Fui al médico y me dijo que ya no tenía que estar en sillas de ruedas, me alegré, volvía a depender de mi misma.

Mi hermano me dejó conducir su coche, recogió todas sus cosas y se fue a su apartamento, definitivamente, lo echaré de menos.

Cuando me encontré sola ordené el apartamento y cuando ya estaba más decente me fui a dar una vuelta volviendo a sentir mis pies contra el asfalto y ver todo justo en la medida de mi altura, me sentía libre al no estar sentanda a esa madita silla.

Notaba que algo o alguien me seguía, miré hacia atrás pero sólo vi un coche mal aparcado, seguí mi camino.

Miraba, de vez en cuando, hacia atrás y vi el coche ahí, a medida que yo avanzaba, el coche también lo hacia.

Me empecé a asustar y aceleré el paso, pero el choche avanzaba más rápido hasta quedar a mi lado, lo pasé y una mujer bajó el cristal de la ventana.

- ¿Clara?- Preguntó esa mujer.

Yo me paré en seco, quedando unos segundos mirando al frente y me di la vuelta poco a poco.

- No sé quién eres, ¿cómo sabes mi nombre?- Pregunté con temor.

- Si me conoces, querida-, sonrió-, soy Sasha-. Concluyó.

- No tengo nada que hablar con usted-. Dije muy deprisa y me di la vuelta.

- Marlon me ha pedido que te lleve con él, como ves, no tengo rencor de que te haya preferido a ti antes que a mí, si te digo la verdad, ni me molesta, todo para ti, yo no lo quiero-. Dijo para que no me fuera.

- Y entonces, ¿por qué no ha venido él a por mí?- Pregunté mientras me acercaba más a Sasha.

- Querida, está trabajando ahora mismo-. Respondió convincente.

- No te creo-. Dije mientras me disponía a irme.

Me agarró del brazo impidiendo que reanudara el camino, lo que hizo que la mirara otra vez.

Antes de que pudiera articular una palabra sentí como alguien me agarraba y me ponía un pañuelo en la nariz, respiré inconscientemente y lo único que recuerdo fue a Sasha gritar a alguien.

Me desperté en una habitación, estaba maniatada de manos y pies, con la bombilla del techo divisé a alguien tumbado en la cama que me se hacía imposible ver su rostro porque formaba un claroscuro entre un lado de la cara y en otro lado.

Pestañeé unas cuantas veces para poder ver clararamente y no un poco borroso, me disponía a hablar con el hombre que había en la cama pero una luz muy brillante me interrumpió, era Sasha.

- Hola Clara, ¿ves? Si no quieres hablar conmigo por las buenas, lo harás por las malas-. Dijo contenta.

- Eres una zorra-. Dije con cara de desprecio y desagrado.

- No, querida-, dijo moviendo en forma de negación la cabeza-, aquí la única zorra que hay eres tú-. Finalizó apuntándome con su dedo índice.

-¡Cállate maldita zorra!- Grité con todas mis fuerzas.

Ésta me dio una bofetada y al escuchar los gritos un chico pasó deprisa.

- Sofi, ¿qué sucede, amor?- Preguntó ese chico.

- ¿Sofi?- Susurré con voz inaudible.

- Carl, casi me agrede-. Fingió llorar.

Yo negué con la cabeza cuando el supuesto Carl me miró con cara de desprecio.

- Y me dijo que estaba gorda-. Fingió llorar más que antes.

Carl sacó una pistola y me apuntó con ella en la cabeza. Cerré los ojos y deseé que aquello fuera una pesadilla y que despertaría en mi cama.

- Aún no, Carl, tiene que sufrir-. Le giró la cabeza para darle un beso en los labios y se fueron muy calientes, con eso me refiero a muy cachondos.

- ¡Genial!- Exclamé.

- Clara, intenta salir de aquí-. Me dijo el chico con voz de ¡Marlon!

- ¿Qué tienes que ver con esa chica?- Dije como una novia despechada con ganas de escuchar su declaración.

- Sólo escapa-. Dijo con un tono frustrante.

Levantó la cabeza para verme y vi que su rostro estaba ensangrentado y con un ojo rojo. Me horroricé, Marlon tenía mucha razón, tenía que, de una manera u otra, salir de allí.