Cuántas veces te he hecho llorar.

Cuántas veces te he dicho que no volverá a pasar.

Cuántas veces te he vuelto a lastimar.

Cuántas veces más me podrás perdonar.

Ciego me he vuelto al no poder mirar

con cuanta fuerza me has de amar

para todos mis errores perdonar.

Desde hoy, de mis ojos la venda voy a retirar.

Sordo también he de estar, pues nunca

tus palabras me sirvo escuchar

y ellas siempre de razón me colman

además de tus piropos que susurras.

Perdóname porque no te he sabido amar

como te lo prometí aquella vez en el altar.

Perdóname porque quebré mi promesa

de que nunca faltaría comida en la mesa.

Tu mereces más que un cuerpo a tu lado,

que sólo caliente la cama y no tu cuerpo.

Tú mereces un hombre que sin dudarlo

te procure y sea tu amante todo el tiempo.

Perdóname. Quiero que mis palabras se escuchen,

y retumben en tu corazón, y sepas que en verdad

estoy dispuesto a cambiar y aunque me cueste

lo único que verás será mi amor vuelto realidad.

Perdóname, por mí no volverás a llorar.

Y si algún día te lastimas, yo estaré sólo para sanar.

Perdóname, porque tengo mucho amor que dar

y sólo hay una persona a la que se lo quiero demostrar.