Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap 2 - La noche de las bestias

Llevo parada enfrente del espejo por lo menos media hora.Decido retirarme los dos mechones que enmarcan mi rostro y sujetarlos con una horquilla, creando un semi-recogido bastante sencillo.

Me he cambiado de ropa tantas veces que ya ni siquiera recuerdo todo lo que me he probado hasta decidir lo que iba a llevar a la fiesta esta noche.

He optado por unos vaqueros azul claro de campana que se ajustan por encima de mi ombligo hasta las rodillas, para ampliarse ligeramente hasta los tobillos.

En esta ocasión, he decidido ponerme un jersey de color azul marino con cuello alto. Soy una jaguar, pero eso no significa que no tiemble de frío cuando bajan las temperaturas por la noche.

Me he puesto las converse blancas que me regalaron mis padres, después de estar suplicándoles casi dos meses para que me las regalaran.

Estoy tan nerviosa por la fiesta que tengo nauseas y el estómago revuelto. Quiero encajar, quiero hacer amistades y quiero sentirme normal por una vez en la vida, sin leyes absurdas ni prohibiciones, ser una adolescente más.

Con mis 19 años, apenas he disfrutado la vida y creo que va siendo hora de hacerlo.

Sonrío al espejo y me preparo para salir.

Estoy de camino al lugar que Sophia me indicó, me tiemblan tanto las manos que no puedo sujetar con fuerza el volante de mi destartalada camioneta.

–Eres una mujer-jaguar con una fuerza extraordinaria y aquí estas, temblando como una hoja por una simple fiesta —gruño a disgusto.

Aparco el coche lo más cerca que puedo del lugar y paro el motor.
Cuando salgo, me recibe una ligera brisa primaveral y aspiro con fuerza el olor de las hojas mientras se curva una sonrisa de felicidad en mi rostro.Abro los ojos y recorro el lugar, escuchando de fondo las risas y el sonido apagado de la música.

Huelo el ambiente y me dirijo hacia donde proviene el olor,internándome en el bosque y en la oscuridad.

Cuando llego me sorprende lo que veo.
Hay un montón de chicos y chicas alrededor de un fuego, con vasos de plástico en la mano y riendo a carcajadas.
Observo a la multitud y de repente veo a Sophia viniendo directamente hacia mi con dos vasos en la mano y una sonrisa que ilumina su rostro.

–¡Has venido! —Me dice dándome un fuerte abrazo y apartándose.

–Si, no podía perderme la oportunidad de ver a todos esos chicos guapos de los que me hablaste —respondo bromeando.

Es tan fácil hablar con ella que se me escapa casi sin darme cuenta y siento que me ruborizo intensamente.

–Quiero decir... —intento rectificar inmediatamente.

–Oh sé lo que querías decir —dice mientras suelta una carcajada—.Tranquilízate Selene, aquí no mordemos. Bueno —dice mientras curva sus labios en una ligera sonrisa —.Al menos no todos —añade guiñándome un ojo.

Me entrega uno de los vasos que tiene en la mano y me agarra casi arrastrándome hacia un círculo de gente que hay reunida a un lado del fuego.

–¡Chicos! —grita cuando nos vamos acercando—.Mirar quién ha venido —dice entusiasmada cuando llegamos.

Todos dejan lo que están haciendo y me miran. Me siento inspeccionada hasta el último centímetro de mi cuerpo.

Trago saliva y me presento.

–Hola, soy Selene —me presento con una sonrisa tímida—.Encantada de conoceros.

Rápidamente los chicos se levantan y se presentan.

Matt, un chico de cabello moreno y ojos castaños. Tiene la nariz salpicada por unas pequeñas pecas que le dan una apariencia juvenil y traviesa. Jareth, un rubio de penetrante mirada azulada, tímido por cómo evita constantemente mis ojos y con una sonrisa agradable.Y por último Mylan, un chico increíblemente alto, con un cabello rojizo dorado y ojos verdes.

