Hipnos...
Como cada día de todos mis días
regreso a casa, agotada de tanto andar.
Ella me recibe con su calidez habitual,
con mucho silencio y dispuesta a escuchar.
Yo apenas le hablo, sigo mis rutinas,
enciendo la radio, me quito el abrigo,
me sirvo un café , corro las cortinas,
me tiro en el sofá, dormir no consigo.
Cosquillas en mi alma, ansiedad en mis piernas,
mi mente divaga, mi sangre palpita,
dormir ya no puedo, ideas eternas
rondan mi mente y el corazón se agita.
Con ojos cerrados, me levanto de a poco,
camino cansada, casi sin gana.
No sé lo que hago, hay algo que busco,
mis pasos me llevan junto a la ventana.
Abro mis ojos y entonces las veo,
Hémera y Nix, son buenas hermanas,
juegan cada día a quién gana el canjeo
y la que pierde, se va en sus chalanas.
El manto de Nix cubre todo de negro
el lucero de amor, muestra su esplendor.
Hipnos y Morfeo aparecen y me alegro,
con su sopor puedo entregarme al amor.
Y ahí estás tú, con tu franca sonrisa,
tu mirada en la mía me vuelve liviana,
me elevan tus brazos y caigo de prisa
abro mis ojos, ha llegado mi hermana.
¿Por qué apareces, así de repente?
¿Acaso no puedes siquiera avisar?
Yo estoy ocupada, mi amor en mi mente,
vete mi hermana, déjame soñar.
Mas ella se ríe de mis ocurrencias,
se sienta, me habla, se sirve un café,
yo sigo soñando aún en tu ausencia,
mi hermana comprende y pronto se fue.
Busco en la noche los velos de Hipnos,
a tus brazos, amor, yo quiero volver,
mas Hémera canta al día su himno
y su llegada me hace desfallecer.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro