4. Mi gatito gordito
A pesar de estar en pleno verano, el cielo se iba cubriendo de nubes, cúmulos gruesos. El té de jazmín sobre la mesita estaba en su punto, y Yixing, sintiéndose que se merecía su bebida caliente en ese día fresco-casi-frío, iba acercando la taza con orejitas de gato y cola como asa lentamente a su boca con los ojos cerrados, como probando y anticipando el sabor. Justo cuando en líquido estaba rozando sus labios, se sintió un portazo en su estudio:
—¡Yi...xing! —Entró Junmyeon jadeando, como si hubiese recién corrido un triatlón.
Venía usando su bata blanca de veterinario fanático con la patita de gato bordada en el bolsillo izquierdo y con el periódico en la mano, así que su amigo, después de casi tirar su tacita con té al suelo, asumió que venía del trabajo.
—Hay malas noticias —continuó entregándole el noticiero.
Yixing dejó la infusión de jazmín humeando a un lado, espantado ante la idea de algo demasiado catastrófico, pero al terminar de hojear el periódico lo único rescatable que sacó fue el horóscopo y un pequeño cómic gatuno que lo hizo reír con ganas mostrando los hoyuelos en sus mejillas, logrando que Junmyeon sonriera de manera impaciente porque su amigo se veía tan adorable así.
No es que anduviera tras de Yixing o algo por el estilo, o bueno, quizás sí. Desde que lo conoció en una conferencia en la facultad de veterinaria de la UNAFE (Universidad de Amantes de los Felinos) prácticamente se volvió su fan número uno. Quería tanto ser su amigo, tanto así que una vez llegó incluso a donar dinero que aún ni tenía y pidió a sus padres a una fundación para ayudar gatitos.
Lo malo era que Yixing parecía tener muchos amigos, y Junmyeon no se sentía parte de esa lista aún.
—¿Y qué es? No veo nada malo —Comentó después de hojear por segunda vez el periódico.
—¿No lo notaste? ¡Pero si Jongin está en la primera plana!
—Oh... ¿Ese es Jongin? Pensé que era uno de esos super modelos de Féline o de Catvin Klein...
—Ese es el problema: de seguro lo van a contratar, lee lo que dice ahí. Y ya sabemos cómo tratan a los gatitos que trabajan allí.
Yixing le hizo caso al veterinario y leyó de manera rápida la página. Contaba la historia del árbol y de lo bonito que era Jongin, todo un descubrimiento felino, afirmando que hasta el mismo dueño de "Mi Gatito Gordito" lo necesitaba de modelo.
—¡Oh! ¿Crees que Kyungsoo pueda manejarlo? No puede aceptar que se lleven a su gato, podría ser grave, Junmyeon.
—No lo sé, mejor vamos ahora a verlos para advertirle. Traté de llamarlo pero no contesta.
Y así, dejando un té de jazmín frío sobre la mesita, Yixing cerró su estudio y tienda de hierbas por un rato, subiéndose al coche de Junmyeon hasta llegar frente a la casa de Kyungsoo.
Pero Kyungsoo ni Jongin estaban ya allí.
* * * *
—¡Abre la boca! Di miaaaauuuu. Vamos, Kyungsoo, abre, di miau bien grande —Le insistía Jongin intentando meterle otra cucharada más de helado de tiramisú, pero el humano ya no daba más de satisfecho.
—Me has hecho comer todo el helado, ya no quiero decir miau. Deberías tú hacer miau— Reclamó acomodándose en la silla de la heladería.
Jongin arrugó la nariz porque quería seguir dándole helado a Kyungsoo. Se veía bonito. Le daban ganas de ir y apretarle las mejillas llenas de helado. También, le daban ganas de que su dueño se pusiera gordito y feliz, como los gatitos gorditos, tan adorables. Así que, más helado para él.