Todos me dan la bienvenida y me sonríen, estoy tan contenta ahora mismo que podría saltar de alegría.
Tanya, una chica muy parlanchina y vivaracha con un tremendo sentido del humor, se acerca y me saluda también.

–Pareces haberles caído bastante bien a los chicos del grupo —dice una voz a mis espaldas.

Me giro y veo a una chica de largo pelo rubio y ojos castaños con una mueca en los labios. Es alta, por lo menos 1,80 y va perfectamente peinada y maquillada.

Me da la sensación nada más verla de que algo la ha molestado, pero por más que lo pienso no logro comprender que he podido hacer para conseguir disgustarla.

–Yo...bueno supongo que ¿si? —la respondo con una media sonrisa.

Me mira fijamente y pasa por mi lado, contoneando las caderas de manera exagerada y sentándose en el regazo de Matt.

Frunzo el ceño hasta casi juntar las cejas ¿Cuál es su problema?

–Hola Matt cariño —ronronea en su oído y con una sensual sonrisa en los labios.

–¿Qué hay Keyra? —responde secamente Matt.

De repente empieza a mirar  por todo el lugar y sonríe, aunque me da la sensación de que no está del todo feliz.

–¿Dónde has dejado al "oh, popular" jugador de fútbol por el que me dejaste?.

De repente todos en el grupo se quedan en silencio y parecen bastante incómodos, sobre todo Keyra.

–Oh bueno, por ahí —responde con un encogimiento de hombros y una mueca de disgusto.

–Bien, pues en ese caso, Keyra, ve a buscarle " por ahí" —responde Matt con un gesto de los dedos levantándose y haciendo trastabillar a Keyra con el movimiento.

Keyra gruñe y fulminado a todos con la mirada, se va del lugar. Sigo a Matt con la mirada mientras se interna en el bosque cabizbajo y con un vaso en la mano.

–Una historia difícil la de Matt —comenta Sophia poniéndose a mi lado viéndole marchar con ojos tristes—.Está bastante hundido desde entonces.

Veo como la oscuridad le engulle y ya no puedo verlo, aunque mis sentidos me dicen que esta cerca.

Cojo el vaso ya vacío que me había entregado al principio Sophia y lo relleno de nuevo. Es una bebida un tanto amarga, pero me calienta el estómago y me gusta.

–¿Crees que le importará que vaya a acompañarle? —le pregunto a Sophia.

Se gira hacia mí con ojos abiertos por la sorpresa, pero automáticamente me sonríe.

–Creo que le vendría bien un poco de compañía, sobre todo si no es como la de la víbora de Keyra —dice encongiéndose de hombros.
La sonrío también y me encamino por donde él se había ido.

La oscuridad me rodea momentos después y despliego mis sentidos, comprobando el perímetro. Me detengo y cierro los ojos dejando que mi oído haga todo el trabajo.

Capto todas las criaturas nocturnas que están en los alrededores, un búho en una rama acicalando su plumaje, un conejo buscando en la hojarasca y, finalmente, un latido acelerado y un ligero gemido.
Camino directamente hacia el sonido y me encuentro a Matt con el vaso en la mano y la cabeza entre las piernas.

–Véte Keyra, no quiero hablar contigo —dice con voz temblorosa y sin levantar la vista.

Yo sin embargo, camino hasta él y me siento a su lado, con un poco de distancia entre nosotros.

–No soy Keyra —le respondo suavemente.

El levanta la vista sorprendido, con los ojos repletos de lágrimas y una mirada tan triste que me estremezco interiormente.

–Selene... ¿que haces aquí? —pregunta con el ceño fruncido. Luego mira hacia la luz de donde procede la hoguera y vuelve la vista hacia mí—¿Ellos te han pedido que vengas no? Lo siento, pero no necesito que nadie me consuele —dice con un deje de rabia en la voz.

Me quedo sorprendida por su tono de voz un momento, aunque le sonrío.

–En realidad no necesito que nadie me diga que venga para hacerte compañía —le digo mientras medito un momento—.Sólo no quería que estuvieras solo —le digo mientras me encojo de hombros y miro al cielo cuajado de estrellas.

