012.
Jungkook estaba en medio de un examen de cocina de la universidad en la que tenía que poner en práctica todo lo que había aprendido de la materia, así que estaba bastante concentrado en ello. El trabajo era en parejas y por eso andaba acompañado de Wheein, una de sus amigas de la carrera. Tenían un tiempo récord establecido, así que tenían que ponerse de acuerdo para avanzar más rápido. Lo cuál los tenía algo alterados.
—¡No Jungkook, las verduras son después de la salsa! —regañó la castaña.
—¿Qué? ¡Nada que ver, es lo contrario!
—¡No es así! —le pasó rápidamente un libro para que viera la receta de ejemplo— ¡Mira, tonto!
Jeon frunció el ceño y después soltó un pequeño "Aahhh", negó con la cabeza y se dispuso a hacer lo que Wheein le había dicho desde un principio. Pues tenía razón.
Ella le zampó un golpe en el hombro de regaño para después continuar con su parte de la prueba. Pasaron los minutos y después de una cuenta regresiva, sonó la alarma, justo en el momento en que el grupo de Jungkook y Wheein habían terminado.
—¡Sí! —exclamaron al unísono, chocando los cinco.
Tiempo después fue el momento de deliberación, el profesor les calificó su trabajo y obtuvieron un merecido cien. Wheein saltó y chilló de felicidad, pues temía no poder aprobar. Tanta fue la emoción que hasta tomó el rostro de Jungkook y le dió un pico en los labios.
—¡Sabía que no me equivocaba al elegirte como compañero!
Jeon se alejó de ella, haciendo una mueca mientras limpiaba su boca.
—Sí, digo lo mismo... La próxima vez que me beses procura no tener labial rojo, gracias.
—¡Uy, lo siento! —se acercó a él para intentar limpiar sus labios con su dedo pulgar— ¿Así que puede que haya una próxima vez? —inquirió, levantando con sugerencia sus cejas.
Jungkook reprimió una risa.
—Sabes que no.
—Oh, maldito...
—Aunque si fueras un chico lo pensaría.
—¿En serio? —le miró, confundida. Ella sabía de la orientación sexual de Jungkook pero igual le sorprendió aquello— ¿Entonces dices que si fuera hombre me darías una oportunidad?
—Probablemente —le guiñó un ojo.
Wheein se sonrojó.
—¡Ahg, Jungkook! —se quejó, llevando sus manos a sus mejillas cálidas— ¡Deja de hacer eso y jugar con mi corazón! ¿No ves que lo ilusionas?
El pelinegro estalló en risas y negando con la cabeza la fue a abrazar, agradeciéndole por su arduo trabajo en la cocina. Ella, como muchas otras, era una de sus amigas de la universidad. Podría decirse que tenía más amigas que amigos, quizás porque era muy cariñoso y cercano con las mujeres de una forma muy peculiar. Además, extrañamente las atraía, era como un imán. Es vez de atraer hombres, atraía mujeres. Era el colmo.
Las clase fue finalmente terminada y se despidió de Wheein después de quitarse el uniforme de cocina. Con móvil en mano se dirigió a la salida principal de su universidad, escribiéndole a cierta personita que ya había salido de clases.
La cuál no fue necesario buscar mucho pues al alzar la mirada lo vió. Jimin estaba esperándolo en su auto gris, con los brazos metidos en los bolsillos y una sonrisa radiante.
Inmediatamente le devolvió la sonrisa, alzando de forma sugerente sus cejas.
—Pero bueno, parece la típica escena de un sugar daddy recogiendo a su pareja joven de la universidad —bromeó cuando llegó a su alcance y se saludaron.
Jimin estalló en risas.
—No está tan lejos de la realidad, ¿sabías? Eres menor que yo.
—No me lo recuerdes... —rodó sus ojos y después sonrió pícaro— Pero no eres mi sugar daddy, ¿o sí?
—Ya quisieras.
Jeon llevó una mano a su pecho, haciendo una mueca de dolor.
—Auch, eso dolió.
Jimin rió y de pronto cambió su expresión cuando notó un poco de labial rojo en la comisura de los labios de Jungkook.
—¿Qué tienes acá? —se acercó, lamiendo su pulgar y cortando la distancia que los separaba para limpiar el labio del chico.
Este sintió su corazón palpitar como loco en aquél momento, quedándose paralizado.
