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014.

La iluminación de la ciudad comenzaba a desaparecer conforme el sol se escondía, dándole paso a la oscuridad y con ello a los pensamientos profundos que traía. La oficina donde estaba perdió poco a poco la luz, siendo iluminada únicamente por las luces de la ciudad que se reflejaban en su ventana. Pues ni siquiera había tenido la fuerza de voluntad para encender el interruptor.

Lo único que había hecho fue prácticamente destrozar su propia oficina.

Ahora se encontraba al frente de su escritorio, con sus manos en los extremos y la respiración pesada mientras no podía dejar de observar las fotografías que le habían llegado por correo de parte de Namjoon.

Fotografías las cuáles de la rabia había roto la mayoría, pues eran ni más ni menos de Jimin conviviendo con otro hombre, con alguien más y sin él tener idea de ello. Su cabeza dolía, estaba a punto de estallar de tanto pensar y pensar.

¡¿Quién mierda era esa hombre? ¿Por qué estaba tan cerca de su novio? ¿Qué es lo que quería? ¿De dónde putas salió? ¿Qué hacía Jimin con él?!

Y no podía dejar de recordar lo que le había dicho Namjoon por mensaje.

"Esas son fotografías de los últimos dos días, en las mañanas Jimin sale de su casa y se encuentra con ese chico. Específicamente en la cafetería que está cerca del parque central, al parecer el chico trabaja allí. También Jimin va seguido a su departamento, se queda allí por horas y horas, la última vez no salió hasta el día siguiente. Es lo único que tengo hasta ahora."

Su corazón latía con fuerza, la ira apoderándose de él mientras sentía una horrible sensación en su pecho y su respiración se aceleraba.

—Me está engañando... —concluyó entredientes, sintiendo su cuerpo dar pequeños espasmos de la rabia— Ese hijo de perra, me la está devolviendo... ¡Se suponía que ya estamos bien! —gritó, golpeando con fuerza su escritorio.

Su puño cayendo inconscientemente sobre la fotografía que Namjoon había tomado individualmente del chico con el que andaba Jimin. Frunce más el ceño, e inmediatamente toma su celular para marcarle a su empleado.

Namjoon no había ni dicho "Hola" cuando comenzó a hablar.

—Quiero que me averigües todo lo que puedas de ese chico lo antes posible... Y cuando te digo todo, es todo. ¡¿Entendiste?!

—Sí, señor.

Entonces colgó de golpe, lanzando el celular en algún lado de la oficina. Tomó la fotografía del chico y la observó con odio en sus ojos, para después gruñir y arrugarla con fuerza. No le importaba quién fuera ese tipo, iba a hacerle la vida imposible por acercarse a lo que era suyo. Y si no fuese ilegal, lo hubiese mandado a matar hace horas... Aunque no era mala idea a pesar de todo.

—Me las vas a pagar... —murmuró, intentando regular su respiración furiosa— Me las vas a pagar bien caro...

Y en cuánto a Jimin, ese era otro asunto del cuál se haría cargo personalmente.

[ ☕ ]

Jimin le entregaba una falsa sonrisa al hombre que le trajo el arreglo de flores una vez más mientras las recibía.

—Gracias —le dijo antes de cerrar la puerta y dejar el adorno en la mesa.

A continuación prosiguió a leer la pequeña nota que traían, la cual decía: "¿Por qué no respondes mis mensajes y llamadas? Hazlo, porfavor. Estoy preocupado. Te amo."

Inmediatamente hizo una mueca, pues era cierto, no había respondido ningún llamado de su novio y era porque después de la conversación que tuvo con Jungkook ayer, había comenzado a dudar sobre su relación. Ya ni siquiera quería las flores, no sentía lo mismo. Y más después de pensar en lo estúpido que había sido perdonar tan fácilmente a Taehyung. Se sentía muy confundido respecto a todo, comenzando a cuestionarse también de si realmente había sido amado por él durante estos tres años.

De igual forma, decidió escribirle un mensaje de texto para que no siguiera preocupándose o algo por el estilo.


8:25 a.m

Hola.

Quería decirte que he estado ocupado y por eso no pude recibir las flores ayer.

De todas formas quiero que sepas que estoy bien.

No tienes nada de que preocuparte.


8:26 a.m

¿Estás seguro de eso?

Siento que me estás evitando...

8:28 a.m

Descuida, no es así.


8:30 a.m

Te extraño mucho.

Ya quiero verte...

8:34 a.m

Yo también.


8:35 a.m

Te amo.

8:37 a.m

Yo igual...


Escrito esto, apagó su celular y mordió su labio inferior mientras luchaba con las repentinas ganas de llorar. Pues ya no sabía que sentir, nunca había respondido algo así sin sentirlo y aquello le hizo sentirse como una mierda. Estaba tan confundido. Lo único que quería era tranquilidad pero jamás había sentido algo como eso desde hace mucho tiempo. Sin embargo, dejarlo ir era más difícil de lo que se imaginó.

Entonces limpió una lágrima que se le escapó y tragó saliva, respirando profundamente e intentando no pensar más en eso. Pues hoy era su entrevista de trabajo y debía de mantener cualquier pensamiento negativo lejos de su cabeza, vió la hora e inmediatamente fue a tomar su bolso para salir de la casa para proseguir a subirse en su auto.

Y cuando salió, le pareció extraño como poco inusual ver otro auto color gris estacionado cerca de su casa, sin embargo no le dió mucha importancia y prendió marcha para salir de allí.

Minutos después ese mismo auto arrancó y comenzó a seguirle.

[ ☕ ]

Jungkook revolvía delicadamente una mezcla entre agua caliente y café sobre un vaso mientras tarareaba una canción. Ese día le tocó trabajar en la cocina así que era el encargado de hacer la mayoría de cafés y repostería.

—Kookie —le habló su compañera de trabajo, colocándose a su lado— Recuerda que el especial de hoy es pastel de moras.

Jeon hizo una mueca.

—Ehg, odio ese pastel...

Moonbyul entornó sus ojos.

—Te guste o no, tienes que hacerlo.

—Sería genial si accidentalmente el especial cambiara a un brownie con una copa de helado encima... —le miró con una sonrisa traviesa.

—Kookie, no. Recuerda que la última vez que alteraste el menú Seokjin casi te despide.

El pelinegro suspiró.

—Sí, lo sé, lo sé... si yo fuese el jefe, todo sería más genial en este lugar... —bromeó— Habría más variedad de postres y cafés, tengo tantas ideas en mente...

—Estoy de acuerdo, eres un gran chef —dijo la rubia, sonriendo— Bueno, debo volver. Hasta luego —salió de la cocina.

El joven quedó nuevamente solo en la cocina, lo cuál era bueno pues personalmente sentía que podía trabajar mejor y sin distracciones. Sin embargo su soledad no duró ni un minuto.

—¡Jungkook! —le llamó Hoseok de repente, haciendo que pegara un salto del susto.

—¿Qué sucede? —preguntó, mirándole impaciente.

—Seokjin quiere hablar contigo en su oficina.

Inmediatamente paró en seco.

—¿Qué? —soltó, abriendo sus ojos de par en par— ¿Por qué?

—No lo sé, sólo me dijo que te avisara.

—Mierda... —gruñó, negando con la cabeza— ¿Será que hice algo malo y no me di cuenta?

—No lo creo, eres de los mejores empleados...

—Gracias, pero quizás Seokjin no piense lo mismo —hizo una mueca.

Hoseok chasqueó la lengua y rodó sus ojos.

—¿Por qué mejor no dejas de sacar conclusiones estúpidas y vas a su oficina? No te preocupes, por mientras yo me encargo.

Jungkook bufó.

—Bien.

Dejó de hacer lo que estaba haciendo para introducirse más en el lugar, llegando a la sección de oficinas donde se encontraba la de Seokjin. Y cuando estuvo al frente le dió un par de toquecitos a la puerta hasta que escuchó una aceptación de parte del contrario para entrar y eso hizo.

—Buenos días, Jin —saludó, dando su mejor sonrisa— ¿Me llamabas?

—Buen día, Jungkook. Sí, siéntate por favor —ordenó, señalando la silla que estaba al frente de su escritorio.

Jungkook obedeció, sentándose mientras hacía inconscientemente una mueca.

—Quiero hablar de algo importante contigo... —comenzó el mayor.

—¿Estoy en problemas? —inquirió cuidadosamente el pelinegro, alzando una ceja.

—Al contrario, son buenas noticias para ti.

