Yoko se encontraba tirada en la cama de su habitación tras pasarse gran parte de la noche sin poder pegar ojo. Contemplaba el techo entre largos suspiros que rompían ese silencio que había en el dormitorio pues en aquellos momentos se encontraba ella sola.

—No quiero alejarme de él—pensaba mientras recordaba los momentos que había tenido el día anterior pues sus labios parecían estar impregnados del sabor del chico, como un potente veneno en la sangre.

Aún quedaban un par de horas para que sus padres acudieran de nuevo a la academia, no deseaba verlos en esos momentos. Alguien llamó a la puerta, al decir que pasase, vio a Tn quien saludó con la mano de manera tímida. Se acercó y se sentó junto a ella quien al mirarlo a los ojos sintió como su corazón daba un vuelco.

—¿Te encuentras bien? —le preguntó el chico al mirarle a los ojos.

—Perfectamente—respondió mientras lo abrazaba y lo besaba—ahora que estás aquí.

Los besos se convirtieron en una guerra de lenguas mientras las manos se deslizaban ahora por debajo de la tela. Yoko abría la boca, pero no decía nada pues solamente podía dejarse llevar por los dedos del joven quien acariciaba toda su piel. Ella mordió suavemente el cuello del chico, muy despacio.

Algo que poca gente sabía por los clichés, era que los vampiros para convertir a otro en un vampiro, debían no solamente incrustar los colmillos, sino hacerlo impregnados de una sustancia que tan solo ellos podían crear. Yoko nunca se imaginó estar haciendo eso en su habitación, pero no aguantaba más dejándose llevar. El chico paró unos segundos, diciendo que debían ir poco a poco cuando ella tiró de su mano para volver al mismo lugar de donde estaba.

—Por favor, no pares—rogó ella.

Al igual que el estado de celo de las lobas, Yoko pasaba por algo similar. No era una sed de sangre, pero su cuerpo ardía como el infierno pidiendo continuar con aquella sesión de mimos la cual no quería que terminase nunca.

Al escuchar la puerta, se cubrieron y el joven quedó debajo, oculto. Respiraba agitado pensando en ser atrapados. Era Divina quien se había dejado unas cosas, Yoko se hizo la dormida, y la sirena conociendo a su amiga y lo poco que había dormido, la dejó descansar sin molestarla.

—Por poco—dijo Yoko cuando su compañera de habitación se marchó.

—Si—salió de debajo y estaba apoyado sobre ella.

Al mirarse, ambos esbozaron una pequeña sonrisa antes de volver a besarse. Yoko le mordió de nuevo el cuello mientras él volvía a deslizar sus manos por las intimidades de la joven quien mordió la almohada para no dejar escapar su voz.

Una hora y media después los dos estaban camino al patio ya arreglados y duchados. La vampira no podía terminar de creer lo que acababa ocurrir hace un rato. Tn tampoco, pero al contrario que Yoko, tenía una sonrisa tan amplía que parecía que iba a hacerse daño en cualquier momento.

—Deja de sonreír como un idiota—le dio un codazo la chica.

—Lo siento, pero estoy feliz—contestó ya relajado y regresando a su habitual apariencia de tranquilidad.

—Tonto.

La reunión con sus padres fue algo tensa, la chica sabía de la preocupación de su familia, pero no iba a darse por vencida. Estaba muy bien y feliz, no iba a dejar que nada lo arruinase. Al final, presentó al chico a sus padres quienes vieron un joven prometedor debido a su comportamiento y forma de ser. Aunque le dijeron a su hija el problema de la edad y vivir durante tanto tiempo, a fin de cuentas, solamente deseaban su bien.

Yoko le estuvo contando todo a Divina, ella entendía las dos partes, y sabía que era un grave problema si renunciaba a su longevidad y luego rompía con Tn. La sirena le dio un abrazo, eso la calmaría un poco.

—Bueno, pero no debes de decir nada a Tn, ¿entendido? —preguntó ella seria.

—Claro, pero tarde o temprano se enterará—contestó ella segura—¿y si conviertes a Tn en un vampiro?.

—No, no voy a hacer eso. Su vida cambiaría por completo, por no hablar de que no es seguro los efectos que pueda tener en su cuerpo. No es como en las películas—replicó ella tumbándose y llevándose las manos a la cara—pero encontraré la forma.

Divina le dijo que seguramente habría otra forma, pero que todavía no habían dado con ella y que con ayuda de Miércoles, seguramente pueda hacerlo.

Lo que ninguna de las dos sabía era que Tn había podido escuchar todo porque fue a hablar con ella para ir a dar una vuelta por la academia y tomar algo en la cafetería. Los padres de él estaban contentos de que tuviese novia, incluso cuando se presentó Yoko ante ellos vieron a una buena chica. Pero apenas pudieron ya que los padres tenían que marcharse a atender unos asuntos.

—Las facturas no se pagan solas—decía su padre siempre en un tono bromista.

El escuchar todo por parte de la vampira le hizo sentirse algo triste a Tn quien entendía el motivo de que su novia estuviera tan despistada esa mañana o el día anterior tan cariñosa, sentía que lo iba a perder. Él por su parte se tumbó en la cama, pensando y analizando todo lo que había escuchado. Estaba mal oír conversaciones, pero la curiosidad le pudo, y más cuando él estaba involucrado.

—Esto es un grave problema—dijo en un susurro para sí mismo.

Durante la cena, Tn logró ocultar su preocupación al igual que la vampira quien al mirarse el uno al otro, sonreían felices, impidiendo dejar escapar de su interior el problema al cual ambos se enfrentaban. Ahora solamente podían tomar una decisión, y era hacer todo lo posible para continuar adelante y encontrar la solución a un problema, el cual, todavía no tenía otra forma más que renunciar a la longevidad de la chica. Algo que solamente sería su último recurso.

Continuará...

Espero que les haya gustado.

Un saludo.