Fui al tanatorio dónde se encontraba el cuerpo congelado sin vida de Marcos, me chocó al no ver a nadie allí, estaba tan vacío que daba miedo.

Entré a una habitación donde se encontraba una chica vestida de la cabeza a los pies de negro, llorando a mares.

Decidí acercarme para darle el pésame.

- Lo...lo siento...yo...-. Era todo lo que podía salir de mi boca.

La chica me miró sin parar de llorar y se abrazó a mí.

- Gracias...pero la que te tiene que decir lo siento soy yo en nombre de Catarina y mio-. Pudo decir entre sollozos.

Miré al frente y vi a Mario detrás de un crital, parecía que se iba a despertar en cualquier momento pero sabía que eso no iba a pasar.

Me abracé a aquella chica y las dos nos pusimos a llorar.

Al día siguiente fuimos a una Iglesia en la que estabamos las dos solas y después al cementerio, cuando lo metieron en el nicho Tereca casi ni se podía sostener en pie, pero aún así, no se desplomo.

- Chicos, si no huvieramos cogido los papeles que Eliot nos propuso, vosotros estaríais todavia aquí, ahora, ¿cómo pretendeis que siga viviendo si me faltais?- Rompio en llanto.

Nos quedamos un buen rato allí y al volver para el coche el propuse una cosa a Tereca, no la iba a dejar sola cuando lo que le falta es a alguien a su lado.

- Tereca-, se giró para verme-, ¿quiéres venir a vivir a mi apartamento conmigo?-. Le propuse.

- Ni siquiera me conoces-. Añadió.

- No te voy a dejar sola en este momento tan doloroso-. Rebatí.

- Está bien-. Contesto.

Y fue así como Tereca y yo nos hacimos muy amigas, compartiendo apartamento.