Para que el felino se distrajera un poco y olvidara todo el susto de no saber bajar de un árbol, a su dueño se le había ocurrido llevarlo al centro comercial. El chico-gato negro hace un tiempo lo estaba molestando con eso, pero la verdad era que Kyungsoo odiaba un poquito mucho esos lugares repletos de gente, de tiendas y de ruido blanco. Aún así, esta vez sintió que era hora de hacer feliz a su gato, así que ahí estaban.
De vez en cuando algunas personas pasaban por su lado susurrando "¿no es el gatito del árbol?" "¡Mira! Que se ve mucho más guapo en persona", "¿por qué un gatito tan guapo tiene un dueño tan feo? Qué injusto". Ambos preferían hacerse los sordos.
—Abre —Le pidió el más bajito con la cuchara llena de helado de crema.
—¿Es de leche?
—Son todos de leche, gatito negro.
Jongin se dejó alimentar, no le podía decir que no a la linda sonrisa de Kyungsoo después de todo. A veces el felino se manchaba con helado y al humano le daban ganas de ir y hacerlo como en las películas y limpiarlo con un beso, pero se limitaba a darle una servilleta, a lo que éste respondía con esa sonrisa tan linda.
No es como si negara que había besado a su chico-gato algunas veces (varias veces) y que le había gustado un poquito, pero hacerlo en público ya era otra cosa totalmente diferente. Kyungsoo era muy torpe para esos asuntos, sentiría que la gente lo miraría mal o algo así. Y también, había otra cosa: no entendía de qué iba su relación con Jongin.
Era todo muy extraño para él aún. Casi tan extraño como ver a Jongdae de la mano con Minseok paseando por fuera de la heladería. Les hizo una seña con la mano para que se acercaran y el dueño de la cafetería les contó que andaban de compras, ya que más temprano habían ido por insumos para el Café mientras Luhan y Sehun se quedaban a cargo del negocio.
—Oh, ¿y por qué andan de la mano? —les preguntó Kyungsoo con curiosidad.
—Um —Minseok y su gato se miraron. El humano contestó primero —: Es que Jongdae puede perderse entre tanta gente —Mintió. La verdad era que a él le daba miedo perderse entre tanta gente y por eso le había pedido la manito gatuna a su felino.
—Guau, es que de verdad hay mucha gente... —Prosiguió el chico-gato rubio con la mentira blanca.
—Es miau, Jongdae, miau —Recalcó su dueño.
—¿Qué, acaso uno no puede aprender otros idiomas?
—Sí, pero pareciera que... —Minseok no alcanzó a explicarle nada más porque el felino había cambiado a forma animal, dispuesto a maullar y tratar de iniciar una conversación intentando hablar de ladrido a ladrido con un perrito poodle que estaba unas mesas más allá, pero todo lo que le salía era algo como "meaurhw". Horrible. Pésimo.
Su dueño, Kyungsoo y Jongin no sabían si reír, llorar o ir a disculparse.
Al final terminaron presenciando el espectáculo desde su mesita, tomándose lo que quedaba de helado los tres, hasta que el gato rubio se cansó de entablar conversación con otra especie y volvió a acomodarse entre las piernas de su dueño, ronroneando como locomotora.
Pronto Jongin siguió su ejemplo, argumentando con que estaba muy cansado de tanto caminar. Su humano no le creyó del todo ya que no habían caminado nada, su auto estaba en el estacionamiento del centro comercial y todo; pero aún así lo dejó dormir en sus brazos mientras movía la punta de la colita y era acariciado en el lomo.
Oh, dulce placer de ser gato: podías dormir encima de cualquiera y hacer cualquier maldad y aún así pensarían que eres tierno. A Kyungsoo incluso se le dormían los brazos cuando lo sostenía así porque pesaba mucho para él, pero se aguantaba ya que era tan adorable. Y negro. Y gordito. Y lindo.
—Awwwww... —Se le salía de repente, provocando miradas dudosas de parte de Minseok.
