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Era la quinta camiseta que salía volando desde su armario.

Beomgyu no podía decidir qué ponerse.

Jamás había estado en una fiesta universitaria, pero Huening Kai lo había convencido de escaparse ese viernes por la noche y asistir a una, no era la primera vez que se escapaba de casa para estar en alguna fiesta, pero era la primera vez que iría a una donde estarían desconocidos.

Al final se decidió por un crop top negro que junto con los jeans sueltos dejaban por completo al descubierto su pequeña cintura y plano abdomen.

El piercing en su ombligo era claramente visible.

La joya había sido cara, pero en un arrebato de rebeldía había gastado todos sus ahorros en eso, no se arrepentía para nada, sentía que le daba un toque sexy a su aura.

Para completar su outfit se puso unos guantes de red que se extendían desde su antebrazo hasta la mitad de sus manos. Sonrió a la imagen en el espejo.

Se veía bien.

Aún no venían por él, así que se tomó algunas fotos en el espejo del baño, se colocó un brillo labial que resaltaba aún más sus labios carnosos y tomó su bolso.

Al escuchar su teléfono, supo que era su amigo. No se molestó en contestar, simplemente abrió la ventana silenciosamente y Huening Kai estaba asomando la cabeza desde el uber que pretendía transportarlos.

No le tomó mucho salir, pues tenía suerte de que su habitación estaba en el primer piso, con un pequeño salto ya estaba afuera. Cerró de nuevo la ventana, guardó sus llaves y corrió hacia el auto.






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En el uber habían conversado tranquilamente y le había prestado a Huening Kai su brillo de labios, puesto que este había dicho que era muy bonito.

Su amigo vestía con unos pantalones de cargo blancos y una camiseta sin mangas color piel que se ajustaba a su cuerpo. También se veía muy lindo según el mismo Beomgyu.

El auto se detuvo en la dirección dada por el menor y Beomgyu pudo escuchar la música proviniendo de la enorme casa en la esquina. Era casi imposible pasar por la cantidad de autos al rededor, así que habían bajado media cuadra antes.

Aún era temprano, eran cerca de las 11 de la noche cuando llegaron, pero ya se podía ver gente completamente ebria afuera de la casa, uno estaba vomitando en la calle y otro estaba desmayado en el césped.

Beomgyu río, era su tipo de fiesta.

Huening Kai tomó su mano al entrar, el mar de gente hacia que caminar fuese un desafío, las luces parpadeantes eran cegadoras, el olor a droga, alcohol y otras sustancias inundaba el aire.

Caminaron por un rato, hasta que una cara conocida se hizo presente.

—Bebé.—Dijo el chico se sonrisa deslumbrante.

Huening Kai se tiro a sus brazos rápidamente. Este lo tomó de la cintura y correspondió su abrazo.

—Te extrañe.—Escucho Beomgyu decir a su amigo.

Soobin era el novio de Kai. Y era quien los había invitado a esta fiesta.

Él, junto con sus compañeros de vivienda la estaban organizando. Todos asistían a la universidad estatal de la ciudad.

Por fin, la joven pareja se separó y Soobin notó a Beomgyu.

—Hola, Beom.—Aún mantenía el brazo al rededor de su chico.

—Hola, Soo, linda fiesta.—Beomgyu río. Soobin le caía bien y parecía querer mucho a su amigo.

—Gracias, ¿quieren tomar algo?

—Una cerveza.—Respondió Beomgyu de inmediato.

—Uhm, me gustaría más un trago dulce.—Dijo Kai.

—Voy a prepararte uno yo mismo.—Soobin dejó un beso suave en sus labios y Beomgyu casi pudo ver a su amigo suspirar.

Entonces el más alto se alejó un poco y abrió la nevera en la cocina.

Beomgyu era consiente de que su amigo se había sacado la lotería con Soobin, era guapísimo, atento y estaba muy enamorado de Kai. No es que Beomgyu le tuviera envidia, al contrario, estaba feliz por su amigo.

Luego de que Soobin regresara con las bebidas, Beomgyu había probado un poco de la piña colada que había hecho para Kai antes de tomar su cerveza de un vaso rojo.

Los tres se sentaron en el sofá de cuero de la sala, rodeados de gente que hablaba, gritaba y reía.

Huening Kai se había sentado en el medio, pero estaba prácticamente en el regazo de su novio, mientras Beomgyu estaba solo en la otra esquina.

—¿Quieren jugar a verdad o reto?—Dijo una de las chicas allí presentes.

—¿Qué? ¿Estamos en secundaria?—Respondió un chico sentado en el piso.

Y Beomgyu se fijó en el por primera vez.

Tenía el pelo teñido de rosa, un color inusual para un hombre pero en el se veía muy bien. La camiseta blanca dejaba ver sus brazos trabajados, y en general era bastante sexy.

Beomgyu se mordió los labios.

