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011.

—¡Sorpresa!

Exclamó Yoongi al otro lado de la puerta con una sonrisa de oreja a oreja mientras elevaba sus brazos. Jungkook frunció el ceño de forma exagerada, tenía el cabello desordenado y estaba en pijamas.

—¿Qué haces aquí? —soltó de forma inmediata.

Yoongi bajó sus brazos de golpe y volvió a su expresión habitual.

—¿Ni un "hola" al menos o "estoy feliz de verte"?

—Bueno, si la próxima vez no parezca que vas a a romper el timbre de tanto tocar te recibiré así.

El peligris entornó sus ojos— Sí, sí, bueno, hazte a un lado —dijo tomando la maleta que tenía al lado para hacerse paso en el apartamento del menor.

—No me dijiste que vendrías... —comenzó Jeon, rascando su nuca mientras cerraba la puerta.

—¿Por qué? ¿Tienes a alguien ahí metido y te interrumpí el momento? —hizo una cara traviesa.

Jeon bufó.

—Ojalá.

—Como sea, te envié un mensaje diciéndote que iría a tu casa ya que ayer me cancelaste.

—¿En serio? —alzó sus cejas— Oh, lo siento. No vi el celular casi en todo el día.

—No mientas, estabas conectado hablando con quién sabe quién y me ignorabas. Entonces dije "bueno, yo cumplí con avisar, otra cosa es que lo hayas visto" y ahora estoy aquí —sonrió.

Jeon soltó una risa— Eres increíble.

—Lo sé, gracias.

—De nada.

—¿Y con quién hablabas?

—Uhm, con nadie importante...

Yoongi caminó lentamente por la sala, dirigiéndose a la cocina y tomando una manzana de un cesto.

—¿Ah sí? —soltó, dándole un gran mordisco— ¿Entonces de quién son los lentes que estoy viendo ahora mismo? —preguntó con la boca llena mientras mantenía su vista fija en el mueble de la sala donde habían unos lentes de sol negros.

Jungkook siguió su mirada e hizo una mueca.

—Ah, ¿no sabías? —se acercó a ellos para tomarlos y después ponérselos— Me los compré hace poco —sonrío.

Yoongi le dedicó una mirada de pocos amigos.

—Ajá, a ti no te gusta usar lentes de sol.

—Bueno pues la gente cambia.

Su amigo continuó fulminándole con la mirada hasta que finalmente se rindió y suspiró con resignación.

—¡Bien! —rodó sus ojos— Tienes razón. No son míos, son de Jimin y los olvidó.

—¡Lo sabía!

—¿Qué?

—¡Sabía que te estabas viendo con él fantasma! —sonrió orgulloso.

—¿Por qué le sigues llamando así? —frunció el ceño.

Yoongi se encogió de hombros.

—Porque quiero y puedo. Aunque eso no es lo importante, o sea, me dijiste que ya habían hablado... ¡Pero no que ya salían!

Jungkook suspiró, sentándose en el sillón de la sala.

—Sí, lo sé, lo sé. Es complicado, todo pasó muy rápido y-

—Wow, wow, wow —le detuvo, sentándose a su lado mientras le miraba sorprendido— ¿Ya cogieron?

—¿Qué? ¡Claro que no! —respondió al instante el pelinegro, impactado— Dios mío, Yoongi. Ni siquiera tenía que ver una cosa con la otra...

El peligris rompió en carcajadas ante la reacción del chico.

—Tranquilo, sólo te molestaba... Aunque te mueres de ganas por hacerlo, ¿no? Esa reacción alterada sólo indica algo, Kookie.

Jeon reprimió una risa, negando con la cabeza.

—No, no... yo no... —Yoongi le dedicó una mirada sarcástica y finalmente bufó— ¡Bueno, sí! Obviamente que si existiese la oportunidad, lo haría. Quiero decir, ¡él es hermoso! ¿Quién no querría? Ahg, te odio. ¿Por qué nunca puedo mentirte?

—Es un don —se encogió de hombros de forma arrogante— ¿Pero a qué te refieres con que no existe la oportunidad?

Jungkook le miró sorprendido.

—¿Es enserio? ¡Te dije que tiene novio!

—¿Y eso qué?

—¡Yoongi!

—Bueno, bueno. Ya recordé que me lo habías dicho pero... quiero decir, ¿si ambos se gustan por qué no lo hacen? Igual en algún momento se van a separar, así que...

Jungkook rodó los ojos.

—Ya recordé por qué nunca te pido consejos de amor...

—Sólo soy realista.

—Pues tu realismo no me ayuda, ¿okay? Estoy intentando hacer justo lo que me dices que haga... Y para empezar sólo somos amigos.

—Auch, ¿estás en la zona del amigo? —hizo un puchero fingido.

—Cierra la boca —espetó el pelinegro tirándole con fuerza una almohada a la cara.

Yoongi se la quitó de encima y estuvo a punto de devolvérsela hasta que vió el rostro preocupado de Jeon, entonces suspiró y dejó la almohada a un lado para poder acercarse más a él.

—Lo siento.

—No, no es eso... —negó al instante— Es sólo que... Jimin me preocupa, ¿sabes?

Yoongi estudiaba psicología, así que Jungkook siempre acudía inconscientemente a él para hacerle preguntas o sólo para hablarle de cómo se sentía. No bromeaba cuando dijo que no podía mentirle, él siempre le contaba todo a su mejor amigo. Y en el fondo no sabía exactamente como ayudar a Jimin, así que pensó que sería buena idea comentárselo.

—¿Recuerdas las sospechas que tenía sobre su pareja? ¿Aquellas de las que te comenté?

Yoongi asintió con la cabeza, mirándole con anticipación.

—Pues... era reales.

—Jodida mierda —soltó el peligris, llevando una mano a su boca— ¿Entonces sí lo engañaron?

—Sí...

—Oh. ¿Y te habló de eso?

—Me habló más que eso y joder, tiene una relación tan mala con su pareja que me sorprende que todavía sigue con él cuando sólo le hace daño. O sea, me di cuenta de lo mal que estaba al verlo llorar. Es... es horrible.

—¿Podrías definirla como una relación tóxica?

—Por supuesto.

Yoongi suspiró, entendiendo mejor la gravedad de la situación.

—Mira, Kookie. No soy un experto en temas así, pero suelo empatizar mucho con las personas y me ha tocado escucharlos hablar sobre sus experiencias sobre eso. Y no es fácil, salir de una relación tóxica es de las cosas más difíciles que hay... No le puedes decir, "Déjalo y listo", porque no es así de sencillo. Si lo fuera, lo hubieran hecho hace rato.

—Ahg, justamente Jimin me dijo lo mismo pero... No logro entender... ¿Cómo es que no vas a ser feliz en una relación amorosa? Si se supone que debe de ser así, y cuando ya no hay amor, se termina y ya. ¿Por qué hay personas que tienden a seguir a pesar de eso?

Min hizo una mueca.

—Hay mucho de por medio, Jungkook... Apego y dependencia emocional es una de las principales, pensar que no puedes vivir sin esa persona y que te afecte al máximo cualquier cosa que haga o le pase. Y también mucho vínculo e unión, hay muchas personas que llevan una relación de años y no la quieren romper por lo mucho que han durado, porque en el fondo no quieren sentir que literalmente perdieron el tiempo y tienen la esperanza de que pueda seguir funcionando, otra es que la persona ame mucho a la otra como para dejarlo.

—¿Crees que Jimin realmente lo ame? —preguntó Jeon, mirando a la nada, pensativo— Él me dijo que no lo dejaba porque no tenía a nadie más en su vida, que ese chico era la única persona que lo amaba...

Yoongi se encogió de hombros.

—No lo sé... Podrías preguntarle o averiguar más de su relación si es que quieres ayudarle, no podemos sacar conclusiones a lo apresurado. Pero en mi opinión personal, eso suena a apego y baja autoestima.

—¿A qué te refieres? —le miró confundido.

—Es casi obvio, Jimin tiene baja autoestima. Eso le hará sentirse constantemente como una mierda, alguien que no merece nada bueno, o que se tiene que conformar con lo que tiene y ya. Piensa que su novio es la única persona que lo va a poder amar, que eso es lo máximo que puede tener y no quiere dejarlo. Él no piensa que pueda tener algo mejor que eso, porque no se ama como para darse cuenta de que no merece todo lo que le pasa. Y el apego puede ser porque llevan mucho tiempo juntos, ¿no es así? Tampoco sabemos si hay o hubo verdadero amor de por medio... o que sólo es dependencia emocional la cuál confunden con amor.

Jungkook negó con la cabeza, soltando un largo suspiro y cubriendo su rostro.

—Joder... ¿Cómo puede pensar que es una mierda? Si es de las personas más hermosas que he conocido, si lo conocieras sabrías de lo que hablo. Él es... un sueño.

—Literalmente, porque te soñaste con él antes de conocerlo.

Ambos rieron levemente.

—Gracias por recordármelo —dijo de forma sarcástica el pelinegro.

Entonces Yoongi permaneció observándolo en silencio por unos segundos y después sonrió suave.

—¿Te gusta, verdad?

Jungkook le miró sorprendido.

—Yo... Ahm, y-yo no lo sé aún, es-es complicado porque...

—Te gusta —concluyó.

—Sí.

El peligris asintió lentamente con la cabeza.

—¿Quieres hablar también de eso?

—Dehecho, iba a hacerlo en algún momento porque... Joder, Yoongi. Me va a explotar la cabeza de tanto pensar —pasó una mano por su cabello— Porque... Porque creo que estoy comenzando a enamorarme de él y mierda, no quiero. ¡Porque es estúpido! ¡Es prácticamente en vano si él tiene pareja! Lo único que obtendré con esto es que me duela y sufra. Parezco masoquista porque sé cómo son las cosas pero sigo ahí... —suspiró— Sigo ahí...

Yoongi se acercó más para abrazarlo de lado.

—No quería creerlo... —continuó el menor, recostándose en el hombro del mayor— Pero creo que es bastante obvio como para seguir negándolo. Me gusta, Jimin. Y me gusta muchísimo.

—Lo estoy comenzando a notar... Joder, Kookie. Ten mucho cuidado, en serio. No quiero que salgas lastimado...

—Ahg, lo sé, lo sé... Pero hay algo, hay algo que me hace no poder alejarme de él, hay algo que me atrae a él y no lo puedo retener, siempre me dejo llevar por eso. Y sé que está mal, sé que está mal coquetearle cuando tiene novio, sé que está mal invitarle a salir, sé que está mal tener ganas de besarlo cada vez que lo veo y sé que está mal querer que se quede conmigo para poder protegerlo...

Yoongi acarició su cabello.

—¿Cómo puedo ayudarlo? —preguntó Jungkook.

—Sólo dale la confianza para que se abra más a ti, demuéstrale que hay algo más de lo que está acostumbrado a recibir, dale a entender qué cosas están bien y están mal, porque normalmente las personas que están en relaciones tóxicas no saben que están en una, porque lo sienten normal y no tan grave a diferencia de alguien que lo vea desde otra perspectiva. Pero principalmente, ayúdalo a amarse a sí mismo. Porque es la única forma para que se dé cuenta de lo que merece y no, al final del día será el único que tomará una decisión. No tú.

[ ☕ ]

Dos días después.

Jimin se encontraba en su habitación, recostado en el respaldar de su cama mientras leía tranquilamente su libro de Harry Potter, hasta que su celular comenzó a sonar indicando que tenía una llamada entrante.

Jungkook fue lo primero que se le vino a la cabeza, pues desde su salida, se había dignado finalmente a guardar su número lo que conllevó a que comenzaran a llamarse y enviarse mensajes constantemente.

Terminó rápidamente de leer el párrafo que estaba leyendo para después estirar su brazo a su mesa de noche y tomar el celular, miró de reojo la pantalla e inmediatamente su rostro se contrajo.

Taehyung.

Tragó saliva, sintendo su corazón comenzando a latir de forma desenfrenada sin ningún sentido. Su novio no se había dignado en llamarle desde que se fue hace tres días, no le escribió si había llegado bien o algo, tampoco le dijo nada por su cumpleaños. Y pensó que la respuesta a todo ello era que seguía enojado por su última discusión, sin embargo eso no justificaba que se sintiera dolido y molesto al respecto.

No tenía ganas de hablar con él, pero no podía rechazarlo aunque quisiera.

Entonces soltando un fuerte suspiro, contestó la llamada.

—Hola —saludó con voz monótona.

Hola, amor. ¿Cómo estás? —la voz gruesa de Taehyung se escuchaba tranquila y amable.

Jimin frunció levemente el ceño. Después de tres años de relación debería de haberse acostumbrado a que siempre después de una discusión, Taehyung hacía como si nada hubiese pasado y estuvieran de maravilla, sin embargo siempre le dejaba bastante confundido.

—Bien —respondió con voz cortante que su pareja inmediatamente notó.

¿Qué sucede? ¿Por qué suenas cómo si estuvieras molesto conmigo?

Jimin soltó un quejido molesto, rodando sus ojos y sintiéndose cada vez más enojado.

—Pues no lo sé, Taehyung. ¿Quizás porque no me haz llamado desde que te fuiste?

Se escuchó un silencio en la otra línea y después un fuerte suspiro.

Lo sé, lo sé... Mira, te juro que iba a hacerlo pero no tenía señal.

—Ajá. Taehyung, en los hoteles hay WiFi...

Tienes razón, pero cuando llegué a Japón no pude conectarme hasta el día siguiente. Sólo podía recibir llamadas, y los demás días no he tenido tiempo para hacerlo. Lo siento mucho... ¿Por qué no me llamaste? Si querías saber sobre mi bienestar, lo hubieras hecho.

—Ah, ¿entonces es mi culpa? ¿ahora yo tenía que llamarte?

No dije que fuera tu culpa, sólo que-

—Se supone que siempre que sales de viaje, me llamas cuando llegas. ¿Cómo voy a saber cuándo llamarte si ni siquiera sé si estás allí?

No tiene sentido, Jimin. Me hubieras llamado...

Jimin resopló.

—Está bien, también estuve ocupado estos días como para hacerlo.

¿Qué? ¿Haciendo qué?

—No te interesa.

Taehyung volvió a suspirar de aquella fastidiosa forma que Jimin conocía perfectamente, pues indicaba que comenzaba a enojarse.

Jimin... —advirtió con voz firme.

—¿Qué, Taehyung? Tú siempre me dices que estás ocupado y yo nunca te pregunto que hiciste. No empieces.

Contéstame.

Jimin volteó los ojos.

—¿Para qué llamaste desde un principio? ¿Sólo querías saber que he estado haciendo y ya?

Te llamé porque quería saber si estabas bien, a diferencia de ti, que ni te dignaste en hacerlo.

—¿Ah sí? ¡Y tú no te dignaste a escribirme ni un puto mensaje en mi cumpleaños!

Otro silencio, acompañado de una maldición en voz baja que soltó Taehyung pero que Jimin escuchó claramente.

—¿Lo olvidaste de nuevo, verdad? —inquirió con rencor en su voz.

Jimin, estaba ocupado...

—¿Ocupado en qué? ¿Tanto trabajo tenías como para no poder decirme nada? ¿Ni siquiera llamarme?

Pues sí.

Jimin abrió su boca en impresión y después frunció el ceño para soltar un pequeño gruñido y colgar la llamada. Tiró de golpe su celular a la cama, cruzándose de brazos y apartando la mirada. Su respiración estaba descontrolada, se encontraba enojado, muy enojado. Pues no podía creer que su pareja fuera tan sinvergüenza.

Fueron cuestión de segundos hasta que su celular volvió a sonar, inmediatamente rechazó la llamada, no queriendo hablar más con él. Pero no tardaba mucho en volver a sonar y él volviendo a rechazar, así sucesivamente hasta que se hartó.

—¿Qué? —soltó con voz molesta cuando aceptó la llamada.

¿Por qué me colgaste?

—Porque no quiero hablar contigo.

¿Pero por qué?

—¡Dios! —exclamó, llevando una mano a su frente— ¿Qué no entiendes que me duele que hayas olvidado por completo mi cumpleaños? ¡Dos veces!

Claro que lo entiendo, y lo siento tanto cariño... Es más, te lo voy a recompensar.

—No quiero nada, Taehyung. Ya déjame en paz —hizo ademán de colgar pero la voz del azabache le detuvo.

¡Espera!

—¡¿Qué?!

¿Estás en la casa, verdad?

Jimin suspiró con fastidio.

—Sí, ¿por qué?

Justo en ese momento, suena el timbre y su cuerpo se paraliza.

Ve a la puerta —le indica Taehyung.

Jimin frunce el ceño, confundido y algo asustado.

—Taehyung... ¿Qué? -

Sólo hazlo, cariño.

El rubio traga saliva y se levanta de la cama con el celular en mano para dirigirse a la puerta principal, el timbre sigue sonando y por un momento piensa que puede ser el mismísimo Taehyung, pero rápidamente la descarta cuando abre la puerta y se encuentra con un señor.

No le impresionó que no fuera su novio, sino el gran arreglo floral que tenía en sus brazos.

—Buenos días —saluda amablemente el hombre con una sonrisa— ¿Eres Park Jimin?

Asiente lentamente con la cabeza, y seguidamente el hombre le entrega las flores.

—A-ah, disculpe, yo no pedí esto... —dijo al instante, tomando con dificultad el gran adorno y bastante extrañado.

—Oh, claro que no. Van en nombre de Kim Taehyung, son para usted.

No pudo evitar alzar las cejas en sorpresa.

—Ahora, necesito que firme aquí —pidió el hombre, dándole un lapicero y pasándole una libreta. Donde logró firmar con algo de dificultad— Listo, gracias. Hasta luego.

—Adiós... —murmuró el rubio para después cerrar lentamente la puerta y dejar el adorno encima de la mesa.

Inmediatamente presionó sus labios y con los brazos cruzados, llevó devuelta el celular a su oreja.

—¿Taehyung, qué es esto? —preguntó, sin dejar de mirar las flores.

¿Cómo qué es esto? Son para ti, amor. ¿No te gustan?

Jimin mordió su labio inferior, observando el adorno que era sumamente precioso y seguro que costoso. Traía distintos tipos de flores con colores cálidos junto a decoraciones doradas y brillos plateados. Él amaba las flores, y Taehyung lo sabía.

Así que no pudo evitar sonreír levemente.

—Están hermosas...

Taehyung rió del otro lado.

Tienen una etiqueta adentro, léela.

Haciéndole caso, avanzó para comenzar a registrar cuidadosamente hasta que casi a simple vista la encontró y rápidamente la abrió.

"Para el chico más hermoso del mundo. Lo siento. Feliz cumpleaños, Jimin. Eres la persona que más amo en la vida, nunca lo olvides."

Jimin relajó su mirada, haciendo un pequeño mohín y sin saber que decir.

—Oh... Taehyung...

Lo siento —habló enseguida el contrario con voz suave— Mira, voy a recompensar todo esto. A partir de hoy te llegará un adorno floral diferente todos los días hasta que vuelva, porque sé lo mucho que los amas. Y cuando esté de regreso te daré un regalo muy especial. Porque te adoro, y no quiero que sigamos enojados uno con el otro.

Park suspiró, presionando sus labios y sintiendo sus ojos picar.

¿Entiendes? —continuó Taehyung.

—Sí, y yo tampoco...

¿Me perdonas?

Mordió su labio, pensativo por un momento mientras observaba las flores y después sonrió.

—Sí.

Perfecto. Cariño, ya debo irme pero te prometo que mañana te vuelvo a llamar a la misma hora, ¿vale?

—Vale.

Te amo, Jiminie.

Sonrió, pues así era como le llamaba cuando eran más jóvenes. Finalmente suspiró antes de decir algo que hace mucho no decía con sentimiento.

—Yo también te amo, Tae.

Y después de despedirse finalmente colgó la llamada, entonces observó el adorno floral y no pudo evitar soltar un pequeño chillido emocionado pues los amaba con locura. Pasando a observar todos los adornos que traía y a oler el delicioso aroma que tenía sin poder quitar la sonrisa de su rostro.

Por otro lado, Taehyung colgó la llamada e inmediatamente se deja caer por completo al respaldar de su asiento y deja el celular en su escritorio. Entonces se muestra pensativo mientras lleva una mano a su barbilla y se mece lentamente en su silla.

No podía dejar de pensar en qué estaba o estuvo haciendo Jimin.

¿Qué había hecho? ¿Por qué se encontraba lo suficientemente ocupado como para no llamarle o no mostrar interés en él? ¿Dónde estaba? ¿Y si era con alguien más? ¿Con quién?

Aquellas preguntas sólo le hicieron sentir un extraño remordimiento en su pecho e inmediatamente negó con la cabeza y tomó su celular para comenzar a marcar un contacto en específico.

Él era empresario y conocía perfectamente a la persona indicada para llamar.

Pues no era la primera vez que hacía esto.

—¿Hola? —saludó y sonrió cuando le fue devuelto— Kim Namjoon, ¿cómo estás? ... Bien, gracias. Oye, necesito que me hagas un favor... Sabes a lo que me refiero... Exacto —agrandó su sonrisa— Quiero su ubicación exacta en todo momento, a donde va, qué hace y con quién está... Todo. ¿Entendido? ... Vale, vale... Ahí me comunicas... Bueno, hasta luego.

Suspiró, sintiéndose más tranquilo para proseguir a sacar de una gaveta de su escritorio una pequeña cajita plateada. A continuación giró su silla para observar el ventanal que tenía al frente con una mirada intimidante, sin dejar de toquetearla.

Entonces la abrió y contempló lo que había adentro con una persona sonrisa.

Pronto serás completamente mío, cariño... Para siempre.

Nos vemos, chau

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