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Los chicos de basketball se hallaban haciendo calentamiento para empezar a entrenar sin su capitán, puesto que este había tenido un incidente y se encontraba en reposo por unos días.
—Bueno, en vista de que Jeon no está, yo me seré el capitán temporal.
La voz de Minho irrumpió en el gimnasio, llamando la atención de todos.
—¿Y quién lo decidió? —cuestionó, Yoongi, tomando compostura.
—Yo, porque a este paso hasta sin entrenador nos quedamos, y ya viendo la hora tendremos que empezar a hacer algo —dijo, parándose frente al peliceniza.
—De ser así, me largo. —Pasó por su lado chocando su hombro con el del contrario.
—Tú no te vas para ninguna parte, Min. —Jung-jae hizo acto de presencia, mirando después de Yoongi a Minho, para dirigirse a él—. Y para tu información, el director me citó en último momento, por lo que no pude ser puntual como es de costumbre.
El hombre barrió con su mirada a los chicos, posándola en uno en particular, el cual continuaba haciendo su calentamiento, lejos de todo.
—¡Jeon!
—¿Sí, entrenador? —dijo, Jungkook, llegando frente al mayor.
—Mientras que tu primo no está, tú serás el capitán.
—¿Yo? —Se señaló, incrédulo.
—Sí, tú. ¿Algún problema?
—Discúlpelo, entrenador, pero creo que no se siente capaz —murmuró, con burla, uno de ellos.
—Yo considero que Jungkook haría un buen trabajo.
—¿Tú qué más puedes decir Park? Si más que su amigo eres su perr-
La frase de Minho no logró siquiera ser concluida, ya que en un rápido movimiento Jimin —quien estaba a su lado— se lanzó a este y empezó a darle de golpes. Jungkook y Yoongi se acercaron rápidamente a tomar a Jimin, mientras que otro par se encargó de tomar a Minho, quienes querían zafarse para darle "su merecido" al contrario.
El entrenador se paró al frente de ambos y tomándolos de sus camisetas, los hizo parar con su show.
—50 vueltas si no quieren que los saque por una semana o en últimas definitivamente del equipo.
—Pero-
—¿A caso escuché un "pero"? —preguntó, en dirección a Minho, quien negó—. ¿¡Qué esperan!? ¡A trotar, que no los veo!
El par de chicos no se hizo esperar y empezaron a dar las vueltas que su entrenador les había pedido, pero para su desgracia, luego de terminar esas 50 —y ver como el resto solo les miraba mientras hacían lo propio— se les sumaron otras 50, y después por una réplica por parte de Minho de que ya estaba cansado, se le terminó añadiendo otras 50. Siendo también anexado el encargarse de hacer el aseo al gimnasio.
(...)
Jimin se encontraba refunfuñando mientras barría, puesto que minutos antes el estúpido de Minho se había ido y lo dejó solamente con todo el trabajo.
—Te juro que me las vas a pagar...
—La venganza nunca ha sido buena. O al menos eso es lo que tú dices —murmuró, Jungkook, quién venía llegando con una par de botellas de agua y le extendía una de esas a su amigo.
—Son mis palabras, yo miro a ver cómo y cuándo las aplico. —Tomó la botella que le extendía el castaño, para destaparla y darle un sorbo—. Gracias. En serio la necesitaba.
Jungkook asintió, acercándose, para tomar ahora él, la escoba.
—Descansa un poco. Yo me encargo del resto.
Jimin tomando su palabra, se acercó a las gradas para sentarse en estas. Estaba exhausto. Hoy lo habían exprimido como nunca.
Cuando Jungkook terminó con todo, eran cerca de las 6 p.m. Ambos se dispusieron a ir a las duchas que había en sus vestidores para tomar una y deshacerse de todo el sudor y mal olor que había en su cuerpo.
Jimin antes de entrar, se acercó a su casillero para sacar su celular y hacer una mueca ante las miles de llamadas perdidas que tenía de su novio.
—¿Y esa cara? —inquirió, Jungkook, mientras se quitaba la camisa.
—Chanyeol me ha estado llamando —dijo, sin más, llevando su celular a su oreja y esperando a que este le contestase.
—Ya luego le explicas, ahora mejor toma un baño para que vayamos por algo de comer que me muero de hambre —murmuró, Jungkook, dándose la vuelta para entrar a uno de los cubículos, no percatándose de la atenta mirada que su amigo tenía sobre suyo.
Jimin volteando su rostro, se dispuso a desvestirse en silencio, pero Jungkook en vista de que no lo escuchó, se asomó para ver si este seguía con su celular. Pero vaya fue su sorpresa.
Sus ojos fueron recibidos con la asombrosa vista del trasero de su amigo.
Jungkook podría ser hetero, y nunca haber mostrado intereses alguno por un hombre, pero trasero es trasero, y de este no importa su género.
Y vaya que su entrepierna no podía estar más de acuerdo.
Jimin sintió que estaba siendo observado, por lo que antes de entrar a la ducha que —casualmente— estaba frente a la del contrario, miró a este, percatándose también del mini-amigo —no tan mini— despierto de Jungkook. Le fue inevitable no morder su labio, más, sin embargo, no dijo nada, y simplemente le dio la espalda para proseguir abrir la regadera y esparcir por su cuerpo algo del jabón que había traído consigo. Sus manos pasaron por su rostro, el cual fue inclinado hacia atrás, en afán de que agua cayese por este mismo, junto con su cuello.
Por respeto, o por lo que fuese, siempre cuando los del equipo de basketball se duchaban, lo hacían dando la espalda y mirando hacia la pared, para no ver a los del frente, pero Jungkook ahora no podía hacer ello, cuando justo al frente tenía a nada más y menos, que la mejor vista que alguna vez pudo llegar a tener.
El agua que caía por el cuerpo de espaldas de Jimin lucia tan apetitosa. El solo verla le provocaba ir a beber de ella.
Y no pudiendo aguantar más, y siéndole imposible la picazón de sus manos por tocar su piel. Cerró su llave.
Jimin fue consciente de esto, y en su inocencia creyó que Jungkook ya había terminado, dando por hecho que ahora se encontraría vistiendo, pero entonces, sintió el tacto de unas manos desde atrás, tomarle de la cintura. Y le fue inevitable no sonreír.
—¿Qué piensas qué haces, Jungkook?
—No tengo ni la puta idea —respondió, colocando su mentón en el hombro del pelinegro, y a su mismo tiempo bajaba lenta y tortuosamente sus manos a sus caderas—. ¿Si la sientes? —Rozó su entrepierna endurecida, con las nalgas del contrario.
Jimin reprimió un gemido, ya que no quería mostrarse lo ansioso que estaba con su cercanía.
—Creí que eras hetero.
—Pero heme aquí.
Fue entonces que cuando tuvo la cabeza inclinada del pelinegro en su cuello, le devoró la nuca, y haciendo darle la vuelta mientras sentía su cuerpo ser frutado por el de Jimin, Jungkook le susurró:
—Pero heme aquí, amigo mío.
𐙚 nota:
nueva mini-historia "jot" "ligeramente" conectada con «Días maravillosos» jfkdjdjd
espero que les guste ❤️
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