Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18 | Villano

Al día siguiente después de clases me siento como la basura más grande del mundo. Solo quiero terminar con este día de mentiras y quemarlo desde los cimientos, porque todo lo valiente que debería ser se va directamente a un agujero sin luz sellado con una colina de cemento.

La palabra cobarde ensordece mi cabeza, la siento rebotar de lado a lado haciendo eco, cada letra se queda vacía y como una cruz en la espalda.

Esa es la razón por la que he mutado a otra especie de ser humano, uno que lleva corriente nerviosa en lugar de sangre. No soy más que un ridículo ovillo de nervios.

En el camino al estacionamiento el frío otoñal lo envuelve todo, y estoy tan mal que James tiene que detenerse.

—¿Estás bien? —Me frota el hombro.

Afirmo.

—Estás actuando extraño de nuevo. Dime si es algo a lo que voy a tener que acostumbrarme —lo dice bromeando, hay verdades a gritos que se dicen bromeando.

Espero que no sea algo a lo que vaya a tener que acostumbrarse, espero que se quede en mí y no salga.

Pero él debe saberlo. Debe saberlo por mí.

—James, yo...

—¡Chicos! —Maddie viene detrás de nosotros con paso apretado—. ¿Qué hacen?

James se ilumina.

—No, nada. Iba a llamarte. ¿Estás lista para ir?

—Sí, ¿pasamos por mi casa antes?

—Claro.

Ambos me miran. No quiero darles una razón para hacerles desconfiar así que les sonrío, porque si yo me lo creo, el resto se lo cree.

Y me creen la sonrisa.

Me llevan creyendo mucho tiempo.

—Bueno, tenemos una cita, así que... Adiós, Will.

—Sí, adiós.

Ambos cruzan el estacionamiento para llegar a su carro mientras ella hace gestos a toda prisa y finalmente deja caer la mano a un costado, pero James la sostiene sin dejar que pase un segundo. Le dice algo al oído, se sonríen; casi puedo ver cómo él se despega del suelo y sale catapultado hacia una estrella.

Me quedo plantado en mi posición.

Me obligo a pensar que es mejor así. Más fácil y más seguro que enterarse de la verdad. Es cierto que estaría destrozado.

Todos estos segundos en espera son suficientes para hacer frente a la realidad: sigo en el mismo punto de partida, ahora con un secreto adicional que me convierte en el peor amigo de la historia.

Esto apenas tiene que ver con que Maddie haya engañado a James. Sí, lo hizo y es un error terrible, pero yo la estoy encubriendo para protegerme, no soy mejor que ella.

—Te ves preocupado. —Mick aparece a mi lado, a veces tiene este truco de magia en el que sus partículas se integran en el aire escalofriantemente. Me sorprende con la guardia baja.

Aparto la vista de James y Maddie hacia él. Intento verme normal, no como si estuviera conteniendo el secreto más grande del universo en mis manos, no como si fuera una mierda de persona.

—¿Tiene que ver con esos dos? —pregunta ahora.

Esto es malo. Por supuesto que se ha dado cuenta de que estuve mirándolos. ¿Es mal momento para cambiar de tema? ¿Para escapar? ¿Para ser abortado?

Mick es experto en el arte de las preguntas, sabe cuándo hacer las correctas, y al tener la pregunta no la olvida hasta obtener la respuesta completa, incluso cuando piensas que ya lo ha olvidado, te sorprende un año después sacudiéndote sin compasión las emociones reprimidas hasta que las sueltes.

—No es nada —respondo y entro en pánico por mi equivocación. Nada es señal de alerta con sirena de ambulancia para Mick.

—¿Recuerdas cuando creías que ninguna chica era para James? —cuestiona.

—Estoy bastante seguro de nunca haber dicho eso —respondo.

—Tal vez agregué una o dos palabras, tal vez todo, no importa. El punto es que creo que de alguna forma Maddie nos lo está quitando, es decir, no es de nadie, y tampoco creo que sea malo, aunque no termina de gustarme, ¿te pasa lo mismo? Ustedes son más unidos.

Está disfrutando esto, entornar los ojos, sacar información, activar sus sentidos de detective. Vive para el chisme.

—Creo que sí.

—Ya, pero funcionan, ¿no? Tiene esa cara de bobo. Si alguna vez me ves así solo pégame, sin contemplaciones.

—Te tomo la palabra.

Me sonríe. Hoy se ve de buen ánimo, no quiero estropearlo, así que utilizo todos los músculos de mi cara para devolverle la sonrisa.

—Últimamente han estado raros ustedes dos —habla cautelosamente— y siguen fingiendo que todo está normal.

Me detengo, no es que estuviera caminando, quiero decir que detengo mis pensamientos, más bien se detienen a voluntad propia, yo soy incapaz de hacerlo. Se me entumecen las neuronas.

—Will —gruñe impaciente—, no sé si recuerdas; para hablar tienes que mover la boca.

¿Por dónde podría empezar? ¿Por el hecho de que soy gay, James me gusta y estoy ocultándole que Maddie lo engañó porque soy el ser más egoísta de aquí al límite indetectable del fin del universo?

—No quiero entrometerme —continúa—, seguro tiene que ver con ustedes y ya, solo no puedo evitar preocuparme.

Hay una cosa maravillosa en la negación y es que la ignorancia nos hace felices. Si me niego lo suficiente que las cosas se han puesto extrañas, me obligaré a creerlo. Es teoría básica psicológica. Así que si hay algo que puedo hacer, es seguir fingiendo, se volverá más fácil con la práctica.

Convertirme en el villano detrás de la villana, en su cómplice.

—Todo va bien, ahora James pasa más tiempo con Maddie, es lo que dijiste.

Él me mira de soslayo.

Uno creería que este asunto de la amistad lo tengo zanjado, pero la mayor parte del tiempo necesito tutorías de asertividad y comunicación social, ¿cómo continúo ahora?

Debería sonreír, ¿o hacer como si nada? Preferiría evaporarme.

Contra todo pronóstico, Mick deja el tema con una broma forzada que no convence a ninguno, tampoco tengo el ánimo de hacer un comentario al respecto.

Solo espero que realmente me haya creído, o que siquiera no intente averiguar nada y sorprenderme dentro de un año.

—Will... —me llama.

—¿Sí?

—Tenemos un problema. —Noto que de pronto Mick está rígido, un punto de inflexión en su pasada postura.

—¿Cuál?

—¿Ves al tipo que está al frente? —Apenas mueve la boca para hablar.

Hay un señor con capucha parado al frente del colegio.

—¿Qué tiene?

—Es Bastille, el que nos vendía el alcohol —revela con cautela—. Le debo dinero, vino a matarme.

...


Las cosas se ponen difíciles, ¡y Bash sigue sin aparecer! JAJSJA

Infinitas gracias a todos los que leen, son lo mejor del mundo.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro