Capítulo 21
Capítulo 21
Veo en la distancia el auto de Charlotte y una moto parada a unos pocos metros. Me quedo atenta a la moto porque me llama la atención el piloto. Este permanece sentado en la misma y mira hipnotizado a la ninfa que tanto odiaba hace un rato. Parece que es su guardaespaldas y la espera atentamente.
Mis pies comenzaron su marcha y con cada paso que daba podía escuchar el sonido de mis botas impactar contra el suelo. Este repiqueteo iba al compás de los latidos de mi corazón, estos eran acelerados y sin pausa. Pero la taquicardia que sentía no era por miedo, más bien era por una emoción de incertidumbre, mezclada con una pizca de sorpresa. ¿Por qué Charlotte vino a verme?, fue la primera pregunta que llegó a mi cabeza.
—Gracias por aceptar el aventón— dijo Charlotte cuando entré en su auto. Luego encendió el motor al instante, parecía que tenía prisa.
—No tenía muchas opciones, quería saber que ibas a decirme y no me iba a quedar con la intriga— no quería andar con rodeos. Fui muy directa con mi respuesta—. Te escucho— Charlotte me escuchaba atentamente, mientras apretaba el volante con sus manos. Quizás no esperaba que le contestara de esa manera.
—Ahora entiendo todo, mi primo perdió la cabeza por tu belleza y por tu carácter— se sonrió falsamente—. Estuve investigando un poco sobre vos y creí que sería necesario aclararte mi parentesco con Jonathan— ¿investigando?, me quedé pensativa...
—. A simple vista parece que sos una chica que se respeta a sí misma. No creí que te gustara ser solamente una de las tantas opciones que tiene mi primo— Charlotte va demostrando seguridad cuando habla y remarcando que no soy la única mujer en la vida de su querido primo... Algo que no era novedad para nadie—. Dicho esto, era obvio que no ibas a volver. Pero debo aclararte que vine porque lo quiero mucho a él. También porque lo conozco perfectamente y sé que en temas de amor no procede de manera inteligente— la miré y asentí lo que decía con un gesto. Fue lo más interesante que me había dicho hasta el momento—. Lo vi con una sonrisa diferente y consideré que eres especial para él. Pero no quiero aburrirte, solo quería aclararte que soy su prima. Y por último, te digo antes de que me digas algo... Tú también buscaste información mía, estamos a mano— me perforó los ojos con su mirada gatuna y se excusó antes de que le reclame por su investigación. Probablemente notó que mi rostro cambió cuando dijo que me investigó. Pero también mi rostro se iluminó cuando me mencionó que yo era especial para Jonathan, me había dejado un tanto sorprendida con ese comentario.
—No te investigué, tú me etiquetaste en un video y miré un poco quién eras— sería una idiota al no hacerlo, debía saber algo sobre mi supuesta competencia. Además, ya había cometido el error de no investigar a la gente en las redes sociales, no podía caer nuevamente en el mismo error.
—Sí, creí que te iba a ablandar el corazón un poco ese video. Tendrías que haberle visto la cara a Jonathan cuando le dije que lo subí a las redes... Por cierto, no te conformaste con mirar un poco, también mandaste a buscar información mía— Charlotte acelera el auto y toma una curva de una manera casi profesional... Parecía que sabía manejar demasiado bien.
—¿Ese video fue tu idea?— Lennox no quería demostrarme ningún tipo de sentimiento, quizás hasta se alegraba por verme partir... Otra vez mi mente quedó confundida y siento que hubiera preferido no saber nada de esto—. ¿Por qué supones eso?— sí, había mandado a mi amiga a buscar información... ¿Pero por qué ella sabía eso?.
—Sí, fue mi idea. ¿Esperabas qué fuera idea de él?, odia que se filtre información de su vida privada. Hasta suele pagar mucho dinero para que no filtren fotos o datos sobre lo que hace. Pero no te pongas mal, estoy segura que le gustó la idea. No me pidió que lo borrara— se giró para guiñarme el ojo. De igual manera no me importaba lo que decía, él no tuvo la idea de mandar ese video—. Igual tengo que admitir que podría haber salido de él ese gesto. Me sorprendió mucho la foto que subió hace unos días, parecía que quería gritar al mundo que se estaba enamorando...