Él se queda mirándome un largo rato antes de que yo vuelva a hablar.

–¿Sabes? —le cuento mientras sigo mirando el cielo—.De donde yo vengo, se dice que cada persona tiene a su alma gemela en alguna parte, esperando a ser encontrada, esperando a complementarte y a que la complementes. Hacen falta muchos tropiezos para hacerlo, sino ¿como podrías valorarla adecuadamente? —desvío mis ojos perdiéndome en los suyos, intentando transmitirle confianza y esperanza.

Él parece pensar durante un momento la respuesta.

–Creo que puedes tener razón. Nunca he llegado a sentir una conexión real con Keyra, a decir verdad. Simplemente me aferre a ella por costumbre.

Su tono de voz deja entrever cansancio y decido cogerle de la mano y arrastrarle de nuevo a la fiesta.

–Arriba ese ánimo, grandullón. No te queda bien esa actitud derrotista.

Él me sonríe ampliamente y le brillan los ojos mientras lo hace.

Por un momento, me quedo sin aliento al ver la belleza de ese gesto espontáneo cuando de repente se acerca corriendo Sophia.

–Has conseguido sacar a nuestro chico de la oscuridad Sel —me dice contenta.

–Realmente sabe cómo utilizar las palabras adecuadas —contesta Matt sonriéndome.

Me sonrojo furiosamente con ese halago y él me aprieta la mano que aún me tiene agarrada.

Sophia mira a uno y a otro con una sonrisa en los labios y sacude la cabeza.

–Está bien señores, ¡que siga la fiesta!
—grita Sophia—¡Es hora de la ronda de chupitos!

Cuatro chupitos más tarde, un mareo importante y una risa tonta, me voy dando tumbos hacia la hoguera. Matt me acompaña y baila conmigo durante lo que parecen horas, hasta caer de culo agotados y riéndonos a carcajadas.

–Eso ha estado bien —me dice riéndose.

–Yo sin embargo creo que nunca me lo había pasado mejor —le digo mientras le sonrío.

De repente, tengo la fuerte sensación de ser observada y me giro lentamente con el ceño fruncido.

Mi corazón se detiene durante un segundo al reconocer al chico de la cafetería al otro lado de la hoguera, taladrándome con la mirada.

–Matt...—le digo con un nudo en la garganta—¿quién es él?

Matt sigue la dirección de mi mirada.

–Nathaniel—contesta—.Tercer año en medicina y uno de los mejores atlétistas del campus—me responde frunciendo el ceño—. Y el "oh popular jugador de fútbol" de Keyra. ¿Le conoces?

–Creo que no tengo el placer —le digo con ironía.

–Bueno no te preocupes, a veces puede ser un poco capullo, no le hagas caso —me responde mientras pasa un brazo por encima de mis hombros y me atrae un poco hacia el.

Ante ese movimiento, el chico entrecierra los ojos y frunce el ceño.

Yo estoy cada vez más nerviosa y me empiezan a picar las manos, señal de que la adrenalina de mi cuerpo está volviendo a dispararse.
¿Qué demonios pasa conmigo que no soy capaz de controlarme cuando él está cerca?

–Matt, debería irme. Es tarde y mañana tengo clase a primera hora —digo mientras me levanto lentamente.

–Oh claro... ¿nos vemos mañana? ¿En el almuerzo? —el tono esperanzado de su voz me provoca una pequeña sonrisa .

–En el almuerzo entonces —me acerco rápidamente y le doy un beso en la mejilla.

Realmente es muy dulce cuando se sonroja.

Me despido de todo el grupo y voy hacia el coche con tantas prisas que se me caen las llaves en el trayecto.

–¡Maldita sea! —susurro entre dientes mientras me agacho a buscarlas.

–¿Problemas, gatita? —me susurra una voz al oído.

Doy un salto tremendo y me giro para encarar al intruso que se me ha acercado.
Mi boca se seca y el corazón se me acelera al máximo, me empiezan a latir los colmillos y las garras toman lugar de mis uñas.

