
Capítulo 28
Capítulo 28
Cuando salimos afuera y vi que estaba amaneciendo, sentí que había perdido la noción del tiempo. Luego de despedirnos de Jack y Lucas, mi amigo Paul me contaba con más detalles los sucesos de ese día. Aparentemente, había estado varias horas desaparecido e inconsciente antes de despertar gracias a los golpes de Jack.
Todo el relato que me contaron los chicos cuando pude despertar, realmente estaba resumido… Muchas horas de mi vida fueron arrebatadas por unos malditos bastardos.
《Dealers de mierda…》
—¿En qué piensas?— me pregunta Paul mientras conduce hacía mi casa.
—En nada y en todo. ¿Realmente solucionaste esto?, ¿Tacker no te va a molestar?— muchas preguntas giraban en mi cabeza, necesitaba estar al tanto de todo.
—Es un tema resuelto… Y mi hermano no va a dejar ningún cabo suelto. Esa gente no volverá a molestarnos, estoy confiado Jona. Puedes quedarte tranquilo— me respondió con sinceridad. Lo notaba relajado y confiado cuando hablaba.
—Te veo muy tranquilo…
—Estoy tranquilo hermano. Puedes confiar en lo que te digo— Paul suspiró y me miró a los ojos por un segundo—. Te pido disculpas, no era mi intención involucrarte, tampoco quería que Charlotte estuviera en peligro.
—Lo sé… No hay nada que disculpar. Solo te voy a pedir que no vuelvas a meter la pata. Quiero mejorar en muchos aspectos de mi vida y esto no me suma. No creo que ir por buen camino sea madurar, pero creo que es una manera de demostrar que soy responsable y que estoy listo para otras cosas. ¿Me entiendes?...— miré a Paul y él asintió—. Nuestra amistad es de oro y quiero que sea eterna, me gustaría que tú también seas parte de este proceso. Me gustaría que tu vida también se transforme— me estaba poniendo cursi y sentimental, pero tenía que dejarle claro a Paul que estaba cansado de los problemas.
La vida nocturna me gustaba, sentir la adrenalina del peligro era una droga que me llenaba de vida, pero estaba entendiendo que la felicidad plena también se encontraba en otras cosas.
—No tienes que repetirlo hermano… Tienes razón. Te doy mi palabra, no tendré más líos. Y cualquier cosa, evitaré involucrarte— luego de un prolongado silencio Paul siguió hablando—. ¿Te llevo al hospital?, no te veo bien— tenía razón, no me sentía bien, me costaba caminar y me dolía todo el cuerpo por los golpes. Ya había tenido varias golpizas antes, pero esta fue la peor que había recibido.
—No, no quiero que nadie me vea. La prensa me va a destrozar. Pediré que vaya un médico a casa— admití.
—Por eso no te preocupes, Mich me dijo que habló con tu representante para que diga a la prensa que sufriste un robo. Tenía que justificar la falta y los días que no vas a poder ir… Pareces un monstruo hermano, no van a filmarte con el rostro desfigurado— Michael metiéndose en mi vida, ¡qué raro!, pensé.
—¡Maldito metido!— dije encabronado.
—No tenía opción, habías faltado y lo llamaban a él. Deberías de agradecer, al menos no habló mucho, no dijo ningún detalle.
—Tienes razón, después de todo me ahorró el trabajo.
《Seré la tapa de todas las revistas sin duda》
—Estamos llegando, ¿estás listo para hablar con Amelia?— no estaba listo pero tenía que afrontarla.
—No, pero no tengo otra opción. ¿Y tú con mi prima?...
—Sí, voy a terminar con ella— no podía creer lo que me decía. Era raro escucharlo hablar con tanta tranquilidad y alivio.
—¿Qué?, ¿por qué?.
—No soy tonto Jona, me va a dejar ella. Solamente le quiero ahorrar un poco de dolor— Paul miraba al frente y pisaba el acelerador—. Me duele el alma al hacerlo, no creas que no. Pero sé que le hago daño. Es momento de terminar el libro.
—Tienes los pantalones bien puestos amigo. Te admiro por la valentía. Es difícil dejar ir y olvidar— Jona me daba una palmada en mi hombro.
—La dejaré ir, pero no la olvidaré nunca. Eso no podría permitírmelo. Una parte de su historia es mía y quiero conservarla en mi mente. Además, nunca fue mía Jona… Eso tú y yo lo sabemos— me apenaba lo que me decía, pero yo sabía que era la pura verdad. Mi prima quería a Paul, pero no era su media naranja.
—Solo puedo decirte que cualquier cosa, yo estaré acá para darte una mano.
—Lo sé— me respondió en voz baja.
Al llegar a la entrada de ingreso de la mansión, pude ver a un grupo de periodistas agolpados cerca de la reja y al personal de seguridad de mi casa tratando de correrlos. Parecía que las malas noticias habían volado rápidamente.
—Tengo una llamada entrante de Mich.
—Ponela con el altavoz— dije rápidamente, mientras teníamos el auto parado y esperábamos ingresar.
—Hola gente, me alegra saber que no fueron al infierno— dice Mich.
—¡Hola idiota!— decimos al unísono con mi amigo.
—Idiotas ustedes, espero que no vuelvan a intentar jugar al TEGEA en la vida real— su respuesta nos dejó riendo a ambos.
—Te hubiera encantado sentir la adrenalina Mich, no nos mientas— dijo Paul.
—Seguro— bufó Mich—. Entren y no bajen los vidrios. Los de seguridad les van a liberar el paso.
—Sí, ya casi entramos. Nos vemos— respondí y Mich, cortó la comunicación.
Los flashes eran incesantes, pero por suerte los vidrios del auto de Paul estaban polarizados y los paparazzis no podían obtener fotos de mi estado corporal actual.
《Por suerte, ya estoy en casa》
Cuando entramos a la mansión y estacionó Paul su auto frente a la puerta principal de la misma, me ayudó a bajar del auto. Luego puso mi brazo izquierdo alrededor de su cuello para cargarme. Michael me esperaba en la puerta, junto a Miriam y parte del personal. No había rastros de Amelí, tampoco de Charlotte, por lo tanto pensé que estarían adentro.
—¡Señorito Jonathan!— Miriam gritaba con un tono ahogado y ponía su mano en la boca del susto que tenía.
—No te asustes Miriam, estoy bien— le dije con mi mejor voz para tranquilizarla, mientras ella se acercaba y me tocaba el rostro con cuidado para examinarme.
—No se encuentra bien, tiene los ojos morados e hinchados. ¡El labio partido!— Michael la sostuvo de sus hombros para correrla de mi lado porque necesitábamos espacio para seguir dándonos paso.
—Miriam, vete a llamar al médico de cabecera por favor, dile que venga. Yo y Paul lo ayudaremos a subir al cuarto. Los demás por favor, sigan con las tareas que estaban realizando— Mich comenzó a dar directivas y todos asintieron.
—No te preocupes, me siento bastante entero— le dije a mi hermanastro, era evidente que estaba totalmente preocupado por mi estado.
—No tienes que hacerte el fuerte conmigo— me susurró al oído y se colocó mi brazo derecho alrededor de su cuello para ayudar a Paul, que ya me estaba cargando.
—¿Dónde están Amelia y Charlotte?— mientras me ayudaban a caminar, seguí hablando.
—Están con Carolina en la habitación de Charlotte durmiendo, parece que se hicieron amigas las tres... No las desperté, no les dije que llegaron— nos miramos las caras los tres al mismo tiempo…
—¿Es bueno que esas mujeres se encuentren juntas?— preguntó Paul desconcertado.
—No lo sé, ¿es un problema?— preguntó Mich.
—Nunca es bueno una reunión de chicas cuando sus hombres dan problemas— escupió mi amigo y pensé que tenía razón.
—Yo no doy problemas— Mich respondió confiado.
—Participaste del quilombo amigo, además las juntaste.
—Tuve muy poca participación y me vi obligado, Paul. Y no las junté… Charlotte estaba aquí, Caro vino sola porque Amelia la llamó y traje a Amelia porque me llamó a mi. No tenía otra opción.
—Basta de pelear por favor, me da igual que esas tres damas estén durmiendo en la misma habitación— no tenía cabeza para pensar en nada—. Déjenme sobre la cama— les dije cuando entramos a la habitación—. Todo va a salir bien, los problemas ya terminaron, dejen de discutir huevadas— solté—. Seguro están asustadas, ni tiempo de sacarnos el cuero han tenido.
—No diré más nada, tiene razón— dijo Paul mirando a mi hermano y él le asintió.
—¿Qué es lo que le dijiste a Amelia, Mich?— necesitaba saber qué era lo que sabía.
—La pura verdad de todo. El lío de Paul con Tacker, las amenazas que recibió Charlotte, todo lo que hicimos para ayudarla y para ayudar a Paul. Las persecuciones… Todo. Carolina y Charlotte también saben todo— me expresó con seriedad.
—Bueno, entonces es hora de ser transparente— dije con resignación y un poco de alivio porque al final de cuentas, era más difícil mentir—. ¿Cómo estás con Caro?.
—Creo que bien, no nos hemos peleado. Estaba angustiada por su amiga y supongo que también por ti, pero a comparación de Amelia, estaba demasiado tranquila. Realmente Amelia estaba muy afectada, hasta me pareció que siente algo por vos— respiró y continuó hablando—. Con Caro tuvimos una charla bastante extensa, le he aclarado todo lo que me preguntó y supongo que quedó conforme, también entendió mi pequeña mentira.
—¿Qué mentira?— dijo Paul y se quedó mirándolo atentamente.
—La mentira que le dije para dejarla plantada. Le dije que iba con Jonathan y tuve que ir con Charlotte porque la seguían.
—Claro, sí— respondió Paul, mientras yo estaba perdido en mis pensamientos. ¿Había dicho que Amelia estaba peor?, ¿sufría por mi?. Definitivamente era un maldito imbécil, le había hecho daño. No era mi intención, pero había derramado lágrimas por mi culpa… Debería ir corriendo a abrazarla y no quedarme aquí tirado en la cama.
—¿Estás bien?— me preguntaron ambos.
—Necesito verla, tiene que saber que estoy aquí. Debe seguir preocupada— ellos sabían que en mis pensamientos estaba el rostro angustiado de Amelí.
—Yo necesito ver a Charlotte— mencionó Paul.
—Bueno, vamos a despertarlas, pero antes se van a cambiar de ropa los dos. Algo limpio no les va a venir mal. Parecen malvivientes— dijo Michael y tuve que asentir, estábamos impresentables.
《¿Cómo reaccionará al verme?, pronto lo sabré…》
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