Capítulo 27
Capítulo 27
En la radio suena “The one” de Kyta Pe y aunque no es mi estilo de música, mucho menos mi preferido, debo admitir que la canción es pegadiza y adictiva. Por ello la estoy cantando a todo pulmón, mientras acelero y disfruto del poco tránsito que hay hoy en las calles. Y voy camino a la carretera de esta hermosa ciudad.
Es una espléndida tarde, el sol brilla más que nunca, las aves van cruzando el cielo en diferentes direcciones y la brisa que entra por la ventana de mi auto renueva el aire.
《Nada podría salir mal》
Definitivamente nadie creería que ante este panorama la desgracia podría llegar a empañar el día, pero ahora creo que en este preciso momento debo retractarme. Algo puede salir mal… Muy mal.
Cuando veo los espejos del auto, inmediatamente distingo a un grupo de motos que me siguen y una de ellas, es la misma que estuve siguiendo anteriormente.
《¡Mierda!. Los problemas me persiguen…》
Veía que la aguja en el tablero comenzó a moverse mientras pisaba el acelerador y la persecución no tardó en aparecer, esos motoqueros venían por mí. Me estaban encerrando, los tenía atrás, adelante y a mis lados. Para perderlos tendría que arriesgarme a chocarlos pero eso sería una masacre, no podía arriesgarme a tener conflictos con la ley y no quería dañar mi amado vehículo. Lo mejor, era intentar ser más astuto que ellos…
Bajé la velocidad, dándoles a entender que iba a parar porque no quería problemas. Y cuando entendieron que iba a frenar, a medida que ellos paraban, volví a poner en marcha el motor. Por muy poco tiempo, la idea funcionó y logré alejarme unos varios metros. Pero las motos aceleraban y estaban cada vez más cerca, no les faltaba mucho para acorralarme otra vez.
Cuando estuvieron nuevamente pegados, les vi las armas. Y ahora sí, comprendí que era correr o morir porque claramente les daba lo mismo verme vivo o muerto. Ellos solamente querían cumplir con el objetivo de liquidarme y cuando estaban bien posicionados para dispararme, lo hacían sin dudarlo para lograr su cometido.
《¡Malparidos!》
Marqué el número de la única persona que podría darme una gran mano en este momento… Mientras agachaba mi cabeza y conducía como loco.
—Estoy en problemas, me disparan— le gritaba a mi mejor amigo.
—Hijos de su gran madre, conseguimos el camión hermano, esto acá se puso jodido también. Voy a buscarte, te voy a sacar de este gran rollo.
—Estoy de camino a las sierras de Santa Mónica. Tengo el rodaje ahí. No puedo perderlos— los disparos se oían con mayor frecuencia. —Te mando mi ubicación.
—Aguanta hermano— se cortó la llamada, pero sentí un poco de esperanza. Quizás había luz al final del túnel.
《No me falles amigo…》
Intenté escapar, pero cuando lograron pinchar las ruedas del auto, tuve que darme por vencido. Lamentablemente, ya no tenía escapatoria y mi auto estaba parado en el medio de la carretera, rodeado de motos.
El mal nacido se bajó de la moto, se me acercó apuntándome con su arma y cuando estuvo a mi lado me pegó un culatazo en la cabeza con fiereza… En ese instante, mi móvil comenzó a sonar y sin mediar palabra el hombre de la moto me quitó del bolsillo de la campera el teléfono para mirarlo seriamente. Luego, miró a sus colegas y parte de su pandilla se me acercó para atarme las manos. Después empezaron a golpearme en el suelo, provocando que me retorciera por el dolor.
—Suéltame— grité cuando pude dejar de quejarme. —¿Qué quieren?— dije esperando que alguien me dijera una palabra. Pero nadie hablaba y tampoco podía verles las caras porque estaban encapuchados, el único que dejaba ver su rostro, era el idiota que había visto antes en la moto.
Minutos después el móvil sonó nuevamente, pero esta vez, él atendió la llamada. Solo pude detectar que una mujer llamaba por lo que le respondía. Dijo: “—Me parece que tu galán no puede atenderte en este momento. Puedes dejar un mensaje después del tono”.
