12
Una fuerte ráfaga de viento entró por la ventanilla de la furgoneta. En el asiento del copiloto permanecía Sana profundamente dormida. Jungkook le bajó volumen a la radio y se relajó suspirando. Jin estaba en el teléfono haciéndole un sin fin de preguntas que Jungkook apenas si podía responder.
Regresaban a Doncaster, el viaje era largo por lo que decidieron partir esa misma mañana. El rizado se había despedido de toda la familia, también le hubiese gustado despedirse de Jimin pero lastimosamente el castaño no regresó a casa desde la noche anterior. Eun le había regalado unas artesanías del pueblo, un lindo atrapasueños como el que Jungkook había comprado para Jin. Después de desayunar y ver a Sana llorar un mar por despedirse de su mejor amigo, el cabeza de carbon ese, por fin habían subido al auto.
-Creí que regresarías antes de las dos semanas. -dijo Jin. -Tenía planeado tomar el té mientras veíamos una película de Barbie.
Jungkook rió divertido.
-¿La princesa de las perlas mágicas? -bromeó. Recuerda a Jihyoo obligándolo a ver un millón de películas de Barbie, no se queja, son muy entretenidas.
-No. Barbie y las zapatillas mágicas.
-Uff, es mi favorita. -mitad broma mitad enserio. ¿Qué? Es completamente normal.
-Deberíamos salir mañana por la noche, en Prive abrieron un nuevo bar. ¿Vienes?
-¿Llevarás a Daehyun? -la novia de su mejor amigo. Los tres chicos trabajaban en el mismo bar, era divertido tener amigos en el trabajo, lo hacía menos estresado.
-Probablemente venga. La otra vez dijo que quería ir al nuevo bar, así que creo que estaría bien. ¿Sana vendrá?
Jungkook le echa un vistazo a su novia.
-No creo, sabes que no es fan de las fiestas.
-¿Si podrás ir? -se burló Jin. -La ultima vez cancelaste nuestra cita sólo por los celos de tu novia.
-Sólo fue una vez.
-Tres veces. -dijo en voz cantarina.
-De acuerdo, fueron tres. Pero esta vez es diferente. -suspiró. A estado suspirando mucho últimamente. -Hay algo de lo que me gustaría hablar contigo.
-¡Yo no hice nada! —dijo al instante. Jungkook rodó los ojos.
-No seas imbécil. Es un tema personal, te cuento mañana.
-¿Por qué no ahora?
-Mañana mañana.
-Me dejarás con la duda.
-No morirás. Tengo que colgar, mi batería es baja. Te veo mañana cabeza de caca. -finalizó la llamada y guardó su teléfono.
Estaban entrando ya a la ciudad pero aún faltaba media hora para llegar a su departamento. Jungkook se encontraba muy cansado, agotado y sentía como un horrible dolor de cabeza comenzaba a formarse. Tenía hambre y mucho sueño, pues la noche anterior no durmió nada, gracias a la voz chillona de su cabeza que no dejaba de gritar un nombre en especial.
Sabía que estaba cometiendo un grave error al pensar de esa manera en Jimin, se repitió que no tenía nada de malo que un chico le atrajera. Pero éste no era un chico cualquiera, no era común y corriente. ¡ERA EL PRIMO DE SU NOVIA!
¡Santa mierda! ¿Qué estaba haciendo?
Terrible. Así se sentía.
Se sentía mal por estar pensando en alguien más que no fuera Sana, sentía como si la estuviera engañando. Jungkook no quería eso, por lo que se obligó a callar a su mente.
Además, sólo era cosa del momento, estaba seguro. En un par de días olvidaría el tema y volvería a ser el mismo chico de siempre.
Aparcó el auto frente a un local de comida rápida, moría de hambre. Se bajó y caminó sin pena entrando al local, pediría algo para llevar puesto que la tarde los acechaba y quería llegar al departamento antes del anochecer.
(...)
Cuando abrió la puerta del departamento sintió una gran paz en su pecho. Al fin habían llegado.
Todo seguía igual, justo como lo dejaron, la única diferencia era la capa de polvo que pintaba los muebles y el suelo. Jungkook arrastró las maletas a su habitación, oyó a Sana en la cocina.
Por suerte habían llegado antes de que la noche cayera, el sol apenas se estaba escondiendo. Jungkook dejó las maletas en la esquina de la habitación y se tiró a la gran y suave cama, sus ojos se cerraban por sí solos. Necesitaba una buena ducha y después dormir, en este caso dormiría primero.
Sana se le unió dos minutos después, ambos necesitaban una siesta, los viajes siempre resultan cansados y estresantes.
-Iré a ducharme, no puedo dormir así. -dijo Sana levantándose de la cama, Jungkook abrió un ojo y la vio.
-Te espero aquí. -terminó murmurando con mucho esfuerzo. Minutos más tarde oyó el sonido de la lluvia artificial golpear las baldosas del baño.
No soportó más y cayó rendido en un complaciente sueño.
(...)
Sana lo despertó a eso de las nueve de la noche para cenar. Había preparado un estofado que le llevó dos horas de tiempo. Jungkook devoró la comida ni muy bien fue servida.
-¿Sucede algo? -le preguntó el rizado conciente del silencio medio incómodo que se instaló en la cocina. Jungkook conocía a Sana, desde hace unos días la notó rara. Ya no hablaba tanto ni contaba historias como solía hacerlo.
-No. - dijo ella. -Sólo estaba pensando en mi madre.
-¿Has considerado ir a visitarla? -tomó el cristal de agua pura y le dio un trago.
-Si. Pero regreso al trabajo la próxima semana y no...
-Hey. -la cortó Jungkook. -Esta bien, el trabajo no importa tanto como tu madre. Puedo acompañarte si así lo deseas.
-También tienes trabajo. -hizo una mueca.- Si lo pierdes...
-Bien, de acuerdo. Lo entiendo. -sonrió cuando Sana sonrió. -Sólo tenlo en cuenta ¿bien? -su teléfono vibró desde alguna parte de la cocina, lo localizó en la pequeña barra desayunadora, se sorprendió al saber que aún seguía vivo después de no haberlo cargado durante casi dos días. Se levantó y abrió una notificación.
-¿Qué sucede? -quiso saber Sana.
-Es Jin. Dice que mañana habrá una fiesta de disfraces en Purple y el jefe necesita que vaya a trabajar. Me pagarán el triple ya que al parecer los que alquilaron el bar tienen dinero. -resumió el gran mensaje de texto que su amigo castaño le envió.
-Oh, vaya. -Sana alzó ambas cejas con sorpresa.
-Sólo hay un pequeño problema.
-¿Qué?
-Tengo que ir disfrazado. -rodó los ojos. -Odio los disfraces. -se sentó. -Me siento ridículo.
-Te pagarán el doble de lo que ganas.
-¡Lo sé! Aún estoy debatiendo en mi mente. No quiero disfrazarme pero quiero el dinero. -hizo un pequeño puchero.
-Vas a ir, no puedes negarte, amas el dinero.
-Lo amo porque soy pobre. -pareció pensarlo. -Bien, iré, después de todo es una buena oferta. -le envía una respuesta rápida a Jin confirmando que tomará el trabajo.
-Sólo ponte una mascara y nadie notará que eres tú. Así te ahorras la "vergüenza" -Sana hizo comillas imaginarias con sus dedos. -Puedes disfrazarte de IT. - sugirió.
-No. Jin dice que nos darán el disfraz en el bar. Odio esto, odio trabajar, odio amar el dinero y ser pobre, odio...
-Estás exagerando. -lo interrumpió la pelirrubia . -De seguro es una fiesta de adolescentes celebrando su miserable vida. Después de eso no los volverás a ver. A nadie.
-Lo sé. -murmuró Jungkook en un bostezo. -Será mejor ir a dormir, ya puedo sentir el estrés y cansancio de mañana.
-Lo mejor siempre es dormir. -Sana se levantó y guardó la sobras de la comida en el refri. Jungkook dejó los trastos sucios en el fregadero y después ambos fueron a la cama.
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