Si iba a quitarse las ganas con alguien esa noche, más valía que fuera alguien así de sexy.

—No tienen porque ser retos de secundaria, podemos hacer una versión adulta si todos están de acuerdo en no acobardarse.—Dijo la chica con una sonrisa pícara. Y varios de los presentes respondieron que si.

—Está bien, más vale que sea interesante.—Respondió el pelirosa.

La chica asintió y tomó una botella vacía del sillón.

—A quien le toque voy a hacer la pregunta, luego el que dijo una verdad o hizo un reto puede preguntar a la siguiente persona, si se quedan en este círculo, juegan, ¿correcto?

Todos asintieron, incluidos Beomgyu, Kai y Soobin.

La botella empezó a moverse por primera vez, haciendo que Beomgyu se pusiera ligeramente nervioso. El movimiento siguió hasta hacerse más lento.

Por un momento pensó que de verdad le tocaría de primero.

Pero entonces la botella se detuvo en Soobin.

El mayor sonrió.

—Elijo reto.—Dijo de una vez.

—Esta bien, te reto a hacer un shot de tequila.

Soobin pareció decepcionado y burlón al preguntar:—¿Es todo?

—Pero tienes que tomar la sal y el limón de alguna parte del cuerpo de tu novio.

Los ojos de Soobin se abrieron. Inmediatamente volteó hacia Kai, quien se había puesto rojo como un tomate.

—¿Estarías bien con eso, bebé?

Beomgyu vio a su amigo reír nerviosamente.

—Puedo prestarte mi cuello.

El reto terminó con el castaño menor recostado en el sofá, un pedazo de limón descansaba en su cuello y una hilera de sal llegaba casi hasta su pecho. Cuando Soobin se acercó a morder el limón, Beomgyu pudo jurar que Kai estaba conteniendo la respiración, luego el mayor paso lentamente su lengua por la línea de sal, Kai tiro la cabeza hacia atrás facilitándole el camino, soltó un pequeño gemido que Beomgyu pudo oír.

Y por supuesto su novio también.

Soobin finalmente llegó a su shot, el cual tragó como si fuera agua y regresó sus ojos a Kai, esta vez su mirada era intensa y oscurecida al preguntar:—¿Estas bien?

—Si.—Respondió con voz agitada.

Mierda, eso fue caliente. Pensó Beomgyu.

—Soobin, puedes girar la botella ahora.

El juego continuo y cada todos elegían reto, las preguntas que se hacían cuando uno elegía verdad eran muy vergonzosas de todas formas, aunque los retos también iban subiendo de tono.

El chico de cabello rosa había tenido que enviar ya foto sin camiseta a la tercera persona de sus contactos, quien había resultado ser su prima, la chica que había empezado el juego fue retada a besar a otra chica con piercings en la cara por más de 10 segundos y con lengua.

Cuando la botella cayó en Beomgyu, este eligió verdad. No se esperaba la pregunta que venía.

—¿Qué tan satisfactoria fue la última vez que tuviste sexo?

Los colores subieron por su rostro, pero ya estaba lo suficientemente nublado por el alcohol como para responder sin tanta vergüenza.

—No muy satisfactoria, no llegue a correrme.

Un eco de risas se hizo presente. La chica con piercings en la cara dijo:—Awww, pobrecito, el chico o chica debe haber apestado.

—Era un chico, y si, apestaba un poco.—Otra vez todos rieron y el juego continuo.

Beomgyu no se había dado cuenta de que había captado la atención del pelirosa que seguía sin camiseta con su última respuesta.

Huening Kai había tenido que hacerle un baile sexy a Soobin, y este último tenía un claro problema en los pantalones ahora.

Dos chicos fueron retados quedarse en ropa interior por el resto del juego. Una chica tuvo que beber una cerveza con una pajita de una lata entre las piernas de uno de ellos.

El pelirosa había tenido suerte. La botella no había vuelto a caer en el.

Hasta que fue el turno de Soobin y después de dejar que una de las chicas le diera un piquito a su novio, la botella se detuvo en Yeonjun.

—Verdad o reto.

—Reto, por supuesto.—Sonrió.

Soobin lo pensó por unos segundos.

—Te reto a que elijas alguien de aquí para estar 7 minutos en el paraíso.

—Oh, ¿que ese no es otro juego?

—Un reto es un reto.—Se encogió de hombros.—El armario de escobas está justo allí.—Señaló a una pequeña puerta al final del pasillo.

—Está bien.—Observó a su alrededor, pero tomó su decisión rápidamente.—Tú.—Señaló a Beomgyu.

Soobin pareció sorprendido por la respuesta, mientras Beomgyu se sonrojaba.

—Yo...

—Solo si quieres Beom.—Dijo Soobin, mirando al amigo de su novio.

Beomgyu tenía los ojos en el pelirosa, quien lo miraba con un claro reto latante.

—Lo haré.

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