11
Lo primero que hizo al despertar fue darse una ducha y después bajar a desayunar. Estando en la mesa intentó hablar con Sana para arreglar las cosas y el pequeño malentendido, no funcionó, ella seguía enojada.
Jungkook odiaba que la rubia no fuera madura.
-Jungkook. -Eun bi llamó su atención. - ¿Podrías ir a llamar a Jimin para que baje a desayunar? Es la última puerta girando al pasillo. -indicó.
-Por supuesto. -Jungkook se levantó y con una última mirada a Sana salió del comedor. Subió las escaleras y para su mala suerte se encontró con Kai, lo ignoró por completo.
Giró a la derecha saliendo a otro angosto pasillo con una puerta al final, esa debía ser la habitación de Jimin. Llamó con suaves golpecitos y esperó más de un minuto, volvió a llamar tocando con más fuerza.
Jungkook no sabe porqué su corazón instantáneamente comenzó a bombear con mayor fuerza cuando la puerta se abrió revelando a Jimin. El rubio le sonrió y se apoyó del marco de la puerta, acaba de salir de la ducha, su cabello mojado se le pegaba a la frente e iba solamente en jeans negros. Por primera vez Jungkook notó los tatuajes pintados en el torso y brazos del ojiazul.
Se veía... Bien.
-¿Te quedarás allí viendo o me dirás que quieres? -le dijo el ojiazul burlón. Jungkook lo odiaba de una manera pasiva.
Realmente odiaba que Jimin hablara siempre con burla y diversión. Odiaba que se riera de él.
-Baja a desayunar. —murmuró viendo el tatuaje en sus clavículas.
-¿Lindo, verdad? -Jimin señaló su tatuaje.- Me lo hice borracho.
-Bien. -Jungkook se dio la vuelta, se detuvo de golpe y bajó la mirada a su entrepierna.
¿Qué mierda?
No, no, no, esto no estaba ocurriendo.
Una jodida erección.
Tenía una jodida erección por ver a Jimin. Eso jamás de los jamases le había ocurrido, no con un chico. Dios, estaba jodido, realmente.
-¿Todo bien? -preguntó Jimin a sus espaldas. Jungkook sintió el calor acumularse en sus mejillas.
-S-si. -dijo en balbuceos, se golpeó mentalmente. -La comida se enfría. - literalmente corrió a su habitación y se encerró en el baño, no se dio atención, sólo esperó a que su problemita bajara.
Maldición, esto era serio.
Después de unos minutos pudo salir del baño como si nada hubiese sucedido. Borraría eso de su mente. Bajó al comedor y actuó con normalidad, su cabeza era un lío de pensamientos que daban miedo.
Por suerte, Jimin no desayunó con ellos.
(...)
La tarde ya estaba llegando a su fin. Ese día no fueron a ningún lado, se quedaron en casa por la fuerte lluvia que se desató. Jugaron en la sala de juegos por media hora antes de que todos se aburrieran y terminaran en la sala.
Hyuna estaba en el teléfono hablando con Mihno. Eun le enseñaba a tejer a Jungkook. El rizado había estado muy distraído y sumido en sus pensamientos, realmente no podía dejar de pensar en lo sucedido ésta mañana.
Su mente era un completo caos, sólo quería que la vocecita en su cabeza se callara para siempre.
Se sintió culpable por tener a Sana dormida al lado y estar pensando de esa manera en Jimin. No debía, pero lo hacía.
Se pinchó el dedo con la aguja y fue la única manera de volver a la realidad. Una pequeña gota de sangre apareció en su pulgar, se lamió el dedo y continuó haciendo el vago intento de tejer.
-Mihno te envía saludos. -Hyuna se giró hacia Jungkook y guardó su celular. -También las gemelas.
-Oh. -Jungkook se sorprendió. -Gracias. -terminó murmurando. Le dio una mirada rápida a Sana únicamente para confirmar que aún siga durmiendo, y así es.
A medio día tuvieron una charla y hablaron sobre lo que iba mal, ambos quedaron en mejorar y no cometer los errores que ya habían visto entre sí. Habian arreglado las cosas, volvían a estar "bien". En un día volverían a Doncaster y continuarían disfrutando de las vacaciones. El verano era joven y aún no comenzaba la verdadera diversión.
Eun bi salió de la sala minutos más tarde y Jungkook se ofreció a ir con ella para preparar chocolate. Estuvieron en la cocina a la espera de que el agua hirviera, Jungkook veía el mar a través del ventanal.
-¿Dónde pasarás el resto del verano? -le preguntó Eun.
-Con mi familia. Regresaré a mi trabajo la próxima semana, serán las típicas vacaciones. -respondió.
-Nos hubiese encantado que te quedaras el resto del verano, supongo que nos veremos pronto. -Eun apagó la estufa. - Para navidad, sería un honor.
-Me encantaría. Lo tendré en cuenta. -sonrió al tiempo que giraba en dirección a la puerta, Jimin entró y le sonrió con altanería.
-¿Dónde estabas? -Eun miró a Jimin con seriedad.
-Arreglando unos asuntos. -murmuró y se apoyó de la isla, muy cerca de Jungkook. El rizado no se atrevió a verlo, tenía suficiente con lo de esta mañana y no quería que sus pensamientos se desviaran.
Claro que si, Jungkook lo estaba tomando con madurez. De nada servía que negara la recién atracción que sentía por Jimin, no iba a negarlo ni a engañarse. Jamás le había sucedido pero ahora lo estaba, no tenía nada de malo. Aunque se sentía un poco asustado y desconcertado, debía admitir que se sentía un poco mal. Había bromeado con Jimin muchas veces y ahora no quería que fueran sólo bromas, aunque recuerda vagamente que Jimin desmintió lo que Sana dijo aquella vez.
Pero claro, también recuerda como bailaba la otra noche con ese chico en el bar. Se preguntó como sería bailar así con él.
¡Dios! Su mente le hizo una mala jugada.
Ignoren todo lo anterior.
También la culpa lo comenzaba a comer, él era novio de Sana, Jimin era el primo de su novia. Si, mejor olvidemos que Jungkook se sentía un poquito atraído por Jimin.
-Hola. -Jimin alzó ambas cejas coqueto y se acercó un poco más. ¿En qué momento Jungkook había puesto su mirada en él?
-Hola. -murmuró y vio a Eun preparar una taza de té. Vio de reojo a Jimin y descubrió que éste aún lo seguía viendo, ¡Dios!
¿Por qué Jimin tenía que actuar así siempre?
-Te vas mañana. -Jimin habló un poco más bajo.
-Ajá. -Jungkook intentó no verlo, intentó.
-No te has divertido lo suficiente ¿no? -murmuró. -Ven al bar conmigo esta noche.
¿Jimin lo estaba invitando? ¿¡Enserio!?
-Nam me pidió que te dijera. —añadió.
Oh.
-No puedo. Iré con Sana a cenar. -jugó con sus dedos. -Ya sabes, cosa de novios.
Jimin rodó los ojos.
-Jimin. -su madre lo llamó. -¿Te preparo té? -posó su mirada en Jungkook y luego en Jimin, repitió la acción tres veces.
-No. Voy de salida. -se encaminó a la puerta.
-¿Ya te vas? Acabas de llegar. -Eun se cruzó de brazos un poco molesta.
-Como siempre. Que te sorprende. - salió.
-Lo siento por eso. -se disculpó apenada con Jungkook.
-No se preocupe. -el ojimiel le sonrió con entendimiento. Comprendía la rara actitud de Jimin, claro que lo hacia.
(...)
Al llegar las ocho, Jungkook se alistó para la cita con Sana, usó más perfume de lo habitual y se vistió un poco más formal pero sin perder su estilo. Bajó y fue directo a su furgoneta a la espera de la pelirubia.
No tuvo que esperar mucho, era una ventaja de salir con Sana, no lo hacía esperar.
Se dirigieron a la cafetería ya que era el único lugar abierto un domingo por la noche. Eligieron una mesa al fondo y se sentaron con mucha comodidad, el lugar se encontraba vacío y silencioso.
-¿Cómo está tu madre? -preguntó Jungkook para romper el silencio.
-Mucho mejor. Se está recuperando, tenía planeado visitarla la próxima semana pero se me es imposible ahora que regresaré al trabajo. —¡oh si! Sana trabajaba en un MC'donals.
-Deberías ir. Primero tu madre que el trabajo. -Jungkook le sonrió amablemente a la mesera cuando la vio acercarse.
-Buena noche. -la chica adolescente les sonrió amablemente, vio a Jungkook . -¿Qué desean ordenar? -vio a Sana.
-Uh. - Jungkook lo pensó. -Una hamburguesa con doble carne y una malteada mixta, por favor.
-Quiero lo mismo. -dijo Sana.
-En un momento traeré su orden. -la chica sonrío y desapareció detrás de la pequeña barra de bebidas.
-¿Estás listo para regresar a Doncaster? -Sana lo observó cuidadosamente.
-Si. ¿Tú no? - Jungkook alzó una ceja.
-Bueno, si, pero se siente tan extraño. Como si hubiese visitado Doncaster hace mucho tiempo. Se siente tan lejano y vacío. Diferente.
-¿Ya no quieres regre...-sus palabras fueron cortadas por un golpe estruendoso en la puerta al ser abierta con brusquedad.
Como no, debió imaginarlo.
Jimin acababa de entrar junto con un grupo de chicos. Se sentaron en una mesa alejada pero aún así se podía escuchar las risas escandalosas. Jungkook se quedó viéndolos más tiempo de lo que debería.
Escuchó un suspiro por parte de Sana así que se concentró en ella.
-A veces me sorprende la actitud de Jimin. -Sana rodó los ojos. -Eramos tan cercanos, nos conocíamos tan bien. Lo veo y no puedo creer quién es ahora.
-¿Qué sucedió? -preguntó Jungkook con suma curiosidad.
-Las personas cambian y se convierten en lo que siempre han querido ser, o sólo fingen.
En ese momento llegó la mesera con su orden. Dejó la comida en la mesa y se retiró con un "buen provecho" y se dirigió a atender al grupo de motociclistas escándalos. De vez en cuando Jungkook veía a Jimin sólo por curiosidad, lo atrapó viéndolo dos veces.
Al terminar de cenar se quedaron un poco más en la cafetería. Jungkook no le prestó atención a Sana ya que sus pensamientos hablaban más fuerte que la pelirubia. A eso de las diez decidieron marcharse, aún debían empacar las maletas para partir a Doncaster.
Cuando se dirigieron a la salida Jungkook por poco tropieza con el pie de Jimin, el rizado sabe que fue a propósito por la sonrisa burlona que el castaño plantó en su rostro. Jungkook pagó y tomó de la mano a Sana para finalmente abandonar el lugar.
Aún podía escuchar la risa de Jimin en su mente cuando manejaba de vuelta a la playa. Aún podía verlo sonreír burlonamente.
______________________________________
Creen que Jimin allá ido al restaurante donde estaba Jungkook solo para molestarlo? O estará celoso?
ⓒ ByliliB
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro