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008.

Jungkook salió del ascensor, acomodando su camisa de seda y cabello perfectamente arreglado.

—Wow, Jungkook. ¿A dónde vas tan guapo?

Jisoo apareció de la nada, colocándose a su lado y siguiendo sus pasos.

—Al trabajo —justificó con un encogimiento de hombros.

—No seas mentiroso, nunca te arreglas tanto.

—Vaya, qué observadora... —halagó sarcásticamente, dirigiéndose al estacionamiento del edificio. A pesar de que la cafetería donde trabajaba le quedaba cerca, iría en auto para poder movilizarse con mayor facilidad cuando estuviese con Jimin. Sin embargo, notó que cierta persona aún le seguía y se detuvo, volteando a verle— ¿Necesitas algo?

Jisoo asintió.

—Ahm, sí. ¿Quizás una respuesta?

—¿Respuesta de qué? —frunció el ceño.

—Ayer te envié un mensaje preguntándote si podríamos salir hoy... —hizo una mueca de tristeza.

Jungkook elevó sus cejas, confundido.

—¿Qué? Vaya, no lo vi. Lo lamento.

—No importa —dijo la castaña y entonces sonrió alegre— Puedes responderme ahora.

El pelinegro tragó saliva. Mierda. Rápidamente se puso a pensar en una excusa hasta que se autoregañó, ¿por qué seguir inventando excusas si le podría decir la verdad y listo? Por mucho que le desagradase la idea, era lo correcto y mejor opción en estos momentos.

—Mira, Jisoo... —comenzó en un suspiro— La verdad es que no estoy interesado en ti. Ni en salir contigo.

Al instante la sonrisa de la chica desaparece.

—¿Qué? —murmuró en voz baja y con mirada triste.

—Lo siento... —hizo una mueca penosa, pues detestaba hacerla sentir mal pero era la verdad— Y no es porque no seas de mi agrado, quiero decir, me caes muy bien. Eres una chica muy hermosa, no hay duda, pero no me gustas porque no me gustan las mujeres en general... ¿Entiendes?

La chica parpadeó varias veces, frunciendo el ceño y viéndose confundida.

—Espera, ¿cómo? No entendí.

Jungkook le miró asombrado.

—¿En serio no entendiste?

—No...

El pelinegro entornó sus ojos y suspiró antes de decir:

—Soy gay.

La cara de Jisoo fue de película, literalmente se puso pálida y todo.

—Ahm... ¿Jisoo? —Jeon la miró con extrañeza y cautela— ¿Hola? —movió una mano al frente de su rostro pero no reaccionó. Literalmente ella estaba en shock.

Así que el chico tragó saliva y comenzó a alejarse.

—Oh, bueno. Ya debo irme, así que... —no dijo más y se dió media vuelta para alejarse a pasos veloces, llegando a su auto y abriéndolo para después meterse en él. Antes de encenderlo contempló a lo lejos como Jisoo volvía a tener conciencia y prácticamente reaccionar.

—¿Qué? ¿Cómo que eres gay? ¡Jungkook! —comenzó a llamarlo desde su posición, avanzando hacia él.

Jungkook maldijo por lo bajo e inmediatamente encendió el auto, colocó la marcha en reversa y pisó el pedal para comenzar a retroceder, sacando el auto de su lugar. Escuchó una vez más la voz de Jisoo y giró rápidamente el volante para arrancar, logrando salir de inmediato de allí.

[ ☕ ]

Una vez en el trabajo se dispuso a emplear su labor perfectamente como siempre lo hacía. Él era muy perfeccionista, siempre procuraba que todo estuviera en orden y sus cafés quedaran impecables, cuando le tocaba hacerles dibujos era el mejor en ello. Por dicha, le tocó el turno de la mañana. Así que terminó más rápido de lo normal, ingresó al vestidor de los empleados y comenzó a quitarse su uniforme. Eran las doce, y quedó en verse con Jimin exactamente en media hora. Teniendo todo guardado en su sitio, prosiguió a verse en el espejo de cuerpo completo para acomodar su atuendo.

El cuál consistía en una camisa de botones color violeta y unos pantalones negros al igual que sus zapatos, se colocó un reloj de oro y también un poco más de colonia.

—¡Vaya, vaya...! —exclamó Moonbyul cuando entró al vestidor y lo vió arreglándose— ¿Pero qué tenemos aquí? ¿El guapísimo Jeon va a salir con alguien?

—Efectivamente, querida —afirmó, guiñándole un ojo para proseguir a acomodar su cabello— Y adivina con quién...

La rubia se mantuvo pensativa por unos segundos hasta que amplió su mirada.

—¡Oh, Dios mío! ¿Es con Jimin?

—¡Sí! —respondió con una gran sonrisa.

—¡Aahh! —chilló la chica con fuerza, provocando que el pelinegro se sobresaltara y le mirara asustado— ¡No puedo creerlo! —saltó emocionada.

—Si y yo no puedo creer que me acabas de dejar sordo... —murmuró, toqueteando su oído.

—¡Lo siento! Es que- ¡diablos! —exclamó, acercándose a él— ¡Te detesto! ¿Cómo es que tienes tanta suerte con los chicos? ¿Sabes cuántas veces he intentado coquetear con alguna clienta y nunca me funciona?

Jungkook rió.

—No puedo creerlo, ¿lo haz intentado?

—¡Por supuesto que sí! Vamos, cuéntame tu secreto.

—No tengo ningún secreto, quizás sea que el destino me ama —elevó sus cejas con suficiencia.

Moonbyul rodó sus ojos y suspiró, negando con la cabeza.

Jeon volvió a verse al espejo.

—¿Qué dices? ¿Me veo bien? —preguntó girando todo su cuerpo en dirección a la chica.

La rubia le escaneó rápidamente de pies a cabeza y no dudó en asentir varias veces con la cabeza.

—Oh, definitivamente. Luces caliente, Kookie. Si fuera hetero, te daría sin duda.

Jungkook le miró sorprendido y después estalló en risas.

—Joder, qué directa... Es más, deja de verme. Ya me haces sentir incómodo y observado... —murmuró tapándose con sus brazos.

Moonbyul también rió.

—Así seguro debe de sentirse Jimin cuando viene y te le quedas viendo.

—¡Eso no es cierto! —se defendió el pelinegro— Sólo lo miro un poco...

—O mejor dicho, babeas.

—¡Oh, cállate! —espetó tomando sus llaves y bolso para salir de allí.

—¡Éxitos en tu cita, Kookie! —le dijo la rubia antes de irse.

—¡Gracias!

[ ☕ ]

Dejó el auto en el estacionamiento del restaurante para después meterse las manos a los bolsillos y caminar tranquilamente hasta la entrada. A los segundos, no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios cuando observó a Jimin apoyado en un poste de luz a lo lejos, claramente esperándolo. De inmediato lo miró con atención, quedando encantado por la forma en la que andaba vestido: camisa suelta de mangas largas color celeste, pantalones negros y unos lentes de sol. En realidad era un atuendo simple pero lograba verse perfecto en él.

Jungkook se dió cuenta que Jimin no había notado su presencia así que decidió molestarlo un poco. A continuación avanzó hasta su posición, específicamente a sus espaldas con sigilo hasta quedar a una distancia considerable.

—¡Buh! —soltó, tocándole los hombros.

Jimin inmediatamente se sobresaltó, su móvil casi cae de sus manos al mismo tiempo que se giraba interrogante a su dirección para soltar un suspiro cuando le reconoció.

—Dios, Jungkook. Casi me matas de un susto... —murmuró, llevando una mano a su pecho— ¿No puedes saludar como una persona normal?

—No, lo siento —hizo una mueca inocente.

La sonrisa de Jimin se notó más por lo lentes de sol que llevaba, Jungkook se dió cuenta que era realmente hermosa y perfecta.

—Wow —soltó inconscientemente.

—¿Qué?

—Luces como un modelo.

Jimin volvió a sonreír.

—Gracias. También te ves bien.

Jungkook entonces miró el restaurante. —¿Qué dices? ¿Entramos?