—Seguramente— mi voz de sarcasmo le dejó claro mi pensamiento—. No respondiste mi segunda pregunta...
—La respuesta es muy simple, Mich no puede cerrar la boca conmigo. No puedes negar que mandaste a tu amiga a sacarle información— su sonrisa provocativa no tardó en dibujarse, me transmitía una sensación extraña y su voz me delataba un interés especial por Michael.
—Veo, lo tendré en cuenta... Y por lo del video, te aviso que no lo necesitaba, no tengo nada que perdonarle a Jonathan. La realidad es que yo tenía planeado irme antes de verte— se lo dije imaginando que iría a contarle a Lennox, de esa manera le dañaría su autoestima un poco.
Un incómodo y fugaz silencio invadió el auto por unos minutos... Parecía que Charlotte se había quedado perdida en sus pensamientos, mientras miraba por el espejo retrovisor.
—No, no pienso publicar más nada. Ahora lo que suceda es problema tuyo y de mi primo. Pero no le rompas el corazón, te lo recomiendo— frenó en seco, cuando el semáforo marcó el color rojo. Sus palabras fueron firmes, fuertes y rudas, quería intimidarme. Fue evidente que mi comentario no le agradó.
—¡Ten más cuidado!, vas a matarnos— grité al sentir que mi cuerpo se movió bruscamente—. ¿Tuviste un mal día o tienes un problema conmigo?, puedo tomarme un taxi ahora mismo, no tengo problema— pude sentir que estaba un poco agobiada y que conducía de manera alocada.
—No, disculpame, yo te llevo... Tuve unos días fatales y hoy fue el peor. Además, por el momento, no tengo problemas contigo. Y realmente no deseo tenerlos— sus palabras me comprometían aún más con su primo y yo todavía no tenía mis ideas claras. También juraría que él tampoco las tenía.
—Bueno, se nota... Cuando te vayas, después de dejarme, ten cuidado al manejar— no era mi amiga, no la conocía, pero igualmente me preocupé por ella.
—Perdón por mi manera de manejar, voy a ir más tranquila. ¿Tienes gente de seguridad que nos siga?— miré por el espejo y vi la misma moto que rondaba el auto de Charlotte en la UCLA. Pero no me pareció sospechoso en ningún momento, asumí que alguien la protegía a ella.
—Esa moto estuvo cerca todo el tiempo, ¿no es un guardaespaldas tuyo?, creí que te acompañaba— el piloto de la Ducati negra nos perseguía a una distancia prudencial. Vestía un traje negro y casco del mismo color.
—¡No tengo seguridad Amelia!, creí que era alguien que venía contigo, suponía que no confiabas en mí— gritó dejando notar su miedo y alteración.
—Te equivocas, yo no soy de la misma clase social que ustedes, no podría pagar por seguridad personal. Igualmente no necesito matones a mi lado tampoco— le contesté—. ¿Por qué tienes miedo?, quizás lo imaginaste, tranquila Charlotte. Estaciona el auto y esperemos, seguramente siga su camino— intenté sonar tranquila y dar seguridad a mis palabras, no quería asustarla.
—No creo que sea buena idea, no tengo miedo igualmente— claramente no creí en lo que dijo, ella trataba de ocultarme algo.
—Entonces, estaciona el auto por favor...
Charlotte estacionó el auto frente a un bar, era un lugar muy transitado y había mucha gente en la calle. Con su acción me demostró que era más inteligente de lo que pensaba. No eligió un lugar al azar, se aseguró de que la zona fuera segura.
—¿Lo puedes ver?— me preguntó con su voz acelerada.
—Sí, siguió su camino al lado de otra moto. Era una suposición tuya que nos seguía.
—No fue solamente mía. Me dijiste que lo viste antes— tenía razón pero no quería que se preocupara. Entonces, traté de arreglar el asunto.
—Te pido disculpas, olvídate de lo que dije porque ahora que lo pienso vi mal— su cara estaba pálida por el susto.
—No te creo nada pero voy a elegir creerte— arrancó su auto nuevamente.
—¿Tienes algún problema?— verla de esa manera me desconcertó. Parecía que sentía miedo a algo o a alguien.
—Ninguno, ya casi llegamos— soltó, se notaba que no quería hablar conmigo. Luego de unos minutos su color de piel poco a poco volvió a la normalidad y yo decidí romper el silencio que apareció entre nosotras.
—¿Tienes algo con Michael?— quería cambiarle el tema y además necesitaba sacarle información para mi amiga.
—No, soy novia de Paul y Mich es novio de tu amiga— cuando dijo que era novia de Paul me quedé sorprendida.
—Exacto, Mich es novio de Carolina, hacen una hermosa pareja— podía seguir indagando sobre Paul, pero quería dejarle claro que mi amiga era la novia de Michael.
—Tranquila, ese detalle quedó grabado en mi mente. ¿Me quieres hacer un favor?— su voz de frustración retumbó en mis oídos.
—Dime, ¿qué quieres?.
—Dile de mi parte a tu amiga que no dañe a Mich... Solamente eso— sentí que sus palabras se quedaron a medio camino.
—No hay problema, ¿me haces un favor tú?— Charlotte estacionaba en mi trabajo, ya habíamos llegado.
—Dime...
—No te metas en la vida de los demás. Jonathan y Michael son tipos grandes, se pueden cuidar bien. Además, no creo que podamos dañarlos, lo más probable es que ellos nos dañen a nosotras— la cara de Charlotte se transformó, me clavó una mirada penetrante y juraría que me lanzaría dardos con los ojos si pudiera—. Gracias por el viaje— no terminé de entender si su plan era demostrarme los celos que tenía por los queridos "hermanastros" o si realmente venía con buenas intenciones y solo quería que me acercara a Lennox.
—De nada, chau— ambas estábamos tratando de fingir una sonrisa, era evidente que algunos comentarios habían sobrado.
《Estuve un poco a la defensiva pero no me arrepiento de eso》
Este día era cada vez más largo: la mañana en la casa de Lennox, mi huida, la universidad, el encuentro con Charlotte, el maldito trabajo. Estaba tratando de sobrevivir a todo el caos... Solo me quedaba esperar que la noche fuera tranquila.
—Amelia, antes de irte te aviso que mañana va a llegar la nueva colección de ropa— me dijo Agustina, una de las vendedoras del local. La marca había lanzado ropa masculina, se dedicaban solo a vender prendas de mujer pero estaban ampliando sus horizontes. Era ropa demasiado bonita pero eso significaba más trabajo para estos días...
—Gracias por recordarme, vendré a la tarde, reciban todo con las chicas y manden las cajas al depósito. Cuando llegue lo organizamos... Si hay poca gente comienza a realizar el inventario.
—Dale, hasta mañana, buen descanso.
—Gracias, igualmente— me fui y salí a respirar aire a la vereda. Las estrellas en el cielo se veían preciosas y me quedé sentada un rato en las escaleras de ingreso al shopping para apreciar el cielo nocturno.
Cuando mi mirada baja a la tierra percibo que una persona se acerca lentamente, es alguien significativo para mí. Ya no puedo negarme más a mi misma lo que siento. Mi corazón late con un ritmo acelerado, mis mejillas se ponen rojas, mi mente imagina escenas subidas de tono, mi cuerpo suda por el nerviosismo. Son muchas las señales que recibo, por lo tanto, sería una idiotez seguir negando lo que me ocurre cada vez que lo veo.
—Las estrellas brillan debido a la fusión termonuclear del hidrógeno en helio que se produce en su núcleo. Eso dicen, pero ahora que te veo diría que es porque se encandilan con tu belleza cuando vos las ves— Jonathan se encuentra a 1 metro de mi cuerpo y a centímetros de mi corazón. Vino a buscarme sin avisarme.
—Tú y tus frases de galán— ¿le encanta derretirme?, hoy no vamos a dormir tampoco... Ya me lo imagino—. ¿Qué quieres?, ¿no hay ninguna chica disponible?— no voy a cambiar de la noche a la mañana mi genio. Además, me encanta pelear con él.
