002.
La mayoría del tiempo, la vida era cruel.
¿Cruel en qué sentido? En muchísimos, a decir verdad. Sin embargo en estos momentos, el hecho de que Jungkook no hayase vuelto a ver al chico rubio desde hace una semana le hacía pensar que la vida era cruel. O quizás, su vida lo era.
¿Por qué? Bueno, Jungkook era de esas personas que creían en el destino. Él piensa que las cosas siempre pasan por algo y que prácticamente toda nuestra vida está planeada, todo acontecimiento fríamente calculado. Cada experiencia, cada persona, estuvieron o están ahí por una razón en tu vida. Y si te lo pones a pensar profundamente, en el fondo sabrás la razón.
Especialmente con las personas, y el hecho de que Jungkook haya soñado tanto con una misma persona, hacía que todos aquellos pensamientos se activaran al mil. Indicándole perfectamente que aquello no era una simple coincidencia.
Las coincidencias no existen.
¿O sí?
Si lo veía de un lado más realista, podría tener una explicación más científica y analítica al respecto. Pero Jungkook no quería una explicación así pues estaba fielmente seguro de que no podía ser una coincidencia, y nada podía hacerle cambiar de opinión.
Sin embargo, como anteriormente fue dicho, el chico rubio cuyo nombre era Jimin, no volvió a la cafetería. Quizás Jungkook estaba exagerando, es decir, no se iba a esperar que el muchacho volviera todos los días. Pero si esperaba volver a verlo pronto, no iba a negar que se sentía realmente frustrado y decepcionado, pues una parte pesimista de él pensaba que había perdido su oportunidad y que jamás volvería a tenerla.
Así que continuó su vida normal.
Era sábado, y había quedado de verse con su mejor amigo en el parque central de la ciudad.
Estando allí, no tardó ni diez minutos cuando logró divisarlo a lo lejos, caminando de aquella forma tan simple y tranquila que le caracterizaba junto al suave movimiento de sus cabellos grises. Cuando estuvieron cerca, se unieron en un fuerte pero corto abrazo. Debido a que ambos vivían en lugares alejados al otro les resultaba muy difícil verse tan seguido, sin embargo se hablaban por mensaje todos los días y cada que tenían un tiempo libre de sus ocupadas agendas lo aprovechaban para verse.
—Te extrañé mucho —sinceró Jeon en medio del abrazo mientras acariciaba la espalda del contrario.
Yoongi entornó sus ojos y después una sonrisa se escapó de sus labios.
—Oh, vamos. No te pongas tan sentimental —suspiró— Como sea, yo también...
Rompiendo el abrazo prosiguieron a sentarse en una banca del parque.
La forma en la que se conocieron, era bastante interesante. Yoongi se había instalado una aplicación de citas o búsqueda de pareja, sexo, etc... La cuál era específicamente para el público gay, por bromear o simplemente curiosidad. Debido a que él se consideraba una persona asexual y prácticamente no le interesaban esas cosas del sexo. Tampoco sentía atracción por un género en específico, es decir, no le importaba qué género era una persona, sentía que eso era lo de menos al enamorarse de alguien. Quizás podía ser bisexual, ehg, igual no le importaba mucho eso de las etiquetas. En fin. Terminó haciéndose un perfil, colocando sus mejores fotos y probando que tan buena era su capacidad de conquistar hombres.
No habían pasado diez minutos cuando ya tenía más de doscientos me gusta. En cuestión de segundos su buzón de mensajes comenzó a llenarse considerablemente, dejándole bastante sorprendido. Obviamente no les iba a contestar, tampoco quería ilusionar a las personas. Así que pensó en borrar la aplicación, pues ya había tenido suficiente en poco tiempo. Pero justamente en ese momento le llegó una notificación más, y suspiró, quizás podía responder uno.
Abrió el buzón y eligió un chico al azar, quién de maravillosa coincidencia fue Jungkook. El chico le pareció lindo y bastante sociable, hablaron por unos minutos. Yoongi inmediatamente le dejó en claro sus verdaderas intenciones, cosa que Jungkook tomó con diversión y en vez de irse continuó hablándole con la justificación de que le había caído bien. A Yoongi también le había caído bien Jungkook, aunque en el fondo pensaba que seguro se trataba de un hombre de cuarenta años haciéndose pasar por un joven de veinte, pues era muy lindo para ser verdad.
Se dió cuenta, tiempo después que Jungkook era real cuando comenzó a enviarle fotos de su cara en cámara frontal y audios de su voz. "¿Te parezco un hombre de cuarenta con esta cara de feto?", le había dicho.
Pasado el tiempo, Yoongi comenzó a encariñarse con Jungkook. Ambos habían salido de la aplicación de citas a mensaje normal, hacerse video llamadas o cosas por el estilo. Eran los típicos amigos de Internet, poco a poco se volvieron más unidos al punto de que decidieron conocerse en persona. Entonces continuaron viéndose seguido, logrando convertirse en mejores amigos que son ahora. Y todo eso pasó hace dos años, era increíble lo rápido que pasaba el tiempo.
—Y cuéntame, ¿sigue sin aparecer el fantasma? —preguntó Yoongi, quién nombraba al famoso chico de los sueños como fantasma ya que según él era un espíritu que visitaba los sueños de Jeon y que había desaparecido como uno.
Jungkook volteó los ojos y suspiró.
—No, creo que ya voy a darme por vencido de volver a verlo.
—Oye, recuerda que la última vez que estuviste a punto de darte por vencido apareció en tu cafetería. Así que cierra la boca, ¿vale?
—Pero-
—El fantasma aparecerá de nuevo, tranquilo.
Jungkook soltó una carcajada.
—Te he dicho mil veces que no fue un fantasma. ¡Inclusive Hoseok pudo verlo!
—Ese tipo está más loco que tú, no es de extrañarse —se encogió de hombros.
El pelinegro bufó.
—Cómo sea, ya no vale la pena.
—¿Ah no? —siguió, mirándole con una mano en su mentón.
—Es que... —chasqueó la lengua— ¿Cuántas posibilidades existen de que un chico como él salga con un chico como yo?
Yoongi frunció el ceño.
—Ahm, ¿muchas?, o sea, tampoco te cierres en eso. Todo es posible en esta vida, ¿no? La próxima vez que veas al fantasma no te cagues en los pantalones de nuevo y acércate a hablarle de verdad. Ya sabes, para conocerlo mejor y todo. Porque tampoco te puede gustar de una si ni lo conoces, hay que ser realistas.
—Tienes razón —suspiró, haciendo una mueca— Quizás tiendo a exagerar o idealizar mucho las cosas...
—Quita el "quizás" de esa frase y estaré completamente de acuerdo contigo.
Jungkook le propició un codazo a Yoongi con una sonrisa y este inmediatamente se lo devolvió.
—¿Entonces te quedas a dormir en mi casa o vas a irte más tarde?
Yoongi hizo una adorable mueca.
—Ahm... Tengo una cita médica mañana, así que no podré quedarme.
—¿Cita médica? —alzó una ceja, interrogante— ¿De qué?
—Bah, lo normal. Ya sabes, chequeos y esas cosas...
Jungkook le miró de forma sospechosa mientras asentía con la cabeza. —Uhm, bueno.
Entonces el peligris también se levantó de la banca y entrelazó sus manos.
—En fin. ¿Te parece hacernos pasar como una pareja gay, de nuevo? La vez pasada fue muy divertido, aún no supero como se nos quedó mirando esa señora que salía de la iglesia.
Jeon estalló en carcajadas de sólo recordarlo y asintió con la cabeza, acercándose más a Yoongi. Finalmente decidieron ir a comer a un restaurante cerca, caminando agarrados de la mano y captando la atención de varias personas. Juntos se entregaban miradas cómplices pues siempre hacían eso a propósito, además de que les encantaba debatir con homofobicos ignorantes.
Ambos eran el compañero de crímenes del otro. Y eso nunca cambiaría.
———— [ ☕ ] ————
Como todos los viernes tenía solamente el turno de la tarde, así que ingresó por la puerta trasera de la cafetería sintiendo que se congelaría por el frío que estaba haciendo ese día. Tuvo clases en la universidad desde la mañana, así que dejó su mochila en su locker de empleado después de sacar su uniforme y se dirigió al baño para poder cambiarse.
Minutos después salió acomodándose tranquilamente las mangas de su camisa cuando Hoseok apareció al frente suyo con una gran sonrisa.
—Definitivamente quiero tu suerte, hermano.
—¿Qué? —soltó, mirándole extrañado—¿De qué hablas?
—Adivina quién acaba de llegar a la cafetería.
Jungkook permaneció tres segundos con el ceño fruncido hasta que finalmente lo captó y sus ojos se abrieron en máxima sorpresa.
—¡No puede ser! —susurró con fuerza—¿Me estás jodiendo?
—¿Crees que jugaría con tus sentimientos?
El pelinegro le dedicó una mirada seria y el castaño suspiró.
—Bueeno, sí lo haría. ¡Pero esta vez no lo hago, si quieres compruébalo por ti mismo!
Y eso hizo. Una vez con el delantal puesto, salió de la cocina para darse cuenta que Hoseok no mentía. A lo lejos, nuevamente en una silla de dos y sin compañía, se encontraba Jimin. Estaba muy abrigado, y con la mayor razón si el frío de afuera era terrible. También leía un libro, el cuál Jungkook no pudo detectar desde su posición de qué era, pero se veía muy concentrado en ello.
—¿Hace cuánto llegó? —preguntó a Hoseok, sin apartar la mirada del rubio.
—Uhm, aproximadamente hace unos diez minutos. Yo lo atendí, pidió un café con leche y una galleta de avena.
Jungkook hizo una mueca, mierda, si hubiese llegado antes él lo hubiera atendido, sin embargo se dió cuenta que aún no había nada en su mesa al mismo tiempo que Hoseok le tendía una bandeja con el café y postre anteriormente mencionados. Jeon le miró sorprendido a lo que este sólo sonrió, indicándole con la mirada que se lo entregara él.
—¡Genial! —murmuró con una gran sonrisa el pelinegro, aceptando la bandeja— Muchas gracias, te adoro.
—Sí, sí. Intenta no cagarla, otra vez —le guiñó un ojo antes de darse la vuelta y meterse nuevamente a la cocina.
A su vez, Jungkook miró la bandeja y después a Jimin e inmediatamente mordió su labio inferior con nerviosismo. Bueno, era ahora o nunca. Avanzó tres pasos pero segundos después los retrocedió, intentando calmarse. ¡Mierda! ¿Por qué estaba tan nervioso?
"¡Sólo entrega el maldito café y ya, Jungkook! No es tan jodidamente difícil, vamos." se dijo así mismo.
A continuación, inhaló y exhaló hondo hasta que se tranquilizó, y tomando las agallas, avanzó con decisión hacia el chico de sus sueños.
—Hola —saludó con su mejor sonrisa cuando llegó a su mesa.
Jimin inmediatamente apartó la vista del libro para verle, sonriéndole enseguida de vuelta.
—Hola, de nuevo.
—Lo siento si te interrumpí... yo-
—Oh, no. Descuida... —le restó importancia.
Jeon asintió y se dispuso a colocar con delicadeza el café en la mesa junto con el postre.
—Muchas gracias —dijo el rubio mientras se quitaba su abrigo— Uf, de pronto hizo calor, ¿no?
—¿Disculpa? —le miró interrogante.
—Me refiero a que es caliente aquí.
—Oh, claro. Es lo normal, el lugar debe de permanecer caliente para que el café esté a la misma temperatura.
—Sí, creo que es algo lógico —rió suavemente— Y es lo mejor, porque afuera hace bastante frío.
—Ni me lo digas... —suspiró y después volvió a sonreír— ¿Necesitas algo más?
—No, estoy bien. Gracias... —respondió también con una sonrisa.
Jungkook asintió y dando media vuelta, se alejó. Inmediatamente sintió que el aire le volvía a los pulmones. Bueno, no había salido tan mal. Segundo logro, desbloqueado. ¿Ahora qué? Estaba prohibido hablarle a los clientes de cosas que no fueran relacionadas con el trabajo, no podía llegar y sentarse en la misma mesa como si nada. ¿Entonces cómo lograría hablarle? Mierda, no había considerado ese pequeño detalle.
Continuó ejerciendo su labor de ese día como mesero, atendiendo pedidos y entregándolos. Pasó exactamente una hora, y a pesar de que Jungkook anteriormente había recogido los restos, Jimin permanecía en aquella mesa leyendo. Al parecer leía un libro de Harry Potter, exactamente el del prisionero de Azkaban.
"Lindo", pensó Jeon.
Al cabo de unos minutos, comenzó a notar como el chico había dejado el libro y comenzado a escribir en su celular con una mueca molesta en su rostro. Esto le pareció extraño a Jungkook, pues fue de un momento a otro. Sin embargo, continuó con su trabajo, volteando a verlo disimuladamente minutos después y notando que ahora estaba mirando a la ventana con una expresión... ¿Triste? Y no supo si fue su imaginación pero... ¿Eso eran lágrimas en sus ojos? ¿Estaba llorando?
Justo en ese momento, Jimin parece limpiarse los ojos y levantar su mano mientras buscaba a Jungkook con la mirada. Este no dudó ni un segundo en atenderlo.
—Dime.
—¿Puedo hacerte una pregunta? —dijo el rubio mientras recogía sus cosas, su voz sonaba diferente, era apagada y hasta ahogada. A Jungkook le confundió como preocupó demasiado, sin embargo no podía entrometerse o hacer algo.
—Claro —respondió.
Jimin asintió y al instante sacó su celular, parecía estar buscando algo.
—De casualidad... ¿No haz visto a este chico por aquí? —preguntó, enseñándole al instante una fotografía de un hombre.
El pelinegro miró atentamente la foto, captando segundos después de quién se trataba.
—Creo que sí... —respondió, algo extrañado— Si no me equivoco vino la semana pasada.
—¿Recuerdas si venía acompañado de alguien?
—Sí, de una chica.
Inmediatamente el rostro del rubio cambió a una expresión asombrada y Jungkook pudo jurar ver dolor en sus ojos.
—Y-Ya veo... —murmuró, tragando saliva y bajando la mirada hacia el celular.
—Perdón, pero... ¿Te encuentras bien? —Jeon no pudo seguir resistiendo.
Jimin asintió varias veces con la cabeza.
—S-Sí... y-ya debo irme —dijo con voz a punto de quebrarse, tomando rápidamente su bolso y evitando mirarlo a los ojos— Gracias.
Dicho esto se hizo paso en medio del pelinegro y salió velozmente de allí. Tan rápido que ni siquiera Jungkook pudo detenerle o algo por el estilo, dejándolo totalmente sorprendido.
A continuación mira de reojo la mesa y se da cuenta que Jimin había olvidado su abrigo, no lo pensó dos veces antes de tomarlo y salir rápidamente de la cafetería a buscarlo. Si más recordaba se había ido por la derecha, así que comenzó a avanzar con rapidez por la acera, intentando pasar en medio de la gente y alzando la vista. En cuestión de segundos la acera se despejó y como si fuese un milagro, logró divisar a Jimin a lo lejos.
—¡Hey! —lo llamó, sin embargo este no respondió y continuó su caminar acelerado que Jungkook tuvo que seguir a trotes pues se estaba alejando demasiado— ¡Jimin! —se atrevió a decir cuando estuvo a pocos metros de distancia.
Inmediatamente el rubio se detuvo y se volteó al mismo instante que el pelinegro llegaba a su alcance.
—Olvidaste tu-... —cortó sus palabras cuando chocó miradas con el rubio, tenía lágrimas en sus ojos y la nariz roja, estaba llorando— ¿Estás bien? —fue lo primero que salió de sus labios, mientras le miraba con preocupación.
Jimin al instante se limpió con la manga de su brazo y fingió una sonrisa.
—Lo siento, gracias... —dijo tomando el abrigo con la intención de irse rápidamente, sin embargo el pelinegro no soltó el abrigo, provocando que lo mirase.
—¿Qué tienes? —insistió, sin quitar su expresión.
—N-Nada... solamente... —tragó saliva, intentando secar más sus lágrimas— Estoy bien... —sonrió falsamente.
Jungkook, sin quedar satisfecho con esa respuesta, se acercó más, con intención de que le escuchara mejor.
—Oye, si necesitas ayuda, puedes decírmelo... —dijo, dándole su mirada más sincera— De verdad, puedo ayudarte.
—N-No es nada de eso, estoy bien, yo... —presionó fuertemente sus labios al mismo tiempo que sus ojos volvían a llenarse de lágrimas— Lo siento, tengo que irme... —dejándole el abrigo a Jeon, se volteó y se fue rápidamente.
—¡Espera! —le llamó, comenzando a seguirle.
Por otro lado, Jimin estaba tan concentrado en huir e intentar limpiar con torpeza sus lágrimas que no se dió cuenta que estaba a punto de cruzar una calle con semáforo en luz verde de no ser que alguien le detuvo del brazo de inmediato junto a un fuerte "¡Cuidado!".
Jungkook atrajo bruscamente el cuerpo de Jimin contra el suyo, con el corazón latiéndole fuertemente del susto.
—¡Joder! —exclamó— ¿Qué te sucede? ¡Casi te atropellan! —le reclamó con voz alta.
—Y-Yo... —el rubio estaba bastante confundido y sorprendido.
Jungkook suspiró, intentando calmarse.
—Lo siento... Definitivamente no estás bien, déjame llevarte de vuelta a la cafetería, ¿sí?
—No, tranquilo. Estoy bien.
—Por favor, insisto.
—No quiero ser una molestia y en serio necesito estar solo... —apartó la mirada.
—No eres una molestia y lo siento pero no voy a dejarte solo cuando acabo de ver que ni siquiera estás consiente de tu entorno... Puede pasarte algo peor.
—No me conoces —dijo al instante el rubio, mirándole a los ojos y algo más tranquilo— No tienes por qué preocuparte por mí...
Jungkook permaneció en silencio, dejando que Jimin tomase su abrigo y se lo pusiese.
—Pero si te tranquiliza... solamente tuve un mal día, como todo el mundo... —sonrió, pero estaba claro como el agua que no era una sonrisa sincera.
Jeon hizo una mueca, no quería dejarlo pero tenía razón. No lo conocía. Y debía de respetar su palabra.
—Está bien —asintió con pesar— Lo siento.
—Descuida... Gracias por volver, es mi abrigo favorito —sonrió suavemente—Vuelve a tu trabajo, hasta luego.
—Hasta luego...
Jungkook contempló como Jimin se volteaba y comenzaba a alejarse, desapareciendo poco a poco de su vista.
Y dejándolo con una extraña angustia en su pecho.
Hi, quizás muchos para este punto se deben comenzar a dar una idea de lo que está pasando. Poco a poco comenzaremos a conocer mejor la vida de Jimin. Recuerden que una sonrisa nunca significa vida perfecta. Y eso lo verán en el siguiente capítulo. Voy a intentar publicar por lo menos un cap por semana, uwu. Les tkm.
Les dejo la imagen mental de Jungkook trabajando en la cafetería, este es su uniforme.
Jungkook viendo a Jimin desde lejos.
See u <3
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