El momento felino se vio interrumpido por el móvil del dueño de la Cafetería vibrando en su bolsillo: era Luhan.
—¿Has visto a Jongin? —Lloriqueaba desde la otra línea.
—Sí... De hecho, está justo frente a mí durmiendo con Kyungsoo. O sea, en Kyungsoo, sobre Kyungsoo. Ah, tú me entiendes.
—¿Y está bien? ¿No le han hecho nada? —Luhan parecía poder respirar por fin.
—Sí, ¿por qué...?
—¡Gracias al cielo! ¡Dile a Kyungsoo que atienda su móvil! —Y, sin decir más, colgó. Detrás de él, en el Cat Café, estaba el veterinario, Yixing, su gato blanco, Chanyeol, Baekhyun y su gatita. Todos pendientes de la respuesta.
—Qué bien —Suspiró Junmyeon con alivio —. Ahora pueden volver a trabajar más tranquilos, creo yo.
Yixing y él habían pasado por la casa de Chanyeol y luego al Cat Café buscando a Jongin, sembrando el pánico. En especial con Luhan, que de tanto ver telenovelas se imaginaba lo peor de lo peor, más si tenía que ver con gatitos.
—Pero no quiero volver a trabajar —Se quejó Sehun con el ceño fruncido —. ¡Eso es para los pobres! Yo no me merezco esta clase de trato, debería estar con Luhan enrrollán-
—Heeeeeeey, Sehunnie —Luhan lo interrumpió metiéndole una magdalena de vainilla en la boca, nervioso —¿Por qué no te conviertes a gatito y vas a jugar por ahí? Te daré más pasteles si te quedas tranquilo, ¿si? —Y el gato angora, antes de convertirse a felino, rodó los ojos. Y desapareció de la escena con la magdalena en el hocico muy feliz por no tener que trabajar más.
* * * * * * * *
Minseok y Kyungsoo se despidieron en la bajada al estacionamiento. El dueño del Cat Café debía comprar algunas cosas más mientras él ya tenía que volver a casa; y con Jongin aún dormido en sus brazos aún más adormilados bajó hasta llegar a su coche, abrazándose a su gato y sintiendo su pelaje suave.
Lo dejó en el asiento del copiloto y cuando estaba a punto de subirse, un hombre lo llamó para pedirle direcciones, parecía un tanto perdido pero él se sentía contento así que le tuvo paciencia.
Cuando regresó al auto, Jongin no estaba por ninguna parte.
Al principio, pensó que el felino le estaba jugando una broma, y lo buscó en los asientos de atrás y por los alrededores hasta que empezó a caer en el pánico. Luego trató de llamar a quien fuera, pero su móvil estaba sin batería. Y, por último, acudió a las oficinas del centro comercial casi llorando en busca de que le mostraran las cámaras de seguridad, pero el encargado le insistió que no se podía y que tampoco se hacían responsables por extravío de mascotas.
Qué hago, pensaba. Si Jongin se perdía de seguro no sabría cómo volver a casa, o si alguien se lo había robado quizás qué haría con él. No podía estar sin su pequeña panterita.
Estaba a punto de entrar en llanto y en pánico total cuando divisó las patitas anaranjadas de Jongdae corretear por el estacionamiento. Lo siguió hasta llegar a Minseok y le contó entre sollozos todo el problema, porque al ver a su amigo todo feliz con su gato no aguantó las lágrimas al imaginar que no vería nunca más al suyo.
Mientras el dueño del felino rubio hacía unas cuantas llamadas, el gato se dedicaba a buscar a su hermano por el estacionamiento, olfateando y maullando bien fuerte, pero no había rastro de Jongin. De seguro ya estaba muy lejos, intuyó preocupado.
Decidieron que lo mejor era volver a casa para pensar más tranquilo.
