020.
Una de las cosas que más amaba Jungkook, era la lluvia. Y es por eso que ahora mismo se encontraba sentado al borde de su cama, fumando tranquilamente un cigarro mientras escuchaba el relajante sonido de la lluvia afuera de su edificio. No había mucha luz en la habitación pues comenzaba a amanecer, era de madrugada y por azares del destino se levantó a esa hora.
Detrás suyo y envuelto entre sus sábanas se hallaba Jimin plácidamente dormido, con el rostro hundido en su almohada y haciéndole lucir sumamente adorable.
Era obvio que no quiso despertarlo, pues si no habían dormido nada después de toda la diversión que tuvieron anoche. Aún sentía su cuerpo adolorido, pero el dolor era reemplazado con una sonrisa de satisfacción al recordar su origen.
Aunque bueno, una sonrisa no era exactamente lo que se encontraba en su rostro ahora mismo. Pues aquel ambiente silencioso y pacífico sólo le hizo comenzar a reflexionar de todos los acontecimientos de ayer, específicamente de la gravedad que traían, de las consecuencias.
Y claro que no eran buenas.
No podía quitarse de la cabeza que había una persona llamada Kim Taehyung que había amenazado con hacerle daño de todas las formas posibles a su persona. Un hombre que no necesariamente tenía que conocerlo para saber que estaba realmente mal de la cabeza y que podía hacer cualquier cosa para cumplir sus cínicos objetivos.
Él era consciente de todo esto, quizás ayer no lo pensó mucho pues se había dejado llevar por la emoción del momento, pero ahora estaba teniendo todo el tiempo del mundo para reflexionarlo. Él sabía perfectamente que no iba a ser fácil, que no sería tipo "Jimin dejó a Taehyung, entonces ahora se queda conmigo y seremos felices para siempre", por supuesto que no.
La vida no era así, la realidad no era así.
La única realidad que existe y conoce en estos momentos es que por más que Jimin haya terminado con Taehyung, no iba a poder quitarlo fácilmente de su vida.
No por ahora, pues esto aún no había terminado.
—¿Kook?
Giró su rostro al escuchar esa suave y ronca voz, observando con una pequeña sonrisa como Jimin se incorporaba mientras bostezaba.
—Hola, cariño —saludó sin quitar su sonrisa para después regresar su rostro al frente y darle una calada más a su cigarrillo.
Jimin limpió sus ojos y seguidamente frunció el ceño al percibir el desagradable olor a tabaco. Entonces rodó sus ojos, soltando un pequeño suspiro y poco a poco comenzó a gatear sobre la cama, acercándose a Jungkook hasta poder darle un pequeño beso a su espalda desnuda.
—Buenos días, guapo... —susurró en su oído con voz suave para después besar su hombro y abrazarlo de espaldas.
—Buenos días, precioso... —le siguió el contrario, girando su rostro sólo para darle un tierno beso en la mejilla—¿Cómo estás?
—Mhm, bien... —respondió, apoyando su mentón en su hombro— ¿Qué hacías despierto?... Y fumando... —dijo eso último con pesadez.
Jungkook suspiró, bajando el cigarrillo.
—Lo siento.
—Creo que no te he dicho lo mucho que detesto el olor a tabaco...
—No, no me lo has dicho. Pero descuida, no volveré a hacerlo.
Jimin acarició sus hombros, dándole un beso en el cuello.
—Eso espero... ¿Te encuentras bien? —preguntó al notar un cierto aire sombrío en el chico.
Jeon resopló, negando lentamente con la cabeza y bajando la mirada.
—La verdad no.
—¿Por qué?
—No te gustará hablar de esto, pero tenemos que hacerlo... —comenzó, abultando su mejilla con su lengua— Anoche no pude evitar observar los moretones en tu cuello, Jimin. Tienes hasta en tus brazos... —se giró para mirarle a los ojos— ¿Tú crees que voy a dejar pasar eso por alto?
Park cambió drásticamente su expresión, quedando serio.
—Tenemos que hacer algo al respecto —agregó Jeon.
—Lo sé.
—Sabes que él no se va a quedar de brazos cruzados, aún corremos un riesgo... los dos.
—Lo sé, y principalmente tú.
—Ya te he dicho que no me importa lo que me pase.
—Ese no es el punto, Kook —le miró con dolor— Puede que a ti no te importe, pero a mi sí... —se autoseñaló— Y volví contigo porque me di cuenta que eres la única persona con la que me siento a salvo, y en la que confío. No tengo a nadie más, sólo a ti. Por eso te necesito aquí, a mi lado, ahora...
Jungkook levantó una mano para acariciar el rostro de Jimin y limpiar una lágrima en su mejilla, mientras le miraba con cariño.
—Sabes que no me iré de tu lado.
—¿Cómo estás tan seguro de eso? —preguntó con voz inconscientemente rota.
—Porque te amo.
Se miraron fijamente a los ojos, con un sinfín de sentimientos que no sabían como expresar sin derrumbarse.
—Yo también te amo —respondió Park en un hilo de voz, a punto de romperse a llorar y por eso Jeon se impulsó para darle un suave beso en los labios.
—Todo estará bien, ¿okay? —aseguró el pelinegro, acariciando la mejilla del rubio— Tendremos que actuar rápido antes de que pase algo fuera de nuestras manos, poner una denuncia y una orden de alejamiento para que ese hombre no vuelva a acercarse a ti, ni a mí.
Jimin asintió, apartando la mirada y mordiendo su labio inferior con fuerza.
—¿Qué sucede? —preguntó Jungkook, mirándole preocupado.
—Tengo miedo... —contestó, sonando su nariz y viéndole a los ojos— De lo que pueda pasar, ni siquiera sé qué estoy haciendo con mi vida ahora mismo... Lo único que sé es que quiero estar contigo...
—Y lo estarás... Mira, intentemos concentrarnos en los problemas del presente y después lo haremos con los del futuro, ¿vale? —sonrió— Y por mientras, vives conmigo.
Jimin alzó sus cejas, sorprendido.
—¿A-Aquí?
—Sí, ¿en donde más? —bromeó— Mi casa es tú casa ahora, ¿recuerdas?
Pero el rubio negó con la cabeza.
—Kook, no... no podría...
—¿Entonces donde piensas quedarte? —cuestionó, alzando una ceja— Porque volver donde tu ex, lo dudo.
Inmediatamente Jimin capta algo y cierra sus ojos, soltando un suspiro.
—Mierda...
—¿Qué pasa?
—Debo volver... —dijo mirándole con inseguridad y mordiendo su labio.
Jungkook frunció el ceño, retrocediendo un poco.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Mis cosas... mi ropa, mi dinero, todo está allí... no puedo simplemente dejarlo todo. Lo necesito.
—¿Estás seguro? —preguntó mirándole precavido— Porque no es tan malo, puedo comprarte todo lo que necesitas y-
—Jungkook —le interrumpió— Son mis cosas, no voy a permitir que él se quede con mis cosas. Tengo que volver.
—Bueno, entonces yo te acompaño.
—No.
—Pero-
—No quiero que vayas allí, no dejaré que corras ese riesgo de que él te vea y... —negó con la cabeza— Dios, no. Ni pensarlo, es mejor que vaya solo...
Jeon soltó una risa seca.
—Ajá, ¿y qué pasa si intenta hacerte algo? No lo sé, yo digo... Quizás porque intentó matarte la última vez... ¿y qué pasa si su ataque de ira se le sale de las manos, eh?
Jimin suspiró.
—Kook, no entiendes.
—No, entiendo perfectamente, y la razón por la que no me dejas ir. Pero otra cosa, es que vaya a hacerte caso... Mira, perdona, pero no voy a dejar que vayas solo. Estás loco. Iré contigo, punto.
Park no tuvo otra opción que aceptar, pues Jeon lo que tenía de guapo lo tenía de terco.
—Está bien —aceptó, tragando saliva mientras comenzaba a idear un plan en su cabeza— ¿Te parece si vamos mañana?
—Claro.
—Hoy tienes que trabajar, ¿verdad?
—Sí, en un par de horas... ¿por qué?
—Era para saber...
La realidad, es que el plan que se estaba ideando era ir ese mismo día a la casa que anteriormente compartía con Taehyung a recoger sus cosas mientras Jungkook estuviese trabajando, así se ahorraría el riesgo de que le pasase algo u ocurriese alguna pelea. También calcularía la hora de trabajo de su ex para poder entrar a la casa con sus propias llaves mientras estuviese sola, empacar sus cosas e irse. Sencillo.
—Bueno, ¿qué te parece si vamos a desayunar? —preguntó Jungkook, sacándole repentinamente de sus pensamientos.
Jimin asintió y se levantó de la cama antes que el contrario para colocarse al frente suyo y extender su mano, indicándole que le diera algo.
Jeon frunció el ceño, sin entender.
—¿Qué?
—Dame el cigarro.
—Oh —soltó, suspirando y entregándoselo de mala gana.
—Si lo haces por ansiedad, déjame decirte que no ayuda a quitarla, sólo la empeora.
—Pero a mi me ayuda.
—O eso quieres creer —alzó una ceja, cruzándose de brazos— Es mejor que lo dejes, no quiero que te vuelvas adicto y que te estés dañando los pulmones en vano, ¿okay?
Jungkook sonrió.
—¿Estás dándome órdenes?
—Estoy evitando que comiences a desarrollar una dependencia por un insignificante cigarro, por favor, déjalo.
Después de una pequeña competencia de quién sostenía más tiempo la mirada fija sobre el otro, el pelinegro finalmente se rindió.
—Está bien, está bien... tienes razón... —resopló— La caja está dentro de la mesa de noche, tírala de paso.
Park asintió y antes de irse se inclinó para darle un sonoro beso en la mejilla que logró sacarle una sonrisa a ambos.
Minutos después de haber comido y reposado la comida, Jimin se encontraba ordenando la cocina mientras tarareaba una canción cuando Jungkook entró. El pelinegro no pudo evitar sonreír al verle usar su ropa, usando unos bóxers que eran cubiertos por la camisa que le quedaba grande, dándole una apariencia completamente sexy e irresistible. Tan irresistible que no pudo evitar comenzar a avanzar lentamente hasta su posición y cantar junto a él cuando colocó ambas manos a los extremos de la encimera, apoyando su mentón en su hombro.
Jimin sonrió, y más cuando Jungkook comenzó a cantar en su oído, cerrando sus ojos y dejándose llevar por su cercanía.
—¿Qué haces? —preguntó con diversión cuando la boca del pelinegro bajó hasta su cuello y comenzó a besar con delicadeza.
—¿Qué crees que hago? —habló sobre su piel, haciéndole estremecer.
Park mordió su labio, haciendo su cabeza hacia atrás cuando las manos de Jeon sobre su cintura fueron más abajo.
—Mhm... ¿acaso no tuviste suficiente con lo de anoche?
Jungkook soltó una pequeña risa que sonó bastante sensual a los oídos de Jimin.
—Contigo nunca es suficiente, cariño.
Entonces con una sonrisa en sus labios Jimin se volteó para poder mirarle a los ojos, y a los segundos juntaron sus labios, comenzando a besarse de forma lenta y pausada hasta que las manos hicieron compañía. Jungkook lo alzó para sentarlo en la encimera de la cocina y meterse entre sus piernas, prosiguiendo a besarlo en los labios con desesperación. Segundos después, se deshacen de sus ropas interiores y Jeon, aprovechando que el rubio seguía algo dilatado por el sexo reciente, le penetró enseguida. Park gimió, echando su cabeza hacia atrás y aferrándose al cuerpo del pelinegro cuando comenzó a moverse.
[ ☕ ]
El irritante y lento sonido de las manecillas del reloj era el único que se escuchaba en la sala, pues estaba todo en silencio desde hace horas, desde el momento en que decidió dejar de luchar y prácticamente se rindió. Cuando Jimin se fue, sintió como si una gran parte de su alma se fuese con él, no podía explicarlo, ni mucho menos entenderlo. En el preciso momento, gritó y golpeó todo lo que tenía a su alcance, pensó en seguirle pero sería en vano. Así que se quedó en su casa, sintiéndose completamente derrotado y solo. Y no le gustaba estar así, lo odiaba.
Odiaba sentirse débil, odiaba sentirse indefenso y sin nada.
Pero no podía ocultar lo que realmente era.
Y finalmente se rindió, dejó de gritar, dejó de golpear, y se sentó en el suelo, apoyándose en la pared más cercana, permaneciendo en esa posición por horas y horas, acompañado de una botella de alcohol mientras lloraba sin parar.
Lloraba porque sabía que en el fondo era su culpa, pero seguía sin querer admitirlo.
Lloraba porque había perdido a Jimin.
Sentía que se lo habían arrebatado, pero no sé sentía completamente culpable. Pues siempre alguien debía de tener la culpa, no él. Y sabía perfectamente quién tenía la culpa de absolutamente todo.
Jeon Jungkook.
Fácilmente pudo continuar, él podía hacerle la vida imposible si le daba la gana, y estuvo a punto de hacerlo cuando Jimin se fue, pero al final no lo hizo. No lo hizo porque ya no valía la pena, la idea era que Jimin se casase con él... ¿Pero cuál era el plan ahora si Jimin decidió terminarle? ¿De qué valía arruinarle la vida a Jungkook si ya no tenía a Jimin?
Está bien, Jimin terminó con él. ¿Pero por qué? Claramente fue por otra persona, no había otra explicación. Le dejó por otro hombre, por Jungkook.
Jungkook era el culpable de todo.
Si Jungkook no hubiese llegado a la vida de Jimin él no hubiera cambiado, no habría terminado con él y especialmente, no se lo habría quitado.
Quizás no iba a volver a tener a Jimin como quería, como antes, o nunca. Pero estaba seguro de una cosa, y es que iba a cobrar venganza. Se iba a vengar.
¿De qué servía hacerle daño a Jungkook cuando podía deshacerse del problema desde raíz?
Sí, desde ese momento Taehyung comenzó a idear su plan para matar a Jungkook.
No le importaba nada, ni siquiera si terminaba en la cárcel mientras logre matar a ese hombre con sus propias manos. Porque todo era su culpa, y quizás si se deshace de Jeon, Jimin pueda volver a fijarse en él, ya que no tendría a nadie más, ¿no? Jimin terminaría volviendo a él.
Llevó la botella a sus labios mientras sonreía con malicia.
Sí, era una buena idea.
No quería mandar a alguien a matarlo, lo haría él mismo. Así sería más satisfactorio, se sentiría mejor.
No le importaba ganarse más el odio de Jimin, o ir a la cárcel.
Él iba a matar a Jungkook.
Buen día, mis estrellitas. La tierra les dice: ¡Hola! 🤠
Ahr, perdón. Bueno gente, así se siente estar dentro de la cabeza de Taehyung, lo que siente y piensa. ¿Qué opinan?
Sólo les digo que el climax de la historia viene en el siguiente capítulo, prepárense loks.
Chau <3
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