—E-eh, fue una amiga...
—Mhm. ¿Sueles besarte con tus amigas seguido? —preguntó, elevando una ceja y mirándole fijamente a los ojos.
—Claro que no, amor. No te pongas celoso —bromeó el pelinegro con voz juguetona.
Inmediatamente Jimin se sonrojó y comenzó a reír, dándole un inocente golpe en el pecho.
—Eres un idiota... —dijo, continuando su labor de limpiar su labio y quizás poniéndole demasiada concentración pues a pesar de haber quitado la pequeña mancha roja, seguía toqueteando sus labios sin razón alguna.
Por su lado Jungkook sentía que se iba a morir al tener a Jimin tan cerca y dándole un perfecto acceso a su boca, a sus labios los cuáles no podía dejar de mirar. Era como algo mutuo en ese momento, pues ambos no podían despegar sus ojos de los labios del otro.
—Listo —murmuró Jimin, bajando su mano pero no se alejó, sólo le miró a los ojos, dándose cuenta que Jungkook estaba mirando sus labios hasta que también volvió a verle. Se quedaron así por unos milisegundos hasta que fue el rubio quién se alejó, rompiendo la pequeña burbuja de tensión que habían creado— Bueno, ya sube.
Indicó, yendo hasta el asiento piloto del auto. Jeon tragó saliva y negó con la cabeza, intentando salir de la ensoñación en la que estaba. Entonces obedeciendo, se subió al auto, quedando al lado de Jimin. La razón de esto, es que ayer accidentalmente rompió una luz de su auto así que lo tenía en un taller reparándolo hasta mañana, por lo que el rubio se ofreció a recogerle ese día para que no tuviera que faltar a la universidad. Pues si tomaba un metro o bus, tardaba más en llagar a su casa y no quería llegar tan tarde.
Le dictó la ubicación de su edificio a Jimin y este inmediatamente encendió el auto para comenzar a manejar.
—¿Cómo te fue? ¿Aprobaste el examen? —preguntó Jimin.
—¡Sí! —respondió, emocionado.
—Oh, eso es genial. ¡Te felicito! —exclamó con una gran sonrisa sin quitar la vista de la calle.
—Gracias —Jungkook miró de reojo la ventana y después se giró a verlo— ¿Qué hay de ti? ¿No hiciste nada hoy?
Jimin hizo una mueca pensativa.
—Me terminé el prisionero de Askaban... —sonrió con orgullo.
Jungkook rió.
—Qué bien. ¿Y cuál es el que sigue?
—El cáliz de Fuego, no lo tengo aún. Tengo que comprarlo...
—Si quieres yo te lo compro, hay una librería cerca de mi casa.
Jimin miró de reojo a Jungkook en sorpresa.
—¿Qué? Oye, no. Yo lo compraré.
—¿Seguro?
—Claro que sí, el que no tenga trabajo no quiere decir que no tenga dinero.
—Bueno... —asintió, haciendo una mueca al recordar algo— ¿Cómo vas con eso?
—¿A qué te refieres?
—Del trabajo, ¿no haz conseguido nada?
Park se mantuvo en silencio, teniendo su vista al frente y finalmente suspiró.
—La verdad es que he recibido muchas solicitudes de compañías y diferentes agentes de moda...
—¿Qué? —el pelinegro abrió sus ojos de golpe— ¿En serio? ¡Eso es fantástico! —sin embargo cambió su expresión emocionada al ver la mueca de Jimin— ¿O no lo es...?
—Sí, lo es —respondió el rubio— Mierda, lo es... —habló eso último más para sí mismo— Es sólo que... no lo sé. Yo tenía otros planes.
El pelinegro frunció el ceño.
—¿Cuáles?
—Anteriormente trabajaba en la misma empresa que mi novio... y la idea era volverlo a hacer.
—¿Era tú idea o su idea?
Jimin miró de reojo a Jungkook para darse cuenta que estaba serio, entonces presionó sus labios, sintiéndose nervioso. Siempre que hablaban de su pareja se ponía así, y quizás era comprensible pero le incomodaba mucho.
—¿Por qué preguntas eso?
—No lo sé, porque siento que no es lo que realmente quieres hacer...
El rubio ajustó su agarre del volante, tragando saliva y cambiando a una expresión culpable.
—¿Lo es? —inquirió Jeon.
—No... —respondió en un suspiro, haciendo una mueca— Tienes razón.
Jungkook alzó sus cejas en sorpresa.
—¿Entonces por qué rechazas todas esas ofertas de trabajo?
—P-Porque... no lo sé. Teníamos acordado que me llamarían, sugerí intentar por mi cuenta pero él se negó e insistió en que esperara... Y quizás sea lo mejor... —finalizó, encogiéndose de hombros.
Jungkook suspiró, apartando la mirada hacia la ventana y tensando su mandíbula, demostrando su inconformidad al respecto.
—Pero no es lo que quieres, Jimin —insistió, sintiéndose frustrado— ¿Por qué harías algo que en el fondo no quieres hacer? Teniendo tantas alternativas para que encuentres un trabajo mejor... ¿Por qué dejas que tu novio sea el único obstáculo?
Park hizo ademán de responder pero inmediatamente cerró la boca al quedarse mudo ante sus palabras. ¿Cómo le podía explicar a Jungkook que su verdadero miedo era que Taehyung se enojara al desobedecerle? Pues era una especie de acuerdo que tenían entre los dos, no podía traicionarle.
Sin embargo, Jungkook tenía razón.
—Ahg, ya no sé que hacer... —murmuró, pasando una mano por su cabello.
—Sólo haz lo que te haga sentir mejor. A veces tenemos que ser egoístas en la vida, pues no siempre, pero a veces, sólo importas tú y tienes que tomar decisiones en base a tu bienestar. "¿Si hago tal cosa, seré feliz con el resultado?", "¿Es lo que realmente quiero hacer?", "¿Me hará bien?" —suspiró— ¿Porque de qué nos sirve hacer algo que no nos hace felices? El ser humano por naturaleza siempre busca la felicidad, y si no la tenemos... nos hacemos mierda a nosotros mismos.
Jimin tragó saliva, aturdido.
—Vaya, qué profundo...
—Es la verdad —le observó— Mira, personalmente siento que deberías tomarlo, o sea, son grandes oportunidades que estás dejando pasar por alto... Estarías haciendo lo que realmente quieres hacer y serías feliz con eso. Y eso sería lo único que importaría, nada más.
—Pero, Taehyung-
—Si a Taehyung realmente le importa que seas feliz, lo aceptará.
Park suspiró lentamente, mordiendo su labio y asintiendo finalmente con la cabeza. Sentía mucha inseguridad al respecto, era algo arriesgado pero quizás era momento de que comenzase a pensar en él mismo y no en su pareja. Además, estaba harto de esperar aquella maldita llamada que nunca llegaba, era su vida laboral y de nadie más.
—Es aquí —indicó Jungkook, sacándole de sus pensamientos y mirando el gran edificio. Asintió y se dispuso a entrar al estacionamiento, encontrando rápidamente un campo para estacionarse allí— Bueno... —comenzó, apagando el motor— Voy a pensarlo... —aseguró, sonriendo suavemente hacia el pelinegro.
—De acuerdo —este le devolvió la sonrisa y se deshizo del cinturón de seguridad— Gracias por traerme, te debo una.
—De nada.
Se sonrieron por última vez hasta que Jungkook abrió la puerta y salió del auto, sin embargo cuando hizo ademán de cerrar la puerta y despedirse, se detuvo por unos segundos para después voltearse nuevamente hacia Jimin.
—¿Quieres pasar un rato a tomar algo?
Jimin sonrió, sorprendido.
—¿En serio?
—¡Claro! Bueno... si quieres, obvio.
—Me encantaría.
Dicho esto se quitó su cinturón y recogió algunas cosas para después salir del auto, colocándole el seguro. Entonces caminó hacia Jungkook y ambos se dirigieron dentro del edificio, específicamente al ascensor que los llevaría al piso donde vivía.
Al entrar, Jeon presionó el botón que traía el número seis.
—No recordaba que fuese tan alto —dijo Jimin, algo extrañado.
—Siempre he vivido en el sexto piso.
—¿Y nunca has pensado en mudarte a una casa?
—Por supuesto, pero quizás lo haga cuando salga de la universidad y consiga un trabajo para pagarla. Aunque de igual forma, lo dudaría mucho pues recuerda que vivo solo y estoy bien en un apartamento. No necesito más, a no ser que me case y forme una familia. Ya sabes.
Jimin asintió.
—Hay familias que viven en apartamentos —comentó.
—Sí, pero no me gustaría criar a mis hijos en un espacio tan cerrado... Sería genial si tuvieran un patio donde jugar y un vecindario... —sonrió mientras se lo imaginaba.
—¿Entonces quieres tener hijos? —concluyó, mirándole curioso.
—Claro que sí.
—¿Cuántos?
—Dos – Yo quiero dos —hablaron inconscientemente al mismo tiempo para después mirarse sorprendidos.
Jungkook sonrió.
—¿En serio? Pensé que no eras el tipo de persona que quisiera tener hijos...
Jimin le miró como si hubiese dicho una barbaridad.
—Oh, pero claro que los quiero... sólo que... —bajó el tono de voz, haciendo una mueca— Taehyung no quiere.
Jeon presionó sus labios, asintiendo con la cabeza y tragando saliva.
—Ya veo... mhm, quizás pueda cambiar de opinión en el futuro...
—No lo creo —reprimió una risa, negando— No, no lo hará.
Jungkook iba a decir algo más hasta que las puertas del ascensor se abrieron, dando paso al sexto piso y topándose con Jisoo quién iba a entrar hasta que lo vió.
Ambos se dedicaron miradas sorprendidas. Especialmente la chica que al instante observó a Jimin totalmente confundida.
—Jisoo —Jungkook saludó, dedicándole una sonrisa nerviosa y tomando la mano de Jimin para sacarlos rápidamente del ascensor antes de que ella preguntase o dijese algo al respecto.
Jisoo al final no le quedó de otra que meterse al ascensor y quedarse con la duda de quién era ese atractivo chico con el que andaba.
Por otro lado, Jeon avanzaba rápidamente por los pasillos mientras arrastraba al rubio.
—¿Qué fue eso? —preguntó Jimin, divertido y extrañado— ¿Quién era ella?
Finalmente se detuvieron al frente del departamento de Jungkook, quién se dispuso a sacar sus llaves mientras hacía una pequeña mueca.
—Ahg, es mi pesada vecina que está enamorada de mí.
Park alzó sus cejas en sorpresa.
—Vaya, si que te llueven las mujeres...
—Sí, lo sé —rodó sus ojos para después abrir la cerradura y con ello la puerta— Pasa —le indicó.
El rubio obedeció, entrando primero y seguido por el pelinegro quién cerró la puerta a sus espaldas.
—Bienvenido a mi humilde morada, otra vez —bromeó, quitándose su abrigo y de paso ayudando al contrario a quitárselo para después dejarlos en el perchero.
Jimin rió, acomodando su cabello en uno de los espejos de la pared.
—¿Te importa si me quito los zapatos y ando en medias? Es que siempre lo hago cuando llego a mi casa... —explicó con timidez.
Jeon asintió, encogiéndose de hombros— Claro, haz lo que quieras. Mi casa es tu casa, así que siéntete cómodo.
—Gracias.
Jungkook se dirigió a la cocina para lavarse las manos y comenzar a sacar rápidamente varias cosas de las alacenas, también refrigerador.
—¿Qué haces? —preguntó el rubio, acercándose también a la cocina con curiosidad.
—Haré galletas de chispas de chocolate.
—¡Oh, yo también sé hacerlas! ¿Puedo ayudarte? —pidió, emocionado
El pelinegro le miró con asombro.
—¿En serio?
—Sí —sonrió— ¿Creíste que eras el único que podía cocinar? Aunque bueno, soy mejor en la repostería.
Jeon rió.
—Está bien, puedes ayudarme.
A continuación, se dispusieron a hacer las galletas juntos, turnándose los puestos y platicando de comida. Poco después pusieron música para ambientar, Jungkook se encontraba usando la batidora mientras que Jimin se dedicaba a engrasar las bandejas con aceite y calentar el horno.
—¿Qué te parece? —preguntó el pelinegro cuando apagó la máquina para probar la mezcla, extendiéndole su dedo embarrado con un poco de mezcla.
El rubio se acercó para tomar el dedo y llevarlo rápidamente a su boca, chupando la mezcla. Inmediatamente el cuerpo de Jungkook se paralizó y sintió su garganta secarse en el momento en que sintió la cálida boca de Jimin. Y le resultó casi imposible no malpensar aquello, un calor formándose en su parte baja al imaginarse esa boca en otro lugar.
Joder. ¿Por qué hizo eso?
Por su lado, Jimin saboreaba la mezcla con el ceño fruncido.
—Mhm. ¡Le faltan más chispas! —sonrió, dándose la vuelta para traer la bolsa que las contenía— Hazte a un lado —apartó el cuerpo del pelinegro que obstruía la batidora para proseguir a echar más chispas— Así sabrá mejor, más chocolate, mejor sabor. ¿No crees? —se giró a verlo con una sonrisa.
Sin embargo Jungkook estaba serio, mirándole de una forma extraña lo cuál le hizo fruncir el ceño.
—¿Jungkook?
El mencionado mordió disimuladamente su labio inferior al mismo tiempo que asentía lentamente con la cabeza.
—Claro... —respondió, teniendo la respiración algo agitada— Lo que tú digas... —tragó saliva, intentando controlar los fuertes y repentinos impulsos de comerle la boca a Jimin en ese momento— ¿Sacaste el lustre de chocolate de la refrigeradora?
—Oh, cierto.
Jimin volteó para alejarse y cuando lo hizo Jungkook sintió que podía respirar con tranquilidad. Cerró fuertemente sus ojos, intentando alejar los pensamientos indebidos de su mente. Pasaron los minutos, en los cuáles ambos colocaron delicadamente la mezcla de galletas en pequeñas bolitas sobre la bandeja para finalmente meterla al horno.
—Listo —dijo Jeon, suspirando pesadamente.
—Mhm, el lustre sabe delicioso... —murmuró Park quién tenía el tarrito de dulce y había probado un poco.
Jungkook sonrió, colocándose a su lado mientras comenzaba a guardar las cosas cuando en ese momento siente un dedo presionar sobre su mejilla. Inmediatamente lleva una mano al sentir extraño y se da cuenta que lo habían embarrado de lustre, entonces boquiabierto voltea hacia Jimin quién le dedica una mirada traviesa.
Jeon presiona sus labios y rápidamente agarra un poco de harina y se la lanza al rubio en la cara. Park se queda sorprendido, tosiendo un poco para proseguir a hacer exactamente lo mismo con el pelinegro. Entonces comenzaron una guerra, ambos lanzándose los sobrantes de comida mientras reían sin parar.
—¡Ya, Jungkook! —pidió, tapándose el rostro mientras intentaba esquivar lo que le lanzaba el contrario— ¡Lo siento, lo siento!
Entonces Jungkook se acercó a Jimin con una sonrisa malévola y este al instante lo detuvo colocando sus manos encima de las contrarias, empujándolo lejos de él, pero fue inútil pues el pelinegro era más fuerte lo que hizo que ganara finalmente la competencia de fuerza. Rieron al unísono, mientras inconscientemente quedaron muy cerca del otro y lo notaron cuando encontraron miradas.
—Quédate a dormir —dijo Jeon de repente, dejando a Park sorprendido.
—¿En serio? P-Pero no tengo pijama ni ropa extra...
—No importa, yo te presto la mía. Tengo mucha ropa que sería de tu talla.
Jimin hizo una mueca.
—Mhm... no lo sé.
—Por favor, no quiero estar solo hoy... —hizo un puchero que logró convencer completamente al rubio.
—Oh, está bien —sonrió— Eres bastante adorable cuando te lo propones, ¿sabías?
—Lo sé, y caíste directo en mis encantos... —dijo sonriendo de forma arrogante, haciendo reír al contrario.
Finalmente continuaron preparando las galletas una vez estuvieron horneadas, colocando en la parte externa una capa de lustre de chocolate.
—¿Qué te parece si vemos una película? —sugerió Jeon tiempo después, llevando el plato de galletas a la sala cuando ambos se limpiaron y colocaron pijamas.
—Me parece una buena idea —aceptó Park, llevando dos vasos de leche para combinar con la comida.
Colocaron los platos y vasos en una pequeña mesita que estaba al frente de uno de los sillones, el cuál era el más grande y en el que prosiguieron a recostarse. Por instinto se sentaron bastante cerca, chocando hombro con hombro y provocando que sintieran escalofríos al sentir el mínimo contacto.
A continuación Jungkook tomó el control remoto y encendió la televisión, ingresando a su cuenta de Netflix y comenzando a navegar en el sinfín de películas que ofrecía.
—¿Qué te gustaría ver? —preguntó al rubio.
—Mhm, no lo sé. No se me ocurre algo ahora mismo... ¿Qué te gustaría a ti? —le miró de reojo.
—Bueno... me gustan mucho las comedias románticas... —murmuró, removiéndose algo incómodo en el sillón.
—¿En serio? —Jimin le miró sorprendido y con una sonrisa— Entonces elige una, la que sea, yo la veré contigo.
Jungkook asintió y se dispuso a buscar una de sus películas favoritas, ya que tenía varias.
—¿"Love, Rosie"? —leyó el contrario en pregunta.
—Sip, ¿no la haz visto?
—No —hizo un mohín.
—Bueno, siempre hay una primera vez para todo.
Entonces presionó el botón para empezar la película para después tantear uno de los extremos del gran sillón y jalar una pequeña palanca que hizo que el respaldar se hiciera para atrás de golpe. Aquello tomó desprevenido a Jimin que pegó un pequeño grito de la impresión y al cambiar de posición, inconscientemente terminó sobre el firme pecho de Jungkook. Ambos rieron debido a eso, y después se quedaron mirando unos segundos al percatarse de la posición en la que estaban.
Jungkook pensó que Jimin se alejaría y se sentaría correctamente en el sillón, pero al contrario, ajustó su agarre, apegándose más y se acurrucó cariñosamente sobre su pecho. Mentiría si aquello no le impresionó, pero así fue, sonrió suavemente y rodeó con su brazo la espalda del rubio, correspondiéndole. Seguidamente se concentraron en ver la película mientras comían las galletas, rieron y lloraron un poco, sin dejar de abrazarse en ningún momento.
Pasó una hora y media, la película estaba a poco de terminar y Jimin se había quedado dormido sobre Jungkook, quién prosiguió a apagar el televisor y en silencio contemplar el rostro plácido del chico mientras dormía. Se veía tan suave y angelical que no quiso despertarlo, además este había insistido en que quería dormir en el sillón. Así que con cuidado, el pelinegro comenzó a alejarse poco a poco, hasta que de improvisto el rubio se aferra a su camisa.
—No te vayas... —susurra somnoliento, aún con los ojos cerrados.
—¿Qué? —murmura Jeon, sin comprender.
—Quiero dormir contigo...
Jungkook se queda sorprendido y quiso negarse pero en el fondo también lo quería. Además, Jimin se lo estaba pidiendo. Entonces tragó grueso y prosiguió a cargar al rubio en sus brazos, aún dormido, lo llevó a su habitación donde lo dejó a un lado de su cama para después el acostarse al lado y cobijar a ambos.
—Buenas noches, Jimin... —susurra, apagando la luz de la linterna.
—Descansa, Kook...
El mencionado miró de reojo al contrario, sorprendido por ese apodo que le había puesto y dispuesto a preguntarle al respecto. Pero el chico ya se había quedado dormido de nuevo, entonces el pelinegro prosiguió a volver a su lugar, sintiendo una extraña emoción en su pecho... ¿era el famoso mariposas en el estómago? No lo sabía, pero que Jimin le hayase puesto un apodo le hizo más feliz de lo que debería. Sólo esperaba que pudiese recordarlo después. Y finalmente se quedó dormido con una pequeña sonrisa en su rostro.
Poco después, inconscientemente los cuerpos de ambos se movieron durante la noche y por instinto, se apegaron uno al otro.
Y sin darse cuenta, terminaron durmiendo abrazados.
Hola ✨ bueno, no si se lo están notando pero poco a poco comienza a haber más confianza entre el Jikook en esta historia al igual que cada vez la tensión aumenta más y más.
¿Cuánto faltara para que suceda algo que las haga romperla?
¿Jimin comenzará a desarrollar sentimientos por Jungkook? ¿O ya los tiene?
¿Será que dos semanas son suficientes para terminar enamorándote de alguien?
Esto y más, en los siguientes capítulos, quédate y lo averiguarás! 🤠💖
(ahre perdón quería hacer eso jsjsjs)
Anyways, espero les esté gustando y también quiero avisar de antemano que esta historia no va a ser larga, no se cuanto durará pero de 30 no llega, soooo. Atentous.
Mhm, cómo que poner constantes gifts del villano de la historia no es mucho de ayuda, verdad?
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