3. Bloqueado.
Lo único que Taehyun quería al llegar a casa era un poco de paz y tranquilidad, poder descansar de ese horrible lugar en el que debía estar encerrado la mayor parte de su día y apreciar el silencio.
Pero, claro, nada era como quería después de que conoció a un chico en su instituto.
Choi Beomgyu.
Cada vez que lo veía solo podía hacerse una pregunta.
¿No le dolía la cara de tanto sonreír?
Cuándo estaba a punto de recostarse en su cama su celular vibró en señal de un nuevo mensaje.
Número desconocido:
"Taehyunnie~ ¿Llegaste bien a casa? Lamento no haber podido ir a despedirme de ti hoy en la tarde, pero la bruja de mi maestra me retuvo un rato por no haber entregado un trabajo TT"
No necesitó pensar mucho para adivinar de quien era ese mensaje, nadie tenía su número a excepción de sus compañeros de salón, pero estaba seguro de que ninguno de ellos le enviaría un mensaje así, es más, estaba seguro de que ninguno de ellos se atrevería a escribirle.
¿Agregar cómo "Molesto Beom"?
No Si
"Que te haya dado mi número no quiere decir que puedas escribirme"
No pasó mucho tiempo hasta que su mensaje fue respondido.
Molesto Beom:
"¿Por qué eres así conmigo? Ya te dije, solo quiero ser tu amigo?"
Amigo.
Ahí estaba de nuevo esa palabra.
"Pero yo no quiero serlo"
Molesto Beom:
"Vamos Taehyunnie~ todo el mundo quiere amigos"
Sus puños se apretaron al leer ese mensaje.
"Creí que ya te había quedado claro que no soy como todo el mundo"
¿Bloquear a "Molesto Beom"?
No Si
Se pasó una mano por el rostro mientras dejaba salir un suspiro en señal de frustración.
Él no necesitaba amigos y no quería amigos.
Caminó lentamente hasta estar frente al gran espejo de cuerpo completo que tenía en su habitación, mirando con atención cada detalle de su rostro.
Aunque se sintiera por completo frustrado nada se reflejaba en su cara y eso lo hacia sentir más frustrado.
A veces se sentía un completo inútil y un chico por completo patético al envidiar a los demás, pero definitivamente lo que lo hacía sentir más humillado era el echo de que envidiaba algo en extremo común para los demás.
El poder expresar sus emociones.
No quería acercarse a los demás por una simple razón, no importaba que tan feliz, enojado, triste o confundido estuviera, su rostro simplemente no reflejaba nada.
Jamás entendió el por qué y con el tiempo también perdió el interés en saberlo.
Volvió a levantar su mirada al sentir pequeñas gotas bañando sus mejillas, al ver su reflejo quiso reír de impotencia pero no podía.
Aunque de sus ojos brotaran lagrimas su expresión seguía sin cambiar.
Volvió a recostarse en su cama dispuesto a dormir, no quería seguir torturándose a si mismo.
(...)
Su día comenzó con normalidad o eso quiso creer.
Al entrar el instituto se vio siendo atrapado rápidamente por Beomgyu, quien por primera vez desde que lo conocía no llevaba una sonrisa, si no, un tierno puchero y un seño fruncido.
No entendió lo que ocurría hasta que Beom levantó su celular dejando ver en la pantalla de este su reciente conversación.
- ¿Por qué estoy bloqueado?
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