10
El frío le estaba calando los huesos de una manera tan desgarradora, pero él amaba el frío y no se quejaba en nada.
Había caminado en la carretera desolada por diez minutos, no tenía un rumbo, sólo trataba de mantener sus pensamientos en orden. Todo estaba siendo tan difícil para él, esta era una jodida noche. Había escapado para estar solo.
Esa mañana los Park lo llevaron al faro. En esta ocasión si hicieron el picnic, Sooyeon llevó una hielera de cervezas y Hyuna una botella de vodka que Jungkook terminó bebiendo. Jimin había molestado a Jungkook todo el día, incluso lo empujó al mar y se rió. Mark lo riñó por su actitud grosera pero era obvio que a Jimin no le importaba. Jungkook estaba molesto así que con la primera oportunidad que se presentó, empujó a Jimin al mar y se rió también; ambos terminaron mojados y temblando por las ráfagas heladas de viento, los dos se tendieron en la arena mientras el sol secaba su ropa.
Jimin no dijo nada pero Jungkook sentía su mirada puesta, se giró y lo encontró dormido. Él lo vio dormir durante tres minutos, Jimin se veía diferente, en paz, sereno. Se veía lindo, Jungkook tuvo que apartar la mirada un poco desconcertado por sus pensamientos.
Evitemos lo que pensó.
Hyuna los había estado viendo desde lejos, sus ojos brillantes eran producto de las cinco cervezas que había bebido. Las risas de Eun y Mark hicieron sonreír lentamente a Jungkook, le agradaba pasar tiempo con ellos, eran divertidos y cómodos.
Sooyeon estaba comiendo una manzana cuando Jungkook se acercó por una cerveza, volteó y descubrió que Jimin ya se encontraba despierto así que le llevó una cerveza. Después habían almorzado entre bromas y risas, Jungkook ciertamente veía a Jimin sólo por curiosidad. Se tomaron fotos, Jungkook le envió fotos a su hermana y a Jin; sin duda lo que más molesto al rizado fue que Jimin le haya arrebatado el celular para tomarse una foto y reenvíarsela a todos sus contactos, Jungkook tuvo que borrar la foto antes de que la vieran. Jimin sólo se encogió de hombros y sonrió.
Justo a las seis de la tarde estaban regresando a la casa. Jungkook sintió un peso encima cuando vio la camioneta de Sana estacionada, ni siquiera se acordó de ella y se sintió un poco culpable.
Por suerte Sana no le reclamó nada ni estaba molesta, Jungkook pudo respirar con tranquilidad.
La cosa es que, para la cena, Jungkook se quedó en la sala con Kai mientras los otros estaban en el comedor. El pelinegro le sonrió, gesto que el rizado no correspondió y entonces...Kai abrió la boca y Jungkook se hizo de los oídos sordos, no del todo.
Kai mencionó algo que Jungkook no pasó por alto. Dijo algo como: "¿Aún sigues aquí? Estoy seguro de que la pasaste bien, también la pasé bien con Sana, descubrí que puede corresponder un poco de mi amor"
Dios, a Jungkook realmente no le importó, no sintió nada. Ni siquiera reaccionó al momento, se quedó unos minutos en silencio hasta que procesó todo. Claro que le preguntó a Sana si algo había sucedido entre ella y Kai, esa pregunta desató un pequeño caos.
Sana se puso a la defensiva, Jungkook sospechó por la acción, no dijo nada. Sana gritó, lloró, se desgarró la garganta e hizo un drama. Le dijo a Jungkook que le dolía que pensara que ella era capaz de engañarlo, se sintió dolida, según ella.
Así que Jungkook sólo necesitaba un tiempo a solas, para él, para pensar y sobrepensar las cosas. Salió a dar un paseo por la playa, lo que se convirtió en un paseo en la carretera, se había alejado mucho, ya no importaba. Solo faltaban dos días y podría ir a casa, fin de las vacaciones con la familia de su novia. Inicio de vacaciones con su familia.
No iba a mentir, la estaba pasando bien, sin Sana. La pasaba mejor con la familia de ella que con la misma Sana, era extraño.
Necesitaba hablar con alguien, necesitaba hablar con Jin. Buscó su celular en su bolsillo, lo encendió varias veces pero se había quedado sin pila. Casi grita de frustración. Vio al cielo estrellado y casi sonrió cuando vio una estrella fugaz, no habían deseos, las estrellas no cumplen.
Se frotó las manos y sin pensarlo dos veces se tendió en el centro de la carretera, el pavimento frío y duro lo abrazó, Jungkook sonrió débilmente, sin saber porqué. Él solo sonreía, era casi más para sí mismo, para darse ánimos y hacerse saber que todo iría bien.
Observó las estrellas con la canción de los grillos de fondo, y el suave viento frío susurrando. Hubiese sido una buena noche si no hubiera peleado con Sana, recuerda la sonrisa triunfante de Kai y le entran ganas de estrangularlo.
El rizado cerró los ojos, sentía unas horribles ganas de llorar y no quería. Era sólo que se encontraba muy frustrado y molesto a la vez, se odiaba. Sólo quería un poco de paz pero a donde fuera, no la encontraba. Rápidamente un nudo se instaló en su garganta y se llevó las manos frías a su rostro cubriéndolo por completo, se frotó los ojos cuando sintió que las lágrimas comenzaban a escapar.
Era horrible sentirse de esa forma, tener escapatoria pero no poder escapar. Sentirse atado cuando las cuerdas no tenían nudos, sentirse vacío y tener todo.
Un lugar, Jungkook solo buscaba un lugar para estar bien, sin necesidad de presión, sólo un lugar.
Él no sabe, tampoco estaba en condiciones para reaccionar a tiempo. Jungkook siempre había sido algo lento en reacciones. Jungkook solo sabe que se sintió en cámara lenta, fue rápido pero lento.
El escape de dos motos casi lo dejan sordo cuando pasaron rodeándolo. El rizado se maldijo por acostarse en medio de la carretera, se levantó con rapidez avergonzado.
El rechinar de los llantas lo sacó de su ensoñación, los conductores se detuvieron de golpe a una sana distancia y uno de ellos se bajó con rapidez. Al principio Jungkook creyó que eran Jimin y Namjoon, pero descartó toda posibilidad cuando el motociclista se quitó el casco.
-¿Te encuentras bien? -le preguntó el sujeto frente a él. La oscuridad de la noche no le permitía verlo bien.
-S-si. -balbuceó el rizado con torpeza.
-Vaya susto que me has dado, hombre. - el sujeto se acercó un poco más y Jungkook pudo verlo mejor. No era mayor, se veía de su edad, su cabello medio largo con las puntas teñidas de rubio, sus ojos miel y largas y espesas pestañas.
¿Todos en el pueblo eran así de lindos?
-Lo siento no debí estar acostado en medio de la carretera. -sonrió un poco.
-No te preocupes, no hay problema. ¿Vas a alguna parte? ¿Necesitas ayuda?
-No, yo sólo... Quería caminar un poco, estoy bien. Gracias. -le dedicó una amable sonrisa.
-Soy Eunwoo. -se presentó -¿Tú eres...?
-Jungkook.
-Un gusto. -volteó a ver al chico de la otra moto. -Bien, debo irme.
-Bien. -Jungkook arrastró la palabra. Eunwoo se dio la vuelta y volvió a girarse hacia él.
-Nosotros tenemos buenas fiestas. - Sacó una tarjeta de sus pantalones. - Por si alguna vez quieres ir. -le entregó la tarjeta al rizado.
-Uh, gracias. -Jungkook guardó la tarjeta en su bolsillo. Le prestó más atención a la vestimenta de Eunwoo y descubrió que portaba una cazadora negra. Debía permanecer al Club Black.
-Nos encantaría que nos visitaras. -Le guiñó un ojo y se dio la vuelta. Su cazadora tenía una R roja bordada.
Jungkook comenzó a caminar de vuelta a la playa, era tarde ya, había salido por mucho tiempo. La planta de sus pies le dolía y comenzó a sentir los músculos adoloridos, odiaba ser tan sensible.
-¿Dónde estabas? -pegó un brinco del susto y giró hacía la izquierda para encontrarse con el dueño de la voz. Jimin estaba sentado en la arena fumando un cigarrillo.
-¿Qué mierda haces aquí? -cuestionó Jungkook cruzándose de brazos.
-¿No puedo estar aquí? Chico enamorado. -sonrió.
-¿Chico enamorado?-frunció el ceño y rió.
-Si. Estás muy enamorado de Sana, ¿no? -se estaba burlando, Jungkook lo notó.
-Cierra la boca, Jaemin. Me llegas a molestar muy rápido.
-Es mi trabajo. Nadie me soporta. -se encogió de hombros y tiró su cigarrillo. — Entonces...
-¿Entonces...?
-Entonces te vas en dos días ¿eh?
-No sabía que llevaras la cuenta de los días que he estado aquí.
-No la llevo. Es solo que desde hace casi dos semanas Nam no deja de hablar de ti. Su pasatiempo es enamorarse de gays que aún no salen del clóset.
-¡Yo no soy gay! -Jungkook casi se desgarra la garganta.
-Lo que tú digas. -Jimin se levantó y se acercó al rizado, su rostro quedó a centímetros de distancia.- Se ve. -sus ojos chispeantes de burla. -Claro que no lo eres. -murmuró. Jungkook se alejó y comenzó a caminar rumbo a la casa.
-Eres un idiota Jaemin. -dijo.
-Pierdes tu tiempo Jungkook. -Jimin pasó corriendo y se detuvo frente a él, a una sana distancia. -Con Sana.
-¿Qué? -Jungkook rodó los ojos. -Cállate.
-Lo he visto. No estás enamorado, ¿a qué estás jugando? Ni siquiera la soportas.
-¿Qué tienes contra Sana? Todo el tiempo hablas y hablas mal de ella como...
-Muérete. -Jimin se dio la vuelta.
-¿Te molestas porque dije la verdad?
-Me molesto porque eres molesto, realmente no te soporto.
-¿Por qué? Parecía que nos llevábamos bien. -Jungkook caminó a su lado.
-Yo no me llevo bien con nadie. Mucho menos con alguien como tú.
-No te creo. Te caigo bien, Hyuna lo dijo.
Jimin sonrió pero no dijo nada. Caminaron en silencio hasta llegar a la casa. Jungkook fue a su habitación, realmente no tenía ánimos de hablar con nadie estaba muy cansado.
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Parece a tener muchos pretendientes para Jungkook Jsjsk
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