De tranquilidad, nada, porque se desató un caos general entre los gatitos. Como Baekhyun no podía parar de llorar en el abrazo de su novio, hacía que Diana llorara de forma gatuna también; el pobre Chanyeol no sabía qué hacer. Mientras, Jongdae no se podía sosegar, inquieto, incluso molestando a Sehun, que estaba con su cara de palo pero por dentro también estaba nervioso.
"¿Por qué, de todos estos gatos corrientes, se tenía que perder el único que me agrada?" Se preguntaba mientra era acariciado frenéticamente por Luhan, que no paraba de hacer llamadas preguntándole hasta a su tía abuela si había visto a una adorable bolita negra, peludita y bonita perdida por ahí.
Llegó la noche y no tenían noticias. Habían incluso comenzado a repartir volantes, pero la tarea se vio interrumpida por una lluvia suave que comenzó a caer en pleno verano, aumentándose a medida que avanzaba la hora.
—Chanyeol, ¿Jongin va a volver con esta lluvia? ¿qué hacemos si no aparece? — Se lamentaba Baekhyun manchando su suéter con sus lágrimas —. Tú deberías ir a buscarlo, te lo pido como novio y como gato, además, tú eres mi humano. Ve, Chanyeol, ¿si?
—Pero es que con este clima no podemos hacer mucho, además no sabemos donde buscar, gatito —Le decía mientras trataba de limpiarle las lágrimas de las mejillas para después hacerle cariño entremedio de sus orejitas —. Deja de llorar, ¿si? Ponemos más nervioso a Kyungsoo...
En efecto, el pobre Kyungsoo ya no tenía más uñas que comerse mientras esperaba estático en una silla del Cat Café por noticias.
Pasaron la noche ahí, excepto Yixing y Junmyeon porque tenían trabajo que atender. Y, cuando amaneció, la lluvia había cesado y las nubes comenzaban a disiparse, dejando que el sol de la mañana se mostrara.
Salieron todos juntos a preguntar por el gato negro y a pegar más volantes, tan distraídos en la tarea que ni siquiera sintieron al cartero cuando les dejó el periódico y las revistas en la entrada.
Diana, que se había quedado en casa durmiendo junto a los demás gatitos, sí lo notó y bajó curiosa a ver qué era. La revista le pareció peculiarmente familiar, entonces, fue tirándola por el hocico haciendo un gran esfuerzo ya que era muy pequeñita aún,hasta llegar a duras penas a la calle, donde vio a mamá Baekhyun.
—¡Miau! —Le gritó.
Cuando Baekhyun llegó donde ella, le mostró la revista.
Era la edición súper nueva y especial de "Mi Gatito Gordito", impresa la noche anterior. Y Jongin estaba en la portada.
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N/A: ¡Gracias por leer! ♡De verdad, muchísimas gracias ♡ ♡♡ por esperarme tanto y por todo el amor a la historia!
Tengo un par de molestos avisitos:
No sé si han notado que he demorado bastante en actualizar últimamente:( y bueno, no estoy pasando por mi mejor momento jajajaj, la verdad es que me está quedando tiempo para casi nada con todo lo que está pasando, y eso que estoy de vacaciones JKNDFSKJ . Les doy mis más sinceras disculpas, pero en verdad no ando muy bien.
De hecho, siento que estos dos últimos capítulos han salido bien feitos, trataré muucho mucho con todo el amor de que esto se arregle ♡! como también trataré de actualizar más seguido.
Quería agradecerles otra vez, ¡porque ya somos 1.000!♡♡♡, y mil es el número de la inmortalidad y de lo infinito, ¡qué bonituuus todis!❀, siento que no me merezco tanto *llora infinitamente*. Mucho muuucho amor para ustedes ♡
Espero que estén muy bien, que duerman bonito bonito, el descanso es muy importante! y que tengan un día bien lindo ♡
Posdata: Si les gusta la calidad, pásense a leer "Polvo Brillante" de Nico-Sei, en especial "Señor Baekhyun" y muramos todis todis con tanta belleza♡.
¡Nos leemos ❀!
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