Recibí una llamada del jefe a las dos de la madrugada, no tuve más remedio que contestar o sino se cabrearía.
- Jefe, ¿qué ocurre?- Pregunté bostezando.
- Has echo tu trabajo más o menos bien, la bomba bien puesta, los resultados no han sido los esperados-. Contestó a mi pregunta.
- ¿Por qué no han sido los esperados?- Pregunté mientras colocaba mi almohada en el cabecero de la cama para estar más comodo.
- Porque no han dado a su padre, sino a su madre-. Contestó.
- Da igual que le haya explotado a una persona u otra-. Dije sin ver la explicación.
- No, no da igual, su padre es el objetivo de todo-. Dijo enfadado.
- ¿Lo piensas matar?- Pregunté.
- Eran esas mis intenciones desde el principio-. Colgó la llamada.
Esto era muy raro, pues daba igual a quién le diera, lo importante es que ha actuado, no le veo la lógica a esto.
Envié un mensaje a Catarina para informale sobre esta extraña llamada del jefe.
"El jefe me ha llamado, me ha dicho que la bomba estaba bien puesta pero que le ha explotado a la persona que no era, creo que quiere marar al padre"-. Escribí.
Me contestó al instante.
"¿Matar? Sea lo que quiera hacer el jefe me está asustando, no quiero dormir por la noche con un asesinato a mis espaldas, creo que voy a renunciar, se nos esta llendo de las manos"-. Contestó.
Catarina tenía razón, se nos estaba llendo de las manos y esto, en cierto modo, nos asustaba.
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