harry intentó concentrarse en el trabajo. su empresa seguía funcionando a la perfección, incluso a la distancia, pero por alguna razón, cada correo, cada junta virtual y cada decisión se sentían fuera de foco. su mente volvía una y otra vez a louis. 

el abrazo del omega había sido breve, pero la calidez que dejó en su piel no desaparecía. era extraño. louis se sentía tan cercano. harry no era alguien que se permitiera distraerse, pero cada pequeño detalle de louis, desde su sonrisa tímida hasta el aroma a canela que lo envolvía, parecía haberse incrustado en su memoria y no quería irse.

al otro lado del vecindario, louis no estaba en mejor situación. mientras escribía en la pizarra de su aula, su mente se desviaba hacia harry. había algo en el alfa que lo desarmaba, algo que lo hacía querer quedarse más tiempo del que debía en su cabaña cálida y organizada. 

cuando recordó el beso en la mejilla le que había dado antes de irse, no sabía de donde obtuvo tanto valor, sus mejillas se calentaron, aunque no había nadie alrededor para verlo. 

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dos días después, mientras harry revisaba documentos en su sala, una idea surgió de pronto: invitar a louis a cenar. no soportaba solo saludarlo a la distancia y sabia no era algo que haría con facilidad, pero la necesidad de conocerlo mejor era más fuerte que su habitual reserva. 

después de pelear consigo mismo durante varios minutos, tomó su teléfono y marcó el número que louis había anotado en una hoja que le dejó junto con las galletas. 

"¿hola?" contestó louis, con su voz suave al otro lado de la línea. 

"louis, soy harry " dijo, y notó que su voz sonaba más firme de lo que esperaba. "pensé... ¿te gustaría venir a cenar mañana?"

hubo una pausa breve, y harry sintió que su corazón latía más rápido de lo que debía. 

"claro. eso suena bien" respondió louis finalmente, con una sonrisa audible en su tono. 

cuando colgó harry estaba entusiasmado, no era normal para un alfa de su edad emocionarse como un adolescente, pero la necesidad de tener a louis cerca era mayor.

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la noche siguiente, louis llegó puntual, envuelto en su chaqueta y bufanda habituales. harry lo recibió en la puerta, sintiendo un extraño nerviosismo mientras lo invitaba a pasar. 

"huele delicioso" comentó louis al entrar, mirando hacia la mesa que harry había preparado. 

"es pollo al horno. no soy un chef experto, pero hago lo que puedo" respondió harry, rascándose la nuca con cierta timidez. 

la cena transcurrió con una tranquilidad inesperada. hablaron de todo un poco: del trabajo de harry, de la escuela donde louis enseñaba, y de cómo ambos habían terminado en ese pequeño rincón de tennessee. ambos omitieron ciertos detalles.

harry no recordaba la última vez que había tenido una conversación tan genuina. louis era fácil de escuchar, con sus palabras sencillas y su manera natural de ver las cosas. podría solo sentarse a admirarlo siempre.

louis, por su parte, se sentía sorprendido por lo fácil que era hablar con harry. el alfa, que al principio parecía distante y reservado, estaba mostrando un lado más cálido y humano que lo hacía sentir a gusto. su omega ronroneaba en su pecho.

cuando la cena terminó, se sentaron en la sala con una copa de vino cada uno. louis hablaba sobre sus alumnos, pero harry apenas escuchaba. su atención estaba completamente en el omega frente a él, en la forma en que sus ojos azules brillaban con la luz cálida de la chimenea. 

sin pensarlo demasiado, harry se inclinó. 

louis se quedó en silencio, sorprendido por la cercanía, pero no se apartó. sus labios se encontraron, suaves y cálidos, y por un instante, el mundo se detuvo. fue un beso lento, lleno de dudas y promesas, como si ambos estuvieran probando algo que no habían planeado. 

cuando se separaron, louis tenía las mejillas rojas y el corazón latiendo con fuerza. 

"harry... yo..." murmuró, sin saber qué decir. 

"no tienes que decir nada" respondió harry, su voz baja. 

louis lo miró por un momento más, antes de levantarse lentamente. 

"creo que debería irme."

harry asintió, aunque no quería que se fuera. 

"está bien."

louis tomó su abrigo y se dirigió a la puerta. antes de salir, miró hacia atrás una vez más. 

"gracias por la cena. fue... especial."

harry asintió, observándolo mientras se alejaba en la noche fría. cuando cerró la puerta, sintió que algo dentro de él había cambiado, aunque no sabía exactamente qué. 

y en el camino de regreso a su casa, louis se llevó una mano a los labios, todavía sintiendo el calor del beso.