Capitulo 6: un avance
Las cosas de este último mes han sido mucho más disfrutables que de costumbre. Colette y yo, desgraciadamente por temas personales, trabajamos en horarios diferentes: yo en la mañana y ella en la tarde. Después del trabajo no teníamos tiempo de vernos como antes, pero las aguas se calmaron y fue suficiente para que volviera a trabajar en el turno de la tarde para que pudiéramos llevarnos bien como antes.
El trabajo fue forzado, ya que tras un día agotador en Star Park, Griff nos dio un pequeño adelanto de nuestra paga. Nuestro jefe no está siendo tacaño, creo que se enfermó o algo similar.
Ese día tras la salida, ambos salimos a comer helado y simplemente hablamos de nuestros estudios. Claro, Colette es mayor que yo por dos años y ya está en la universidad, mientras que yo estoy aún en la preparatoria.
Cuando las horas transcurren y ya casi eran de noche
Salí de casa y fui a la de Colette. Me quedé en la puerta sin tocar, solo pensando en por qué debería, pero un movimiento atrevido de mi bufanda mágica tocó la puerta y se escondió rápidamente en mi ropa nuevamente.
- Maldición, te odio.
- ¡Ya voy! - exclamó la chica, pidiendo que esperara.
Después de abrirme la puerta, Colette me invitó a pasar a su cuarto. Encontré una habitación verdaderamente tierna, pero aún había cierta obsesión con Spike, ya que tenía múltiples peluches enormes de él en su cuarto.
- ¿En qué te puedo ayudar, Edgar?
Decidí hablar de una vez por todas.
"Sabes, mañana me gustaría salir contigo."
La chica se puso feliz tras el comentario y decidió salir conmigo para así matar las memorias pasadas. La salida era de esperarse, ya que ambos nos llevamos bien, pero yo venía con otra manera de pensar, una en la que solo estuviéramos nosotros dos, como los viejos tiempos, como los tiempos dorados.
Ella llamó a Jessie, la amiga de Edgar, pero esta rápidamente rechazó la oferta y dejó que pasáramos tiempo juntos, mientras la pequeña chica colgaba, se lanzaba en su cama y la golpeaba furiosa. Después de todo, siente algo por mí, aunque no haya sido mucho tiempo el que pasó conmigo.
- Eres un idiota, ella te abandonó y yo estuve allí. ¿Por qué?
Nani entró a la habitación y le entregó una botella de leche. La chica la tomó con galletas y decidió hablar con la robot.
- ¿Crees que debería ir?
La robot simplemente decidió charlar del tema del chico que le gusta y no habló mucho a profundidad, pero tal vez su corazón ya pertenece a alguien más, así que no era una buena opción.
Jessie siguió las indicaciones y nos dejó ir.
Cuando finalmente salió el sol al día siguiente, ambos nos alistamos. Parecíamos estar muy felices e incluso como una hermosa pareja, charlando de nuestras vidas mientras íbamos a un parque de diversiones que se encontraba muy cerca de allí, con entusiasmo por comprar helado y subirnos a las atracciones.
Las experiencias compartidas de ese día fueron sumamente enriquecedoras, desde el disfrute de una exquisito almuerzo, hasta el agite de subir y bajar en las emocionantes montañas rusas del parque de atracciones. Al llegar la tarde, en un rincón tranquilo del parque, disfrutamos de un romántico paseo en una rueda de la fortuna, allí las confidencias fluyeron divirtiéndonos como cómplices en un juego de seducción.
- Eres un auténtico descuidado, encontré una revista inesperada en tu bolso - dijo Colette con un tintineo de risa incontenible.
Edgar, sonrió ligeramente para luego girar hacia la puesta de sol que iluminaba el horizonte en sus últimos fuegos. Por supuesto, después del diálogo, nuestras manos se tocaron, un gesto cariñoso que encendió nuestras emociones mientras nos entregábamos al hechizo del atardecer.
Después de un momento, la atmósfera estaba envuelta en ternura, Colette colocó su mano suavemente sobre la de Edgar, lo que provocó que los sensores de emo de ambos se activaran y se tomaran de la mano. Entre risas, ella besó su mejilla y, mirándose directamente a los ojos, Edgar sostuvo la barbilla de Colette y lentamente sellaron su amor con un beso apasionado y prolongado. Ese aire de dulzura y complicidad solo podía significar una cosa: el nacimiento de un sentimiento mutuo intenso.
Una vez separados, Edgar se disculpó, sin embargo, la mirada seria de Colette le hizo entender que la disculpa no era necesaria. Sosteniendo el rostro de él con sus delicadas manos, le dio un tierno beso en los labios. Durante ese instante, en el que jugaba con el cabello de Colette, el sol se despidió con un fulgor dorado, el cual fue sustituido por el nacimiento de la hermosa luna gemela.
Al bajar de la rueda de la fortuna, Colette le propinó un suave golpe en el estómago a Edgar y ambos rieron a carcajadas.
- Ahora me debes invitar a disfrutar de alguna delicia chatarra - bromeó Colette con una alegría contagiosa.
Edgar aceptó encantado, acercándose a Colette con una amplia sonrisa.
De esta manera se tomarían de las manos mientras platicaban
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