Capítulo 13: La tengo justo donde yo quería
- No esperaba encontrarte aquí-. Dije sonriendo.
-Ni yo esperaba que te sentases conmigo-. Dijo devolviéndome la sonrisa.
- No soy previsible-. Dije riéndome.
Ella sonrió y pidió lo de siempre, yo la imité.
- ¿Por qué un café frío?- Pregunté con esa sonrisa con la que puedo fundir a quien sea.
- Porque una persona me enseñó ser como el café que tomó todos lo días-. Respondió mostrando su cara seria.
- "Pero hasta la persona más fría se derrite en los brazos correctos"-, la miré con a sus ojos verdes manzana-, es una frase que leo mucho, creo que tiene razón.
- No creo que tenga razón, me prometí no volver a confiar en ningún otro chico...-. La corté.
-...pero si conozco al ideal puede que rompa esa estúpida promesa-. Completé la frase por ella-, ¿me equivoco?- Pregunté.
- Sí, y mucho-. Contestó.
- Pues no debería ser así-. Me bebí mi café de un trago-. Bebetelo, quiero ir a un lugar contigo-. Añadí.
Decidió beberselo como yo lo hice, pagué y la monté en mi coche.
El camino a la casa de campo que y compré se me hizo eterno, pues ese lugar era maravilloso para comprobar si la tenía en el bote.
La apeé del coche y la llevé dentro de la casa, encendí la chimenea y estuvimos sentamos en la alfombra, delante de la chimenea y bebiendo el vino más caro.
- Esta casa es muy bonita-. Dijo rompiendo el hielo.
- Más bonita eres tú-. Añadí
Me miró con cara de no comprender, yo la miré con una sonrisa mientras me acercaba a ella dejando la distancia entre nosotros inexistente y, finalmente, la besé.
Nos besamos hasta quedar separados por falta de aire.
- No sé si esto está bien-. Dije juntando mi frente con la suya.
- Sí que lo está-. Dijo queriendo más besos de mis labios.
- Pero, ¿tú no eras la que se volvió fría por un chico?- Pregunté divertido.
- Pero, "hasta la chica más fría se puede derretir en los brazos correctos"-. Contestó de la misma forma en la que yo formulé la pregunta.
Nos volvimos a besar, yo la tumbé con un poco de complicación por estar paralítica, pero no hubo ningún problema, la tumbé en la alfombra y la besé, sí, esa noche hicimos el amor y pude confirmar que ya la tenía comiendo en mis manos.
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