¿En qué momento tu amor se desvaneció? No lo sé, y probablemente nunca lo sabré. Sólo recuerdo que de a poco fuiste encerrandóte en tu propio mundo, y no me dejaste entrar en él. Sólo me apartaste...

En los últimos meses he pensado demasiado, y he llegado a la conclusión de que todo fue un falso amor, por lo menos de tu parte.

Nunca te preocupaste realmente por mí; traté de dar siempre lo mejor... cuando me encontraba triste ponía mi mejor cara para poder fingir frente a tí, pero... sí realmente me conocías, debiste saber que en esos momentos algo andaba mal.

Por más que trato, no puedo borrar tu recuerdo de mi mente; siempre que cierro mis ojos, tu imagen aparece, haciéndome sufrir. Sin embargo... todo fue mi culpa, porque como dicen: “Aunque adviertan al soldado, sí está enamorado, en guerra morirá”; y todo gracias a que aún sabiendo que tus besos matan y que tus promesas riman con dolor, me entregué en cuerpo y alma a tí, sin siquiera dudar... Eras una experta en robarle latidos a mi corazón.

Hay demasiadas preguntas que están dispersas en mi mente, y que no me dejan pensar con claridad: ¿Por qué no simplemente dijiste la verdad... por qué mentir de esa forma? Yo realmente te quería, y ahora tengo más preguntas, y ni una sola respuesta.

Aún después de todo, mi corazón grita tu nombre... ¿Qué demonios es el amor para tí, EunYee?

No tendré las respuestas a menos de que vuelvas junto a mí; pero ahora estás allá, y yo me encuentro aquí, hundiéndome en mi depresión. Y si llegas a volver, no creo que sea una casualidad, y... sé que yo estaré esperando ese momento, y tendré mis brazos abiertos, sólo por tí y para ti, dispuesto a amarte infinitamente.

Me duele más el saber que yo traté de salvar éste amor con hielo, pero que se murió. Murió por tu culpa, porque tú dejaste que se marchitara....

¿Algún día dejaré de recordarte? Lo dudó. Las 24 horas de los siete días de la semana me la vivo recordando tu largo cabello teñido de rojo y tus finos labios; tus ojos con esas enormes pestañas que lograban cautivarme, tus curvas que te esforzabas por ocultar con ropa holgada; tu supuesto cariño.

Min EunYeong, todo es tu culpa, pero aún así no logró olvidarte, porque prometí amarte aún si te llevabas mi alma, aún si tratabas de volar como una mariposa para escapar de mi lado... también es mi culpa.

Mis amigos se preocupan demasiado por mi bienestar, días después de que me abandonaste traté de hacer una tontería: suicidarme. Nada tenía sentido para mí, yo me encontraba vacío; porque duele que haya muertos pero no haya culpable. Hoy aprendí que contigo, entre más me duele, más te sigo...

Me duele la vida, pero me duele más verte y que no estés conmigo; no puedo seguir mi propio camino, ya que éste dolor me hace sentir vivo. No sabes cuánto me dolió tu adiós... ¿A tí te dolió el dejarme?

En éste mar de mentiras tal vez algo bueno se puede pescar... Yo no sé cuánto voy a soportarlo, y no sé dónde voy a dar sin tí, y no sé cómo lograré olvidarte; lo único que quiero es tenerte de nuevo junto a mí, poder oler el perfume de tu cuello... Pero tú sigues siendo la prueba de que hay victorias que se pagan con dolor.

Escuché por la calle que unos chicos decían que sólo le eres fiel al viento, el mismo que nunca hizo falta para levantar tu falda cada día de por medio...

Sé que no te debo nada, porque entregué todo de mí; “corazón que se quiebra que lo cambien...” tal vez necesito un nuevo amor, pero yo te quiero a tí. Algo realmente estúpido. Debería odiarte, pero simple no puedo, y no quiero.

Me tienes loco, desesperado, pero entre más huyes yo más te adoro. Todas las noches te sueño, y cada mañana te pierdo... No me basta vivir sólo con tu recuerdo. Duele entender que es tan fácil entenderte.

¿Podrías venir aunque sea una vez más? Sólo necesito tus respuestas, sólo eso...