007.
Pequeño maratón
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Después de haber tomado su café y dado unas vueltas por la ciudad, Jimin regresó a su casa en la cuál vivía con Taehyung. Comenzaba a oscurecer, así que para combatir el aburrimiento que provocaba la soledad decidió hacer algo de repostería. Buscó en Internet algún tutorial para hacer galletas de chispas de chocolate, ya que eran sus favoritas. No era muy bueno cocinando pero extrañamente la repostería le salía mejor. Para su fortuna tenía todos los ingredientes a mano así que comenzó a hacer la mezcla para después colocarlas en una bandeja y meterlas al horno precalentado.
Una hora después, Jimin permanecía sentado en la mesa del comedor comiendo tranquilamente las galletas que acaba de hacer junto con un vaso de leche mientras continuaba leyendo su libro de Harry Potter.
Entonces escucha el auto de Taehyung estacionarse en la cochera de la casa junto al suyo. Cabe mencionar que ambos tienen auto, sin embargo Jimin prefería no sacar el suyo tan seguido para no contaminar el medio ambiente y también porque podía irse caminando hasta la ciudad debido a que la tenía bastante cerca.
Fue cuestión de segundos cuando su pareja entró a la casa y chocaron miradas, ya que el comedor estaba cerca de la puerta principal.
—Hola —saludó el azabache, acercándose a pasos rápidos para inclinarse y darle un pequeño beso en la mejilla.
Park frunció levemente el ceño, algo confundido pues pensaba que el chico regresaría de mal humor por como se fue en la mañana, pero al parecer no.
—Hola... ¿Cómo te fue? —preguntó mientras lo veía entrar a la cocina y buscar algo en la nevera.
—Bastante bien, tengo algo que- oh, ¿hiciste galletas? —preguntó desde lejos.
—Sí, te dejé unas en la nevera.
—Lo noté —murmuró el azabache llevando una galleta a su boca y terminando por sacar el plato entero, para después llevarlo a la mesa donde se sentó al lado del rubio.
Jimin sonrió levemente al verlo comer con ansias las galletas, parecía un niño hambriento.
—Adivinaré, ¿no comiste nada en todo el día? —preguntó, apoyando su cabeza sobre su mano mientras le observaba.
Taehyung negó con la cabeza.
—No tuve tiempo.
—Taehyung... —comenzó con un tono de voz serio— ¿Qué te he dicho de saltarte las comidas por el trabajo?
—Lo sé, lo sé... pero es la verdad, tengo tanto trabajo que no me da tiempo. Es más, siento que comer es una pérdida de tiempo, pierdo tiempo comiendo cuando podría estar trabajando.
El rubio suspiró, negando lentamente con la cabeza.
—Sólo en eso piensas, trabajo y más trabajo...
—Lo siento, pero es la vida que escogí. Además ahora que estás desempleado es cuando tengo que trabajar más.
—Estoy desempleado por culpa tuya, ¿sabías? —le reprochó.
Taehyung rodó sus ojos.
—Sabes que no tenía otra opción, mudarnos a Seúl fue lo mejor.
—Y perder mi trabajo también... —murmuró por lo bajo de forma sarcástica.
Kim resopló, tomando un poco del vaso de leche del contrario.
—Sabes perfectamente que no lo perdiste, tienes que esperar a que te vuelvan a llamar para que comiences de nuevo en la misma compañía pero en Seúl. Estoy trabajando en eso, no vas a quedarte sin trabajo, eso te lo aseguro.
—Taehyung, ha pasado un mes. Creo que debería empezar a buscar por mi cuenta en vez de abstenerme a que lo hagas por mí o a esperar una llamada que no ha llegado.
—Sólo dales más tiempo, ya verás.
Jimin bufó.
—¿Qué tanto te cuesta dejarme hacerlo?
—No es eso —suspiró con cansancio— Solamente no quiero que consigas cualquier trabajo mediocre y lejos de aquí o que no conozca.
La verdadera razón, era que la compañía que trabajaba antes Jimin como diseñador de modas estaba ligada a la compañía donde él trabajaba, así que perfectamente podía estar al pendiente del rubio y saber cuáles eran sus movimientos, horario, actividades y demás. El hecho de que Jimin consiguiera un trabajo distinto en el que probablemente no podría controlarlo o vigilarlo, le ponía bastante nervioso.
—No tendré un trabajo mediocre y lo sabes, Taehyung —se defendió con voz monótona— Déjame hacerlo. Estoy harto de estar aquí solo todo el día sin hacer nada. Es injusto.
—No. Espera la llamada y listo. Ya te lo dije, no perdiste tu empleo, vas a recuperarlo. Aguanta un poco más —sentenció.
Jimin apartó la mirada, molesto.
—Me siento inútil.
—Ya deja de pensar eso, mejor hablemos de otra cosa... —aclaró su garganta— Tengo que contarte algo sobre mi trabajo.
—Si me dices que tenemos que mudarnos de nuevo te juro que me tiro de un quinto piso —advirtió al instante.
Taehyung rió.
—No, nada de eso. En realidad seré yo quién tenga que irse.
Park inmediatamente cambió su expresión a una sorprendida.
—¿Qué?
—Tranquilo, será temporal. Sólo serán un par de semanas, te lo prometo.
—Pero... ¿Dónde? ¿Cuándo? —preguntó sin cambiar su expresión, aquello lo había tomado completamente desprevenido.
Kim hizo una mueca.
—La compañía hará un evento importante en Tokio y me enviaron a organizarlo. Es para la otra semana pero tengo que irme antes, ya sabes, para preparar todo con anticipación. Ya reservaron mi vuelo y hotel, me voy mañana a primera hora.
Jimin relajó su expresión a un rostro decaído y tragó saliva.
—¿Japón? ¿Entonces te vas mañana? —confirmó con voz débil.
—Sí, entiendo que sea inesperado pero me dieron la oportunidad y como no tenía ningún asunto importante en esos días, decidí aceptar.
La mirada del rubio pareció decaerse más por aquellas palabras y asintió lentamente con la cabeza, apartando la mirada.
—Jimin, amor... —murmuró el azabache, colocando su mano encima de la contraria y mirándole con pena— Sé que no te quieres quedar solo, pero-
—No, no es eso —negó, apartando su mano— Ya estoy acostumbrado a estar sin tu presencia, Taehyung.
Kim intentó que aquellas palabras no le molestaran tanto, pues en cierta parte tenía razón. Casi nunca pasaba tiempo con Jimin.
—¿Entonces qué es? —insistió.
El rubio se acomodó mejor en su asiento, soltando un largo suspiro. La actitud que estaba demostrando comenzaba a inquietarle al azabache.
—No sé si lo sabes, pero en dos días es el 13 de octubre... —comenzó, mirándole de forma cautelosa y con anticipación en sus ojos.
Taehyung parpadeó varias veces, confundido y sin entender nada.
—¿Y qué? —interrogó, frunciendo el ceño— No entiendo.
—Oh, entonces lo olvidaste... —concluyó en voz baja.
—¿Qué cosa? ¿De qué hablas?
—Mi cumpleaños, Taehyung —respondió, mirándole a los ojos con una expresión dolida y decepcionada— El 13 de octubre es mi cumpleaños.
Al instante el azabache hace una cara de película, abriendo sus ojos y boca como si hubiese visto a un fantasma.
—Ay, no... M-Mierda. Es cierto. Amor, lo siento mucho... Lo olvidé completamente, te lo juro.
—Sí, ya me di cuenta... —murmuró por lo bajo, apartando la mirada.
Taehyung chasqueó la lengua e inmediatamente tomó la mano de Jimin.
—Lo siento, en serio. T-Te lo recompensaré. Lo prometo, ¿vale? Es más, puedo enviarte un regalo desde Japón, pídeme lo que sea y te lo daré.
—Olvídalo, no quiero nada -negó con la cabeza para después levantarse.
Taehyung se levantó al mismo tiempo y rápidamente se colocó al frente de Jimin, impidiendo se que fuera.
—Ya déjame, Taehyung —pidió con voz cansada.
—Vamos, Jimin. No vas a molestarte por eso, ¿o sí?
—Claro que sí. Pensaba que ibas a hacerme alguna sorpresa o algo, como hacías antes. Pero ya veo que te importó más el trabajo, como siempre.
—Sabes que no aceptaría si me hubiera acordado, amor.
—Eso es mentira, lo hubieses hecho de igual forma. ¿Piensas que con sólo darme algún regalo costoso vas a recompensar tu ausencia?
Taehyung permaneció en silencio y eso fue suficiente respuesta para Jimin, quién soltando un largo suspiro hizo ademán de irse pero al instante el azabache le detiene fuertemente del brazo.
—Lo siento, ¿sí? —dijo cuando chocaron miradas— En serio fue sin intención, además... ¿Cómo vas a molestarte por eso? Eres un adulto, se supone que los cumpleaños dejan de ser importantes para nosotros.
Jimin soltó una exclamación, rodando sus ojos y zafándose del agarre de su novio.
—Los cumpleaños son importantes siempre, Taehyung. No importa la edad, y también depende de cómo lo vea la persona pero en mi caso, sí es importante para mí. Pasaré mi cumpleaños solo, ¿quieres que me ponga feliz por eso?
—Ya estás exagerando...
—Está bien, entonces supongo que no te importaría si voy a Busan a visitar a mis padres. Estoy seguro de que ellos querrán celebrar mi cumpleaños.
Taehyung se detuvo en seco y le miró de forma molesta.
—No, no permitiré que viajes solo.
—¿Entonces quieres que me quede aquí haciendo nada?
—Sí.
Jimin bufó.
—Eres increíble. Pues te jodes, viajaré te guste o no.
—No me hagas enojar, quédate aquí y punto.
—Mierda, Taehyung —reprochó y después suspiró con tristeza— Necesito ver a alguien conocido, entiende que estoy cansando de estar solo. Porfavor, déjame ir.
Kim negó con la cabeza, dándole la espalda.
—No, Jimin. Y deja de comportarte como un niño.
—¡Pero-...!
—¡Te dije que no! —interrumpió, alzando la voz y volteando para mirarle de forma exigente— Fin de la conversación.
Jimin sintió su labio inferior temblar y las lágrimas poco a poco comenzaron a nublar sus ojos.
—¡¿Por qué nunca quieres entenderme?! —exclamó, sintiéndose dolido— ¡Sólo piensas en ti mismo, Taehyung! ¡Nunca piensas en mí, nunca!
El azabache le miró indignado.
—¿Pero qué cosas dices? ¡Pienso en ti todo el tiempo! ¡Tú eres el egoísta que siempre quiere atención!
—¡Eso no es cierto! ¡Lo único que pido es comprensión y ni eso puedes darme! ¡Estoy cansado de ti!
Taehyung reprimió una risa.
—Mira quién lo dice, el único de los dos que está harto soy yo. ¡Siempre malinterpretas todo! ¿Qué no entiendes que todo lo que hago es por ti? ¡Siempre me reclamas cosas cuando tú eres exactamente igual! ¿Dónde está lo justo en eso, ah?
Park negó con la cabeza mientras las lágrimas bajaban lentamente por sus mejillas.
—Yo jamás te haría ni la mitad de cosas que tú me haz hecho.
—Bien, ahora te haces la víctima... —rodó sus ojos— ¿Por qué eres así? Siempre me pasas reclamando cosas, siempre el malo soy yo, siempre yo esto y yo aquello. Joder, Jimin. No puedo ni decirte nada porque, o te molestas, o te pones a llorar. ¡Así no se puede!
El rubio le miró firme con ojos llorosos.
—Vete a la mierda —sentenció, dándose la vuelta para irse.
Taehyung gruñó.
—¡Jimin, vuelve acá! —ordenó, siguiéndole.
Pero este no le hizo caso y le cerró la puerta de su habitación prácticamente en la cara para después colocarle seguro, cosa que Taehyung odiaba, por lo que no dudó en golpear la puerta con fuerza.
—¡Maldita sea, ábreme!
—¡Mejor lárgate de una vez! —respondió el rubio del otro lado— ¡Así me dejas en paz!
—¡No hemos terminado de hablar, abre la puerta ahora mismo! —ordenó una vez más— ¡También es mi habitación, Jimin!
Park no volvió a hablar, ignorándole. Entonces el azabache golpeó la puerta más fuerte hasta que finalmente se rindió.
—¡Bien! ¡Como quieras! —bramó furioso— ¡Jódete! —dijo antes de irse.
Por su lado, Jimin permanecía sentado en la orilla de la cama. Y cuando escuchó a Taehyung alejarse, llevó una mano a su rostro y comenzó a sollozar en silencio.
[ ☕ ]
Pasadas las horas, Jimin había salido de la habitación ya que Taehyung debía de empacar sus cosas. La tensión era enorme y ninguno se quería dirigir la palabra, así que terminaron durmiendo separados. Jimin en el cuarto y Taehyung en el sillón de la sala.
Sin embargo, el rubio aún no había logrado conciliar el sueño y más porque las ganas de llorar volvieron de nuevo, permaneciendo con sus ojos fijos en la ventana mientras derramaba unas lágrimas en silencio.
Hasta que en ese momento, su celular comenzó a vibrar sobre su mesa de noche.
Inmediatamente dejó de llorar y se incorporó un poco para tomar el móvil y fruncir el ceño al ver un número desconocido. Le pareció extraño y hasta dudó en responder pero después lo pensó mejor, nunca sabía si era una emergencia o algo por el estilo.
Así que contestó, llevando seguidamente el celular a su oreja.
—¿Hola? —preguntó en voz baja.
—¿Jimin?
Abrió su boca en sorpresa al reconocer esa voz y recordar todo. Mierda, lo había olvidado por completo.
—¿Jungkook? Hola, sí, soy yo —respondió, limpiando sus ojos mientras se acomodaba mejor en su cama.
—Uff, qué alivio. Por un momento pensé que había escrito mal el número. Te llamé varias veces, ¿sabías?
—¿En serio? —hizo una mueca— Lo siento, estaba ocupado y hasta ahora veo el celular...
—Descuida, es más, perdón si te llamo a esta hora. Es que acabo de llegar a mi casa, salgo tarde, ya sabes... —rió.
Jimin sonrió.
—Claro, tranquilo. Igual no estaba dormido.
—¿Cómo estás? —preguntó de repente.
—Estoy bien —mintió— ¿Qué hay de ti?
—Cansado, me pusieron a limpiar los baños por llegar tarde... —fingió llorar.
Jimin no pudo evitar reír suavemente.
—Pobre.
—Es lo peor, lo detesto. Pero bueno, lo merecía... —suspiró— En fin. ¿Tienes algo que hacer mañana?
—¿Mañana?
—Sí, mi horario de trabajo es en la mañana y el profesor de la universidad canceló la clase por asuntos personales. Así que tengo la tarde libre.
Jimin suspiró. Por un momento pensó en cancelarle, porque ya no tenía los ánimos para salir. Sólo quería quedarse en casa y no hacer nada. Sin embargo después pensó que eso sería muy grosero de su parte y más porque ya se había comprometido con Jungkook, no podía fallarle.
—Me parece genial —respondió.
—¿En serio? ¡Qué bien! Ya sé que podíamos esperar hasta el sábado pero tengo planeado ir a una actividad con mi mejor amigo.
—Claro, entiendo. No hay problema. ¿Y a dónde iremos?
Jungkook rió en la otra línea.
—Pensé que sabrías.
—¿Qué? Pero si tú lo propusiste.
—Sí, lo sé. Sólo que no se me ocurre nada, ¿dónde te gustaría ir?
—No tengo idea.
—Uhm, podríamos ir a comer y después que el destino no guíe a donde sea. ¿Qué te parece?
Jimin reprimió una risa.
—¿El destino dices?
—¡Claro! ¿Acaso no crees en él?
—No...
—¿Cómo que no?
—El destino no existe, Jungkook.
—Oh, Jimin. Estás tan equivocado... Todo pasa por algo, ¿sabías? Absolutamente todo, hasta la cosa más mínima que sucede en tu vida.
Jimin rodó sus ojos.
—Dime que no eres de esas personas cursis que creen que la vida es un cuento de hadas.
—Oh, efectivamente lo soy. Ya me conocerás mejor...
—Es tonto.
—¡Tú eres tonto!
Ambos rieron al mismo tiempo.
—Bueno, entonces tendré que acostumbrarme a convivir con una persona cursi. Excelente.
—Oh, cierra la boca. No es tan malo como parece, es más, terminarás enamorándote de mí por lo lindo que puedo llegar a ser.
Jimin no pudo evitar sonrojarse, llevando una mano a su boca mientras negaba con la cabeza.
—¿Qué cosas dices? Eres un atrevido, ¿sabías?
—Sí, me lo dicen seguido. Como sea, nunca me dijiste que te parecía mi idea de mañana.
—Pienso que está bien. Espero que sea buena idea dejarnos llevar por el destino...
—El destino me quiere, nos irá bien.
—¿Y si no me quiere a mí?
—Ahg, obvio te quiere. No por algo te hizo conocerme.
Jimin rió por cuarta vez en la noche.
—¿Te parece comer en el restaurante que está cerca de la iglesia central?
—¿El que es de color azul y tiene un letrero llamativo? —frunció el ceño.
—Exacto, no te dejes guiar por su apariencia extravagante. ¡Es delicioso!
—Bueno, si tú lo dices...
—¿A las doce y media?
—De acuerdo.
—Bien, ahm, nos vemos allí entonces... buenas noches, Jimin. Descansa.
El rubio bostezó.
—Buenas noches, Jungkook. Tú también, nos vemos...
—Adiós...
—Adiós.
Y finalmente colgaron la llamada. Jimin prosiguió a dejar su celular devuelta a la mesa, para proseguir a acurrucarse en su cama y cerrar sus ojos.
Sin quitar la pequeña sonrisa de sus labios hasta que se quedó dormido.
Bueno gente, a pesar de las peleas,
¿les esté gustando?
Recuerden no salir de casa a no ser que sea estrictamente necesario y lavarse siempre las manos. También que los guantes y mascarillas no funcionan, sólo tienes el virus o si trabajas en un sector donde debes usarlo en ocasiones. Es más importante lavarse las manos porque imaginemos que andas con el cubrebocas y al estar acomodándolo con las manos sucias, estás contagiándote tu mismo. 🤡
Si desobeden entonces esto nunca acabará :(
Cuídense mucho, nos vemos pronto y chau 🖤
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