Capítulo 18
—No puede ser verdad...— dijo Adrianne cansada. Después de que la tomate casi me violara frente a todos, nuestro profesor de biología llegó a dar su clase. Claro, nos obligan a venir con pijama pero no nos dan el día libre. —Nathaly, si te vas a avergonzar tanto ¿por qué lo haces?— preguntó llevando una mano a su nariz.
La violadora estaba hecha bolita en su asiento ya que estábamos en el descanso. En cuanto la campana sonó en vez de ir por comida como la gente normal haría, ella decidió hacerse la traumada.
¡Y ese debería ser yo!
— ¡Ese es el problema Adrianne!, ¡no sé porque lo hago!— dijo levantándose del asiento bruscamente.
—Yo sí. — dije. — ¡A ti te gusta molestarme a más no poder porque aunque digas que no, sigues enojada conmigo! —
— ¿Enojada?, ¡yo no estoy enojada!—
— ¡¿Entonces por qué me gritas!?—
— ¡Porque tú me gritaste!—
— ¡Yo no te grité! —
— ¡No digas que no porque lo estás haciendo justo ahora!— se acercó a mí para intentar intimidarme pero bueno... ¿Cómo decirlo?
Ella está muy enana.
—Tú...— dijo molesta, en verdad creí que me golpearía. Pero en vez de eso se ocultó en mi pecho, llorando.
¿¡Qué!?, ¡¿por qué llora?!
— ¿N-nathaly?, ¿p-por qué lloras?— trate de calmar mi respiración. Por favor, ya me han abrazado antes muchas chicas. Aunque la verdad ni siquiera me estaba abrazando.
Ella levantó su rostro a mí, con pequeñas lágrimas en sus ojos y con un sonrojo.
Santas papayas, ella se ve tan...
—Tu maldita escoria, ¿por qué demonios eres tan alto?— y su linda cara de chica indefensa cambió drásticamente.
— ¿Disculpa?— pregunte indignado.
— ¡Nathaly!— gritó Rod asustando a la tomate, quien se separó de mi de golpe. — ¡Colín no tiene la culpa de que los macaron's de la panadería se acabaran! —
—Pues yo tampoco.— se cruzó de brazos haciendo un puchero.
¿Qué diablos?
—¿Estas diciendo que ella me humilló y casi me viola solo porque no había macaron's en la panadería?—
—Así es ella, ¿qué puedo decir?— levantó los brazos restándole importancia.
Yo lo miré incrédulo. ¿Todo eso porque ella tenia hambre?, ¿¡en serio!?
—Pues... Yo tengo unos cuantos Nath... ¿Quieres?— oí la voz del oportunista.
—¿¡En serio!?, ¿me darías unos?— oí la voz de la chica que estaba siendo controlada por el oportunista.
—Claro, todos los que quieras.— y le sonrió.
Oh no, no sonreíste.
—¡Muchas gracias Julien!, ¡eres muy lindo!—
Y el salón se quedó en silencio
—A mi de “amigo” no le baja y este nomás llega y le da de comer y ya es “lindo”.— susurré para mi. Aunque Adrianne me había escuchado.
— Vamos Colín, no pongas esa cara. Disimula tantito tu dolor. — dijo.
—Cállate, déjame sufrir en paz. —
Ella rió y se fue con Mario.
Alto, ¿no vas a consolarme?, ¡insensible!, ¡mala amiga!, ¡¿DÓNDE RAYOS ESTÁ SAMUEL!?
— ¡Colín! —
— ¿Si niño raro que se siempre viste de rosa?—
—Mi nombre es Rod. —
—Lo sé. Rod Lavillant, 16 años. —
— ¿Cómo sabes eso? —
Gracias a Wattpad, claro. Wattpad lo sabe todo.
—Hemos estado en la misma clase por años, claro que lo sé. — mentí.
Me miró raro, no muy convencido de mis palabras. Aunque lo ignore cuando escuché a la traición decir “—Estos macaron's están deciliosos, gracias.—” y luego reír.
—Seguro...— dijo desconfiado. ¿Sigues aquí?, ¿no ves que quiero ser traicionado en paz? —¿Por qué pones esa cara?— preguntó riendo.
—¿Cuál cara?—
—Pues esa.—
—Lo siento, pero es la única que tengo. Si no te gusta cierra los ojos o yo qué sé.—
Él rió. ¿De que te ríes?
—¿No crees que se ven lindos?— dijo.
—¿Qué?—
—Nathaly y Julien. ¿No crees que hacen una buena pareja?—
—Repito; ¿qué?—
—Digo, son amigos desde hace años, se tienen confianza, seguro conocen los secretos del otro y quién sabe... Incluso puede que se gusten mutuamente.—
— ¿Ah sí?, ¿quién lo dice? — me crucé de brazos.
— Pues a veces las miradas dicen mas que un discurso entero ¿no? — miró de reojo a los mencionados.
Justo en ese momento Julien quitaba unas migajas del labio de Nathaly.
— Ellos no tienen esa tipo de relación.— desvíe la mirada. —... ¿Verdad?—
—Rod, ¿qué estas haciendo?— se acercó la chica a la que solía llamar tomate junto con el otro.
¿Y tú qué?
— ¡Dile a mis padres que los ame!, ¡dile a Julien que lamento haberme comido su chocolate el otro día!, ¡dile a Luna que yo fui quien rompió las cuerdas de su guitarra y no Ivana! — decía dramáticamente tomándome de mi camiseta.
—Oye, tranquilo niño. ¿Qué rayos te ocurre?— pregunté asustandome.
—Nathaly... ¿Escuchaste lo que dije?— le preguntó casi pálido.
—No, ¿por qué? —
—Oh, menos mal, cancela Colín. Aún no moriré. —
—¡¿Qué rayos le dijiste?!— preguntó alterada, ahora siendo ella la pálida.
—¡No dije nada!—
Y salió corriendo, chocando con Mario, quien estaba entrando junto a las chicas.
— ¿De qué nos perdimos? — me pregunto Adrianne.
—Nathaly, ¿puedes decirle a esta chica... Espera, estoy enojado contigo. Mario, ¿puedes decirle a esta chica que yo no me rebajo a hablar con personas como ella? —
— ¿Qué?, ¿de qué hablas? — habló la rubia.
—Mario ¿podrías decirle a esta mala amiga que yo no hablo con malos amigos? —
— ¿Yo?, ¿mala amiga? — se sorprendió. La muy insensible ya olvido que me dejó solo solin solito con mi sola soledad hace un momento. — ¿Qué me dices de Nathaly?, ella casi te viola frente a todos. Pero no, como ella te gusta no le dices nada ¿verdad?, ¡mal amigo! —
—Estamos hablando de tu mala amistad no de la traidora.—
—¡Pues que bueno!, ¡ seguro te merecias esa traición!—
—Oh... No lo dijiste.—
—Si. Si lo dije...—
—Pues ojala que el Lunmario se haga real y que el Adrinnmario quede en el olvido. —dije cruzando los brazos y mirando a otro lado ignorándola.
—No sé que dices pero mientes. — dijo imitando mi gesto.
—¿Anotaste eso para nuestro fanfic? — preguntó la loca.
— ¿Alguien más tomó fotos de Colín en modo diva?— preguntó Nina.
— ¿Alguien se comió mis galletas?— preguntó Mario.
— ¿Eran tuyas? — respondió Aly con la boca llena.
— ¿Por qué soy una traidora? — habló Nathaly ignorando a todos y acercándose a mi.
—No sé, preguntale al gótico ese.—
—¿Gótico?, ¿hablas de Julien?—
—¿Ahora lo llamas Julien?, ¿no era “lindo”?—
—¿Lindo? Oh por dios— dijo al saber lo que pasaba. —¿Estas celoso de Julien?—
—Pfff, claro que no.—
—¿Te has puesto celoso porqué me dio de comer?— preguntó entre nerviosa y burlesca.
—Pues si. Me he puesto celoso, muy celoso, no sabes cuanto me hierve la sangre, ¿algún problema?— dije acercándome más a ella. —Digo, si tú te pones celosa de Mario, ¿por qué yo no del idiota ese?—
—Oye, el idiota está escuchando.—
(...)
—Y es por eso es que mejor salí de ahí. — terminé de contar.
— ¿¡Pero por qué hiciste eso!? — preguntó la señora de la biblioteca.
Aunque suene raro, ella y yo nos llevamos relativamente bien ya que solemos leer mucho juntos.
Una vez mientras leía tranquilamente ella llego por atrás y se unió a la lectura. Ella no sabía de qué trataba pero los diálogos y escenas la atraparon. Así que de vez en cuando iba a leerle. Así tenía por lo menos a una persona con la que hablar sobre lo que ocurría y ya no lo hacía conmigo mismo... ya no lo hacía tanto...
— ¡¿Qué querías que hiciera!?, ¡para empezar no sé porqué dije eso!, fue solo un impulso de idiotez y ya. —
—Mira Martín...—
—Me llamo Colín. — interrumpí. Ella siempre me cambia de nombre.
—Eso. Mira Joaquín...— suspiré con fastidio. —¿Por qué no solo admites que ella si te gusta y que te has puesto celoso de verdad? —
— ¡Por qué ella no me gusta!— grité. Ella me dio un golpe con una liberta que siempre cargaba con ella y me recordó que estábamos en la biblioteca. —Ella no me gusta...— susurré. —Me agrada mucho, pero ni siquiera la conozco bien...—
—¡Pero si la conoces más que a ti mismo!, sus gustos, sus sueños, sus pasiones...—
—Eso es solo porqué lo leí. — interrumpi.
—Callate chamaco grosero, estoy hablando.— me golpeó de nuevo.
—Perdón. —
—Aunque sea solo por lectura, ¿crees que ella es distinta a lo que sabes?, ¿y qué si lo fuera?—
—¿Pero eso no sería amor literario?—
—A ver niño, has pasado tiempo con ella ¿no?— Asenti. —¿Y crees que es desagradable?, ¿te decepcionó saber que no era como en las historias? —negué. —Ahí está pues, a la que ves y con la que hablas diario es real ¿no?—
—Pues... Si...—
—Y si te dieran a escoger entre la de las historias o la real, ¿qué eliges?—
—La real.— respondí sin duda.
—¿Ves?, te agrada la Anthony de las historias, y por eso te acercarse a la real. Y resulta que la real te terminó enamorando.—
—Pero...—
—Ay pero eres más terco que una mula. Entonces sigue en tu papel de “solo la conozco en historias ”, y atente a perderla y a verla con Julio.—
Frunci el ceño.
—Bien, digamos que acepto que hay una mínima posibilidad de que me guste. ¿Qué ganaré con eso?, que ella me guste no quiere decir que yo le guste de igual forma.—
—No, pero sé que eres un romántico anticuado, y sé que conoces la ley del verdadero amor.— dijo soñadora mientras abría su libreta.
Había algo escrito algo en una linda letra en cursiva:
«—Sabes que la amas cuando el simple hecho de verla te hace inmensamente feliz. Sin importar si te corresponde o no. Porque la amas por amarla, no para que te ame.—»
—¿Ese no es un dialogo de la historia Plakki que estábamos leyendo ayer?—me burlé.
Esta señora puede tener 72 años, pero cuando de historias de amor se trata parece colegiala puberta.
—Ay pero cómo te gusta arruinar momentos emotivos ¿verdad?— cerró la libreta molesta. — ¿Sabes qué?, ya vete. Ya me hartaste, ushcale a su casa.—
—Pero me tendrán encerrado aquí todo el día.— reí por su peculiar forma de deshacerse de mi.
—Entonces ushcale que ya me voy a mi casa. —me empezó a hechar fuera mediante empujones.
—¿Me llevas contigo, cariño?—
—Ay si, tu di, ya sabes.— y me cerró la puerta en la cara.
Me ama, lo sé.
Hubiera regresado y molestar un poco más pero mi celular sonó.
Era un número desconocido.
—¿Hola?, ¿quién habla?—
—¿Colín?— preguntó la voz desde la otra linea.
—Si, soy yo. ¿Cómo conseguiste mi número y quién eres?—
—¡Oh Dios!, ¡cómo me alegra tener buena memoria para los números de teléfono!, no sabes las cosas tan más locas que me ocurrieron.— dijo.
—Eh... ¿Quién eres?— insistí. Su voz me era familiar pero no lograba reconocerla.
—Se supone que iríamos a un crucero pero por razones desconocidas me caí del barco, se supone que debí haber muerto pero en vez de eso desperté en casa de un señor con camisa hawaiana y barba chistosa. — contó. —Descubrí cosas súper raras, ¿sabias de la existencia de dimensiones alternas?, ¡es una locura!, el señor ese me mandó a la escuela para conseguir cosas para que me regresara a aquí. Conocí a nuestras partes contrarias, ¡Dios!, ¡fue tan confuso!, no sé como no me volví loco. Tuve problemas con una cosa pero al final la encontré y aquí estoy de vuelta ¿¡puedes creer que mis padres no notaron mi ausencia el todo este tiempo!?, ¡incluso olvidaron que los había acompañado!—
—¿Samuel?— pregunté incrédulo.
—Si soy yo, perdón por mi voz rara pero la cosa que el anciano me obligo a tomar sabia raro. — Sonreí sin poder evitarlo. Dios, en serio extrañaba a este maldito cuatro ojos. —Pero bueno, ¿que ha pasado allá en la escuela?—
—Creo que me gusta Nathaly. — confesé.
—Oh, ¿en serio?— hubo un largo silencio. —¿¡Qué!?, ¿¡Cómo!?, ¡¿Dónde!?, ¡¿Por qué!?, ¡esto es lo más loco que me ha pasado en la vida!, ¡¿qué se supone que haga en este caso!?, ¡no estoy preparado mentalmente para algo tan bizarro y confuso como esto!—
(...)
Hola 7w7
Ya volvió Samuel, ¿saben lo que significa? 7W7
Cada voto y comentario son posibilidades de que haya más capítulos para esta historia :D
¡Nos leemos luego! Xdxd
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