20
A medida que los días transcurrían, las cosas mejoraban, pero Jungkook tenía más miedo del que nunca tuvo.
Miedo de sus sentimientos, miedo de como éstos crecían al pasar los minutos. Cada vez que veía a Jimin su pecho entraba en un divino calor, cada vez que Jimin lo besaba todo se sentía tan correcto. Pero también estaba Sana, ella le había llamado todos los días como prometió hacerlo. Incontables veces Jungkook abrió la boca para confesar, sólo no pudo.
Ahora, se dirigía al aeropuerto a recoger a su novia. Esta vez estaba dispuesto a hablar y hacerle frente a sus problemas. Ya no quería ver la decepción en los ojos de Jimin cada vez que preguntaba si Sana y él habían terminado.
Le gustaba Jimin, quería a Jimin, estaba enamorado de Jimin. Se quedaría con Jimin sin importar qué. Pero no solo estaba dañando a Sana, sino también a Jimin. Y justamente a sí mismo.
Sana lo esperaba sentada en una banca cuando Jungkook aparcó en la calle. La chica tomó su maleta y abrió la puerta de la furgoneta con una sonrisa.
-Te extrañé. - dijo abrazándose al cuello de Jungkook y plantando un estruendoso beso en su mejilla.
-También te extrañé. —murmuró Jungkook. -¿Nos vamos? Tengo que pasar al supermercado a comprar lo de la semana.
-¡Si, claro! -se veía mucho más feliz que de costumbre. Jungkook arrancó y se unió a la fila de tráfico.
-¿Cómo está tu madre? -preguntó viendo por el retrovisor.
-Oh, ella está bien. Aún sigue recuperándose. -contestó.
Se quedaron en silencio, sin nada que decir, como dos completos desconocidos. Cuando lograron salir de la fila de tráfico Jungkook condujo directo al supermercado. En su mente iba ideando un plan y escogiendo las palabras correctas para enfrentar a Sana.
Aparcó en el estacionamiento e hizo una seña a Sana para que lo acompañara. Juntos entraron en un incómodo silencio anormal, se dirigieron a la sección de frutas verdes.
-Entonces... -Sana pesó una manzana con su mano. -¿Qué hiciste mientras yo no estuve?
Jungkook fingió concentrarse en las uvas y vio de reojo a la chica.
-Nada importante. -mintió. Porque todo lo que hizo con Jimin fue importante, cada segundo a su lado era tan valioso como el oro. Cada beso y cada caricia que compartieron, todo eso era importante.
-Ya veo. -murmuró agarrando a Jungkook del antebrazo y viéndolo de frente. -Te compré algo.
-¿Ah, si? -Jungkook sonrió un poco.
-Ten. -sacó una cadena plateada de su bolsillo y la dejó en la palma de la mano de Jungkook. -Es un collar de promesa. -dijo con un liviano brillo en sus ojos.
Jungkook la miró con sorpresa y culpabilidad. Dudó un momento en decirle pero ya era demasiado, no iba a permitir que el tiempo corriera junto con él por ser un cobarde. Era ahora o nunca.
Suspiró y tomó aire como si éste fuese el valor que necesitaba.
-No puedo aceptarlo. - dijo con decisión. -Yo he cometido muchos errores durante un buen tiempo, no es correcto para ti. Sana enserio lo lamento.
Ella lo vio con confusión, la chispa en sus ojos se esfumó lentamente.
-¿De qué hablas? Ambos hemos cometido errores, dijiste que estábamos bien. Esto. -señaló el collar. -Es una prueba de lo mucho que te quiero. -lo abrazó y se puso de puntillas para besar sus labios.
Jungkook no se alejó hasta que un carraspeo llamó su atención y los hizo alejarse. Las mejillas del rizado ardieron de vergüenza y lamento al ver a Jimin frente a ellos. No pudo verlo a la cara, no fue capaz.
-¿Y tú que haces aquí? —le dijo Sana cruzándose de brazos.
-No sabía que no podía venir a un supermercado. -habló Jimin con sarcasmo viendo a Jungkook por un segundo. -Linda pareja.
-Jimin...-dijo Jungkook atreviéndose a verlo a los ojos, quería explicarle que estaba a punto de terminar con su relación. Y después, después solo serían ellos dos, sin mentiras ni engaños.
-¿Qué es eso? -el castaño señaló la cadena que Jungkook sostenía.
-Un collar de promesa. -le respondió Sana.