La expresión de Jungkook se relaja, cambiando drásticamente a una sorprendida.

—¿Ah sí? —carrapeó— Digo, ¿qué es?

Seokjin suspiró y prosiguió a dedicarle una mirada llena de amabilidad.

—Bueno, es algo evidente que haz trabajado para nosotros durante varios años y ahora eres parte de la cafetería... Al igual que yo, sin embargo por motivos personales voy a tener que retirarme.

—¿Qué? —su rostro se entristeció.

—Lo sé, pero voy a tener que mudarme a otra ciudad y ya no podré estar a cargo. Entonces el jefe de la cadena, me dió la opción de elegir a alguien que reemplazara mi puesto y por eso estás aquí —sonrió al ver la expresión que había puesto el menor— No le digas a tus compañeros, pero haz sido un fantástico empleado. Tu desempeño laboral es demasiado versátil y extraordinario, literalmente puedes adaptarte a la perfección a cualquier tipo de trabajo. Los clientes disfrutan tu presencia y tienes la vocación para esto, eres perfecto.

Jungkook parpadeó varias veces, completamente anonadado.

—¿Estás diciendo que...?

—Sí, te voy a ascender a puesto de gerente.

Literalmente el menor se quedó en shock, abriendo los ojos y boca.

—¿Q-Qué? Oh, Dios... y-yo —negó con la cabeza— Seokjin, e-esto... esto es-

—¿Asombroso? —completó, sonriendo con orgullo— Lo sé.

—Iba de decir aterrador, pero esa también cuenta...

—¿Aterrador? —repitió, mirándole extrañado— ¿Por qué?

El pelinegro tragó saliva, un poco más relajado.

—Y-Yo no sé si pueda hacerlo... quiero decir, es un puesto muy alto y conlleva muchísima responsabilidad y yo no estoy acostumbrado a eso... Sólo soy un mesero, ¡no tengo experiencia en administración! —le miró angustiado— Ni siquiera he terminado la universidad...

—Por eso, cuando la termines comenzarás tu puesto como gerente y no te preocupes que yo te enseñaré todo. Sólo tendrás que sacar un curso de administración pero es pan comido. Además, siendo licenciado en gastronomía y artes culinarias tienes el puesto fijo —guiñó un ojo— Y quién sabe, hasta podrías llegar a ser el jefe...

Jungkook alzó sus cejas, anonadado.

—¿Entonces qué dices? —preguntó Seokjin, mirándole con anticipación— ¿Aceptas, amigo? Recuerda que no tienes que empezar ahora, continuarás tu puesto normal hasta que saques el título universitario este año.

Jeon no sabía que decir, todo estaba pasando tan rápido y era tanta información que le estaba contando mucho procesarla. Mierda, ser gerente de la cafetería. Jamás se le hubiese pasado por la cabeza tal cosa, pues era imposible. Además, era un puesto muy prestigioso, ganaría el triple de su sueldo normal y sería el encargado de todos.

Era una gran oportunidad, y obviamente no iba a poder rechazarla. Debía de intentarlo pues confiaba en que lo podría lograr.

—Acepto —dijo con una gran sonrisa.

—¡Excelente! —Seokjin se levantó de su asiento y el pelinegro también lo hizo. Seguidamente estrechó manos con él— Felicitaciones, Kookie.

—Gracias, Seokjin. No te fallaré —aseguró, haciéndole una pequeña reverencia.

—Sé que no lo harás.

Al volver a la cocina, inmediatamente Hoseok le preguntó qué había pasado y no pudo contenerse en decirle. El castaño se quedó en shock igual que él y después de unos segundos le felicitó hasta más no poder. Seguidamente Moonbyul entró a la cocina preguntando por qué tanto alboroto y después se puso a llorar cuando le dijeron la noticia, abrazando a Jungkook. Los tres compañeros se abrazaron, sintiéndose sumamente felices y orgullosos de su amigo.

Jungkook no podía quitar la sonrisa en su rostro ni muchos menos el sentimiento de felicidad tenía, aún no lo podía creer.

Y no veía la hora de contarle todo a Jimin.


Ustedes no están listos para el siguiente capítulo, sólo les aviso. Y no es referente a Taehyung.

Por cierto, Taehyung tiene un plan, el cuál no necesariamente va a ser bueno...

See u.

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