- ¿Quiéres que te de un oscar?- Pregunté.

- No ser una actriz reconocida tiene sus ventajas-. Dijo Catarina.

- ¿Por qué estais haciendo esto a la poble muchacha?- Preguntó Tareca.

- Estamos, Tareca, estamos-. Recalqué.

- Es nuestro jefe quien nos pidió que lo hicieramos, ¿recuerdas?- Respondio Catarina.

- Yo ni siquiera sé quien es el jefe-. Reprochó Tareca.

Todos la miramos, era verdad, nadie lo conocimos pero bueno, es un trabajo y ganariamos por ello.

De pronto mi teléfono empezó a sonar, era el jefe.

- Chicos, está muy bien esto, joder, os mereceis ser famosos-. Calificó el jefe, en el cual puse manos libres.

- No entiendo una cosa, jefe-. Dije muy extrañado.

- ¿Qué no entiendes?- Preguntó.

- La nota, no entiendo que pone en la nota-. Contesté.

- No va a ir-. Dijo firmemente.

- ¿Seguro?- Pregunté.

- Claro, ella te odia, no quiere saber nada de ti, por ella si te matan-. Contestó muy seguro.

- Si usted lo dice...-. Contesté sacando mis dudas fuera de mí.

Colgó y yo me limpie la cara del cketchup que me echaron y me saqué la lentilla del ojo, volvía a ser yo pero con un aroma a cketchup.

Todos nos fuimos y yo me monté en el coche, fui al piso de Clara, no para entrar, sino para verla desde la ventana, sus movimientos, se veía luces, pero no su sombra. Me fui, pues estaba todo bajo control.

"No se nos va a escapar nada, tranquilo"-. Me envió el mensaje Catarina.

- Ojalá-. Susurré mientras volvía a poner el coche en marcha y volvía a mirar hacia la ventana.