-Suerte. -le dijo Jimin a Jungkook. Sus ojos azules le demostraron reproche y rabia, traición. Jimin se dio la vuelta con pasos rápidos.
-¿Qué fue eso? -murmuró Sana. Jungkook vio a Jimin perderse en el pasillo, no podía dejarlo ir así, tenía que explicar que no quería a Sana, lo quería a él.
-Ahora vuelvo. - dijo Jungkook antes de correr por el pasillo y doblar hasta la salida donde estaba Jimin parado, como si lo estuviera esperando. El rizado se acercó lentamente, tragó saliva con dificultad.
-Aquí llegamos, Jungkook. Es todo. -Jimin no lo miró. -Estoy cansado. No soy un juego.
-¿Estás terminando conmigo? - Jungkook se paró frente a él tomándolo del mentón y obligando a que lo viera.
-¡¿Terminar?! ¡¿Y cuándo empezamos?! -alegó. -¡¡No voy a ser con quién sigas engañando a tu novia!! ¡Ya no más! -apartó a Jungkook de un manotazo. —¡Por mi te puedes ir a la mierda! -gritó con enojo.
-Jimin... -Jungkook no quiso hablar más, su voz se había perdido en algún lugar. Sintió un terrible escalofrío, su corazón lloró por la pérdida de alguien que nunca tuvo por completo. De alguien que se estaba yendo.
-¡¡Esperé dos semanas!! -se subió a su Chopper. -¿Qué me hace pensar que vas terminar con ella si no lo hiciste en este tiempo? -lo señaló. —¡No estoy para que experimentes! ¡¡No sabes lo que quieres!! -se puso el casco y arrancó.
-¡Jimin no! - Jungkook sintió desfallecer, había un dolor en su pecho, uno que jamás había sentido. -Voy a terminar con ella. No te puedes ir...
-Es lo que estoy haciendo. Suerte en tu relación. -y se fue. Así sin más. No hubo un tiempo ni un momento para que Jungkook lo detuviera, era tarde, lo había perdido, lo dejó ir. Jungkook se quedó parado viendo a la nada, esperando a que Jimin regresara y le dijera que todo había sido una broma. Jungkook esperó y esperó pero nadie llegó a salvarlo, Jimin no llegó; fue hasta que Sana salió a buscarlo y se dio cuenta, cayó en la ruda realidad, estaba perdiendo todo.
-¿Jungkook que pasa? -su novia lo vio con preocupación. Jungkook, aún con el collar en su mano seguía viendo a la carretera. — Hey.
-Se fue. -murmuró. Se fue, Jimin se había ido. Si tan solo Jungkook hubiese sido lo suficientemente valiente para terminar con Sana, así no lo hubiera perdido, él no se hubiese ido. Estuviera a su lado; escucharía su sueve respiración al dormir, lo vería por las mañanas mientras los rayos del sol resaltaban aún más su belleza. Lo besaria en la cocina y le dedicaría caricias en secreto.
De regreso al departamento Jungkook no habló mucho y evitó las preguntas de Sana. Al llegar se acostó en la cama y lloró de frustración, enojo, rabia y dolor. Todo se había acumulado, tan malo que le apuñalaba el pecho con dagas hechas de lágrimas. Ahora los días junto a Jimin se veían tan lejanos, no los podía llegar a tocar ni en recuerdos. Recuerda la primera vez que lo vio en la gasolinera sin saber lo que se avecinaba.
Si tan siquiera alguien supiera que no es nada fácil terminar una relación con alguien que planeó tantas cosas, que el hecho de no estar enamorado no lo hace menos difícil. Y si alguien llegase a entender que su corazón late por alguien más, y no por su novia. Si tan siquiera le dieran más tiempo para arreglar las cosas sin dañar y sin dañarse, pero era tarde. Tal y como dijo Jihyoo, el daño hecho. ya está
Todo se acumuló en un espacio tan reducido que Jungkook apenas si podía respirar sin tener un ataque de ansiedad. Lo que no quería sucedió. Colapsó. Todo fue un colapso.
-Jungkook. -llamó Sana parándose en el umbral de la puerta. -¿Por qué estás llorando? ¿Qué pasa?
-Quiero estar solo, por favor. -rogó aferrándose a la almohada como si ésta también pudiera irse y desaparecer. ¿Por que dolía? ¿Era necesario el dolor? Él no lo quería, quería que se fuera.
-¿Qué sucede? —volvió a insistir Sana con un deje de preocupación.
-Lo lamento. -murmuró. Sentía mucho haber fallado, a Sana y a Jimin. Incluso a él mismo.
-Jungkook...
-Déjame solo por favor. -volvió a pedir. Sana suspiró en derrota y cerró la puerta dejándole ahogarse en sus propias lágrimas y el silencio. La voz en su cabeza lo culpaba una y otra vez, quería que se callara.
Talvez tenía razón, solo talvez.
(...)
Una semana. Había pasado una larga y tormentosa semana en donde Jungkook no hizo nada más que quedarse en el departamento en compañía de Sana. A veces veía por la ventana y las lágrimas corrían por sí solas sin que él se percatara. U otras veces escuchaba canciones que bailó con Jimin.
Sana no perdía la oportunidad de preguntar el motivo de su estado pero Jungkook no hablaba. El silencio era mejor que abrir la boca y recibir el dolor de las palabras.
Jimin. No sabía nada de él, Jungkook intentó localizarlo pero no halló más que un fantasma con una sonrisa burlona. Le llamó a Namjoon, quien dijo no saber nada de Jimin. Estaba desesperado pero no actuó más. Extrañaba a Jimin pero... ¿Y si él no lo extrañaba?
Por fin, la música alta del bar lo trajo a la realidad. Parpadeó repetidas veces al sentir el ardor en sus ojos producto de las lágrimas que deseaban salir.
-Hey Jungkook.-Jin lo giró con un movimiento rápido. -Entrega esto a la mesa tres. -el castaño hizo que el rizado sostuviera una bandeja con dos chupitos y le dio un empujón.
Jungkook caminó de mala gana e hizo lo que su amigo pedía. Después regresó a la barra e hizo una mueca por el alto olor a alcohol. Al menos era una noche tranquila sin muchos clientes y sin dolores de cabeza. Vio a Jin de reojo y supo lo que venía.
-¿Cómo has estado? -preguntó su amigo escondiendo la preocupación muy bien. Jin estaba enterado de lo sucedido, pues Jungkook le llamó una madrugada llorando y tuvo que dar muchas explicaciones.
Sin embargo, la voz de un castaño lo salvó de responder a la pregunta.
-Jungkook. -Namjoon le sonrió.
-Hey Nam. - Jungkook sintió una punzada en el pecho. -Tanto tiempo.
-Dos semanas, exagerado. -bromeó consiguiendo una sonrisa sincera por parte de Jungkook. -¿Cómo has estado? - Jungkook se llevó a Namjoon a un rincón alejado.
-Bien. ¿Tú?
-Bien, supongo.
-Tu aspecto me dice otra cosa. -Namjoon frunció el ceño. -Vine por Jimin.
-i¿Qué hay con él?! ¿Ya sabes dónde está? -trató de no alterarse demasiado.
-Lo llevé anoche a su departamento. Él está... Jodido.
-¡lré a verlo después de que termine mi turno! -se apresuró a decir.
-¿Ya terminaste con Sana? No quiere verte si estás con ella.
La realidad trajo de vuelta a Jungkook. Sana, si, debía hacer lo correcto. Sin más mentiras, sin engaños, sin fallas y promesas rotas, Jimin y Sana no lo merecían. Ya no más, todo tenía un fin y al parecer éste había llegado.
-Ustedes dos tienen mucho que arreglar si aún quieren recuperar lo que tenían antes. Ambos están... Como la mierda.
Jungkook rió un poco.
-Solucionaré esto. -dijo viendo al suelo. -Me siento tan mal. La culpa y la traición hicieron de las suyas. No permitiré que ocurra de nuevo.
-De todas maneras, Jimin no quiere saber de ti. Habló tanta mierda de sí mismo y después me golpeó como si yo tuviera la culpa. Creo que deberías darle un tiempo. Ambos. Sanar y ser más maduros.
-No quiere verme. -murmuró Jungkook recibiendo otra apuñalada en el pecho. No podía dejar las cosas así como así, no con Jimin, no con él.
No lo iba a perder. No a él.
Sólo rogó para que no fuera demasiado tarde en remendar sus errores. Quería conseguir una esperanza, tenía más que eso. Tenía esperanza muerta. Quería a Jimin y no podía dejarlo ir.
______________________________________
Se nos separaron los muchachos, sálganse de wattpad quiero estar sola 😞
Y este es el penúltimo capítulo, el que sigue es el final y queda el epílogo 😞💕
ⓒ ByliliB
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro