Capítulo 19
Capítulo 19
Se dice que los grandes impactos crean mundos… La teoría del gran impacto es un ejemplo de ello: la hermosa luna, nació de una colisión y con ella la tierra adquirió elementos esenciales para generar vida.
En nuestra colisión fuimos dos cuerpos móviles que se relacionaron fuertemente durante un breve intervalo de tiempo. Pero ese breve tiempo me sirvió para sentirme vivo y notar que germinaba un sentimiento de amor dentro mío. Elementos nuevos se incorporaron en mi sistema para cambiar mi ser.
Me dirigí a mi habitación sabiendo que no estaría ella, mi bella Amelí. Debería haberla seguido, no tendría que haber dejado que se vaya. Pero es difícil convencer a una mujer, más cuando piensa que tiene razón.
Por otro lado, no estaba listo aún para declararle mis sentimientos. Me resultaban un tanto confusos, extraños... Y no quería demostrarme frágil y vulnerable ante sus ojos. Prefería esperar en silencio, sería mejor. Además, sentía que ella debía tener su espacio, ya habría tiempo de aclarar cualquier duda. Y en definitiva, no podría resistirse a mí, en cualquier momento vendría nuevamente a buscar mi afecto. ¿Por qué ella no me extrañaría?, ¿por qué ella no podría sentir que le faltan mis besos?
《Sus besos me delataban todo el amor que estaba sintiendo por mí》
Dejé de vagar por mi mente, abrí la puerta de mi cuarto y ahí estaba mi querida prima. Siempre tan bella, tan ella, tan inoportuna, tan Charlotte.
—Salí de mi cama, tienes muchos cuartos para ir a dormir— le dije al verla tirada sobre el colchón.
—Tienes razón, hay demasiado olor a sexo. Un asco, me voy a bañar urgente. Ando tan mal que ya no pienso en nada de lo que hago— puso su peor cara de asco—. No era mi intención correr a la chica N°200… ¿O por qué número vas?— soltó entre risas—. Igual, tengo que conocerla y felicitarla. Es la primera que traes a tu cama, no la llevaste a otro cuarto, es un gran avance.
—¿Tomaste demás?, ¿cómo llegaste?— dije cuando se levantó de la cama y comenzó a tambalearse. Aún estando ebria Charlotte no bajaba de sus zapatos de tacón, siempre quería verse espectacular—. Te ayudo.
—Tranquilo galán, yo puedo. Me vine en taxi y dejé al idiota de tu amigo solo. No quería verlo y como seguro me buscaría en casa, vine aquí. Y en tu antro no me va a encontrar— se reía creyendo que tenía un plan maestro.
—Charlotte, si Paul me pregunta le diré que aquí te tengo. Y mi casa no es un antro— la llevé hasta el cuarto de invitados más cercano.
—Somos casi hermanos maldito, cierra la boca— dijo.
—Me cagaste la mejor noche de mi vida. Te voy a dar el vuelto bebé. ¿Por qué pelearon ahora?— dejé el cuerpo de Charlotte arriba de la cama del cuarto de invitados.
—¿La mejor noche?, ve a su casa y discúlpate— me dijo con una expresión de burla—. Paul anda en algo raro— dijo mientras me sostenía la mano.
—¿Disculparme por un mal entendido?— dije y me sacudió la cara con su mano. Me tiró un cachetazo—. No te pases de lista y borracha.
—¡Y tú no te pases de imbécil!, es la primera chica por la que te veo salir corriendo en boxer— asentí—. Lennox, no tenía pinta de prostituta, ni de querer fama. Es la primera chica que me parece decente y estoy segura que pensas lo mismo. Sos el chico sexy y famoso que todas quieren, pero las que valen la pena son pocas… ¿No pretenderás hacerte el difícil?. Esa princesa no va a volver si te pones en el papel de idiota— dijo seriamente y a los gritos.
—Veo que el alcohol te pega fuerte y no te duerme. Igual yo no tengo la culpa de nada, vos viniste a mi casa.
—Le vas a decir que somos primos y te vas a disculpar, le vas a rogar si es necesario. Pero portate bien, no le rompas el corazón— se largó a llorar de una manera desconsolada.
—Necesitas dormir prima, veo que ya colapsaste, la sensibilidad te llegó al 100%. Y no te preocupes por Paul, no anda en nada raro, tranquila— ahora entendía sus lágrimas y su cachetada, estaba sufriendo por amor, por eso sintió empatía con Amelia sin conocerla. Nos dimos un abrazo y sequé sus lágrimas.
—Hay, cosas… No tienes idea— su voz vibraba por su llanto.
—Quiero que descanses, en un par de horas me lo cuentas y tomamos un café. Tengo sueño, estoy con un humor de perros y tú también— dije imitando su voz y sus caras.
—Sos el peor Lennox, te odio y te quiero— dijo riendo.
—La idea era hacerte reir, odio que me cuentes todo llorando, no te entiendo nada, tus mocos terminan en mi ropa, en fin… Mejor lo hablamos después.
—¡Qué asqueroso!, cierra la boca porque juro que te pongo mis mocos verdaderos en tu ropa y no los imaginarios que acabas de decir— me golpeó con un almohadón.
—¡Tregua!, no quería hacerte enojar, chau— me fui rápidamente.
—En el desayuno me vas a escuchar si o si y no le digas a Paul que estoy aquí o sufrirás— gritó y pude escucharla por el pasillo.
Un par de horas más tarde, los pájaros cantaban sobre mi ventana impidiendo que continúe con mi descanso. Por eso me propuse levantarme e ir a desayunar al comedor.
—¡Por fin te despertaste!, ya estaba por ir a bajarte. ¿Viste el desastre que dejaron?, arruinaron la vajilla, la pobrecita de Miriam se puso a limpiar la salsa que dejaron en el tapizado de las sillas. ¡¿Qué mierda primo?!, ¿discutieron?— ese desastre era la evidencia que tenía para afirmar que Amelia estaba completamente loca por mí. Me subió a mil el ego… Al recordar su embestida me excité nuevamente, era imposible no tener una erección con ese glorioso recuerdo.
—No, solamente nos expresamos con acciones— le guiñé mi ojo.
—¡Auch!, ni lo digas… No quiero sentir envidia. No estoy en mi mejor momento. Guardá todos los comentarios— me tapó la boca con su mano por unos instantes y luego nos dirigimos a la mesa—. Dale, ya tenemos el café… Ahora escuchame. Paul robó un cargamento, hablamos de muchos kilos— me miró fijamente mientras sostenía su taza.
—¿Cómo sabes eso?— ya me imaginaba quién era la persona estafada y eso no era bueno. También tenía la certeza de que Paul no había robado nada, él no era el ladrón. Traté de hablar con tranquilidad para no preocuparla.
—Recibí una llamada anónima, me dijeron que si Paul no devuelve lo que robó o la plata que ese cargamento representa lo mataran. Les pedí más información, les pedí que no lo lastimaran, me ofrecí a pagarles— Charlotte estaba angustiada y sus lágrimas no tardaron en salir a la luz.
—Tranquila, respirá y seguí hablando— le agarré su mano con fuerza.
—Debe 800kg de cocaína de alta pureza. Y me dijeron que yo no tenía ni la cuarta parte del dinero que debe. Estuve averiguando y creo que debe salir más de 100.000 dólares el kilo de esa mierda. Y seguro estoy siendo optimista porque me quedo corta con esa cifra— Charlotte miraba la pared con furia y tristeza.
—¿Algo más que me quieras decir?— era una locura lo que mi prima me decía. No podía creer que Paul robara un cargamento. Era muy inteligente y sabía lo que no podía hacer.
—¿Te parece poco?— me preguntó indignada.
—Paul no es idiota, estoy seguro que es mentira… Quieren manipularte, sacar plata fácil o simplemente alguien le tendió una trampa. ¿Cuánto tiempo le dieron?, ¿le dijiste a Paul?.
—¿Una trampa, por qué?. No hablaron de tiempo, solo me dijeron que le cuente lo que ya te dije, ya que él me iba a entender. ¡Y ya se lo he dicho!, solo me dice que no me preocupe porque es mentira y que se va a encargar de matar al idiota que me llamó para asustarme.
—Bueno, entonces debes creerle. Se va a resolver. No te pongas paranoica, yo igualmente hablaré con él sobre el tema. ¿Te parece?, ¿te vas a quedar más tranquila?— iba a hablar de manera urgente con Paul, no podía quedarme con preguntas en mi mente. Pero ahora tenía que demostrarle a Charlotte que estaba calmado.
—¿Todo lo resuelves tan fácil?, no es un juego primo.
—Todo estará bien. Voy a hablar con la gente de seguridad para que te pongan un rastreador en el auto y en el móvil antes de que te vayas— le afirmé. Quería prevenir cualquier situación de peligro.