—¿Me prometes que no me voy a arrepentir?

—Te lo prometo.

El rubio asintió y juntos entraron al restaurante de aspecto extravagante, y vaya que por dentro tampoco era la excepción. Era igual o inclusive mucho más llamativo. Jungkook le indicó a una mesera sobre una reservación que él hizo anoche a lo que ella asintió y los guió hasta el segundo piso donde dejó los menús en una de las mesas separadas al resto, la cuál estaba ubicada cerca del gran ventanal. Logrando así que se pudiese ver toda la ciudad.

Jimin contempló sorprendido la vista mientras se sentaba y se quitaba lo lentes, dejándolos en un bolsillo de su camisa.

—¿Te gusta? —preguntó Jungkook, imitando su acción.

—Se ve increíble.

—Lo sé. Pensé que te gustaría así que elegí esta ubicación, la cuál es difícil de conseguir, agradéme por ello.

—No tenía idea de que había que hacer una reservación, ¿por qué no me lo dijiste? Pude haberte ayudado o algo por el estilo...

El pelinegro se encogió de hombros, restándole importancia.

—Descuida, sólo bromeaba. Quería encargarme de eso yo solo.

Park asintió, abriendo el menú y ampliando su mirada al ver la variedad de comidas que ofrecían. Entre una cosa y la otra, ambos terminaron eligiendo lo mismo con diferentes acompañamientos y bebidas.

—Gracias —dijo Jungkook al mesero después de entregarle los menús y decirle sus pedidos.

Cuando se fue, dirigió su cuerpo hacia Jimin quién permanecía observando la ciudad. Sonrió por inercia, le alegraba haber escogido un buen lugar. Sin embargo, decidió hablar con él mientras esperaban la comida.

—Así que... —comenzó, llamando su atención— Háblame sobre ti.

Jimin reprimió una pequeña risa.

—¿En serio? —soltó, apoyando su cabeza sobre su mano y sonriendo— No sé qué decir, mi vida no es tan interesante...

Jungkook bufó.

—Vamos, apuesto a que sí. Tengo mucha curiosidad acerca de ti...

—Bueno, ¿qué quieres saber?

"Todo", pensó el pelinegro pero claramente no le diría eso.

—Lo que quieras contarme.

Jimin suspiró, mirando de reojo la ventana y después a Jungkook.

—Pues... ¿Qué te diré? Primero que nada, no soy de Seúl. Soy de Busan.

—¿En serio? ¡Yo también! —exclamó el contrario con una gran sonrisa.

—¿Qué? —amplió su mirada— ¡Oh, qué genial! ¿De qué parte eras?

—De Mandeok-dong, ¿y tú?

—Oh, soy de Geumjeong-gu.

Jungkook sonrió, negando con la cabeza.

—Sabía que no eras de aquí, lo supuse por tu acento.

—Yo casi no noté el tuyo, está muy mezclado con el de Seúl. ¿Cuánto tiempo llevas viviendo aquí?

—Ahm... ¿Cinco años, quizás? Me mudé aquí porque me dieron una beca para una universidad.

—Eso es increíble, ¿entonces estás estudiando? —preguntó, mirándole curioso.

—Sí, estudio gastronomía. Dehecho, estoy en mi último año.

—Wow... —murmuró con una sonrisa— Entonces debes de cocinar de maravilla.

Jungkook asintió, emocionado.

—Claro, un día te invitaré a mi casa para cocinarte lo que quieras.

Jimin rió, negando con la cabeza.

—Oh, no creo que eso sea posible.

—¿Por qué? —preguntó, ladeando levemente su cabeza.

—Ahm... —mordió su labio inferior y después decidió cambiar de tema— Olvídalo, como te decía... Nací en Busan y justamente hace un mes me mudé a Seúl junto con mi novio porque lo mandaron a trabajar aquí y como anteriormente vivía con él, me vine aquí también.

Jungkook relajó su expresión.

—¿En serio? ¿Y a qué te dedicas?

—Soy diseñador de modas.

—¿De verás? ¡Es por eso que vistes también! ¿Ves que tenía razón y luces como un modelo? Wow.

Jimin rió.

—No, no soy modelo.

—Pues deberías...

—En realidad me dedico a organizar y decorar desfiles de moda.

—Y dices que no eres modelo, no me jodas...

—¡Te lo juro, no lo soy! —insistió sin dejar de sonreír.

Pero Jungkook seguía sin creerle, cruzándose de brazos y negando con la cabeza.

—Definitivamente eres un modelo, tienes el estilo, el rostro y el cuerpo de un modelo. A mi no me engañas...

—Bueno, si tú lo dices... —se encogió de hombros— Aunque no soy modelo, me dedico a vestir a otros modelos... bueno, me dedicaba.

Jungkook frunció el ceño.

—¿Por qué ya no?

Jimin suspiró.

—Pues... tuve que dejar temporalmente mi trabajo al mudarme acá. Va a tomar tiempo hasta que me vuelvan a contactar y todo eso, aunque lo dudo mucho, ya he esperado mucho y estoy pensando en buscar por mi propia cuenta. Ahg, es un desorden total, en realidad no quiero hablar de eso.

—Ya veo. Espero que logres encontrar algo, aunque lo más seguro es que sí. Seúl es uno de los mayores seguidores de la moda, te contratarían enseguida.

—Lo sé. Pero es un poco complicado... Ya te dije que no quiero seguir hablando de eso.

Jungkook asintió.

—De acuerdo. Entonces... tu nombre es Jimin, ¿y tu apellido?

—Park. Soy Park Jimin.

—Park Jimin... —repitió para sí mismo—Yo soy Jeon Jungkook.

—¿Jeon? —cuestionó, alzando sus cejas.

—Sí.

—Vaya... ¿Sabías que tu nombre me resultó muy familiar la primera vez que lo escuché? Es más, hasta tu apellido... —murmuró Jimin, algo confundido— ¿No nos conocíamos antes, verdad?

Jungkook en ese momento le miró asombrado. Oh, por Dios.

—¿Cómo? A-Ahm, no... que yo sepa no, ¿o sí? —tragó saliva— E-En realidad tu rostro se me hizo familiar también...

—Oh... —imitó su expresión— Quizás nos hayamos visto antes, cuando vivíamos en Busan, de reojo o algo por el estilo y ahora no recordamos. Debió de ser hace mucho tiempo...

—Sí, quizás sea eso... —concordó, pensando en que sería bastante extraño para el contrario si le confesaba sobre que había soñado con él. Al menos por ahora no le diría.

En ese momento llegó el mesero con sus órdenes, colocando los platos a su respectivo dueño junto a los cubiertos y bebidas. Ambos agradecieron y sin esperar comenzaron a comer.

—Mhm. Está delicioso —halagó Jimin al primer bocado.

—Te dije que no te arrepentirías.

A pesar de estar comiendo, aquello no les impidió continuar hablando.

—¿Cuántos años tienes? —preguntó Jungkook.

—Tengo veintitrés —respondió el rubio.

Entonces Jeon le miró sorprendido.

—No puede ser, ¿eres dos años mayor que yo?

Park tragó su comida para imitar su expresión.

—¿Tienes veintiuno?

—¡Pensé que era mayor!

—¡Oh, pero si eres un bebé! —exclamó el rubio, llevando una mano a su boca cuando comenzó a reír.

El contrario negó con la cabeza.

—No exageres, sólo son un par de años... —dijo, tomando de su bebida.

—Bueno, en realidad tengo veintidós. Sólo que cumplo años mañana.

Jungkook dejó de beber abruptamente del vaso, mirándole con los ojos totalmente abiertos.

—¿Tú cumpleaños es mañana? Oh, Dios. ¿Por qué no lo dijiste antes?

Park se encogió de hombros.

—No creí que fuese algo importante de saber... De todos modos no me emociona.

Jungkook le miró como si hubiese dicho una barbaridad.

—¿Qué? ¡Pero si es tú cumpleaños! ¿Cómo no va a ser importante?

Jimin entonces le miró con ojos brillosos y algo conmovido.

—S-Supongo que tienes razón... —murmuró, bajando la mirada.

—Y yo supongo que lo vas a celebrar, ¿no? Quizás saldrás con tu novio o algo parecido...

El rubio soltó una risa ahogada.

—No, nada de eso. Estaré solo...

—¿Qué?

—Pues mi novio se fue de viaje de negocios a Japón, mi familia y amigos están prácticamente del otro lado del país, entonces... —hizo una mueca, levantando los hombros con simpleza.

Jeon parpadeó varias veces, anonadado. Entonces observó cómo Jimin lucía repentinamente decaído mientras miraba su comida, y en ese momento pensó que no permitiría que eso pasase.

—Hey —llamó su atención, dejando los cubiertos de lado— ¿Qué opinas si lo celebramos juntos?

Inmediatamente el rubio alzó sus cejas, sorprendido.

—¿En serio?

—¡Claro! —sonrió— Mira, podemos ir hoy en la noche de fiesta y mañana vamos al lugar que quieras. ¡Yo te invito!

—W-Wow —le detuvo, impactado— J-Jungkook, es muy lindo de tu parte pero no dejaré que hagas eso por mí...

—¿Por qué no?

—Porque... no sé —mordió su labio inferior— En realidad pensaba quedarme en casa sin hacer nada, y no es que sea un aguafiestas... Simplemente perdí los ánimos que tenía de celebrar mi cumpleaños.

—Eres un aguafiestas.

Jimin rió suavemente.

—No, es así... quiero estar solo... ¿entiendes? —le miró suplicante.

Jungkook negó con la cabeza mientras suspiraba. Su expresión pasando a ser una bastante seria, cosa que sorprendió a Jimin pues nunca le había visto así.

—Estás mintiendo —espetó, mirándole fijamente.

—¿Qué? —se sorprendió— Claro que no.

—Claro que sí. Es más, lo haces todo el tiempo. Siempre estás mintiéndome pero crees que no me doy cuenta. Y lo siento, pero no dejaré pasar esa mentira por alto, en tus ojos puedo ver que realmente quieres pasar con alguien tu cumpleaños. Yo me estoy ofreciendo, ¿por qué me rechazas?

Jimin se quedó perplejo en su sitio, sintiéndose intimidado por la hipnotizante mirada que le estaba dedicando Jungkook.

—Y-Yo...

—¿No confías en mí?

—No es eso... —negó. Mierda. ¿Cómo le diría que la verdadera razón era que se sentía mal al estar saliendo con otra persona que no fuera Taehyung? Aún si fuesen sólo amigos, sentía que estaba haciendo algo incorrecto.

—Vamos, me conoces prácticamente hace semanas. Ya no soy un extraño para ti... ¿o sí? —arqueó una ceja.

—No, no lo eres. P-Pero... ¿No tenías un compromiso con tu mejor amigo el sábado? —recordó.

Jungkook se encogió de hombros.

—Puedo cancelarlo, de todos modos él no quería ir... —suspiró— ¿En serio quieres quedarte en tu casa mañana?

—No lo sé...

—Vamos a bailar, tienes cara de que te gusta bailar igual que a mi. Es más, tienes cara de que te encanta ir a fiestas, estoy segurísimo de eso.

Jimin cubrió su rostro, intentando ocultar su sonrisa.

—¡Dios! ¿Eres adivino o qué? Me estás dando miedo...

—¿Así que acerté? —sonrió lentamente de forma traviesa.

—Sí, también tengo problemas con el alcohol... —hizo una mueca— Me gusta mucho beber...

—A mi también. ¿Ves como todo coincide? El destino quiere que nos vayamos de fiesta, Jimin.

El rubio comenzó a reír.

—Es cierto, el destino...

Jungkook inclinó su cuerpo al frente, para acercarse más a Jimin y prácticamente convencerle con la mirada.

—Vamos, Jimin. Sé que quieres... ¿Qué dices?

Jimin mordió su labio inferior con nerviosismo sin apartar sus ojos de Jungkook.


Bueno gente, advierto que el siguiente capítulo se viene interesante y quizás Jimin se embriague un poquito y termine diciendo cositas de más.....

See u.

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