g
Me siento como una estúpida.
Me siento como una niña pequeña.
Me siento como si estuvieras sentado frente a mí, sonriéndome maravillosamente.
Me siento como si tuviera problemas para respirar.
Hasta que pusiste tu mano sobre la mía, y tu dijiste:
Relájate, Arelie.
Lo hice.
Hablamos.
Reímos.
No fuiste el chico raro que creí que eras.
Fuiste... Normal.
Me contaste sobre tu trabajo.
Eras físico.
Trabajabas en un laboratorio a unas cuadras.
Aunque seguía preguntándome porque estabas tan sólo.
No mencionaste familia.
Ni amigos.
Hablamos varias horas, sobre cosas triviales.
Te conté sobre mi padre.
Aunque nunca lo había externado con nadie.
Falleció hace cuatro meses.
Bajaste la mirada, no sin antes dejarme ver la profunda pena que invadían a tus ojos.
Me dijiste que lo lamentabas.
¿Qué más se puede decir en una situación así?
Pediste mi número de teléfono.
Prometiste llamarme.
Sigo esperando a tu promesa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro