentirle tan cerca.

–Vainilla. Canela —los pensamientos se escurren como agua entre mis dedos al notar su calor en mi espalda, su cabello rozando mi mejilla y ese olor que le caracteriza se vuelve más denso, casi tangible en el aire.

–¿Y te gusta gatita?¿Te gusta como huelo para tí? —me mordisquea el lóbulo de la oreja y mis piernas tiemblan por la impresión.

No sé si con todos los machos me sentiría de la misma manera al estar en esta situación, pero no puedo entender la necesidad que tengo hacia él desde que nuestros labios se rozaron esa primera vez.

Él gira mi cuerpo y apoya mi espalda en la pared delicadamente.

Sus ojos se desvían a mis labios y contengo el aliento cuando pasa la yema de sus dedos por ellos. Frunzo el ceño y le aparto con un ligero empujón mientras suelto un resoplido lleno de desesperación.

–Esto tiene que parar Nathan, no puedes seguir así —sus cambios de personalidad cada vez me confunden más.

Puede ser un chico dulce o un alfa despiadado y dominante.

Él me mira confundido y yo camino hasta la mesa del comedor, sentándome en una de las sillas y pongo mis manos en la cara, intentando ocultar las lágrimas que luchan por salir.

–Me tratas mal y luego... luego eres considerado y casi... am-amable, me confundes —mi voz sale entrecortada y no puedo evitar que un sollozo rompa mi garganta.

No puedo más.

Yo sólo deseaba una vida normal entre humanos, estudiar y alejarme del mundo que me dió la espalda y no creyó en mí, pero nada salió como planeé.

De repente noto sus brazos a mi alrededor y me abraza con fuerza, provocando que mi llanto vaya en aumento y mis mejillas se inundaran de lágrimas que resbalaban por mi barbilla.

–Shhh.... todo está bien Selene. Lo siento, aveces no sé cómo frenar mis impulsos —susurró en mi coronilla mientras me acariciaba el pelo.

Su calor abandonó mi cuerpo y le encontré acuclillado delante mía, pasando sus dedos apartando las lágrimas y con una mirada triste en sus ojos.

–¿Sabes algo sobre los lobos?¿Sabes como se comporta un alfa o como eligen a una compañera? —pregunta con los ojos ocultos por su pelo y apoyando su frente en la mía.

Mi corazón latía desbocado y sólo acerté a negar con la cabeza, no queriendo interrumpir lo que me estaba contando.

–Los alfas, al igual que en tu especie, somos los que guiamos a una manada, los que la protegemos y buscamos el bienestar de todos los que forman parte de ella. Nos educan desde el nacimiento para ser inflexibles y fríos, para lidiar con los problemas y las responsabilidades que conlleva tal puesto —se interrumpe y gira su rostro, perdido en sus recuerdos y su historia—.Normalmente, cuando alcanzamos una edad elegimos una compañera, una mate, que nos acompañe y nos dé la nueva generación de líderes... Puede ser predestinada, tu alma gemela o alguien a quien tú elijas —fija sus ojos en mí, evaluando mi reacción y esperando a que asimilara la información.

–¿Porqué me cuentas esto? —mi cabeza es un lío de sentimientos y confusión, sin saber ni comprender por qué decidió contarme eso.

Sus ojos brillan y una sonrisa tímida, algo que no había visto nunca en él, asoma a su rostro.

–Quiero hacer las cosas bien. ¿ Qué me dirías si te pidiera una cita, gatita ? Una de verdad, sin trucos ni secuestros —su mirada brilla con determinación pero también con miedo e inseguridad.

¿Nathan me estaba invitando a salir?

                      *          *          *

Holaaa!!!
Gracias a los que habéis llegado hasta este capítulo y habéis seguido toda la historia. No puedo hacer más que agradeceros que en tan sólo un mes y medio que empecé con ella haya tenido tanto apoyo, para muchos no será tanto pero para mí es algo que agradezco de corazón.
Todas las sugerencias, opiniones o críticas son bienvenidas y me ayudarán a seguir mejorando así que os animo a dejar vuestras impresiones y  pensamientos !! ❤️❤️❤️