Capítulo 2
Caminé bostezando rumbo a la secundaria, la noche se convirtió en la velada más larga de mi vida. No pude conciliar ni un poco de sueño porque apenas cerraba los ojos, recordaba lo que pasó con Baji y abría los ojos de golpe. Y no dejaba de evitar pensar en qué hubiera sucedido si el teléfono nunca sonó.
Otra vez el rubor de mis mejillas comenzaron a arder. Se ponían más rojas cuando recordaba cómo es que se hicieron las marcas de mis piernas.
Acomodé mis lentes nuevamente.
—Buenos días, Ryuko —me habló el causante de mis marcas y me quitó todo el sueño que sentía.
Claramente, yo todavía no estaba lista para hablarle al azabache, ni si quiera pude ver sus ojos porque iba a ponerme más roja con solo verlos.
—Buenos días —fue lo único que mi boca y mis nervios me permitieron salir e intenté alejarme con un paso ligeramente acelerado.
Hasta que el estúpido se colocó delante mío, impidiendo que yo siguiera adelante.
—¿Puedo saber por qué me ignoras? —se había quitado los lentes y estaba en modo simpático—. ¿A caso estas molesta por qué no terminé ayer?
"¡No, imbécil!" grité en mi cabeza.
Se me acerca a mí, cada vez más sentía su respiración acercándose.
—Baji, oye... —hablé pero sin mirar a los ojos—. Si esto de lo que me hiciste ayer es un juego, te pido que.
—¿Quién dice que lo que hice ayer fue un juego? —me interrumpió y es hay dónde se me puesto las mejillas peor que dos tomates muy maduros.
—A ti no te gusta ser presidenta, ¿no?
Esta vez sí le miré a los ojos. Todo el nerviosismo y la vergüenza que sentía se me había desaparecido, no me gustó para nada lo que acababa de decir. Además, ¿a qué venía esa pregunta?
—Digo, se te nota, la mirada que tienes cuando estás al frente de todos, cuando haces tus deberes, no te pones contenta cuando tienes la mejor nota. Es como si no te importara, es como si alguien te obligara a ser perfe.
—¡Claro que no! —lo interrumpí ya cansada de toda la tontería que estaba escupiendo de mí—. ¿Tu qué sabes sobre mi? Se supone que eres un tonto. ¡Y has algo con tus malditos colmillos antes de que yo misma te las arregle!
Él solamente se quedó ahí, mirándome sorprendido, sin decir ni una sola palabra. Y antes que dijera algo, aproveché el momento para irme de ahí lo más rápido que podía, casi corriendo, dejando atrás a ese idiota por más que gritaba mi nombre.
—¡Jódete! —le grité mirando por encima de mi hombro.
Durante toda la clase no voltee a ver para nada a Baji, no importaba si ese me lanzaba papelitos para que le hiciera caso, solo las recogí y las botaba; ya no me importó si el imbecil iba a repetir de año, por mí que lo pongan otra vez a la primaria. Solo me fijé en su carpeta cuando ya habían terminado todas las clases y, por extraña razón, no estaba, se había esfumado.
—Tatsunomi, no te olvides que hay reunión de delegados —me dijo el profesor. Cuánto odio que me hacían recordar algo que ya sabía. ¿Por qué todo el mundo eran así?
La reunión no tenía que ser la gran cosa. Solo se reunían los delegados de cada salón, hablaban de cómo eran los estudiantes, el nivel rendimiento y todo lo demás pero yo no ponía atención a las cosas que estaban hablando, más bien, pensaba en las cosas que me dijo el maldito azabache en la mañana.
A decir verdad, nunca me importó ser la primera en algo, eso de ser la presidenta o ser la delegada, me daba igual, pero a mi familia no, por solo el hecho de tener el apellido "Tatsunomi" estabas obligado a ser el número uno en todo, a tener una imagen perfecta. Y, aun que, yo ya no vivía con mi familia, me acostumbré a esas normas de mi antiguo hogar. Por eso era delegada y presidenta aun que realmente no gustaba serlo.
—Los veremos en el otro mes, entonces —habló el vicepresidente sacándome de mis pensamientos.
Sin darme cuenta ya había acabado todo, todo el mundo se paraba con sus mochilas y se despidieron cruzando la puerta.
—Hasta luego, Tatsunomi-san —fue el último en salir, quedándome completamente sola.
Me sorprendió la velocidad que tenían para abandonar la escuela.
El cielo pintaba de un lindo color anaranjado. Realmente sería un desperdicio gastar ese atardecer en la escuela. De repente, vi a un tipo con lentes andando en la calle, se parecía mucho a Baji pero estaba segura de que no era él, porque el colmilludo hubiera acariciado al gato que pasó.
—Qué estará haciendo Baji —murmuré al aire y tan pronto como lo dije, inmediatamente estaba colorada como un tomate maduro.
¿Por qué dije eso? ¿Por qué pensaba en él? Se supone que estoy molesta con él.
—Estoy detrás de ti.
—¿¡Baji!? —me asombré—. ¿Estabas aquí todo el tiempo?
—Me escondí en el armario de la escoba —señaló ese armario estrecho. Que creía que era imposible que alguien entraría ahí.
—Eso explica por qué tienes la cara empolvada —tomé mi mochila, metí mi mano en ella para sacar la pequeña toalla que tenía—. Ven
Nos sentamos y le pasé la toalla en la cara de él.
—Ryuko.
—¿Qué? —pregunté.
—¿Ya no estas enojada? —preguntó.
Detuve la mano. No esperaba que el me cuestionara algo así. Y sobre la pregunta... no podía pasar toda mi vida molesta con él.
—Nada más un poco —continúe pasado la toalla.
—¿Por qué sigues siendo la presidenta si no te gusta? —¿por qué interrogaba más sobre mí que las clases?
—Tu no lo entenderías —dije.
De pronto, él me sujetó de ambas muñecas obligándome a detener mis manos y a ver sus ojos color ámbar directamente. Y, ¡maldición! eran realmente hermosos y me hipnotizaban.
—Entonces, ¿qué hago para que dejes de serlo? —preguntó, acercándose poco a poco mis labios.
Cerré los ojos por instinto, esperé el roce de sus labios con el mío, volviendo los sonrojos de la mañana, Cuando me besó soltó mi mano, ahora sus manos me sujetaban mi nuca
—E, espera —comencé a temblar cuando sentí sus manos en mi pecho por encima de mi camisa.
—Deja de ser la presidenta entonces... —murmuró en mi oído.
—¿Y... qué quieres... mmm...—lamió mi oreja—. Que sea... en su lugar?
—Mi novia, mi futura esposa, la madre de mis futuros hijos, por ejemplo —seguía murmurando entre mi piel.
—Deja... de bromer.... —no podía evitar jadera, dejando escapar suspiros. Reconocí el calor que aumentaba en mi cuerpo.
Su mano buscaba desabrochar mi uniforme
Mordió la base de mi cuello. Su otra mano estaba por debajo de mi falda, recorriendo por mi muslo hasta
Hasta que el se él dejó de hacer todo lo que hacía de golpe.
Yo no entendía qué sucedía, iba abrir la boca para preguntarle qué le pasaba pero el me tapó la boca y estaba apunto de morderlo si no hubiera hablado.
—¡No hables! —susurró—. Alguien viene...
Miré levanté de un salto y observando la puerta del salón y, efectivamente, alguien se acercaba a nosotros.
Antes de que cualquier persona entrara, Baji se a puesto delante de la puerta con una sonrisa dibujada en sus labios, no sabía qué iba a hacer pero cuándo escuché la puerta abrirse, el azabache le obsequió un buen puñetazo en la cara.
—¿¡BAJI!? ¿Qué demonios te pasa?
Pero el solo sonreía, mirando al profesor que acababa de perder la cara consciencia por el golpe que recibió.
—Huyamos —me miró aún manteniendo la sonrisa y extendiendo su mano.
La tomé sin más, la idea de dejar al pobre profesor tirado en el suelo me daba un poco de pena, pero, correr con Baji con las manos agarradas hacia las afueras de la escuela, me sonaba muy atractivo. (Además de que el profesor es uno de las personas que me repetían lo que ya sabía). Por eso, no me arrepentí de haber tomado su mano.
Cruzamos la puerta con rapidez y corrimos pasamos los pasillos a toda prisa, podía sentir el viento acariciando mi cabello, cosquillas en la mejilla y agarrando la mano de Baji. Todo aquello era... divertido.
—Baji —lo llamé cuando ya estábamos muy lejos de la secundaria, tratando de recuperar el aire y acomode nuevamente mis gafas después de la gran carrera que tuvimos. Él volteó a verme, también estaba jadeando, intentando respirar bien—. huir contigo ha sido divertido —sonreí.
—Para próxima, será en un lugar más íntimo.
Se me han puesto mi cara colorada. En ese momento recordé todo lo que pasó antes de que el profesor se acercara al lugar.
—¡Jodete!
Holis, cómo van? :)
Por fin publiqué el capítulo 2 planeado desde hace varios meses. Nueva sensación para nuestra protagonista y nuevamente fueron interrumpidos.
Cambiando de tema, había hecho ese crackship desde hace tiempo pero nunca me atrevía hacer y hoy lo hice. XD Y sí, Ryuko utiliza gafas y son de los tipos redondos. ü
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