–Tranquila muchacha —dice Nathaniel con las manos el alto—.No vengo a hacerte daño—pero su sonrisa y su mirada me dicen lo contrario.

Voy retrocediendo sin perderle de vista mientras el avanza amenazadoramente.

Camina sin hacer ruido por el bosque, al igual que yo.

–Que quieres de todas maneras —le digo mientras sigo retrocediendo.

–Oh bueno, ya sabes, la adrenalina de cazar a gatitas como tú... me excita —dice con un nuevo brillo en los ojos.

Y entonces, me doy cuenta. Mis ojos se desvían hacia su boca y veo sobresalir unos colmillos afilados.

–No puede ser ... —susurro para mí misma.

–Que no puede ser, ¿Que hayas entrado en mi territorio sin permiso? ¿O el hecho de que un repugnante gato como tú esté jugando con un... humano? —me dice con ojos acerados y cargados de odio.

–Yo no estaba jugan .... —comienzo a protestar pero él me interrumpe.

–Oh ya lo creo que si, gatita, podía oleros desde kilómetros de distancia.

No lo dudo un segundo más y hecho a correr por el bosque.

Mis pies son ágiles y me muevo con soltura entre los árboles y las ramas caídas  sin apenas hacer ruido.
Detrás mía, le escucho soltar un aullido de alegría y comienza a perseguirme enfebrecido por la excitación de la caza.

Mierda Selene, primera norma en caso de encontrarte con un hombre lobo ¡Nunca corras!, pero ya es demasiado tarde y he provocado a la bestia.

Sigo corriendo a velocidad sobrehumana en la oscuridad mientras siento su aliento en mi nuca, pensando un plan para poder escapar cuando me embiste desde atrás y me derriba.

Está por completo encima de mi, aplastándome con su peso y yo con la cara en el suelo.

–Eso ha sido divertido, lo admito —susurra mientras acerca su nariz y me huele el cuello.
Estoy completamente inmóvil, sin hacer un solo movimiento que le provoque.

En este momento, yo soy su presa. Él huele mi cabello y el hueco entre el cuello y la clavícula.

–No estás marcada —gruñe peligrosamente cerca de mi yugular.

Por un momento me quedo confundida sin saber que decir. Él se refiere a que no me he emparejado.

–No —le respondo lo más suave posible.

–Esto es imposible —niega a la vez que me mira torciendo el gesto.

–Bien, no soy una gata en celo que se tire encima de cualquier macho que se acerque a olisquearme el trasero —le digo mientras le fulmino con la mirada—.Ups, eso no lo hacían los gatitos
¿verdad? —le sonrío malvada mientras él me libera de su peso lentamente.

Salto hasta ponerme de pie mientras él me mira de cerca, intimidándome con su tamaño y su mirada.

–Ten cuidado con lo que dices —dice con los dientes apretados y las manos en puños.

–¿Lo siento? —le respondo mientras le sonrío de lado.

Él se acerca a mí cautelosamente mientras yo retrocedo hasta que mi espalda choca contra un árbol.

A este paso él está tan cerca que puedo sentir su calor a través de la ropa y su aliento en mi mejilla.

–¿Qué eres? —gruñe peligrosamente cerca de mi zona más sensible, el cuello.

–Jaguar —digo entrecortadamente mientras intento que mi respiración se tranquilice.

Su cercanía provoca miles de estremecimientos a lo largo de mi columna vertebral, como escalofríos en los que no sé si siento calor o frío y su aliento caliente tan cerca de mi cuello me crea sensaciones contradictorias en mi interior

¿Qué pasa conmigo? Gimo interiormente.

El ensancha las fosas nasales y se le dilatan las pupilas mientras se aparta de repente y me mira con ojos sorprendidos.

Por un momento parece demasiado confundido para reaccionar, hasta que da media vuelta y se va corriendo.

En la lejanía, escucho un aullido estremecedor y sé que ha dejado a su animal libre.

¿Qué diablos acaba de pasar?

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro