No te conozco
JongIn estaba algo inquieto en lo que veía a su madre armar un paquete para enviar a Shanghai. Hasta donde sabía, tenían familia allá, pero no los conocía, hace muchos años que se habían ido y fue hasta hace poco que su madre le comentó que les mandaría algunas cosas para que las guardaran, pues pronto ellos también se mudarían.
Ya listo, salió de su casa sintiendo los nervios recorrerle la columna vertebral, haciendo estragos en la punta de los dedos de sus pies y un borboteo molesto en su estómago. Su madre le había dado una indicación bastante clara, además de un papelito con lo que te tenía que buscar exactamente, o mejor dicho, a quién tenía que buscar.
Suspiró cuando leyó el cuadradito con letras en su palma, algo arrugado por el sudor de sus nervios y la ansiedad de ir al sector de residencias privadas ubicado frente a la recta en la que él vivía. En aquel entonces, esa zona era algo así como exclusiva, mientras que el lugar en donde él vivía era algo más... de clase baja.
Cruzó la avenida mirando a ambos lados esperando que ningún conductor tuviese ganas de matarlo ese día. Llegó al portón mientras se preguntaba qué rayos haría en cuanto llegara a la casa, porque que el papelito rezaba:
"Señor Do KyungSoo.
Mz. 6 L 1. "
Era simple, corto, pero le decía el nombre del hombre al que debía buscar y el lugar exacto de su residencia.
Saludó al de seguridad y le pidió ayuda para encontrar la casa a la que tenía que ir y obtuvo su ayuda amablemente.
Paquete en mano y siguió por dónde el hombre le indicó, no estaba muy lejos de la entrada así que eso no menguó su ansiedad. No conocía al tan Do KyungSoo, solo sabía que era un conocido de su madre y que le haría un favor, ni siquiera sabía que estaba llevando en el bulto que tenía en manos, pero no podía desobedecerla.
Estaba a unos cuantos metros de llegar a la casa y ya podía oírse la música, además de gente joven entrando y saliendo de dicho lugar. JongIn tomó una gran bocanada de aire para cuando sus pies se detuvieron en la puerta, tenía que hacer el encargo y luego irse, nada más que eso.
Se dio ánimos y se encaminó al interior. Habían personas por todos lados, tanto chicas como chicos conversando animadamente, mientras que otros estaban bailando, JongIn se sorprendió, porque pensó que el señor Do era eso, un señor, pero con las personas que adornaban la fiesta, podía asegurar que era bastante más joven de lo que imaginaba.
Se adentró tratando de no chocar con nadie, se sentía perdido porque ¿A quién le preguntaría el paradero del hombre si ni siquiera sabía quiénes eran los presentes?
Por instinto y por lógica se dijo a sí mismo que si Do se iba a mudas, la dichosa fiesta era nada más ni nada menos que una despedida y por supuesto, debía haber alguien que resaltara por ser saludado o en este caso, despedido, así que peinó la habitación con sus ojos chocolate en busca del susodicho, pero no fue hasta que una risa escandalomente familiar llamó su atención.
Del brazo de un hombre de baja estatura estaba colgando o quizá intentando llamar la atención su amigo de colegio, Oh SeHun. El joven era alto y esbelto, casi similar al cuerpo de un modelo, de ahora cabello color rubio cenizo, color que resaltaba sus cejas oscuras, labios pequeños, mandíbula definida y sobre todo esa piel blanca como la nieve. Sin duda el chico era precioso y agradable de visualizar, pero sus actitudes exageradas y llamativas dejaban mucho que desear, pero el chico era su amigo, así que se abstuvo de algún comentario.
Se sintió aliviado cuando el chico posó la mirada sobre él, ya que al menos no estaría solo en lo que buscaba al hombre.
Oh SeHun lo miró de arriba a abajo y sonrió de lado, tomó la mano de su acompañante y se acercó a su amigo de colegio, hace mucho que no lo veía y se moría por decirle o más bien presumirle quién era su nuevo novio, porque así era SeHun, amaba hacer su vida pública y qué mejor que ante Kim JongIn, el pobretón mojigato de su escuela.
Le dijo algo al oído a su acompañante y se fue acercando a JongIn, quien no puso evitar sonrojarse al ver lo guapo que era la nueva conquista de su rubio amigo, claro que no podía esperar menos, siempre conseguía a los chicos más guapos de la ciudad.
Su pareja era algo más bajo que él y de ojos grandes, los cuales se ensancharon cuando recibió la información que SeHun le dio y miró en la dirección en la que JongIn estaba, de seguro estarían hablando de él. Ambos dejaron de hablar con las personas que los rodeaban y se comenzaron a acercar.
Otro detalle que pudo notar fueron los hermosos y carnosos labios del hombre de apariencia mayor, de seguro era por el cabello excesivamente corto, pero tuvo que sacar los pensamientos que se le venían a la mente con respecto a ellos cuando los tuvo frente a él.
— ¡Kim JongIn! — chilló el rubio y se acercó a abrazar al chico moreno, mientras se asfixiaba con las cantidades de perfume que el contrario se había echado, ¿Cómo lo soportaba su novio?
— Hola, SeHun — logró decir luego de respirar por fin gracias a una brisita noble que Se pasó por ahí.
— ¿Cómo estás? Tanto tiempo sin verte, ¿Qué ha sido de ti? — ni siquiera le dio tiempo de contestar, porque ya había empezado de nuevo con su chachara —. Te ves diferente, ¿Te cortaste el cabello? ¡Oh! Mira, te presento a ¡Mi novio! — dijo con voz demasiado alta, hasta tal punto en el que todos en la estancia los miraron. Algunos sonriendo, otros ignorando por completo la información y un pequeño grupo los miraban con desaprobación.
Ese pequeño grupo era algo particular, pero en ese momento no pudo determinar porqué.
— Hola, SeHun — le dijo al rubio con una pequeña reverencia y luego miró a su acompañante. Se sintió cohibido por los instantes en lo que sus ojos se conectaron, puesto que a pesar de la mirada simple que le dio el chico, sintió algo removerse en su estómago, pero lo ignoró, era lo correcto—. Hola... — le dijo al hombre en vista de que no sabía su nombre.
SeHun parpadeó algo desconcertado, estaba casi seguro de que todos sabían acerca de su novio, puesto que el hombre era "popular" entre las damas y los caballeros, tanto así que era toda una hazaña decir que había sido el afortunado en salir con él y sobre todo poder regodearse de llamarlo su novio, claro que no contó con que su ex compañero de colegio no lo conociera.
— Do KyungSoo, se llama Do KyungSoo — medio dijo entre dientes algo irritado, se suponía que todos lo conocían.
JongIn formó una pequeña "o" con sus labios y miró nuevamente al hombre ahora tratando de completar el rompecabezas mental que le había dado su madre sobre la aparecía del Señor Do, pero que por lo que veía, de tan "Señor" no tenía nada, solo era ese corte extrañamente corto.
— Señor ¿Do? — preguntó JongIn algo inseguro. Sus mejillas se ruborizaron cuando el aludido enarcó una de sus gruesas y delineadas ceja.
— No soy un señor — le respondió medio divertido, medio serio.
JongIn pasó saliva con dificultad, algunos pendientes a la conversación comenzaron a reír discretamente y a lo lejos se escuchó un estruendoso: "¡Déjate crecer el cabello!", a lo que KyungSoo respondió con un "¡Jódete!", para luego mirar al joven frente a él.
— Tengo veinticuatro, tampoco es tanto, ¿Cuántos tienes tú? — preguntó en respuesta y JongIn se sintió pequeño a pesar de ser casi del mismo tamaño que él.
SeHun los observaba interactuar frunciendo el ceño algo -bastante muy- fastidiado, puesto que solo quería que su novio le prestara atención a él y nada más que a él. Le había costado horrores que el hombre de estatura baja (porque el rubio era más alto) le hiciera caso y más ahora que le salía con que se mudaría a China para poder trabajar y mejorar su futuro, ¿Cómo se atrevía a ignorarlo en los mementos más importantes? Sobre todo por alguien como Kim JongIn, quien estaba hasta los huesos, no tenía el tono de piel común y sobre todo, no era popular. No tenía pies ni cabeza, así que para cuando ambos hombres se sonrieron e intercambiaron lo que sea que JongIn había traído, decidió intervenir y reclamar su poderío sobre el de ojos grandes.
— Amor — dijo casi ronroneando, logrando que KyungSoo dejara de sonreírle al lindo chico tímido delante de él y se enfocara en su novio que curiosamente había decidido frotarle el brazo de manera particular —, tengo hambre, acompáñame a buscar algo para mí y para — le lanzó una mirada retadora al moreno quien se encogió cuando sintió las vibras que emanaba el rubio — JongIn...
KyungSoo sonrió y asintió, porque sabía que su lindo novio no quería solo comida, porque sabía que esa era la señal para ir al baño por un rapidito, pero sobre todo, porque estaba demasiado embelesado con la belleza de su acompañante.
Antes de encaminarse en dirección a la cocina, volteo a ver al de piel morena para darle una pequeña sonrisa prometiendo que haría su encargo, luego de eso, se enfocó en no ser notado por sus hermanos y hermanas, porque si lo veían, de seguro le arruinaban el plan.
Kim JongIn solo los observó irse y segundo después giró sobre sus pies y se encaminó hacia la salida, pero logró escuchar a una mujer decirle a otra "Esa gata de SeHun, siempre perturbando a mi hermanito, la odio".
El muchacho solo optó por seguir su camino pensando en lo fácil que se había convertido su ex mejor amigo y en lo guapo que se vería el Señor Do con el cabello largo.
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Parte 1/4!!!
Happy KaiSoo's Day 😍
🐻💗🐧
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