—¡Puedo irme con otra!, tus deseos son órdenes preciosa— Lennox sonrió, giró sobre sus pies y comenzó a caminar. ¡Me cago!, nunca mido mis palabras, nunca aprendo.
《Piensa rápido Amelia》
Salí detrás de él y me paré delante de sus ojos. Estaba impidiendo su marcha y por más que me sintiera insegura, me tragué el orgullo.
—¡No!— exclamé.
—¿No qué?, ¿no vas a decirme nada más?— mencionaba con una voz sexy, se notaba que disfrutaba del momento. Estaba esperando con ansias mi ruego.
—No, que no eran mis órdenes ni mis deseos Lennox... Eso lo dijiste tú. Ahora puedes irte, buenas noches— jodido Lennox, esa respuesta seguramente le dolió en el alma. ¡Maldito creído!.
Sus ojos despedían llamas, lo había cabreado con mi respuesta. —Bueno, me voy con esas chicas que se acercan rápidamente. Buenas noches Amelí— un grupo de mujeres se aproximaba a los gritos, eran unas fans que no podían creer que Lennox estuviera cerca de ellas.
Cuando lo vi ir en dirección a esas muchachas me agarré la cabeza con bronca. Los celos no tardaron en florecer, en cuestión de segundos mis venas se hincharon por la frustración que sentía. Y solo pude quedarme parada observando todo el espectáculo que se había montado frente a mí.
Lennox firmó sus remeras y mientras escribía me miraba a la distancia con fervor, con puro deseo. Él solo tenía ganas de estar conmigo, me lo demostraba con el brillo de sus ojos oscuros.
Sus labios se movían para hablar con cada una de las jóvenes que tenía a su lado y yo solo podía imaginar que estaban apoyados en mi boca, dejando excitantes besos. Cuando se despidió de sus fans, otras personas comenzaron a elevar la voz, la gente pudo reconocerlo y muchos intentaron acercarse. Pero Jonathan comenzó a caminar nuevamente de regreso. Me agarró la mano firmemente y continuó su camino conmigo a su lado, no fue necesario que tirará de mí. Yo lo seguí con gusto y sin oponerme.
Fuimos hasta el estacionamiento y nos acercamos a una moto Kawasaki Ninja de color negra. Estaba casi segura que la había visto al lado de la Ducati que nos siguió a mi y a Charlotte.
—Cinco minutos pudiste soportar verme con otras— Jonathan parecía divertirse al verme irritada.
—¿Quién dijo que me había enojado?.
—No puedes disimular la expresión de tu rostro belleza— ¿tanto se notaba el ardor de mi cara?. Tenía razón, no aguantaba más las ganas de reclamar su boca y decretar que era mío. Me extendió con su mano un casco y me pidió que me subiera a la moto.
—No sabía que manejabas motos— me monté, me agarré de su cintura y me quedé perdida en su perfume.
—Autos, motos, bicicletas, también puedo montar yeguas...— se reía y tenía que admitir que su risa era contagiosa.
—Creo que nunca dejaré de decirte imbécil. ¿Siempre vas a tirar algún comentario tonto?— metí mi mano dentro de su ropa para pellizcar su panza.
—Siempre lo haré— suspiró—. Amelí si me tocas ahora no voy a controlarme, contigo no puedo— agarró mi mano para entrelazar sus dedos con los míos. Un cosquilleo recorrió mi cuerpo entero cuando sentí su mano sobre la mía.
—Solo quería pellizcarte. Nosotros tenemos que hablar— había muchas cosas para hablar... Saqué mi mano y la apoyé sobre su panza pero por arriba de su ropa.
《Por ahora voy a ignorar tu deseo y mis ganas》
—Agarrate fuerte, te llevo a tu casa— el ruido del motor, la velocidad, el perfume de Lennox, mis brazos atados en su cintura, mi cabeza apoyada en su espalda, su mano acariciando mi pierna cada vez que frena la moto... Quería volverme loca, había logrado enloquecerme. Él me provoca, me desborda y me trastorna.
—Creo que te quiero— exclamo y pienso que necesito besarlo, tocarlo, sentirlo.
—Creo que te quiero Amelí— responde.
《Quizás sea hora de perder el control》
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro