Arrullo/Mimos
Si algo tenían en común los hermanos Thief, Akefia y Bakura, es que no solían ser muy dados al contacto físico.
Sí, claro que jugaban y bromeaban con sus amigos cercanos, los pocos que tenían, pero eso era todo.
Sin embargo eso cambió completamente cuando Ryou llegó.
A Akefia le encantaba molestar a su hermano menor al respecto, de cómo Baku había cambiado de la noche a la mañana, y ahora parecía que no podía pasar un día sin ponerle las manos encima al albino menor.
¡Y no solo eso! ¡Era jodidamente tierno!
Se contentaba con simplemente acariciarle la mejilla, caminar a su lado con un brazo por sobre sus hombros, colocar una mano en su muslo cuando estaban sentados o entrelazar sus dedos.
Qué sí, era lindo y todo, y le agradaba ver que su hermano menor era feliz con un chico tan bueno como Ryou, pero eso no evitaba que de divirtiera haciendo bromas a sus costillas.
Bakura se enojaba y terminaban peleando como los buenos hermanos que eran, pero albino estaba convencido de que a su hermano mayor le tenía que tocar, por karma, una pareja tan o más mimosa como lo era su Ryou con él.
Entonces se vengaría de todas esas burlas.
Y, como si tuviera don de profeta, Dany llegó.
¡Que lo llamarán el próximo Nostradamus, carajo!
Bueno no, no era exactamente como había predicho ¡Era incluso mejor!
Dany no solamente era la representación exacta de una gatita mimada cuando se trataba de Akefia ¡Sino que también había vuelto al moreno un mimado!
Oh, y los apodos que se tenían. Ja!
¡Que se negara lo que quisiera! Como si no compartieran techo.
Solo faltaba que hiciera un poco de frío y Akefia ya estaba tirando de la chica en su regazo, abrazándola y acomodando su rostro entre el cuello y hombro de ella, inspirando su aroma a rosas sin que ella lo notara.
Dany Sennen era una jovencita de la misma altura de Bakura, tenía el pelo largo y negro, lizo aunque con pequeñas ondulaciones en las puntas, que caían hasta debajo de las anchas caderas femeninas; tenía grandes ojos color chocolate, muy parecidos a los de Ryou, de quién se había convertido rápidamente en una gran amiga.
Era la mayor de tres hermanos, los gemelos Atemu y Yami Sennen; que aunque al principio eran muy recelos de Akefia, también se unieron rápidamente al círculo de amigos.
~∆~
—Oe, Aniki.
Akefia no se molestó en apartar la vista de su moto, la cual estaba limpiando, cuando escuchó la voz de su hermano menor — ¿Sí, Bakura?
—Mi Ryou viene para acá, con tu novia —notificó, con una pequeña sonrisa de lado.
Eso hizo que el mayor se detuviera y caminara hacia él — ¿Qué? Dany no me dijo nada.
Bakura levantó su teléfono en una mano, frente al rostro de Akefia, mostrando una conversación que concluía con un audio recibido y un mensaje con algunos emojis de carita coqueta —estaba hablando con Ryou, me dijo que estaban ambos comprando algunos libros en la feria literaria que hubo hoy en la plaza cerca a la escuela, con unos amigos —explicó, a lo que Akefia asintió, conociendo esa información —bueno, ya terminaron y querían saber si podían llegar a casa. Obviamente les dije que sí.
Bakura dio play al audio en el chat con Ryou. Inmediatamente sonó la voz del albino, un poco agitada, lo que posiblemente indicaba que estaban caminando mientras hablaban.
"—Ya terminamos las compras, Kura. Conseguimos un par de libros que nos pidieron en la escuela y otros que queríamos leer por nuestra cuenta ¿verdad, Dany-chan?"
Entonces la voz femenina intervenía, igual de agitada que la de Ryou "— ¡Sí! Conseguí el libro de la última película que vimos ¿recuerdan? 'La casa con un reloj en sus paredes' es más antiguo de lo que pensaba, pero me confirma que la historia posiblemente fue planeada entre los setenta y ochenta" la chica se oía orgullosa de su pequeña corazonada "Ne, Ryou. Mira al cielo, de pronto está tan nublado que ni se ve el sol" y cuando se escuchó el comentario, los hermanos no pudieron evitar mirar instintivamente al cielo. La azabache estaba en lo correcto, esponjosas nubes blancas poblaban el cielo y hacían que todo se viera un poco más oscuro de lo que debería a esa hora, además soplaba la brisa otoñal "—Tienes razón, Dany-chan ¿crees que llueva? " Ahí hubo una pequeña pausa, en la que solo se escuchan los autos pasando "—No lo sé, no parecen mucho de lluvia... pero bueno. Compramos un postre luego de que nos despedimos de los demás y... Nos preguntábamos... si a ti y a Kefi no les importa que lleguemos un rato a su casa ¿Mmm?"
Akefia amó el pequeño titubeo apenado que se escuchó en el tono de su novia.
Se dio cuenta de que el audio había acabado cuando se dejó de oír el ruido típico de las calles, por lo que leyó el mensaje que su hermano había mandado en respuesta.
No tienen ni que preguntarlo, cuñada. Tú y Ryou saben que pueden llegar cuando quieran 😏😏
Akefia sonrió de lado y le revolvió el cabello a su hermano —perfecto, no deben tardar. Vamos adentro y preparemos algunos bocadillos —indicó mientras se dirigía a guardar su moto.
Bakura asintió —algo caliente de beber, parece que va a refrescar —miró los árboles repartidos por el frente de las casas aledañas, y en la arboleda que dividía la calle, las hojas de agitaban constantemente por la brisa.
—Sí, buena idea.
.
—Hay dos paquetes de palomitas instantáneas —hizo notar Bakura cuando entraron a la cocina — ¿las preparamos?
Akefia lo miró, de pie frente al refrigerador abierto — ¿quieres ver películas?
—Ryou y Dany estaban hablando sobre el trailer que salió de 'Escalofríos 2' —se encogió de hombros —dicen que quieren verla, pero Dany no se ha visto la primera y Ryou apenas la recuerda, así que pensé que podríamos verla hoy.
Akefia asintió —conozco la película, salió hace como tres años.
— ¿Ah sí? A mí no me suena.
—Voy preparando la sala entonces, ocúpate de las palomitas —Bakura asintió, tomando los paquetes en la encimera mientras su hermano se dirigió a la sala — ¡como las quemes vas tú a comprar más! —le avisó, con un grito divertido.
—Cimi lis qimis vis ti i cimprir mis —lo remedó, encendiendo el microondas.
— ¡Te oí! —rodó los ojos mientras encendía la pantalla plana en su sala —Por Ra, que maduro. No sé cómo Ryou te aguanta.
—Qué curioso, me he preguntado eso de Dany tantas veces.
.
Bakura fue quien recibió a su novio y cuñada mientras Akefia bajaba mantas y almohadas al sofá.
Ambos hermanos recibieron abrazos y dulces besos en las mejillas de parte de sus parejas al ver el cine casero que habían montado para recibirlos.
—Ustedes son muy dulces —ronroneó Dany, abrazada a Akefia.
Bakura iba a quejarse del comentario cuando Ryou le dio un beso más en la mejilla —Dany-chan tiene razón, gracias por esto.
—No tienes por qué darlas, conejito —negó el menor de los Thief, acariciando el cabello de su novio.
La pelinegra ronroneó de ternura, antes de levantar la cajita de colores pasteles que tenía en una mano —iré a la cocina para colocar esto en una bandeja y ponerlo con lo demás —le explicó a su novio luego de ver la mesita baja llena de botanas frente al sofá.
—Te acompaño, Princesa.
.
Con las luces apagadas y la TV como única fuente de iluminación, los cuatro se acomodaron en el sofá. Bakura y Akefia en extremos opuestos, dejando a sus parejas en medio.
— ¿Es de miedo, no? —preguntó Bakura mientras pasaban las imágenes de inicio, típicas del estudio que había hecho el film. Tomó un puñado de palomitas del bol que Ryou tenía en las piernas.
—Está clasificada en los géneros de Terror y Comedia —especificó Ryou —además de acción y cine de monstruos.
—Suena bien para mí —comentó Dany, acurrucándose contra el lado izquierdo de Akefia, quien tenía su brazo por encima de sus hombros para que ella pudiera acomodar la cabeza en su cuello.
A opinión de los cuatro, la película resultó realmente entretenida. Mezclaba muy bien el suspenso y terror con las bromas de los actores y el ambiente en que se desarrollaba era perfecto.
—Hay que decirlo, Jack Black es un gran actor —mencionó Ryou, quien ya para los veinte minutos de película, había sido movido para sentarse en medio de las piernas de Bakura, que reposaba la cabeza sobre el hombro del menor.
—La pura verdad —aceptó Akefia.
La pareja mayor también había cambiado de posición, Akefia había sentado a la pelinegra sobre su regazo, de perfil para pudiera recostarse en su pecho y seguir viendo la pantalla cómodamente; Dany tenía un brazo hacia arriba, cuya mano descansaba sobre el cabello plateado y lo mimaba distraídamente. La otra mano la entrelazaba con la del moreno que no rodeaba su cintura y la apretaba cuando una escena era demasiado tensa o le provocaba un sobresalto.
También, Akefia había halado sobre ellos una manta pues realmente había enfriado con el caer de la tarde y si bien a Dany le parecía cómodo, sabía bien que su novio no gustaba mucho del frío.
—Tendré pesadillas con Slappy esta noche —declaró la pelinegra, en medio de un estremecimiento, cuando solo faltaban unos veinte minutos de película.
Bakura soltó una risilla divertida —creía que te gustaban estás películas, Dany.
—Claro que sí, y esta me está encantando, pero ese muñeco es malditamente perturbador y estoy muy segura de que me dará pesadillas —reconoció sin pena la chica.
Akefia la estrechó más contra su pecho, abarcando todo lo que podía de la curva entre la cintura y caderas femeninas con su mano —duerme conmigo, mi preciosa Princesa, y te prometo que protegeré tus sueños de ese feo monigote —le ofreció con una voz ligeramente ronca y coqueta que hizo que la pelinegra se ruborizara.
—Yo... Ah, n-no sé si deba... Mis-mis hermanos... etto.
Bakura hizo un sonido ahogado, mientras su cuñada balbuceaba —eres tan meloso —quiso molestar a su hermano.
Ryou le tiró del cuello de la camisa —déjalos Kura, son muy lindos —y lo calló con un beso — ¿yo puedo quedarme a dormir?
Bakura lo miró embobado, abrazándolo —sí, por favor, hazlo —suplicó, fascinado con la idea.
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