3
Ese día Jungkook se despertó más temprano de lo común. Lo primero que hizo fue darse una ducha y cambiarse con ropa cómoda. Tomó su celular de la mesita de noche y marcó el número de Sana, no respondió. Hizo tres llamadas las cuales lo enviaron a buzón, suspiró rendido y salió al balcón a respirar el aire fresco.
Se apoyó del barandal y contempló la vista frente a sus ojos. El sol se alzaba en el cielo azul adornado de nubes blancas como el algodón, Jungkook siempre había querido tocar una nube para comprobar su teoría.
La brisa fresca causó que el cabello rizado de Jungkook se ondeara a su ritmo. El graznido de las gaviotas se escuchaba a lo lejos y el cálido sol le propinaba de su calor. El sonido de las olas logró relajarlo.
Sin embargo, recordó a Sana y toda la calma que sentía se esfumó, estaba preocupado por ella y por su madre. No podía apoyarla si ella no respondía las llamadas ni los mensajes, probablemente su teléfono se había quedado sin pila. Eso debía de ser.
A lo lejos, en la playa, divisó a dos personas corriendo hacía la dirección de la casa. Cuando se acercaron más logró reconocer a Sooyeon y a Mark, ellos no lo vieron. Jungkook entró a la habitación y decidiéndo que ya era hora de bajar a desayunar se encaminó a la puerta, antes de llegar su teléfono vibró en su bolsillo. Lo sacó de inmediato creyendo que era Sana, sin embargo el nombre en la pantalla desmentía su creencia.
-¿Si? -contestó al aparato.
-Dime que no estás de mal humor. -la voz de Jin sonó al otro lado de la línea.
-Lo estoy. -Jungkook resopló de mala gana.
-Déjame adivinar. -Jungkook imaginó a Jin sonriendo. -Saba. -dijo dando justo en el blanco.
-No me responde las llamadas desde ayer por la tarde. -le explicó Jungkook. -Le dejé cientos de mensajes y nada. Estoy preocupado.
-Koo koo. -la voz calmada de Jin le hizo rodar los ojos. -Sé que acabas de rodar los ojos pequeño imbécil. -¡Dios! Lo conocía tan bien.
-Imbécil tú. -atacó Jungkook.
-Esto va enserio Jeon. -lo riñó Jin. -Te he dicho un millón de veces lo que tienes que hacer. Pero no me entrometo más en tus porquerías.
-¡No voy a terminar con Sana, Jin! -exclamó tirándose en la suave cama.
-No la quieres.
-La quiero. -era cierto.
-Pero no estás enamorado.
-La quiero. -pero no estaba enamorado.
-Querer no es suficiente si no estás enamorado. Las parejas se enamoran, no sólo se quieren. -un suspiro se escuchó. -Escucha Jungkook, sé que la quieres y que no tengo derecho de entrometerme, ahora lo estoy haciendo pero es por un buen fin. Te he dicho muchas veces que deberías terminar con ella, además sabes que el carácter de Sana es muy fuerte. Si se entera que no la quieres como ella quiere que la quieras, te mata.
-No seas un exagerado, hombre. -claro, todas las personas tienen su carácter y Jungkook ya había conocido el bendito carácter de Sana. Como aquella vez en su cumpleaños, cuando la pelirubia cumplió veintidós años y Jungkook no pudo asistir por cuestiones de trabajo. Bueno pues...Le hizo una escena en dónde no pudo controlar su temperamento y terminaron peleando, no se hablaron durante dos días.
Jungkook no conocía ese lado de Sana, ella siempre solía ser tranquila y amable, cariñosa y tierna. Pero todos tienen dos lados.
-¿Yo soy el exagerando? Te equivocaste de persona. La exagerada es Sana.
-¿Me lo recordarás otra vez? ¡Por Dios! -Jungkook quería borrar ese día de su vida, esa vez cuando Sana lo celó con su compañera de trabajo y montó una escena frente a muchas personas. El único delito de Jungkook fue saludar a la chica con un beso en la mejilla.
-Jungkook. No eres feliz. Es por eso que intento abrirte los ojos. Si no eres feliz ahora no lo serás más adelante. Debes aceptar que Sana es algo tóxica. -continuó Jin. -¡Mierda Jungkook ya me cansé de decirte esto durante seis meses!
-No sé que hacer. -dijo con sinceridad. -La paso bien con ella y me agrada su compañía pero no me siento especial. No hay deseo. -explicó cuidadosamente. -Y ya sabes. Pero me siento seguro cuando pienso en tener sexo con ella por primera vez.
-No te sientes seguro idiota. Sólo lo aceptas como cualquier persona. -un suspiro agotador se escuchó en la línea. -Si fueras a un bar y se te acerca una chica linda y sexi, te propone ir a su departamento y te seduce. ¿Qué harías?
-Me acuesto con ella. -responde sin pensarlo.
-¡Exacto! Tendrías sexo con una extraña sin pensarlo dos veces y no te importaría si fueras virgen o no. Sólo te dejarías guiar por el placer. Lo mismo pasa con Sana, sólo se daría.
-¿Por qué estamos hablando de esto?
-Porque necesitas terapia y no hay nadie mejor que yo para tratar de hacerte entrar en razón.
-Es difícil Jin.
-Sólo quiero que seas feliz. Es tu decisión, no importa lo que yo diga o piense. Debes ser tú quien elija lo que quiere.
-¿Y si lo que quiero no me hace feliz?
-Busca algo que te haga feliz.
-¿Te conté de Kai? - pregunta Jungkook. -Es el mejor amigo de Sana, está enamorado de ella y algo me hace pensar que ella también lo está de él. -bueno, Jungkook siempre fue bueno leyendo personas. Y no, Jungkook estaba bien con eso.
-¿Por qué lo dices? -el tono chismoso de Jin hizo sonreír a Jungkook.
-Ella se pone incómoda cuando la beso frente al chico. Y vi que se molestó cuando Sooyeon estaba hablando con Kai. Son muy cariñosos juntos. ¿Es normal?
-Serás idiota. -la carcajada de Jin casi deja sordo a Jungkook. -Arreglen su mierda. Estoy cansado. Te llamó mañana. -dicho esto la llamada finalizó.
Jungkook suspiró y se levantó de la cama, guardó su teléfono en su bolsillo y salió de la habitación. Bajó las escaleras como un rayo y fue directo al comedor.
-¡Buenos días! -saludó con una sonrisa que fue correspondida por todos.
-Siéntate, has de estar hambriento. -Eun bi le señaló una silla al lado de Sooyeon y Jungkook tomó asiento.
-¿Hay noticias? -quiso saber. Mark negó y Hyuna suspiró.
-Aún no. -dijo Eun bi. - Kai quedó en llamar más tarde por si recibían alguna noticia.
Jungkook asintió. Al menos sabía que Sana había llegado a salvo.
-¿Y Jimin? -la pregunta de Hyuna llamó la atención de Jungkook. Jimin, recordaba que Eun bi estaba hablando por teléfono con un tal Jimin el día anterior. Lo había llamado muchachito así que imaginaba que era un chaval de 15.
-Quién sabe donde anda. -murmuró Sooyeon lo suficiente alto como para que Jungkook escuchara.
-Como siempre. -dijo Eun bi en un suspiro.
-Jungkook. -lo llamó Hyuna. -Irás conmigo al pueblo a comprar lo necesario para la barbacoa.
-Si. Por supuesto. -Jungkook sonrió. Hyuna era muy agradable y divertida. Sería una gran distracción ir al pueblo y olvidarse un momento de Sana, y de toda la preocupación que sentía.
-También quiero ir. -dijo Sooyeon.
-Pensaba llevarte. -le dijo Hyuna.
Después del desayuno Jungkook se ofreció a lavar los trastos pero Eun bi se negó. Entonces Jungkook subió a la habitación a traer las llaves de su furgoneta para ir al pueblo.
Al bajar a la sala Sooyeon y Hyuna lo estaban esperando, pero para suerte de los tres comenzó a llover. El porrazo de lluvia los hizo quedarse en casa durante el resto del día así que pospusieron la barbacoa para el día siguiente.
Por la tarde, Hyuna arrastró a toda la familia a la sala de juegos. Sooyeon le enseñó a Jungkook a jugar billar, y también jugaron a las cartas. Después el rizado ayudó a Eun bi a preparar chocolate y galletas, resultó que Eun era muy amable y divertida, como el resto de la familia.
Llamó a los Park y todos juntos fueron a la sala de estar a beber chocolate y a comer galletas de vainilla con chispas de chocolate blanco. El celular de Jungkook vibró en su bolsillo y tuvo que disculparse, se levantó del sofá y salió al porche.
La lluvia ya había calmado y el frío de la noche lo hizo temblar levemente. El petricor llegó a sus fosas nasales y aspiró una y otra vez el delicioso aroma, incluso se propuso probarla. Jungkook se sentó en las gradas del porche y respondió la llamada.
-¿Ya me compraste algo? -recibió como saludo.
-Hola para ti también Jihyoo. -dijo Jungkook sonriendo al cielo estrellado.
-¿Cómo estás? -preguntó su hermana.
-Estoy bien ¿tú? -¿estaba bien? No lo sabía, estaba tan estresado por cosas menores. No, no estaba bien.
-¿Cuándo regresas? -recibió como respuesta.
-En menos de dos semanas.
-Te arrepientes de ir ¿eh? - se burló su hermana.
-No lo sé. -fue sincero.
-Claro que lo haces. ¡Mierda Santa! -se escuchó un grito al otro lado de la línea. -¡Melh deja eso allí! -gritó Jihyoo.
-¿Estás de niñera? -Jungkook frunció el ceño.
-Si. ¡No niña!...Te llamo luego. Te amo. -gritó Jihyoo y colgó.
Jungkook suspiró y admiró el hermoso cielo estrellado de verano. Las olas del mar se escuchaban al chocar, era una noche tranquila y fría. Justo como le gustaba a Jungkook, jugó con su teléfono pasándolo de una mano a otra, una y otra vez; logró escuchar el ruido del escape de una moto a lo lejos y cada vez se hacía más fuerte haciendo saber que la moto se acercaba.
Jungkook vio en dirección a la carretera y logró distinguir, no a una, sino a dos motos, se escuchaba la risa de sus conductores por encima del ruido del escape, parecía que estaban compitiendo. Para sorpresa del rizado, las motos tomaron el camino de la playa, se dirigían a la casa.
El de ojos miel no se movió de su lugar, (no le dio tiempo), cuando las dos motos se estacionaron frente a haciendo al motor rugir. Una Chopper y una Brat-Bob identificó Jungkook. ¿Qué cómo sabía? Bueno, de niño tenia un trauma con las motos. Estaba obsesionado por así decirlo.
La curiosidad lo atacó cuando los dos conductores se bajaron con elegancia y cuidado. ¿Quiénes podrán ser? Se cuestionó.
Los dos chicos vestían de negro, cazadoras negras, jeans negros, botas negras. Su aura se resumía en una sola palabra. Peligro.
El chico de la Brat-Bob se quitó el casco y miró a Jungkook fijamente. Un chico alto, castaño, su cabello en estilo jopo, sus ojos marrones y mirada intimidante. Una sonrisa de medio lado se extendió en su rostro mientras lo miraba fijamente.
Mientras que al chico de la Chopper le tomó un minuto deshacerse de su casco. Jungkook lo reconoció, un recuerdo fugaz en su cabeza. El chico de la gasolinera, era el mismo. Los ojos de un azul profundo vieron con diversión a Jungkook, una suave sonrisa se curvó en sus finos sonrosados labios. Su cabello era rubio y estaba peinado en un estilo similar al de David Bowie.
Ese chico tenía que ser familia de los Park, tenía los mismos ojos de Eun bi.
-Vaya vaya. -el chico de la Chopper se estaba dirigiendo a él.-Pero si es Catherine Elizabeth Pierson. -no pudo ocultar una sonrisa burlesca.
Jungkook se quedó callado, sentía como le palpitaba la cara. Se aclaró la garganta y decidió sonreír.
-Jungkook, el novio de Sana. -dijo al fin el rizado.
-Pensé que eras guapo. -dijo el ojiazul dándole una mirada fugaz a su amigo que parecía no entender de que hablaban. -¿De dónde te conoció Sana? ¿Dando un show de The B-52's en tu auto?
¿Qué mierda?
Jungkook sintió vergüenza pero no se dejó en evidencia. Ese chico era un completo idiota. No veia gracia en sus palabras.
-Así que Jungkook. -dijo el otro chico sonriéndole un poco, su mirada fija en el rizado. -Me da gusto poder conocerte al fin. Todos hablaban de ti que me traumé por un tiempo.
-Oh. -Jungkook se sorprendió. -Gracias, supongo. -le sonrió de lado mostrando únicamente un hoyuelo. La puerta se abrió a sus espaldas y se escuchó la voz de Sooyeon.
-¡Mierda! Creí que jamás iba a volver a verlos. -dijo la castaña.
-Aquí estamos. -el chico de la Brat-Bob subió las gradas del porche y pasó junto a Jungkook. El ojiazul imitó su acción y pasó empujando groseramente al rizado.
Jungkook cerró los ojos con molestia y se levantó para entrar a la cálida casa. El chico de la Chopper le cerró la puerta en sus narices cuando Jungkook estaba a punto de entrar, el rizado rodó los ojos y abrió la puerta ocultando su rechazo hacia el chico.
Maldito grosero.
-Jungkook. -dijo Eun bi. -Él es Jimin. -señaló al ojiazul. Por supuesto, su pequeño chaval que resultó ser mayor. Y este encanto de aquí es Namjoon. -señaló al otro.
-Es un gusto. -dijo Jungkook fingiendo una sonrisa. Jimin rodó los ojos.
-Como sea. Me voy a mi habitación. Estoy cansado, vamos Nam. -Jimin hizo un gesto con la cabeza indicándo a su amigo a que lo siguiera. Se dirigieron a las escaleras y se perdieron.
Eun bi se disculpó con Jungkook por la actitud de su hijo, el rizado dijo que estaba bien. Jimin no se presentó en la cena y tampoco Namjoon.
Después de la cena Jungkook le hizo dos llamadas a Sana las cuales tampoco atendió. Cansado subió a su habitación, se podría decir que era suya. Cuando entró se tiró en la cama con frustración y esperó a que el sueño lo venciera.
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Sana ya me cae mal, la verdad.
Avisen si ven un error, gracias uwu
ⓒByliliB
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