-Solo fue una advertencia -les dije molesto por lo dicho, total fui yo el que lo había detonado.

-¡Silencio soldado! -me reprendió otro de los que allí estaban, estuve a punto de sacarlo de su error cuando me percate de un pequeño detalle.

Ellos me habían ayudado porque creían que era uno de ellos.

¡Demonios!

-¡Debemos irnos o estaremos en fuego cruzado muy pronto! -propuso uno que estaba a mi derecha mientras señalaba una especie de rayo que se formaba en la punta de una gran torre.

Yo solo podía mirarlos en silencio; temía por ellos, no por nosotros. Todos estaban ansiosos, incluyéndome a mí.

¿Qué rayos hice?

Mire al ave y pude presentir la sonrisa cruel de mi hermano. Él no mediría sus fuerzas cuando de un reto se trataba y yo lo había convertido todo en un juego.

-¡Esperen! De seguro es un error, yo... -Unas manos grandes me tomaron por el cuello de mi camisa, me miro de forma retadora detallando mi vestuario.

-¿Acaso estas de su parte? -me pregunto con poca paciencia y amabilidad- Nos han atacado, claramente buscan problemas.

-¡Por dios! -todos miraron a la chica incluyendo a ese idiota que había osado tocarme de aquella forma hostil; poco me falto para sacar mi sable revolver pero era tan pacifista que me controle para no empeorarlo todo. Observe a la chica que rescate mientras su mirada seguía en el ave- ¿De dónde salió esa cosa? Su tecnología no es humana. Ese sonido, no existe un arma igual.

¡Vaya! La damita parece tener sentido común.

-¿Qué quieres decir?

-No es... Humana.

Las voces comenzaban a perder significado para mí, ya no miraba a ninguno de los que hablaba solo a ella.

-¡Imposible! ¡Claramente son los rusos!

-¿La competencia ha hecho esto? -ella negó rotundamente cada idea ofrecida- ¿Los Alemanes? ¿Los chinos?

-Visitantes... -susurro mientras admiraba aquella estructura.

-Claro, ahora resulta que Martes o Júpiter tiene vida inteligen...

Ella se giro para mirarme con recelo, yo trague grueso aquella sensación pesada que tenía en mi garganta, no podía creer que esa menuda chica me hiciera sentir desnudo con uno solo de sus comentarios, el chico que hablaba irónicamente fue callado por ella y su deducción acertada.

Realmente es muy astuta.

-No vienen a llevarse al pilar, no es por nosotros vienen a destruir nuestra única esperanza -nadie respondió, ni siquiera se dieron cuenta que hablaba conmigo.

Yo no dije nada, la mire hasta que el sonido de un disparo me despertó de aquel letargoso sueño.

-¡¿Qué han hecho?! -grito la chica de ojos azules muy asustada.

Miraba nuestra nave como esperando que algo ocurriera pero cuando aquellos choques eléctricos; y no por eso débiles chocaron con la superficie de nuestra ave simplemente desapareció. Todos quedaron impresionados incluso ella que era tan magnífica. Al parecer habían creado un arma capaz de destruir al enemigo sin dañar más al ambiente pero de nada les sirvió con nuestra barrera.

-No podrán lastimarlos con esas armas -dije alardeando sobre mi creación; porque si, las aves las había creado yo cuando apenas era un crio y debía demostrar mi madurez para tomar el trono de mi padre.

Yo deje obsoletas las arcas con mis renovadoras aves.

-¿Y tu como lo sabes? -hablo aquel que tenia merecido mi odio.

-Efectivamente, no les ha ocurrido nada -dijo ella tratando de comprender lo que ocurría a su alrededor, al menos una acción a la vez y todos centraron su atención a lo que creían una amenaza; al menos eso supuse por su actitud- ¿Qué es eso?

Todos miraron como se desplegaba de la parte superior unas alas metálicas en forma de plumas, sabía lo que ocurriría por lo que corrí a tomarla a ella entre mis brazos. Las alas se iluminaron de un azul tenue mientras ella me miraba desconfiada y golpeaba mi pecho a la vez. Presione un botón de mi supuesto reloj y antes de que aquellas luces se convirtieran es elipses endemoniadas y cayeran sobre el barquito y las demás embarcaciones que estaban en el lugar desaparecí. Luego de eso el fuego consumió lo que tocaba, desintegraba, desaparecía todo a su paso, las barreras fueron expandidas mediantes sables que salían de su mirador principal para así controlar un lugar a la vez.

Era nuestra estrategia; descomunicábamos por completo continente tras continente, o en el caso de este universo país tras país.

¡Maldito Vili! Ni siquiera pensó en mi bienestar o en el daño que provocábamos.

Cuando el reloj se desactivo caímos en una carretera, un vehículo nos esquivo con agilidad y agradecí por eso. Ella cayó suelo arrodillada mientras vomitaba y confería miles de palabras que supuse eran groserías.

¡Ups! Creo que se me fue la mano.

-¿Estás bien? -le pregunte muy arrepentido, aunque si no fuera por mi estaría muerta.

Los gritos comenzaron a hacerse presente en el lugar, algunos bajaban de sus vehículos mientras veían horrorizados el panorama y otros aceleraban sus medios de transporte con la intención de alejarse lo más posible de nuestro punto; aunque debo decir que de nada les serviría. Vili estaba jugando a un tipo de juego infernal donde no le interesaba en lo más mínimo las vida que consumía con tal de molestarme, notablemente estaba retándome con aquellas acciones, diciéndome "sálvalos si puedes de su castigo" o algo por el estilo. Estaba tan concentrado en que hacer que cuando repase la idea de huir con...

¿Cómo se llama la chica?

Como sea, otro grito desgarrador penetro mis oídos y me obligue a ver en dirección del ave, estaba atacando aquellos barcos de segunda mano mientras que algunas elipses desviaban sus trayectoria hacia las ciudades.

Nadie, absolutamente nadie sobreviviría allí y eso lo supo ella porque comenzó a llorar.

-Nos mataran a todos... Ustedes... -dijo caminando a las barras protectoras de aquel antiguo puente de acero y concreto.

-Ellos atacaron primero y lo sabes -le dije molesto por su acusación.

-¿Primero? -dijo encarándome con su valiente expresión- ¡Ustedes nos atacaron con aquel sonido! ¡¿Recuerdas?! Solo nos defendíamos de lo que creíamos un ataque, de hecho ellos ni saben que cosa son ustedes.

-Solo les advertimos que si hacían algo en contra de nosotros los atacaríamos, fue un sonido no un misil -defendí mi situación.

-¿Qué? -comenzó a dar vueltas de un lado a otro- ¡Y yo que creí que los extraterrestres eran seres avanzados! Un sonido... -susurro incrédula de la frase que utilice para luego explotar; esta chica es tan bipolar- ¡Un maldito sonido que casi nos revienta los tímpanos! ¡Un arma que desconocemos por completo! ¿Cómo saber que era una advertencia cuando la gravedad de aquel ruido dejo sin funcionamiento varias unidades?

-¡Guo! ¡Guo! ¡Espera! -le pedí algo confundido- ¿Extra qué?

Lo único que me importo de sus cambios hormonales fue aquella frase, ni sabía lo que significaba. Hablando de hormonas...

¡Diablos! Ella huele tan bien...

-¡Seres de otro mundo, imbécil! -me grito exasperada golpeando mi pecho a lo que tuve que sostener sus manos escurridizas.

No me gustaba para nada la violencia.

-¿Y quién te dijo que somos de otro mundo? -le exigí saber algo molesto.

-¿Ah no? -dijo más relajada pero no menos confundida- ¿De donde son entonces?

-De Nordia, el primer universo en existir.

Silencio, ella hizo mucho silencio y luego...

¡Mierda!

Comenzaba a hartarme el delicado estado mental de esa chica.

¿Quién se desmaya por saber que existen otros universos? ¿Acaso no es obvio?