Capítulo 16
Capítulo 16
Nuestros cuerpos rígidos, estrictos e inconmovibles… moldeados por la hostilidad que obtuvimos de nuestros dilemas amorosos, dejaron de ser sólidos para fundirse con el calor corporal que surgía de nuestra cercanía.
Pudimos sacar la retaguardia para quedar livianos y fluir, dejando que nuestra corporeidad descanse en un sueño profundo.
《¿Qué hora es?,¿estoy en un sueño?》
Mis pensamientos se encendieron cuando pude abrir mis ojos, tenía el cuerpo contracturado por haber dormido en el sillón, pero realmente en ese momento no me importaba. Porque ya podía intuir cuál fue el motivo que impidió mi descanso sobre el colchón.
Me bastó tenerlo cerca, detrás de mi espalda, para convertirlo en mi antídoto para el insomnio. Y mientras él acariciaba mi pelo, susurraba en mi oído o abrazaba mi ser, convertía mis pretextos en sus oportunidades.
Me senté lentamente, estiré mis brazos y solté un gran bostezo. Cuando me incorporé y logré despertarme, pude ver que Jonathan no estaba conmigo. Y me parecía que presenciaba un déjá vu porque ya era cotidiano ver como desaparecía.
A pesar de que sentí malestar y rodaron un par de lágrimas sobre mis mejillas, continúe realizando la rutina de cada mañana. Además, no quería permitirme sentir algo, menos si esa noche no fue significativa para él… Al menos eso era lo que suponía, pero no era lo que mis instintos me dictaminaron.
Cuando ingresé a mi habitación para vestirme, me cambió automáticamente el semblante. Fue inevitable que él me robe una sonrisa, esta vez se había esmerado. Quizás no tanto, pero viniendo de él fue una increíble iniciativa. Vi un detalle inesperado, que me dejó sintiéndome un poco culpable por querer matarlo antes.
Sobre la cama había dejado una bandeja preciosa con un desayuno, que incluía una taza de porcelana, una cuchara del mismo material, una tarjeta y un osito pequeño de peluche. Claramente lo había encargado, comprado y dejado en absoluto silencio dentro de mi habitación. Ya que, no había escuchado en ninguna oportunidad la puerta de ingreso del departamento.
Cuando agarré la tarjeta, me senté sobre la cama para leerla con atención.
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Amelí:
Espero que el desayuno te guste y logre eliminar de tu sistema las ganas que tienes de asesinarme.
Me fui a un rodaje, lo lamento, besos.
JL
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¿Un rodaje?, no tenía mucha idea de los próximos proyectos de Jonathan… Pero parecía que esta vez no era una mentira, ni una excusa para irse.
Más tarde en mi trabajo, tuve la oportunidad de hablar con Carolina porque fue a comprar ropa y a visitar a sus padres en la oficina del shopping.
—¡Hola!, ¿todo bien?, tuvimos una noche bastante intensa— Carolina llegaba a la tienda y me saludaba con un abrazo.
—Todo bien, supongo. Quizás no fue una mala noche, después de todo. Por cierto, parece que Mich se encuentra limpio. Estuve tratando de sacarle información a su hermanastro. Y creo que me voy a quedar tranquila.
—Mmmm, sacando información— me guiña el ojo y yo sonrío—. No te preocupes amiga, anoche pude hablar con Mich sobre el asunto y me dijo que Paul es un amigo. Me explicó que vendía droga y que actualmente no lo hace, además de que él nunca se involucró en esos asuntos— me contaba con seriedad.
—Jonathan me dijo lo mismo, espero que todo sea cierto. No quisiera que se involucren en esas cosas y tengan problemas.
—¿Te importa?— dijo mientras miraba unas remeras que estaban en el perchero—. Te veo mucho más enamorada, diría que anoche la pasaron muy bien.
—Si puede ser que me importe y me preocupe un poco por él… Pero mi mayor preocupación sos vos, no quisiera que Mich te involucre en nada— le afirmé—. Y antes de que vuelvas a preguntarme, te aviso que no hubo fuego, ni cenizas, ni nada. Solo un beso escueto e insignificante en el auto. Y en casa, simplemente nos quedamos dormidos en el sofá.
—¿Me vas a decir que durmió con vos y no pasó nada?— la cara de Carolina demostraba intriga.
—No, además en el auto le dije que no vuelva a besarme… Quizás fui una idiota, pero no quiero que piense que puede ser el centro de mi universo— mientras hablaba le sostenía unas prendas a Carolina.
—Me voy a comprar la ropa que tienes en la mano— le asentí—. ¿Por qué no puede pensar eso?. Yo creo que lo vuelves completamente loco y no creo que deje de besarte, no le va a importar que le digas que no quieres sus besos— íbamos a la caja juntas y llevábamos la ropa que había elegido.
—Porque si sabe que me tiene a sus pies, puede usarme y manejarme a su antojo.
—Amiga, tiene miles de chicas a sus pies, no va a perder el tiempo contigo. Y no pienses que te estoy atacando, tú eres hermosa. Pero si de sexo solo se tratara, ya le hubieras perdido el rastro. Además, ir despacio no es algo habitual en él, mucho menos tener una relación seria. Seguro siente algo real y por eso te tiene tanta paciencia— mi amiga ya sabía que yo no era una chica fácil de llevar—. Tendrías que dejar de estar a la defensiva… Si seguís en ese plan, te vas a arrepentir.
—Puede que tengas razón— le dije y luego le conté sobre el detalle que tuvo—. Cuando se fue me dejó un desayuno sobre la cama… Debe ser una señal de algo bueno, ¿no?.
—Amelia, nunca nadie fue tan detallista contigo… Es obvio que siente algo por vos— me extendió su mano para darme su tarjeta de débito—. No le des tantas vueltas al asunto y dejá que todo fluya. Es hora de que sueltes esa armadura, no te voy a decir que no vas a salir herida, realmente no puedo saberlo. Pero tienes que seguir adelante y volver a enamorarte. ¿Qué sentido tiene la vida sin amor?—. Yo siempre voy a estar aquí contigo, con pañuelos y cervezas para consolarte… Ese es nuestro juramento— nos apretamos las manos, chocamos nuestra muñeca y nos sonreímos.
—Me convenciste, voy a dejar que todo fluya. ¿Me averiguas algo?, necesito saber su horario de regreso. Me dijo que tenía un rodaje— hablé y le devolví su tarjeta de débito.
—Mi idea de fluidez creo que es muy diferente a la tuya, cambiaste de opinión en un segundo. Soy buena consejera, ¿podría ponerme un consultorio? o un 0800-doctora -corazón. ¿No?— se comenzó a reír—. Pero me parece perfecto que pienses verlo, no es momento para esperar sentada las señales de vida de Lennox. Tantos pretextos entre ustedes me agotan. En un rato te mando todos los detalles, ya llamo a Mich.
—Gracias doctora corazón, después hablamos— nos abrazamos y Caro se fue con la bolsa de sus compras.
No sabía si era una locura ir a su casa sin ninguna invitación de su parte. Quizás era un atrevimiento, una mala idea, pero estaba tan ansiosa por volver a verlo que no podía esperar ni un día más. Por otro lado, había recordado que tenía un as bajo la manga… Mi ropa seguía en su casa y yo podía ir a buscarla, era una gran excusa. Bueno, no era una gran excusa, solamente robaba la idea que él había tenido anteriormente.
Un rato después me llegó un mensaje de Carolina.
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—Vuelve a las 21:00hs, podes ir antes, su empleada te deja pasar. Podrías darle una sorpresa… ¡¿No?!.
—Le dije a Mich que debías dejar la campera de Lennox. Anoche tenías frío y no llevaste la tuya. Bueno, mentí un poquito. Besos…
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《Espero que Miriam no me pregunte por esa bendita campera…》
Solo sabía el nombre de su empleada, pero en realidad nunca la había visto. Por lo tanto, esperaba tener la suerte de que sea buena y no haga tantas preguntas, no quería tener inconvenientes a la hora de ingresar a su mansión. Además, estaba completamente cansada de pedalear en mi bicicleta y necesitaba sentarme un rato.
Cuando llegué a la reja, toqué el timbre y al acercarme al portero eléctrico una voz femenina preguntó quién era yo. Cuando dije mi nombre para ingresar a la casa, las puertas se abrieron de par en par e ingresé rápidamente montada sobre mi bicicleta.
Una vez dentro, la puerta de entrada se abrió y salió una señora con uniforme negro.
—Buenas tardes señorita, ¿es usted Amelia?.
—Sí—asentí.
—Es un gusto conocerla soy Miriam la empleada, el señor no se encuentra en la casa, pero me informó el señor Brown que usted vendría.
—Sí, lo sabía, simplemente venía a buscar mi ropa— dije ruborizada y con ganas de escapar… Pensando en que quizás, no fue una gran idea haber venido, estaba muriéndome de vergüenza.
—¡Creí que traía una campera, seguro entendí mal!— mis nervios incrementaron—. Pero no hay problema, la ropa que usted busca la tengo preparada hace varios días. Por favor, acompáñeme dentro de la casa.
—La espero, no quiero ingresar con la bicicleta y ensuciar el piso— mi mente me decía que no debería haber ido antes. Era una locura esperarlo en su casa sin su invitación.
—No, la bicicleta la va a llevar el hombre de seguridad al garage. No tiene que preocuparse, puede sentirse como en su casa. Además, veo que se encuentra muy cansada. Puede pasar y esperar tranquila al señor Lennox. ¿Venía también para quedarse, además de buscar su ropa?, ¿verdad?.
—Sí, muchas gracias— las palabras de mi amiga vinieron a mi mente:《dejá que todo fluya》
—Ingresemos— Miriam comenzó a caminar y yo la seguí—. Se puede quedar en el lugar que quiera. ¿Le doy un recorrido por la casa o la conoce?.
—La conozco un poco, no es necesario el recorrido, gracias— eran las 19:40hs, Lennox llegaría mucho después de esa hora. Por lo tanto, podía quedarme un rato afuera en la reposera, cerca de la piscina.
—Bueno, voy a indicarle al personal que prepare la cena. El señor quería ravioles, ¿le ordeno algo diferente?.
—No, me gusta ese menú. Gracias— le dije.
—Por cierto, su ropa la puede encontrar en el clóset de la habitación del señor Jonathan— me dijo con voz serena—. Recuerde que tiene permitido trasladarse libremente por la casa y la cena estará lista cuando el señor pida que la sirvan— mencionó.
—¿Jona sabe que estoy en la casa?— quizás no era una sorpresa para él que yo estuviera aquí.
—No, pero mis órdenes anteriores eran tratarla como una integrante más de la familia. Y él señor Michael, telefónicamente, me ha indicado lo mismo que el señor Jonathan me había dicho— dijo con firmeza—. Por eso puede ir libremente.
¿Una más de la familia?, esa frase me quedó resonando en mi cabeza. —Gracias Miriam, pero no me tienes que tratar igual que a tus jefes. Igualmente agradezco tus servicios— dije apoyando mi mano sobre su brazo con cariño, ella sonrió y se retiró del lugar.
Luego, fui afuera a descansar en una de las reposeras para disfrutar de la oscuridad de la noche y admirar el fuego que brindaba el biohogar que estaba cerca de la piscina.
Mientras dejaba que mi cuerpo se relaje y escuchaba el silencio, me quedé concentrada en mi móvil. Estaba mirando las fotos que había puesto Jonathan en su perfil, eran unas fotografías que realizó para una marca de ropa. Se lo veía guapísimo y los mensajes de sus fans, expresando su fascinación, me dejaron abrumada. Tenía ganas de escribirles que era mío, pero me contuve porque aún no lo era y aunque eso fuera cierto, no podría decirlo. Esos celos desmedidos solo podrían evidenciar que emocionalmente aún no he madurado.
—¡Dios!— exclamé en voz alta y un tanto asqueada cuando apoyé mi celular sobre la reposera que estaba al lado de la mía.
《Es un mundo virtual, no tendrías que estar celosa de esas chicas…》
A continuación mis pensamientos se esfumaron a la velocidad del viento, cuando unos brazos fuertes atraparon mi cuerpo para sostenerme con fuerza y tirarme a la maldita pileta.
Mientras me hundía en el agua, tragaba el líquido con cloro y me movía con desesperación. Pude sentir el ritmo acelerado de mi corazón y el miedo correr por mis venas. Toqué el fondo de la pileta con mis pies, para luego tomar impulso y salir a la superficie.
—¡Perdón!, soy un maldito imbécil. Te doy toda la razón del mundo— Jonathan me decía entre risas, mientras me escuchaba gritar varios insultos—. Me tentaste, tenía que tirarte— me extendió su mano para ayudarme a salir del agua.
—Gracias por la amabilidad— le dije con mi mejor sonrisa, tratando de ocultar mi furia. Y cuando pude sentir su mano sobre la mía lo sostuve con toda mi fuerza para tironear de esta hacía abajo, provocando que él también se hunda en el agua—. Estamos a mano, ojo por ojo Lennox— le dije cuando mis ojos entrecerrados se encontraron con los suyos.
—Me imagine que me ibas a tirar. Igual te perdono, me lo merecía— ambos nos apoyamos en el borde de la pileta para salir del agua—. ¿No era que no querías venir a buscar la ropa?— dijo con una media sonrisa, mientras se escurría el agua de su ropa.
—¡No necesito tu perdón!, ¿No volvías a las 21:00hs?. Veo que tus lacayos te contaron de mi visita y no pudiste aguantarte las ganas de verme— dije con aires de grandeza.
—Solo llegan sin aviso Paul y mi familia. Después nadie más puede ingresar sin mi autorización princesa. Si querías darme una sorpresa tendrías que haber pensado en otro plan— contestó.
—No quiero darte sorpresas corazón— dije esquivando su mirada.
—Yo tampoco moría por llegar temprano— dijo con un tono de burla—. Vamos, tienes que secarte y cambiarte de ropa— me dijo cuando comencé a tiritar por el frío. No pude negarme, tenía razón…
Cuando entramos a la casa, me guió hasta su habitación.
—Puedes bañarte tranquila, yo voy a otro baño— creía que iba a buscar la manera de quedarse, pero mi cara de desconcierto igualmente asintió.
Cuando se fue me quedé perdida en el tiempo dentro de la bañera… El agua estaba a una temperatura ideal y me invitaba a quedarme.
Después de calentar mi cuerpo durante un rato en la bañera, me dispuse a salir, me coloqué un toallón alrededor de mi cuerpo y fui hasta el vestidor. Luego de mirar detenidamente la ropa, elegí un vestido suelto de color champagne.
Cuando me giré sobre mi eje para ir a vestirme, mi mirada se encontró con los pectorales de Jona. Su torso desnudo, estaba muy cerca.
—Creí que no usarías esa ropa nunca— tragué saliva cuando escuché su voz.
—No me dejaste opción… ¿Me tiraste para que la use o para tenerme aquí, nuevamente desnuda en la bañera?.
—Para ninguno de tus interrogantes y no necesito caer tan bajo para lograr desnudarte— se acercó y me susurró en mi oído—. Espero que la visita no sea con la intención de golpearme, realmente tenía que ir a trabajar. Me hubiera gustado verte despertar. ¿Te gustó el desayuno?— Jonathan quería hablar sobre su partida.
—No vine a golpearte, vine por mi ropa— solté una mentira—. Sí, me gustó el desayuno— él estaba cada vez más cerca de mi cuerpo y deslizaba sus dedos por mi hombro desnudo, generando un lindo cosquilleo. Pero caminé hacia la puerta para salir del vestidor e ir a cambiarme al baño. Aunque también me iba para detener su acción, creía que no estaba preparada para ningún contacto por el momento.
—Vine a buscar algo para ponerme, no voy a bajar a cenar solamente con un toallón puesto— dijo con una sonrisa pícara y me quedé observando su pelo mojado, su torso desnudo y el toallón que tenía enganchado en su cadera, que le servía para tapar su sexo. ¡Wow!, era jodidamente irresistible. No pude evitar quedarme apreciando sus músculos, su piel y la erección que se le marcaba debajo de la tela—. No salgas, cambiate tranquila. Yo me voy a cambiar en el cuarto de invitados. Te veo en el comedor, seguro la cena nos espera hace mucho tiempo.
Cuando salí de mi ensoñación, le respondí. —Bueno— fue la única palabra que dije, la única que pude decir. Después, Jona se fue y me senté en el sillón que había dentro del vestidor para cambiarme y aclarar mis pensamientos. Dado que en mi cabeza solo aparecían imágenes de nuestros cuerpos besándose y no estaba teniendo lugar para otras ideas en mi mente. El fuego que había dentro de mí me quemaba y mi voz interior me pedía a gritos que apagará las llamas inmediatamente, sin importar la forma.
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