—Menos mal que todo estará bien— dijo frunciendo el ceño. No tendría que haberle dicho lo que pensaba hacer…
—Es una manera de prevenir, nada más— también pediría que intervengan sus llamadas pero no iba a decirle eso.
—Sí, seguro.
—Cambiemos de tema— no quería que siga la tensión en el aire.
—Bueno, ¿quién es la chica que vi en la habitación?— su sonrisa pícara no tardó en salir.
—Una amiga especial— solté sin querer dar más detalles.
—Bueno, al menos no dijiste que es solamente una amiga… Sumaste el término “especial”, debe haber sido intensa la noche— sus carcajadas invadieron el comedor—. Dale, quiero saber más. ¿Cómo se llama tu amiga especial?.
—Amelia, es amiga de la actual pareja de Mich, Carolina.
—¿Qué?, ¿Michael tiene novia?— sus ojos demostraban asombro.
—¿No sabías?— mi prima y Mich habían tenido un romance. Parecían la pareja perfecta, pero Charlotte terminó con la relación y al tiempo empezó a salir con mi amigo Paul. Michael quedó resentido por un buen tiempo pero después la relación entre ese trío quedó en buenos términos, no tuvieron otra opción. Había lazos que nos unían a los cuatro.
—No me dijo nada, quizás no tuvo el coraje.
—Quizás sabe que vas a investigar y molestar a la chica porque coraje no le falta— Charlotte era demasiado celosa y protectora de Mich. Quizás muy en el fondo aún había algún sentimiento escondido en su corazón. Pero era algo que no iba a preguntar, yo quería demasiado a esos tres locos y no quería estar en el medio de ninguna pelea.
—Vamos a ver si tiene coraje cuando vaya a su casa a patearle el culo. No puede no contarme algo tan importante.
—No voy a opinar prima. Hace lo que quieras, yo no pienso meterme.
—¿Le dijiste a Amelia que soy tu prima?— preguntó con intriga mientras terminaba de tomar su café.
—Le mandé un par de mensajes pero no me respondió. No voy a rogarle, no es mi estilo.
—Entonces no es tan especial. ¿Sabes bailar aún?— no entendía su pregunta.
—Obvio, ¿pero por qué me preguntas eso?.
—Quiero que bailes una coreografía de los Five Boys, dale amo verte bailar. Me vas a alegrar la mañana primo, por favor— era completamente raro su pedido, pero prefería bailar y no seguir respondiendo sus preguntas. No quería hablar de Amelia.
—Dale. Vamos al salón grande— un rato después la canción “don't go” comenzó a sonar en los parlantes de la sala y mi cuerpo se movió al ritmo de la música.
—Genial, después me das las gracias. Te grabé y te subí a mis redes, también etiquete a tu querida Amelia. Fue fácil encontrarla al saber que estaría en los seguidores de la actual novia de Mich— maldita Charlotte, siempre metiéndose en mi vida privada.
—Deberías trabajar para el FBI, sos rápida— me sonrió—. No es un cumplido, eliminá ese video. ¿Piensas que somos adolescentes?— dije furioso—. Igual, ni siendo adolescente hubiera hecho eso— grité.
—Claro que no, pero evidentemente no sabes nada sobre las películas románticas. Le va a gustar el video, al menos no estará a la defensiva cuando puedas verla. Y no es muy diferente a subir fotos con frases, genio.
—Da igual, seguramente ya todo el mundo lo miró.
—Sí, tienes muchos corazones, algunos corazones rotos, etc. Y seguramente Amelia quedará encantada. Además de que alguna productora verá tu talento oculto.
—No es un talento oculto…— Charlotte me interrumpió.
—Shh, tengo una llamada de Paul— su celular vibraba.
—Dile que lo espero a la noche. Yo ahora tengo que ir al rodaje— miré la hora y no podía creer lo tarde que era.
—Bueno, chau galán, después me cuentas qué pasó con Amelia— sí, seguramente caería a mis pies, pensé. Amelia iba a pensar que era más idiota de lo que creía cuando me viera bailar una canción de su grupo favorito. Me había dado cuenta que amaba los Five Boys cuando se bañó por primera vez en mi casa. Cantaba a todo pulmón sus canciones en el baño. Y la verdad me resultó gratificante escuchar su voz porque era delicada, afinada, totalmente dulce y preciosa.
《Para mi suerte o desgracia Charlotte tenía el mismo gusto musical de Amelia》
—Chau inoportuna.
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