Capítulo 11

Mich no era un gran chef pero, nos cocinó unas exquisitas fajitas, ya que Caro amaba la comida de México. Por lo tanto, supuse que previamente había investigado cómo sorprenderla.

—¡Nooo!, te pasaste amor. Amo las fajitas— dijo Caro cuando llegamos a la cocina.

—¡Un genio!, ahora falta saber si son ricas—dije mientras le regalaba un aplauso a Michael.

—Espero poder cumplir con sus expectativas— mencionó mientras terminaba de organizar las preparaciones para trasladarnos a la mesa.

Luego de comer, mientras aún seguíamos sentados, Mich soltó un comentario bastante sorpresivo al mirar la pantalla de su celular...

—¡¿Qué onda?!— dijo entre risas con un tono de voz alto.

—¿Qué estás viendo?— Caro le dijo mientras le sacaba el celular de su mano—. ¿No entiendo a qué te referías, por qué las risas?— mencionó después de mirar el móvil.

—Nada, la historia de Jona... Me causó gracia. Parece que su cuenta está siendo hackeada, no me creería que anda enamorado.

—Te sorprenderías de lo que es capaz de hacer un hombre cuando llega la mujer correcta. Nadie se salva del amor, menos tu Brother por más que parezca que va a vivir toda su vida solo — mencionó mi amiga mirándolo fijamente a los ojos.

—¿Ya defiendes a tu cuñado?, tranquila que no he dicho nada malo. Pero, ojalá que tengas razón porque es hora de que la vida le de un giro de 180°— mientras hablaba le besó la mano y le sacó su celular para tenerlo de regreso.

—No lo defiendo pero creo saber que chica lo vuelve loco y si ese mensaje es para ella, me parece excelente que se encuentre enamorado y lo diga— los ojos de Caro me miraron emocionados—. Sería la primera vez que J.Lennox tendría una pareja oficial... ¡Me muero muerta!— prácticamente chillaba de contenta y yo solo quería que cierre la boca para que Michael no pensara que lo decía por mí. Pero tampoco sabía muy bien que podría imaginar porque igualmente no había visto nada de lo que vieron. Ninguno me mostró el celular y no iba a mirar la historia de Lennox en ese mismo instante desde el mío.

—¿Quién es la chica y cómo lo sabes?— la cara de intriga era mortal. ¿Realmente no sospechaba de mí?.

—Intuición femenina cariño, seguramente él mismo te va a decir a vos y al mundo quién es esa mujer pronto. Yo no puedo hacer spoiler— le guiñaba el ojo—. ¿Amy estás bien?, te quedaste callada— me dijo extendiendo su mano para tocar mi hombro.

—Sí, estaba escuchándolos por eso mi silencio. Es tarde, voy a llamar un taxi para que no tengan que llevarme. Por cierto, estuvo todo muy rico Mich. Muchas gracias por abrirme las puertas de tu casa— dije mientras buscaba mi celular en la cartera para llamar el taxi.

—No, no llames. Michael te lleva a tu casa y yo me quedo limpiando todo porque las empleadas tenían la noche libre. ¿No Mich?— Caro me hablaba mirándome y luego se dirigió a su reciente novio oficial. Porque en la noche de ayer, mientras yo estaba borracha y durmiendo en la cama de Lennox, Michael le pedía a Carolina que fuera su novia. Obviamente que le respondió que sí... Ambos me contaron sobre su situación sentimental mientras estabamos en la cocina, seleccionando que cerveza ibamos a tomar.

—Sí, obvio amor. Vamos Amelia, te llevo a tu casa.

—Bueno muchas gracias— asentí y luego saludé a mi amiga con un fuerte abrazo. Y ella antes de soltarme y que nos despeguemos, me susurró al oído que mirara la última historia de Lennox.

A pesar de que tenía mis ideas enredadas y me mataba la intriga de saber que había publicado Jonathan, no me sentía mal... Pasé un día increíble en el parque y en la casa de Mich. Estuvimos los tres riéndonos toda la tarde y parte de la noche. Inclusive jugamos con la consola de juegos de Michael y agradecí que la tuviera porque amaba los videojuegos pero desde que me había mudado no tenía consola porque la que había en mi casa era de mi hermano.

De camino a mi casa Mich me contaba que estaba muy enamorado de Carolina. Me parecía raro que estuviera diciéndome sus sentimientos por mi amiga, pero realmente se lo notaba embobado, tanto que me moría de la ternura que me provocó escucharlo. También me hablaba sobre los negocios en los que tenía pensado invertir porque quería poner una Editorial y sabía que yo, al igual que Caro, estábamos estudiando Literatura en la UCLA.

—¿Por qué piensas abrir una Editorial?, no le encuentro relación con las empresas Brown— pregunté intrigada.

—Sí, es verdad, es otro mundo. La realidad es que me apasiona leer, en realidad, no sabía que me gustaba hasta que Jonathan me regaló un libro para mi cumpleaños N°13. Yo siempre lo veía leer y no entendía por qué pasaba horas perdido en sus libros, entonces lo molestaba por eso— se reía cuando hablaba, supongo que en su mente recordaba de qué manera molestaba a Lennox.
—Me regaló un libro del género fantástico— me miraba y se notaba que estaba feliz al decirlo.
—Fue un viaje de ida, pude descubrir un mundo nuevo y sentí el mismo amor que él sentía por los libros.

—No sabía que a tu hermano le gustaba leer... Bueno, siendo actor debe leer mucho pero no creí que lo hiciera de esa forma. Por la manera en la que lo cuentas y pintas, él devora los libros— mencioné.

—Bueno, no es solamente una cara bonita— decía riendo—. Tiene lo suyo, cosas buenas y malas... Es humano— Lennox leyendo libros en todo momento, no podía imaginarlo. Teníamos algo en común, parecía—. Bueno, te cuento esto porque me gustaría que puedan trabajar Caro y vos en mi editorial. El mes que viene es la inauguración de la Editorial Brown S.A.

—No sabría que decirte en este momento, me dejas helada. Pero me parece interesante la propuesta— trabajar en una editorial era uno de mis sueños y no podía creer lo que me decía y no sabía qué decirle. Tenía que dejar mi trabajo y hacer cambios en mi vida, si aceptaba.

—No hay problema, puedes pensarlo Amelia. Parece una locura lo que voy hacer, pero tengo muchos socios que saben muy bien cómo manejar este negocio, te lo digo para que sepas que será una empresa que rinda sus frutos— su voz sonaba positiva—. Pienso hacer un nuevo camino en los negocios de las empresas Brown, manteniendo las que ya tenemos por supuesto.

—Me parece genial ¿pero no crees que es mucho trabajo para vos solo?, perdón que me entrometa pero tu familia tiene muchos negocios, sumar uno más es una locura. Y por lo que me ha contado mi amiga, dentro de poco tendrás todo a tu cargo porque tu padre quiere ver todo desde afuera— le dije sintiéndome mal porque me metía en un lugar que no debía.

—Puede ser, pero la idea es que la empresa la dirija Jonathan en algún momento. Los negocios actuales que tenemos no son lo suyo pero la editorial la va a saber manejar a la perfección, estoy seguro de su capacidad— ¿si yo aceptaba trabajar para Mich, en algún momento trabajaría para Lennox?, eso no lo tenía en mente...

—A veces parece que no— no pude evitar decirlo, yo siempre era muy directa y por algunos comentarios que Michael dijo... Creía que no le tenía mucha fe.

—Le falta madurar pero lo hará tarde o temprano. Yo también tuve mis cosas, pero el tiempo y la experiencia me hicieron evolucionar. Le va a pasar lo mismo— me guiñó el ojo y me sonrió.

—Entonces, la empresa no la abres porque amas leer. Es porque sabes lo importante que sería para Jona.

—Porque amamos leer ambos y porque Jona sería parte de los negocios de la familia. Él no participa de nada actualmente, es bastante terco y en algún momento no le quedará opción, es mi hermano. Si hay un negocio de su agrado, será mejor todo— asintió.

Habíamos llegado a la entrada de mi departamento y tenía ganas de seguir charlando con Mich. Sin querer en esa charla me enteré de algunos de los pensamientos de Jonathan, parecía que ser parte de la familia Brown no le agradaba pero no me imaginaba por qué. Quizás por eso no tenía mucha información sobre su familia o vida personal... Pero eran suposiciones mías.

—Gracias por traerme, nos vemos Mich —nos saludamos y se marchó en cuanto entré por la puerta.

Me sentía perdida entre tantos pensamientos, al saber que podría trabajar en una editorial... Sería un proyecto cumplido y además significaba poder cambiar de aire. Amaba mi trabajo y el Shopping era mi hogar en parte, millones de recuerdos tenía en ese lugar. Pero crecer laboralmente era una de mis metas. Por ende, pensaría en la propuesta laboral de Mich... Además tenía tiempo.

A la mañana siguiente sonó mi alarma, me levanté y me preparé para ir al trabajo. Me serví jugo de naranja y me comí unas tostadas con dulce de frambuesa antes de irme. Cuando terminé de limpiar el vaso y los cubiertos que había utilizado escuché que mi celular vibraba sobre la mesa. Tenía un mensaje de mi amiga...
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—¿Miraste la historia de Lennox?— me escribió.
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Era el primer mensaje del día de mi amiga. Pero no podía contestar porque no había mirado nada. Estaba tan cansada y pensando en otras cosas, que me olvidé por completo.

Abrí mi red social y miré la bendita historia... En la foto estaba apoyado sobre su cama y lo que me quitó el aire fue verlo con su torso desnudo, con una bata de seda negra del mismo color que el boxer que tenía puesto. Ya preparado para ir a dormir seguramente o al menos quería creer eso.

La foto tenía una frase que decía "pensarte es involuntario e inevitable". ¿Pensaba en mí, cómo dijo Carolina?, me resultaba difícil creerlo, luego de que se borrara. Pero era cierto que escaparse de una chica, sin antes tener algo, no parecía algo que Lennox hiciera. Sería algo que haría después sin dudas pero no antes. ¿Por qué se fue?, ¿tenía miedo de enamorarse?.

Mi teléfono seguía vibrando con insistencia...

Eran más mensajes de Carolina.
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— Me pidió tu número, quiere hablar con vos.
—Después me decís todo lo que hablaron con lujo de detalles, besos.
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Aquí es cuando uno no sabe qué tipo de emoción sentir. Quería hablar con él pero también deseaba mandarlo de paseo. ¿Qué quería decirme?, seguro tenía pensada una disculpa pero no iba a estar pendiente de su llamada, guardé mi móvil en la cartera y salí directo a mi trabajo.

Durante mi tiempo de descanso recibí un mensaje, en cuando sentí vibrar mi celular en el bolsillo de mi pantalón se me detuvo el corazón pensando que podía ser Lennox, pero al desbloquear la pantalla pude leer que era mi madre.

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—Hola hija, te extrañamos... Falta poco para que finalicen tus vacaciones, tenemos que vernos antes. ¿Cenas hoy en casa?.
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Al instante que leí lo que me decía, le contesté que nos veíamos en el estacionamiento en dos horas, las horas que me faltaban para poder irme y sentirme libre de la presión laboral.