Es tan confuso que por un segundo me estoy acercando para besarte y al siguiente estoy intentando que voltees a verme, como aquel espejo que ignoras después de haber depositado en él tu reflejo:

Habiéndolo hecho tantas veces, como para encontrartelo en todas partes,

Tantas veces, como para hartarte de su llegada,

Tantas veces, como para hartarte de esa sensación escalofriante que te hace entender que aún lo extrañas, que aún te extrañas; que aún misteriosamente te extraño, incluso después de haber jurado olvidarte...

Incluso después de que pensé que abandonaste finalmente mi mente, ahora retornas como un fantasma que aprovecha la brecha entre mi desesperación y mi cobardía para atormentarme y para recordarme que por más que imagine que estoy a punto de besarte, en realidad, estoy buscandote entre un valle de sombras que me piden desesperadamente que de la vuelta,

Y que tan solo te deje seguir sin mi, sin importar que eso signifique, como el horror de mis temores, que tenga que retornar... Sin ti.