Al cortar la llamada una sonrisa maliciosa se dibujó en su horrible rostro. El maldito desgraciado estaba gozando con mi sufrimiento y con la angustia de la persona que me llamó.
《Asqueroso gusano, me voy a cobrar esto》
Segundos después, sentí que me desvanecía, mis ojos se cerraron y mi cuerpo se contorsionaba por los golpes que recibía.
Un tiempo más tarde…
El corazón se me acelera, el pulso se descontrola y el dolor que siento en todo el cuerpo se incrementa, gracias a los puños que aterrizan sobre mi piel. Mis ojos se abren, pero todo se encuentra oscuro.
—Deberías dejar que Paul resuelva sus problemas solo Jonathan— reconozco la voz… Más allá de que mis ojos están vendados, no podría confundirme de persona. No podría confundirme de imbécil.
—¿Tú eres el idiota?, ¿eres el ladrón?, ¿por qué me tienes atado?— muevo mi cuerpo enérgicamente pero no logro desatarme de las sogas que están en mis tobillos y muñecas. No puedo escapar de la silla y tampoco de la situación.
—No dijiste la palabra correcta— otro puño impacta en mi mandíbula… El dolor es insoportable pero no me quejo.
—No vuelvas a decirme idiota, no te conviene— una nueva piña aterriza en mi mandibula y me hace sangrar. Me quedo esperando otro puño, pero siento que mi agresor se alejó varios pasos hacia atrás.
Escucho unas puertas metálicas abrirse al instante y me doy cuenta de que estoy dentro de un galpón por el eco de los sonidos.
《¿Qué mierda sucede?》
—¡Te dije que lo soltarás Jack!, te estas pasando de listo idiota— la voz de Paul retumba en mis oidos y me cuesta creer que realmente es él… Primero creo saber quién es el agresor y ahora escucho a mi mejor amigo… ¿Estoy alucinando?.
—No sos mi jefe Paul, te ayudé demasiado el día de hoy.
—Lo hiciste porque yo te lo pedí— la voz de Lucas era inconfundible. Eran mi gente, no estaba tan perdido después de todo.
Sentí que unas manos comenzaban a desatarme y a quitarme la venda de los ojos. Cuando vi sus caras, me quedé asombrado y a la vez tranquilo.
—Pareces una gran mierda hermano— Paul se reía en voz alta y me golpeaba en la espalda. Intenté pararme pero me costaba ponerme en pie y me tuve que quedar sentado un momento más. Mi cuerpo estaba devastado, solo sentía que mis costillas estaban rotas y que la cara me ardía, realmente estaba hecho una gran mierda.
—Creí que estabas del lado equivocado— dije con voz ronca y miré a Jack con desprecio, pero recordé que una vez fuimos cercanos. Entonces, me tranquilicé un momento. Además, no tenía fuerzas para partirle la cara.
—Tranquilo hombre, solamente aprovechó el momento de tenerte quieto. Sabe perfectamente que lo harías polvo— dijo Paul y Lucas asintió con la mirada.
—Basta de problemas de polleras— dijo Lucas.
—Tiene razón Jona— dijo Paul y luego ambos se acercaron y me chocaron los puños. Me dieron también unas palmadas en la espalda, estaban contentos de verme. Pero Jack se quedó quieto y agachó su cabeza.
—La próxima te voy a pegar cuando te vea parado, perdón por la tentación del momento— agregó Jack y me estiró su mano para estrechar la mía.
—Claro, no hay drama— respondí y le guiñé el ojo. —Además, yo te tengo que devolver las piñas de hoy gran sorete, después te la cobro— Jack sonrió y me guiñó el ojo. Aunque nuestras diferencias siempre salían a la luz, estaba agradecido por su apoyo. Realmente había ayudado en esto y le tuve un poco de respeto por eso.
—¡¿Cómo me encontraron, qué ocurrió?!— pregunté a los tres.
—Larga historia, te perdiste de toda la acción— contestó Jack.
—La verdad tiene razón Jack, pero para resumirte. Encontramos el camión en este galpón, que es de Tacker. Jack averiguó quiénes eran los traidores que ayudaban al burro. Nos bastó saber sus nombres para saber quién era el motoquero. El camión nunca salió de este lugar, le hicieron creer a Tacker que lo perdieron para poder sacarlo más adelante sin levantar sospechas— dijo Paul.
—Mejor dicho que vos te lo robaste, no que lo perdieron— le agregué.
—Bueno, en otras palabras sí— respondió Lucas.
—¿Cómo sabías quiénes eran los traidores Jack?— pregunté. Me vino a la mente la sospecha que tenía de Jack, gracias a los comentarios de Amelia.
—En una de las fiestas que se hicieron en la zona de Carson, lo vi vendiendo a Paul y ese lugar es el territorio del primo de Lucas. Me llamó la atención y se lo comenté a un viejo amigo que trabajaba antes para Tacker pero que ahora se encuentra en la banda de Lucas. Y me dijo que pidió permiso para hacerlo, pero que muy pocos estaban enterados. Además, agregó que le parecía lógica su actitud. Muchos no soportan la autoridad de Tacker y algunos de los nuevos quieren arruinarle el negocio. Luego de un par de tragos me dijo un par de nombres, en el momento la información no me servía. Pero cuando Lucas me comentó que estaba con Paul y lo que ocurría, me acordé de esa charla.
—Después simplemente les dijiste los nombres y lo demás se resolvió automáticamente— dije inmediatamente.
—Bueno, no fue automáticamente. Le dije a Tacker los nombres de esos idiotas y me dijo la dirección del galpón que custodiaban. Llegamos y tuvimos la suerte de tener que lidiar con tres burros, eran pendejos por suerte… Después de una paliza se escaparon y pudimos llevarnos el camión. Lo terminamos dejando en otro galpón que es custodiado por la mano derecha de Tacker— contó Paul, mientras lentamente lograba ponerme de pie.
—Pero lo peor vino después, cuando un par de motos comenzó a seguirnos al salir del segundo galpón. Tuve que llamar a parte de la banda, necesitábamos refuerzos. A continuación se armó rápidamente una balacera y bueno te imaginarás lo demás. Tengo algunos amigos heridos, pero se van a recuperar— Lucas me contaba parte de la historia mientras me sostenía y me ayudaba a caminar.
—¿Y ellos?— dije.
—Los vimos a todos heridos, pero no sabemos si hay caídos, nos fuimos— Paul continuó relatando. —Luego me llamaste y fuimos a buscarte. En la dirección que me mandaste no estabas, entonces lo llamé a Mich para preguntarle por el rastreador de tu auto. Cuando me mandó las coordenadas, supe al instante que estabas aquí. Después no fue necesario pelear con nadie, en cuanto llegamos vimos a los hombres de Tacker capturar a la banda de traidores, se los llevaron y no creo que en este momento vivan para contarlo— estaba de acuerdo con lo último que me relataba mi amigo.
—Por cierto Jona, Mich me contó que Amelia lo llamó llorando. Parece que escuchó la paliza que te daban. No la trajo aquí, pero la llevó a tu casa. Le tuvo que contar gran parte de todo esto o todo. Lo siento hermano, pero creo que te esperan asuntos pendientes…
Amelia me iba a preguntar muchas cosas, tenía bastantes mentiras dichas. Le había ocultado bastante información, solamente para tenerla a salvo…
《Tengo miedo de su reacción》
—Jona, algo más… El auto también quedó hecho mierda. Llamé a la grúa, te lo van a llevar al taller. Ahora te llevo yo a tu casa, además tengo que hablar con Charlotte, me pidió que vaya a verla— Paul parecía preocupado.
—Me vas a tener que pagar el arreglo del auto… Pero la plata la vas a conseguir haciendo tatuajes— lo miré con mala cara.
—Tranquilo amigo, ya tiene mi advertencia también, no va a volver a cometer los mismos errores— Lucas le pegaba a Paul en el hombro con su puño a modo de advertencia.
—Ya entiendo las indirectas— Paul decía entre dientes.
—Son indirectas muy directas idiota— agregó Jack. Y todos comenzamos a reír, pero yo con pocas ganas porque me dolía hasta el alma.
《Parece que los problemas desaparecen por ahora》
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